LAS 2001 NOCHES Nº 63

XVI CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO
LA MUJER Y YO

HUBO UN SALVADOR

AFORISMOS

PRESENTACIÓN DE LIBROS

ROMPE LA LUZ DONDE NINGÚN SOL BRILLA 

FRIEDRICH HEBBEL

LA MUERTE EN CASA

OH, HAZME UNA MÁSCARA

FRECORES

GOLPES DE REALIDAD Y 
SOBRE PAPEL BARATO

A ESTE LADO DE LA VERDAD

ANAÏS NIN

ESTALLIDOS DEL DESEO Y 
CORTINA DE HUMO

HOY, ESTE INSECTO

SOCIOS DE HONOR

DYLAN THOMAS

LA MANO QUE FORMÓ EL PAPEL

ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE LUCIA

CEREMONIA DESPUÉS DE UN BOMBARDEO INCENDIARIO

SIN TRABAJO DE PALABRAS

MENASSA 2003
CIERRE DE LA MUESTRA

ENTRE LOS MUERTOS EN EL BOMBARDEO DEL ALBA HABÍA UN HOMBRE DE CIEN AÑOS

Y LA MUERTE NO TENDRÁ PODER

DEL 5 AL 31 DE AGOSTO, ÓLEOS DE MIGUEL OSCAR MENASSA EN EL CENTRO CULTURAL GENERAL SAN MARTÍN DE BUENOS AIRES

XIV CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO

 LA MUJER Y YO

Un Congreso sobre la sexualidad según 
la poética planteada en el libro
"La mujer y yo" de Miguel Oscar Menassa

EN BUENOS AIRES

Del 21 al 23 de agosto de 2003

 CENTRO CULTURAL GENERAL SAN MARTÍN - SALA D

INFORMACIÓN E INSCRIPCIÓN:
ESCUELA DE PSICOANÁLISIS GRUPO CERO
c/ MANSILLA, 2686 PB 2 1 er Cuerpo 
(1425) BUENOS AIRES (ARGENTINA)
Teléfono: 4966-1710/13

c/ DUQUE DE OSUNA, 4
 28015 MADRID - (ESPAÑA)
 Teléfono: 91 758 19 40

Cuando ella me dice casi llorando
que nuestro pequeño amor es,
tal vez, una cosa mala,
en realidad quiere decir:
Mi amor no es tan pequeño,
es lo suficientemente grande
para ser descubierto por un niño
y darse cuenta que es malo,
al menos, para mí.

Tengo que aceptar, le digo,
que soy un creador,
ejerzo el poder de la incertidumbre.
A veces, sin embargo, me detengo,
hay frases que no puedo escribir,
es como si quisiera estar muerto.
Luego pienso lo que dirán
de mi sexualidad después de muerto
y se me van las ganas de morir.
Y Ella quiere chupar y partir
y yo quiero que ella chupe
y se mire chupando.

Hacerme gozar, ya que está ahí
todo lo que yo quiera o necesite,
pero al mínimo goce de su cuerpo,
al mínimo goce de su alma,
concluye el movimiento, rompe la cítara
y vuelve con toda tranquilidad a su tumba.

Al otro día resucita para pedir perdón.
No era necesario que yo guiara sus manos,
ella solita, guiada por el deseo
de ahogarse con mi semen,
lo hacía casi todo.

Yo gozaba
pero la perfección en los movimientos
y la velocidad exagerada en producirlos
me hacían dudar del resultado.
Amo y olvido, le dije con orgullo,
cuando vuelve el amor siempre eres otra,
con tanta novedad nunca me aburro.
¿Cómo llamar malo, le pregunto cariñoso,
algo que nos da vida y, en mi caso, rejuvenece?
Tal vez porque al gozar algo se muere,
algo se descubre de una muerte lejana
que viene del futuro y que ya ocurrió
y es por ese contrasentido, amada,
que algo goza cuando nos encontramos
y algo goza al partir.

Bueno, está bien, dijo ella,
mucho no entendí pero parece
que tienes ganas de besarme,
puedes hacerlo, dijo sencilla,
pero después no digas que soy una histérica
porque primero te beso y luego me voy.
No tengo ganas de besarte y además
no tolero, como creo un hombre debería,
que las mujeres hagan todo por mí,
sin sentir mucho, sin desear nada, sin vivir.
No tolero y, tampoco, lo creo.
A veces me encuentro pensando
que es tan fuerte el deseo de una mujer
y tal la sumisión del hombre a ese deseo
que ella no tiene que hacer nada, ni se le nota,
pero ella desea y él pone ahí, sobre la mesa,
su deseo, sencillamente, como un esclavo:
yo gozo pero ella tiene todo el poder.
Y cuando ella goza y yo soy el poderoso,
le ordeno gozar y, ahí, es cuando me ama.

125.001 ejemplares: NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA


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PRESENTACIÓN DE LOS LIBROS

LA MUERTE EN CASA
Autora: Alejandra Menassa de Lucia
64 PÁGS.
4 EUROS; 6 $

 

 

"... él se acordaba de la manera que tenían de morir esos viejos, allá lejos en su tierra, tanto los rusos como los tártaros y los udmurtos. Sin fanfarronadas, sin aspavientos, sin presumir de que no iban a morir, todos admitían la muerte apaciblemente. No sólo no retrasaban el momento de rendir cuentas, sino que se preparaban para ello tranquilamente y con antelación, designaban quién se quedaría con la yegua, quién con el potro... Y se extinguían con una especie de alivio, como si sólo tuvieran que cambiar de isba.".
A. SOLZHENITSYN, "El pabellón de los cancerosos".

La muerte no tiene otro lugar, no ocurre en éste u otro sitio, siempre es "en casa". Este poemario sobre la vida se funde con la sin rostro, sin cuerpo, sin voz. Es la muerte fuera de las necesarias imaginerías con que la viste el florilegio popular, las formas más corrientes de antropomorfización o las más difundidas como la extensión y sucesión entre un punto inicial y uno terminal. Muerte con quejido de bebé y vocación de tanatorio. El intento "cuando nada se sabe (ni se podrá saber) de la muerte" es buscarle, con creciente desesperación, una retahíla de representaciones, con manto de negro sacerdotal, con guadaña-bisturí de labriego-médico presto para la siembra y el corte, y, más aún, como una loca calavera despojada de sus sesos, riéndose de toda lógica viviente. Sin embargo esta muerte tramada "en casa" del poema permanece como tal, pero caída, fuera del alcance del morir, del muerto y del cadáver. No participa de ningún sino trágico, dramático, teológico u ontoteológico. Su único "destino" es hacerse y deshacerse, descolocarse a sí misma para que no tenga un fin adecuado, final. De este modo, como Penélope, ya no espera a ningún Odiseo, sino teje y desteje las demoras de la vida, pone a la vida en la espera trabajosa de una llegada inevitable que ya no le importa como tal, pues la muerte tiene su "propia" vida en el poema. Es una muerte que escribe cartas de amor, es decir, que tiene destinatarios, no es la que le toca a todos, ni la estirada de pata de animal, es la que podría tocarle al que pueda destilar los aconteceres de la vida en el cuenco de su grial. Todo lo demás ocurre sin nuestra participación desde el comienzo.

El "en casa", que también como "la muerte" da nombre al libro, remite a lo más peculiar de ella. No se trata de la muerte en general o del todos fatalmente tenemos que morir. Los poemas en conjunto y uno por uno se dedican a despejar esa obviedad. Las imágenes más certeras son las que, a un lector desavisado, le hablan oblicuamente de otro asunto. Cuando una de sus imágenes (p. ej. "cuando mi carne reblandecida ceda al beso de la larva" o cualquier otra, salta inmediatamente que "el hombre se equivoca/hasta en la fecha oscura de su muerte") parece designar un determinado estado de cosas, éste se transmuta porque el "estado de cosas" no es más que el mismo giro poético. "En casa" parecería indicar un lugar cercano, familiar, habitable. Sin embargo, a mi entender, nada más alejado de lo conocido y figurable que ese "en casa". Entraña, ante todo, el lar del poeta, la muerte resguardada en la escritura y de trazas que nos vienen de "más allá del principio del placer". Los veinticuatro poemas del libro no ocultan sus enigmáticas resonancias.

Y, en sus pasadizos, las trabajan bajo una marca de estilo que juega las apuestas de una vida marcada por la muerte. Decía Sartre: "no morimos porque estamos viejos, estamos viejos porque morimos".

Podría agregar este poemario que la vida no deja de ser una especie bastante rara de muerte. Y esto nos mete "en casa". ¿Qué es ese estar "en casa" de la muerte? Es lo más cercano a uno, la ley "inmanente" de la vida, aquello por lo que ella deviene. Nombra el oikos (el lugar de lo propio e indelegable) que yace en toda oikonomía, y por ello en la "economía de muerte" que domina todo el libro. En ella, en su morada, nos invitan a pensar sus tres secciones.

Es el verdadero convite de todas las pulsiones parciales "destinadas a asegurar el camino hacia la muerte PECULIAR del organismo y a alejar otras posibilidades de regreso a lo inorgánico que no sean las INMANENTES" (subrs míos). Es decir, hay una "pulsión de lo propio", remarcada por Freud, cuya función es realizar un juego de relevos permanentes entre la vida y la muerte, donde las oposiciones comunes de ambos procesos desaparecen, en pos de una transmutación constante de uno en otro, de una gracia a otra. Sólo ahí, en el trabajo incesante de lo propio, la finitud se instala como el viceversa de la vida que canta una "oda a la 

muerte", y de ésta que entona el susurro permanente de la vida misma. "En casa", entonces, apela a lo que Freud dejaba incólume, la singularidad de la propia muerte. Afirmaba, "más acá" de ese "más allá", que "restaba en PIE que el organismo no quiere morir sino a su manera" (subr. mío). Y ese pie, que nos deja de a pie, es el que se deposita en el suelo del poema, como llamado y cansada requisitoria a mí, que intento presentar lo impresentable, a todos ustedes y alguien más que asistirá a este canto a muerte, cuando ella nos interpela, pensativa, en un bello poema, "¿no se darán cuenta de las veces que he salvado sus vidas?" ¿Daremos cuenta alguna vez de ese salvataje? es decir, leeremos de frente este libro, "más allá" de nuestros traspiés de vida.

Juan Carlos De Brasi. Psicoanalista
Madrid: 91 547 56 64

Juan Carlos De Brasi presentando el libro 
La muerte en casa
.

Alejandra Menassa de Lucia recitando con Miguel Oscar Menassa uno de los poemas de su libro.

Público disfrutando de la poesía.

Hoy quiero agradecer este premio. Y quiero agradecer especialmente la existencia de la Asociación Pablo Menassa de Lucia, Aula de Poesía y Psicoanálisis, de la que soy socia, y su trabajo por la difusión de la cultura en todas sus manifestaciones.

Para mí es un inmenso honor que me haya sido otorgado el mismo galardón que un día recibiera el poeta D. Leopoldo de Luis.

Doy especialmente las gracias a la Presidenta de la Asociación, la Dra. Olga Elena de Lucia Vicente y, no sé si esto es políticamente correcto, pero doy las gracias a los miembros del jurado, por todo el trabajo invertido en la elección de los libros premiados.

Quiero aprovechar para agradecer al poeta Miguel Oscar Menassa su trabajo como coordinador de grupos de poesía. Que el significante Grupo Cero contenga la palabra grupo no es azaroso. Que el grupo sea concebido como una máquina productora de sujetos es una de las ideas que nos ha permitido a algunos de nosotros, integrantes de los talleres de poesía Grupo Cero, que nunca imaginamos escribir una línea, tener varios textos publicados.

Producción en serie de poetas.

Es también una alegría inmensa para mí tener cinco compañeros de premio. Un premio que publica seis libros es uno de los mejores premios que se conceden en España, y les aseguro que he estudiado a fondo el terreno.

Sinónimos de gracias, por favor, la página me está quedando llena de gracias.

Finalmente, un agradecimiento caluroso al poeta Pablo Menassa de Lucia. Porque ustedes se habrán dado cuenta de que existe una pequeña coincidencia en los apellidos. Pero no es al hermano al que quiero recordar ahora, es al poeta. Pablo ponía en boca de la muerte este enunciado: "La palabra escrita siempre me ganó la partida".

 


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Creo que para darle las gracias al poeta, toca por tanto, escribirle un poema.

Es una bella condena de la que me hablas:
Transformar la propia vida en un poema
dejarse ensartar por el hilo de oro
de las palabras
como ciegas perlas en un collar infinito.

Transformar el llanto en un caudaloso río;
transformar el río en una humana sonrisa:
Yo, río.
Bordarle estrellas al amanecer
lunas al rocío.

Quiero esa cárcel; barrotes de palabras.
Ilusiones de papel.
Quiero esa libertad: alas como gasas etéreas
tejidas de versos, alas de papel.

Carceleros de torva mirada enamorada;
tocados inevitablemente por la letra,
vigilando el incesante movimiento de las manos,
gritando de dolor cuando lo ven cesar.

Es una bella condena de la que me hablas:
prestarle un corazón enamorado
al que nunca pudo amar,
una ironía al que nunca se burló
de sí mismo.
Vivir de las palabras.

Alejandra Menassa de Lucia. Médico-Psicoanalista Madrid: 91 758 19 40

GOLPES DE REALIDAD
Autor: Manuel Menassa de Lucia
72 PÁGS.
4 EUROS; 6 $

 

 

 

SOBRE PAPEL BARATO
Autor: Fabián Menassa de Lucia
72 PÁGS.
4 EUROS; 6 $

 

 

 

Hoy presentamos los libros que obtuvieron el segundo premio de poesía de la Asociación Pablo Menassa de Lucia en su última convocatoria:

Sobre papel barato, de Fabián Menassa de Lucia, y Golpes de realidad, de Manuel Menassa de Lucia.

Al leer las contraportadas puede chocarnos la juventud de los autores, 23 y 22 años, respectivamente, aunque tenemos que puntualizar.

En una sociedad como la nuestra, donde la media de vida es de 65-70 años, ciertamente, ellos recién empiezan a vivir. Pero si nos damos cuenta de que ambos publicaron por primera vez sus poemas en el número 1 de la revista El Indio del Jarama, en enero de 1992, no podemos aplicarles tan a la ligera el calificativo de jóvenes. Es más, debemos decir que son poetas experimentados, puesto que llevan más de la mitad de su vida dedicados a la escritura.

No hay que confundir la edad con la experiencia.

Pero ¿qué quiere decir dedicarse a la escritura? Según la Escuela de Poesía Grupo Cero, asistir a un taller de escritura y hacer las tareas, que son leer y escribir. La fórmula parece sencilla, pero la manera de someterse a esa ley, la manera de dejarse trabajar por la poesía es diferente en cada sujeto, pues diferentes son las palabras que combinará en los poemas.

 

En los libros que hoy presentamos tenemos un claro ejemplo de cómo el mismo tema es dicho de manera diferente que, por tratarse de la poesía, será única y universal al mismo tiempo. Veamos:

Qué papel juega la poesía en sus vidas:

Fabián: "Soy poeta,/mis manos fueron hechas,/ahora lo sé,/de amor, trabajo, fuerza y precisión,/y esculpen con inusitada agilidad,/ los pilares sustento de mi vida."

Manuel: "Ahora sé incorporarme ante cualquier tropiezo,/cuerpo de poeta, viajante en las aristas del tiempo/ruedan las palabras, la vida entre mis dedos."

Acerca de la experiencia de escribir:

Fabi: "Cada vez escribo,/me dejo escribir por el poeta/y en ese abrazo de letras infinitas/soy el niño asustado que no para de llorar/ y soy también,/los firmes brazos del poeta/secando la última lágrima,/robando el último recuerdo/ para llorarlo en esta página."

Manu: "Me asomo por la ventana, ciego/arrojo en el rincón el último cadáver/-a éste que es mi imagen-/lo maté con la misma mano con la cual/dibujé su rostro en todas las edades."

El poeta, como sabemos, es un ser sensible y cuanto ocurre a su alrededor, a otros humanos semejantes, le impacta especialmente:

Fabián: "El señor de la guerra/le miró a los ojos,/sostuvo firmemente su mirada/y le dijo muy seguro:/Usted no tiene respeto por la vida.../DEBE MORIR."

Manuel: "Atarán nuestras manos/y taparán nuestra boca/con alguna droga,/más bien barata./Querrán atemperar nuestros sentidos,/ nada lograrán."

Así podríamos continuar con el amor, la muerte, los poetas que los sostienen, el futuro, la libertad, etc., puesto que nada escapa a la mirada del poeta.

A punto de terminar, me doy cuenta de que ambos títulos muestran la fuerte relación que, tanto Fabián como Manuel, tienen con la escritura. Fabián sabe que, Sobre papel barato, se escriben los periódicos, también Las 2001 Noches, es decir, nuestro principal medio de difusión de poesía. Manuel dice: "Certeros golpes de realidad/dejaron casi muerto/mi lugar de fantasía." Casi, puesto que sus fantasías, ahora, son poemas.

Carmen Salamanca Gallego
Gerente de la Editorial Grupo Cero y
Coordinadora de Talleres de Poesía
Madrid: 91 548 94 12

Carmen Salamanca Gallego presentando los libros Sobre papel barato y Golpes de realidad.

Fabián Menassa de Lucia y Manuel Menassa de Lucia preparados para la presentación de sus libros.

Alejandra Menassa de Lucia presentando los libros Estallidos del deseo y Cortina de humo.

 


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CORTINA DE HUMO
Autora: Cruz González Cardeñosa
64 PÁGS.
4 EUROS; 6 $

 

 

 

ESTALLIDOS DEL DESEO
Autora: Magdalena Salamanca Gallego
72 PÁGS.
EUROS; 6 $

 

 

 

Año 1999, primera convocatoria del Premio Pablo Menassa de Lucia en su modalidad de poesía, un autor premiado: el ilustre poeta Leopoldo de Luis. Segunda convocatoria, año 2000, dos autores premiados. Tercera convocatoria, 2001: cuatro autores premiados, dos primeros premios y dos segundos. Cuarta convocatoria, 2002: seis autores premiados, un primer premio, dos segundos tres terceros.

La Asociación Pablo Menassa de Lucia se adapta cada vez más a función de difundir la cultura en todas sus dimensiones.

El interés por la escritura, el arte poético, la relación del poeta con historia de la poesía, se alza como estigma indelebile, como marca, en todos los poetas Grupo Cero. Cada autor a su peculiar manera, y un autor no es otra cosa que su obra.

Hoy presentamos dos terceros premios de Poesía de la Asociación Pablo Menassa de Lucia 2002: Estallidos del deseo y Cortina de humo, de las poetas Magdalena Salamanca y Cruz González respectivamente.

Magdalena despliega esta problemática poética así: A ti, que navegas los colores de la muerte/que desdicen las formas de la pasión/con armas de papel quebrado. En los versos de Magdalena papel escrito puede ser el arma más certera, y si la escritura es producto efecto de haber realizado una lectura, no podemos dejar pasar el corazón de Celaya palpitando, aún caliente, en los versos la autora. No en vano su anterior libro, compartido, se llamó Armas de mujer. Continúa: El poeta es rastreador de palabras, dibuja historias en sus pequeñas manos, es panadero de versos: la poesía está aquí concebida como un trabajo tan prosaico como cualquier otro, Maiakovsky nos diría: como la extracción del radio, año de trabajo para extraer un gramo.

Pero Magdalena no es una observadora imparcial, está implicada radicalmente en su función de poeta, y nos lo dice así: Quiero confesarme herida/como una víscera sangrante./Herida por la palabra/ por el sol y sus fulgentes rayos acústicos/por el aire y el esfuerzo de respirar cada segundo/por la tierra y su tenaz manera morir./Quiero confesarme herida/muerta por los versos clavados como puñales/en el centro justo de mi verdad.

Estallidos del deseo, pequeños resplandores que ciegan antiguas quimeras. Sólo así es posible la escritura: el deseo del poeta se diluye en la función poética, y en su estallido, combustión última, versos como restos de metralla, inundan la escena.

Cruz toma su posición poética reconociendo su deuda simbólica la poesía, deuda paradojal, imposible de pagar y que sólo se paga escribiendo y publicando: Fiel habitante de la bruma/despierto instalada entre tus letras/juego de luces y sombras.

El poeta es un brazo, las piernas, los ojos de la poesía. Es ella, la poesía en sus sacádicos movimientos espirales la que va escupiendo al mundo poetas, como lenguas de fuego.

Cruz construye a lo largo de toda la geografía temporal de Cortina de humo, una nueva anatomía, un cuerpo pulsional, más de la anatomía imaginaria, más allá de los márgenes del cuerpo biológico: Escribo, nos dice, y ese será mi cuerpo.

En sus versos se construye esa nueva piel, ese nuevo rostro, esas nuevas manos que serán el cuerpo del poeta:

Palabras escondidas en los pliegues de una piel/Un rostro repartido entre millones de rostros/Manos entelazadas a otras
manos/trabajando incansables, un futuro
.

Eres el que escribe el miedo con sangre, arterias, huesos.

Cada libro es un ladrillo más: hueso o músculo del cuerpo de ese poeta. Cruz tiene un cuerpo de tres libros: Letras de fuego, A golpe lluvia, libro en colaboración, y ésta, su última producción:

Cortina de humo. Como vemos, la lluvia no apagó el fuego de su primer libro, aún queda un resto: Cortina de humo, un resto que supera a los libros anteriores. Un resto sublime, como el cuerpo del poeta es resto de la Poesía.

En estas páginas ambas autoras se adscriben a una concepción de la escritura, a una manera de amar que es todas las maneras posibles del amor, a una idea de verdad como producción. Les recomiendo su lectura.

Alejandra Menassa de Lucia. Médico-Psicoanalista
Madrid: 91 758 19 40

Magdalena Salamanca Gallego y Cruz González Cardeñosa recitando los poemas de sus libros.

La Asociación Pablo Menassa de Lucia, Aula de Poesía y Psicoanálisis, presenta los premios de Poesía Pablo Menassa de Lucia, en su cuarta convocatoria, que son: Primer Premio: La muerte en casa, de Alejandra Menassa de Lucia. Segundo Premio (ex aequo): Golpes de realidad, de Manuel Menassa de Lucia y Sobre papel barato, de Jorge Fabián Menassa de Lucia. Tercer Premio (ex aequo): Claveles españoles, de Inés Barrio; Estallidos del deseo, de Magdalena Salamanca Gallego y Cortina de humo, de Cruz González Cardeñosa.

Los seis autores pertenecen a la Escuela de Poesía Grupo Cero, Escuela que se fundó en 1969, y que de manera ininterrumpida dirigida por Miguel Oscar Menassa, construye poetas, allí donde exista el deseo en el candidato.

La Asociación Pablo Menassa de Lucia, se fundó en 1998, es una Institución sin fines de lucro y su objetivo prioritario es difundir la cultura en todas sus manifestaciones. Se mantiene gracias a la cuota mensual de sus asociados. ¿Usted nunca pensó en asociarse? Les invitamos a que se asocien: por 6 euros al mes, como asociado general; por 60 euros mensuales como socio colaborador; o por 300 euros al mes como socio fundador.

La Asociación organiza, colabora, promueve y subvenciona: recitales de poesía, conferencias de psicoanálisis, cortos cinematográficos, exposiciones de pintura, charlas coloquio de medicina; tiene instituidos premios que convoca anualmente, como el premio a la mujer trabajadora, los premios de poesía y de psicoanálisis; contamos con una página WEB donde pueden obtener más información de nuestras actividades, así como el modo de asociarse para aquellos interesados (www.aulapablomenassa.com).

La Asociación, en éste su quinto año de funcionamiento y siguiendo sus objetivos, presenta los libros premiados. En total son 15 los libros publicados.

Es un momento para felicitarnos y seguir trabajando para el Aula de Poesía y Psicoanálisis.

Después de la presentación de los poemarios, comenzará el recital poético musical, donde los autores leerán poemas de sus libros acompañados por la guitarra de: Alejandro Chévez, Sergio García, Kepa Ríos.

Al finalizar les ofreceremos el vídeo Leyendo en casa, un día antes del recital, con pormenores de la preparación del evento de los recitales.

Terminaremos con un cóctel, buen momento para pedir las firmas de ejemplares a nuestros poetas.

Y en algún instante sorpresa, sortearemos un cuadro de cada autor, guarden las papeletas que les dieron a la entrada hasta el final.

Preparamos las presentaciones con todo nuestro cariño, es decir, con trabajo y deseo, aprovechando el marco incomparable de la exposición de pintura "MENASSA 2003".

Como Secretario de la Asociación agradezco vuestra presencia en nuestros actos.

Aprovecho para recordar a los asociados que el plazo de entrega de originales para participar en la quinta convocatoria de los premios de la Asociación, tanto en poesía como en psicoanálisis, termina el 31 de julio.

Carlos Fernández del Ganso. Psicoanalista
y Secretario de la Asociación Pablo Menassa de Lucia
Madrid: 91 883 02 13

 


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50 AÑOS DE SU MUERTE

DYLAN THOMAS 
Gran Bretaña, 1914


CEREMONIA DESPUÉS
DE UN BOMBARDEO
INCENDIARIO

I

Mis yoes
los lamentadores
lamentémonos
entre los quemados en la calle a muerte incansable
por una niña de pocas horas
y su boca que heñía
chamuscada sobre el seno negro de la tumba
que la madre cavó, y por sus brazos llenos de incendios.

Comencemos
por cantar
cantemos
la oscuridad reincendiada hacia el principio
cuando la lengua presa asintió ciega
y una estrella se fragmentó
en los siglos de la niña
que mis yoes lamentamos ahora y que los milagros no pueden
                                                                                [expiar.

Perdona
nos perdona
dónanos
tu muerte para que mis yoes los creyentes
la sostengamos en un diluvio inmenso
hasta que la sangre salte
y el polvo cante como un pájaro mientras
avientan las semillas y tu muerte crece por nuestro corazón.

Llorando
tu agonizante
llanto,
niña más allá del canto del gallo, junto a la calle
encogida por el fuego, salmodiamos el mar que vuela
en el cuerpo despojado.
La última luz dicha es el amor. Ay,
simiente de hijos en el vientre de una negra cáscara abandonada.

II

Yo no sé quién, si
Adán o Eva, el sacro, adornado becerro
o la cordera blanca
o la virgen escogida
acostada en su nieve
sobre el altar de Londres,
fue el primero en morir
en el ascua del pequeño cráneo,
oh, novia y novio
oh, Adán y Eva tendidos
juntos en la tregua
bajo el triste pecho de la lápida
blanca como esqueleto
del jardín del Edén.
Yo sé que la leyenda
de Adán y Eva no es ni por un segundo
silenciosa en mi oficio
sobre los infantes muertos
sobre la única
niña que fue sacerdote y siervos,
verbo, coro y lengua
en el ascua del pequeño cráneo,
que fue la caída en la noche de la sierpe
y fue la fruta como un sol,
hombre y mujer deshechos, el principio
desmoronándose atrás hacia la oscuridad
desnuda como los semilleros
del jardín del desierto.
E E

III

En los tubos del órgano y las agujas
de catedrales luminosas,
en las bocas fundidas de veletas
que se rizan en círculos de doce vientos,
en el reloj muerto donde arde la hora
sobre la urna del sabbat
sobre la fosa enloquecida del alba
sobre el antro del sol y el tugurio del fuego
y las doradas aceras tendidas en réquiem,
en las calderas de la estatuaria,
en el pan de un trigal en llamas,
en el vino que arde como brandy,
las masas del mar
las misas del mar por debajo
de las masas del mar engendrador de infantes
estallan, en surtidor, y entran a pronunciar para siempre
gloria gloria gloria
el reino final y fulminante del trueno genésico.

ENTRE LOS MUERTOS
EN EL BOMBARDEO
DEL ALBA
HABÍA UN HOMBRE
DE CIEN AÑOS

Al despertar el día sobre la guerra
él se vistió, salió y murió,
las cerraduras bostezaban sueltas y un estallido las esparció,
él cayo donde amaba, sobre el pavimento reventado de la acera
y los granos funerarios de un suelo de sacrificio.
Decidle a su calle postrada que él detuvo un sol
y que los cráteres de sus ojos brotaron en primavera y fuego
cuando todas las llaves se dispararon de sus cerraduras y sonaron.
Dejad de cavar por las cadenas de su canoso corazón.
La ambulancia celestial arrastrada por una herida
se congrega y espera a que retumbe la pala en la jaula.
Oh, apartad sus huesos de ese carro vulgar,
que la mañana vuela en las alas de su edad
y a la diestra del sol se posan cien ciguëñas.


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HUBO UN SALVADOR

Hubo un salvador
más raro que el radio,
más corriente que el agua, más cruel que la verdad;
los niños resguardados del sol
se congregaban en torno a esa lengua
para oír la nota de oro girando por su surco,
y presos de deseos encerraron sus ojos
en las cárceles y estudios de esas sonrisas sin llave.

Dice la voz de los niños
desde un desierto perdido:
hubo calma que hacer en esa segura inquietud,
cuando el hombre obstructor dañaba
a hombre, animal o pájaro
ocultamos nuestros miedos en ese aliento asesino,
silencio, silencio que hacer, cuando la tierra se alborotaba,
en las guaridas y asilos del tremendo clamor.

Hubo gloria que oír
en las iglesias de esas lágrimas,
suspirabas bajo el vello de ese brazo que pegaba,
oh, tú que no podías llorar
por los suelos la muerte de un hombre
pusiste tu lágrima de dicha en el diluvio celestial
y apoyaste tu rostro en una concha de nubes:
ahora en las tinieblas sólo estamos tú y yo.

Dos hermanos altivos y oscurecidos lloran,
encerrados en el invierno codo con codo,
por el inhóspito hueco de este año,
oh, nosotros que no pudimos despertar
ni un delgado suspiro al oír, cerca,
a la avaricia golpeando, incendiando al vecino,
sino que gemíamos y anidábamos en el muro celeste,
ahora rompemos una lágrima gigante por la ignorada caída,

por el marchitar de hogares
que no criaron nuestros huesos,
las muertes valientes de seres únicos pero nunca encontrados,
ahora vemos, en nuestra soledad,
nuestro propio polvo de auténticos extraños
cabalgar por las puertas de nuestra casa inexplorada.
Exiliados en nosotros alzamos el suave, sedoso y áspero amor
que sin puño ni brazo rompe todas las rocas.

ROMPE LA LUZ DONDE
NINGÚN SOL BRILLA

Rompe la luz donde ningún sol brilla;
donde ningún mar corre, las aguas del corazón
pujan en sus mareas;
y, espectros rotos con luciérnagas en sus cabezas,
las cosas de la luz
desfilan por la carne donde ninguna carne cubre los huesos.

Una vela en los muslos
calienta juventud y simiente y abrasa las semillas de la edad;
donde ninguna semilla palpita,
el fruto del hombre se desarruga en los astros,
brillante como un higo;
donde la cera no existe, muestra la vela sus cabellos.

Rompe el alba tras los ojos;
desde los polos del cráneo y el pie, las ráfagas de sangre
se deslizan como un mar;
ni cercados ni estacados los pozos del cielo
surten hacia la vara
que adivina en la sonrisa el petróleo de las lágrimas.

La noche en las cuencas ronda,
como luna de brea, el límite de los globos;
el día alumbra el hueso;
donde el frío no existe, desuella el vendaval
el manto del invierno;
la piel de la primavera está colgando de los párpados.

Rompe la luz en solares secretos,
en puntas de pensamiento donde los pensamientos huelen bajo                                                                             [la
lluvia;
donde mueren las lógicas,
crece a través del ojo el secreto del suelo
y la sangre salta bajo el sol;
sobre las parcelas baldías el alba se detiene.

OH, HAZME UNA MÁSCARA

Oh, hazme una máscara y un muro para resguardar de tus                                                                              [espías
de afilados ojos esmaltados y garras con gafas
el rapto y rebelión en los criaderos de mi rostro
una mordaza de árbol enmudecido para ocultarle al cándido
                                                                          [enemigo
la lengua de bayoneta en este indefenso instrumento de rezos,
la boca presente, y el dulce soplo de la trompeta de las                                                                           [mentiras,
moldeado en vieja armadura y roble el semblante de un tonto
para escudar el cerebro destellante y embotar a los                                                                        [inquisidores,
y una pena de viudo lacrimoso colgando de las pestañas
para velar la belladona y dejar a los ojos secos percibir
cómo otros delatan las mentiras quejumbrosas de sus pérdidas
en la curva de la boca desnuda o en la risa sofocada en
                                                                    [las mangas.

 

A ESTE LADO DE LA VERDAD (Para Llewelyn)

A este lado de la verdad,
no podrás ver, hijo mío
-rey de tus ojos azules
en el país cegador de la juventud-
que todo está deshecho,
bajo los cielos indiferentes,
de inocencia y de culpabilidad,
antes de que te animes a hacer
algún gesto de cabeza o corazón,
todo se congrega y se derrama
hacia la oscuridad envolvente
como el polvo de los muertos.

El bien y el mal, dos formas
de moverse por tu muerte
junto al mar demoledor
-rey de tu corazón en los días ciegos-,
se esfuman como el aliento,
van llorando a través de ti y de mí
y de las almas de todos los hombres
hacia la inocente oscuridad,
y la culpable oscuridad, y la muerte
buena, y la mala muerte, y entonces
en el elemento final
vuelan como la sangre de los astros,
como las lágrimas del sol,
como la simiente de la luna, basura
y fuego, la alada grandilocuencia
del cielo –rey de tus seis años-.
Y la perversa voluntad,
desde el principio de las plantas
y los animales y las aves,
agua y luz, la tierra y el cielo,
está echada antes de que tú te animes
y todos tus actos y tus palabras,
cada verdad, cada mentira,
mueran en un amor que no juzga.

 


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HOY, ESTE INSECTO

Hoy, este insecto, y el mundo que respiro
ahora que mis símbolos han vencido al espacio,
al tiempo en los espectáculos urbanos y a la mitad
de ese tonto tiempo amado que gasto en empujar la frase,
en fábula y fe he partido el sentido,
soltado la guillotina, el doble rojo-sangre
de cola y cabeza, testigos de este
asesinato del Edén y de la verde génesis.

El insecto certero es la plaga de las fábulas.

El monstruo de este cuento, con membrana de sierpe
y ciego en sus anillos, se larga por el ardiente contorno,
mide su longitud contra el muro del jardín
y rompe su cascarón en el estupor del último principio;
un cocodrilo antes de la crisálida,
antes de la caída desde el amor el hueso volador del corazón,
esta pieza infantil, alada como un asno del Sabbat,
sopla sigilosa a Jericó sobre el Edén.

La fábula del insecto es la promesa certera.

Muerte: la muerte de Hamlet y los locos de pesadilla,
un molino de aire sobre un caballo de madera,
la bestia de Juan, la paciencia de Job y las patrañas de la
visión,
griega en el mar de Irlanda la voz inmortal:
"Amo a Adán, es infinito mi amor de locos,
no hay amante delator con un fin tan certero,
todos los enamorados de leyenda sobre un árbol de historias,
mi cruz de cuentos tras el fabuloso telón".

LA MANO QUE FIRMÓ 
EL PAPEL

La mano que firmó el papel derribó una ciudad;
cinco dedos soberanos tasaron el aliento,
duplicaron los muertos del orbe y diezmaron un país;
estos cinco reyes dieron muerte a un rey.

La mano poderosa se conduce al declive del hombro,
la articulación de los dedos se acalambra de tiza;
una pluma de ganso ha puesto fin al crimen
que puso fin al habla.

La mano que firmó el tratado engendró fiebres,
y creció la hambruna, y las langostas vinieron;
grande es la mano que domina al hombre
al vuelo de una firma.

Los cinco reyes cuentan los muertos pero no ablandan
la costra de la herida ni acarician el ceño;
una mano rige la piedad como otra mano rige el paraíso;
las manos no tienen lágrimas que verter.

SIN TRABAJO DE PALABRAS

Sin trabajo de palabras desde hace ya tres meses flacos en la
                                                                         [sangrienta
tripa del año de abundancia y en el gran monedero de mi                                                                               [cuerpo
reprendo amargamente a mi pobreza y mi oficio:

tomar para luego dar lo es todo, devolver lo que con hambre ha
                                                                          [sido dado
resoplando las libras de maná desde el rocío hasta el cielo,
la adorable labia repercute en un pozo cegado y regresa.

Recoger para luego desprenderse de los tesoros del hombre es [una muerte dulce
que arrastrará al final todas las monedas del aliento marcado
y contará los misterios tomados y abandonados en una mala
                                                                         [oscuridad.

Rendirse ahora es pagar dos veces el alto precio del ogro.
Antiguos bosques de mi sangre, precipitaos a la nuez de los                                                                            [mares
si tomo para quemar o devolver este mundo que es de cada
                                                              [hombre el trabajo.

Y LA MUERTE
NO TENDRÁ PODER

Y la muerte no tendrá poder.
Desnudos los muertos, ellos serán uno
con el hombre del viento y la luna del oeste;
cuando los huesos descarnados limpios se dispersen,
astros tendrán por codo y pie;
aunque enloquezcan serán cuerdos,
resucitarán aunque se hundan en el mar;
aunque los amantes se pierdan quedará el amor;
y la muerte no tendrá poder.

Y la muerte no tendrá poder.
Bajo las envolturas del mar largamente tendidos
no morirán a la intemperie;
aun retorciéndose en el potro mientras ceden sus tendones,
atados a una rueda, no se romperán;
la fe en sus manos ha de partirse en dos
y los han de atravesar males unicornes;
escindidos los extremos, ellos no se quebrarán;
y la muerte no tendrá poder.

Y la muerte no tendrá poder.
Nunca más podrán chillar las gaviotas en su oído,
ni las olas romper rugientes en la orilla;
donde alentó una flor nunca más una flor
podrá erguir su cabeza a los golpes de lluvia;
aunque estén locos y muertos como piedras,
las cabezas de los personajes martillean entre las margaritas;
estallan bajo el sol hasta que el sol se apague,
y la muerte no tendrá poder.

 


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AFORISMOS

FRIEDRICH HEBBEL
Dinamarca, 1813


- El hombre imaginó el absoluto contrario, y tuvo a su Dios.

- La religión es la fantasía de la humanidad: poder, no resolver las contradicciones, sino negarlas.

- Sin duda, el ensueño es para el espíritu lo que el sueño para el cuerpo.

- La naturaleza está ordenada para el goce de sí misma, y todas las criaturas no son otra cosa que lenguas con que se saborea.

- El mal es una barrera entre Dios y el hombre; pero una barrera que da existencia individual al hombre. Si no la hubiese, el hombre sería uno con Dios.

- El hombre es una cosa entre dos labios que se quieren juntar y no pueden.

- Los grandes hombres son el índice de la humanidad.

- Lo que en el genio es la intuición, es el instinto en la masa.

- La filosofía es una patología superior.

- Si el idioma fuese un producto del espíritu lógico, y no del poético, sólo tendríamos uno.

- Las enfermedades que señalan el crecimiento de la humanidad se llaman revoluciones.

- No sabiendo Dios qué hacer con una porción de hombres que no saben hacer nada de sí mismos, creó la felicidad.

- La envidia apunta siempre a lo que se tiene, no a lo que se es.

- El momento sostiene siempre a su individuo; el siglo rara vez al suyo.

- La humanidad tiene siempre un jefe supremo, pero ¡qué pocas veces conoce a su rey!

- Es una vieja observación que la decencia aumenta cuando la moralidad disminuye.

- Si al mármol le fuese dado sentir, seguramente se quejaría de los martillazos que... lo convierten en dios.

- Un prisionero es un predicador de la libertad.

- La justicia criminal debería ocuparse de descubrir la inocencia en lugar de la culpa.

- Cuando fracasa una revolución, fracasa un siglo entero; pues entonces el filisteo tiene una baza más.

- El pauperismo es un problema terrible. ¿Y si la gente que hace ajusticiar al pobre que se apropia sus riquezas fuese, un día u otro, ajusticiada por los pobres, por el hecho de poseer riquezas? El derecho de la propiedad tiene espantables consecuencias. ¿Y si los soldados recordasen de pronto que también ellos pertenecen al pueblo, y cuando les mandasen hacer fuego, tirasen, sí, pero contra quien les dio la orden?

- El que un malvado no se contente con pequeños delitos, sino que proceda cada vez hacia delitos mayores, ¿quiere decir realmente algo contra el malvado?

- Hasta el hombre pésimo se debería, si es posible, evitar la convicción de que es malo. Más de uno se ha vuelto ya malo por creerse malo demasiado pronto.

- Actualmente se vive del arte de gastar el dinero que el vecino lleva en el bolsillo.

- Hay gente que sólo se lava cuando ve a los demás sucios.

- A más de uno que dice que la vida es breve, le parece el día demasiado largo.

- Hay personas que se consolarían hasta del fin del mundo, con tal de que ellas lo hubiesen anunciado.

- La mayoría de los hombres son buenos sólo mientras tienen por buenos a los demás. No quieren dar, sino únicamente saldar una deuda.

- La vida de la mayoría de los hombres es una fuga de sí mismos.

- A menudo se echa en cara a la juventud el creer que el mundo empieza con ella. Cierto. Pero la vejez cree aún más a menudo que el mundo acaba con ella. ¿Qué es peor?

- Hay gentes que están más a gusto en la mentira ajena que en la propia verdad.

- Cuando reza y cuando lo afeitan, el hombre pone un rostro extático.

- ¡Cuántos hombres podrían ver, si se quitasen los anteojos!

- Que el hombre, tan poco amigo de la verdad, haya inventado el espejo, es el hecho más sorprendente de la historia.

- El que quiera conocer a los hombres, estudie los fundamentos de sus excusas.

- "Al que tiene, le será dado". La fortuna es como la gallina: pone el segundo huevo donde puso ya el primero.

- Sólo por el poeta cobra Dios los intereses de la creación, pues sólo el poeta se la devuelve más hermosa.

- La burla es la prueba de la solidez de lo serio. Lo que no puede soportar la burla tiene pies endebles. Esto sirve para la vida y para el arte.

- La mayor parte de nuestros críticos se han convertido en jueces sólo porque no podían erigirse en reyes.

- Hay personas que se encuentran un pelo en todos los platos sólo porque al sentarse a la mesa sacuden tanto la cabeza que siempre acaba por caer alguno.

- Nútrete de arte y de ciencia, y todo lo que respira sobre la tierra será aliento en tu pecho.

- Envolverse en el universo como en una capa, y de tal modo que igual lo muy cercano que lo lejanísimo nos calienten por igual: esto significa hacer poesía, crear.

- Así como la sangre vertida no es el hombre, así el contenido espiritual reducido a sentencias no es la poesía.

- Hay muchos que introducen la lógica en su poesía, y se figuran que eso es motivar.

- En presencia de un gran poeta se tiene la sensación de que viniesen a luz cosas que habían permanecido hasta entonces escondidas en el caos.

- Un poeta que no desecha ningún pensamiento es como un escultor que, por amor al bloque de mármol, no talla lo superfluo.

- ¿Habría dejado acaso de pintar Rafael si todo el mundo, menos él, hubiese estado ciego? Así, el verdadero poeta haría poesía hasta en una isla desierta y escribiría sus versos sobre la arena, aunque viese ya al rinoceronte dispuesto a reducirlos a cieno.

FRESCORES

ANAÏS NIN
Francia, 1903


Mi primer visión de la tierra fue de agua secreta. Pertenezco a esa raza de hombres y de mujeres que ven todas las cosas a través de esa cortina de mar y mis ojos son del color del agua. Tenía una mirada de camaleón sobre la cara movediza del mundo, una mirada anónima sobre mí misma, la inacabada.

Recuerdo mi primer nacimiento en la intimidad del agua.

Transparencia sulfurosa en torno de mí donde mis huesos se mueven como objetos de goma. Me balanceo y floto y me yergo sobre mis pulgares inconsistentes, atenta a sonidos lejanos, más allá de los límites del oído humano, percibo cosas fuera del alcance de la mirada humana. Nacida plenamente del recuerdo de las campanas de la Atlántida. Atenta a los sonidos perdidos, en busca de los colores desaparecidos, de pie, para siempre, sobre el umbral, como presa por los recuerdos, camino a nado. Corto el aire con el filo de mis aletas y floto a través de las habitaciones sin muros.

Expulsadas de un paraíso de silencio, las catedrales se ondulan cuando un cuerpo pasa, como una música insonora.

Esa Atlántida sólo podía ser redescubierta en la noche, a través del sueño. A partir de que el sueño cubría la ciudad firme y nueva, firmeza del mundo nuevo, las puertas más pesadas se abrían en el deslizamiento perfectamente aceitado de sus bisagras y se entraba en el mutismo del sueño. Terror y alegría de las muertes perpetradas en silencio, en el silencio de lo que se desliza y roza.

Cobertura de agua lanzada sobre todas las cosas, ahogando la voz.

Pero, por azar, un monstruo me llevó a la superficie.

Perdida en los colores de la Atlántida, en esos colores interpenetrados que nada delimita. Peces de terciopelo, de organza, con colmillos de encaje, peces de tafetas lentejuelas, peces de seda y de pluma y peces con bigotes, con los flancos laqueados y los ojos de cristal de roca, peces con la piel ajada y los ojos de grosella, ojos como la clara del huevo. Las flores palpitan sobre sus tallos como corazones de mar. Nada prueba su peso, el caballo de mar se mueve como una pluma.

Era como un bostezo. Me gustaba el bienestar, los ojos cerrados y los viajes suaves sobre el agua que barría los obstáculos, el agua que nos llevaba como un pecho colosal, el agua siempre allí para nuestro reposo, transmitiendo vidas y amores, palabras y pensamientos.

Muy por debajo del nivel de las tempestades, yo dormía. Me movía en el interior de los sonidos y de las tinturas como en un diamante de mar. Ninguna corriente de pensamiento en aquel lugar, sólo la caricia de la onda y del deseo mezclándose, tocándose, fluyendo y volviendo a fluir, errando -infinita profundidad de la paz.

No recuerdo haber tenido frío ni calor. Ninguna frialdad, ninguna quemazón. Sueño climatizado, sin fiebre, sin

FRESCORES

 


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estremecimientos. No recuerdo haber tenido hambre. El alimento se incorporaba por poros invisibles. No recuerdo haber llorado.

Sólo sentía la caricia del movimiento -movimiento en el cuerpo de otra- absorbida, sumergida en la carne de otra, mecida por el ritmo del agua, la lenta palpitación de los sentidos, el zumbido de la seda.

Amor sin conciencia, movimiento sin esfuerzo en el curso suave del agua y del deseo, aliento en el éxtasis de la disolución.

Me desperté al alba, arqueada sobre una roca, esqueleto de un barco ahogado por sus propias velas.

La noche me cercó, fotografía desplegada de su marco. Parte del forro del saco se rasgó como las dos conchas de una ostra.

Separados, el día y la noche y yo caía en su hendidura sin saber en qué lecho reposaba, si en la hoja más alta del alba, la gris y la fría, o sobre la cama sombría de la noche.

El rostro de Sabina permanecía suspendido en la oscuridad del jardín. Del fondo de sus ojos un viento de arena encogía las hojas y abrasaba la tierra; todo lo que se había precipitado en la vertical giraba ahora en torno al rostro, en torno a su rostro. La mirada que ella fijaba estaba hasta tal punto fuera del tiempo -pesadas profusiones de siglos precipitándose en procesiones profundas. Su piel nacarada exhalaba espirales de perfumes como el incienso.

Cada uno de sus gestos aceleraba el ritmo de su sangre y despertaba un canto que latía como el pulso cardíaco del desierto, un canto que era el tañido de sus pies imprimiendo en la sangre la huella de su rostro.

Una voz había atravesado los siglos, tan pesada que lo que tocaba lo quebraba, y de un peso tal que temía que vibrara en mí con eterna resonancia; una de esas voces roncas, ultrajantes, semejantes a los gritos herrumbrados que surgen en el último paroxismo del orgasmo.

Negra como su cabellera negra, su capa pendía de su espalda, a medias drapeada, a medias flotando alrededor de su cuerpo. Como consciente de los impulsos de Sabina, ese ropaje membranoso comenzaba a moverse antes de que ella misma se moviera y, como hacen las olas que fluyen en el mar, seguía activándose poco después de que ella se había quedado inmóvil. Sus mangas sonaban como un suspiro y el borde de su vestido danzaba alrededor de sus pies.

El collar de acero en su garganta lanzaba un destello de verano y el ruido del metal era como un crujido de sables... El paso de acero... Acero del esqueleto de Nueva York enterrado en el granito, enterrado de pie. El paso de acero... Notas a golpe de martillo sobre las guitarras gitanas con cuerdas de acero, sobre los brazos de acero de las sillas apaciguando su aliento y cortinas de acero cayendo, granizado, como mallas y barras de acero, barreras de acero que se desmoronan. Incorruptible, su collar, que ella había enroscado en la garganta del mundo. Lo llevaba como el trofeo torturado de una gemebunda mecánica, acompañando el ritmo inhumano de su paso.

Caída deshojada de sus palabras, vidrio sucio tiñendo sus humores, herrumbre en su voz, humo en su boca, su respiración en mi mirada como un aliento de hombre cegando un espejo.

Palabra -palabra a media voz, frases que no tenían necesidad de ser acabadas, abstracciones, campanas de China golpeadas con varas acolchadas, seudo-flores de naranjos pintadas sobre la porcelana.

Encerrada, velada, palabra a media voz de mujeres de carne dulce. Los hombres que ella había abrazado -y las mujeres- todos se purificaban en las vibraciones de mi memoria. Sonido interior al sonido, espectáculo interior al espectáculo y mujer dentro de la mujer -como una escritura invisible revelada por un ácido. Mujer en el interior de otra mujer, eternamente, procesión en marcha pulverizando mi espíritu, fragmentándolo en cuartos de tono que ninguna vara de orquesta tuvo jamás el poder de reunir.

 

 

Las 2001 Noches
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Viernes, 18 de Julio de 2003 a las 20:00 hs.

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ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE LUCIA AULA DE POESÍA Y PSICOANÁLISIS

Soy lo que vuela
encadenadme y seré lo encadenado que vuela
matadme y seré lo encadenado, muerto, que

LA ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE LUCIA
TAMBIÉN TIENE SU COLUMNA

PREMIO DE POESÍA Y PSICOANÁLISIS
PABLO MENASSA DE LUCIA
5ª CONVOCATORIA

BASES PARA LOS CONCURSOS
DE POESÍA Y PSICOANÁLISIS

1 -Para socios de la Asociación Pablo Menassa de Lucia.

2. Podrán optar a estos premios obras originales e inéditas, escritas en lengua castellana. (Para la modalidad Poesía: con libertad de tema y rima).

3. Deberán presentarse tres copias del libro, mecanografiadas a doble espacio, en hojas de tamaño DIN-A4. Para la modalidad de Poesía, el máximo será de 800 versos y cada poema debe ser presentado en hoja separada. Para la modalidad Psicoanálisis, los originales tendrán un máximo de 80 páginas.

4. Junto con las copias del libro, que irán firmadas con seudónimo, deberá presentarse un sobre cerrado en cuyo exterior figure el título de la obra y el seudónimo. En el interior deberán figurar los datos del autor: nombre, apellidos, dirección completa y teléfono.

5. Los premios, tanto para la modalidad de poesía como para la modalidad de psicoanálisis, consistirán en la suma de 900 Euros y la publicación de 1.000 ejemplares en Madrid y 1.000 ejemplares en Buenos Aires.

6. El plazo de presentación de originales termina a las 19:00 horas del día 31 de julio de 2003.

7. Los originales se deberán remitir a:  
Asociación Pablo Menassa de Lucia.
Aula de Poesía y Psicoanálisis.
Premio Pablo Menassa de Lucia.
Modalidad: Poesía y Psicoanálisis.
c/ Duque de Osuna 4 - Locales
28015 Madrid

8. Caso de no presentarse a concurso un mínimo de diez trabajos para cualquiera de las dos modalidades, los premios quedarán desiertos.

9. El incumplimiento de alguna de las bases, elimina automáticamente del concurso.

10. No se devuelven los originales no premiados.

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NUESTRA
PÁGINA
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ÚLTIMO AVISO
¡FECHA LÍMITE!
para entrega de originales
31 de julio de 2003

ASÓCIATE
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6 EUROS 
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SOCIOS DE HONOR EUROPA

Fernando Ámez Miña (Madrid) 360,€
Lidia Andino (Madrid) 360 €
José María Blasco (Barcelona) 360 €
Stella Cino Nuñez (Madrid) 360 €
María Chévez (Madrid) 360 €
Bibiana Degli Esposti (Madrid) 360 €
Claire Deloupy  (Madrid) 360 €
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Carlos Fernández del Ganso (Madrid) 360 €
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Mónica Gorenberg (Zaragoza) 360 €
Jaime Icho Kozak (Madrid) 360 €
Miguel Martínez Fondón (Madrid) 360 €
Miguel Oscar Menassa (Madrid) 360 €
Alejandra Menassa de Lucia (Madrid) 360 €
Concepción Osorio (Madrid) 360 €
Pilar Rojas (Madrid) 360 €
Montse Rovira (Ibiza) 360 €
Carmen Salamanca Gallego (Madrid) 360 €
Helena Trujillo (Málaga) 360 €
Norma Cirulli (Ibiza) 240 €
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Paula Malugani (Ibiza) 240 €
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Mº Carmen García Mateos (Salamanca) 18 €
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