LAS 2001 NOCHES Nº 58

LA MAREA NEGRA

EL HEAUTONTIMORUMENOS

LA LLAVE DE LOS DÍAS

CESAR VALLEJO

EL MUERTO JUBILOSO

EL REVÉS DE PÁJARO

LOS NUEVE MONSTRUOS

EL APARECIDO

AFORISMOS

OTRO POCO DE CALMA, CAMARADA..

EL RELOJ

JOHANN WOLFGANG LICHTENBERG

HOY ME GUSTA LA VIDA MUCHO MENOS...

EL VINO DE LOS TRAPEROS

SOCIOS DE HONOR

PIENSAN LOS VIEJOS ASNOS

LOS CIEGOS

ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE LUCIA

CHARLES BAUDELAIRE

NUESTROS LIBROS

POR BUELERÍAS

125.001 ejemplares: NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA


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CÉSAR VALLEJO Perú, 1892

LOS NUEVE
MONSTRUOS

I, desgraciadamente,
el dolor crece en el mundo a cada rato,
crece a treinta minutos por segundo, paso a paso,
y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces
y la condición del martirio, carnívora, voraz,
es el dolor dos veces
y la función de la yerba purísima, el dolor
dos veces
y el bien de ser, dolernos doblemente.

¡Jamás, hombres humanos,
hubo tánto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera,
en el vaso, en la carnicería, en la aritmética!
¡Jamás tánto cariño doloroso,
jamás tan cerca arremetió lo lejos,
jamás el fuego nunca
jugó mejor su rol de frío muerto!
¡Jamás, señor ministro de salud, fue la salud
más mortal
y la migraña extrajo tánta frente de la frente!
Y el mueble tuvo en su cajón, dolor,
el corazón, en su cajón, dolor,
la lagartija, en su cajón, dolor.

Crece la desdicha, hermanos hombres,
más pronto que la máquina, a diez máquinas, y crece
con la res de Rousseau, con nuestras barbas;
crece el mal por razones que ignoramos
y es una inundación con propios líquidos,
con propio barro y propia nube sólida!
Invierte el sufrimiento posiciones, da función
en que el humor acuoso es vertical
al pavimento,
el ojo es visto y esta oreja oída,
y esta oreja da nueve campanadas a la hora
del rayo, y nueve carcajadas
a la hora del trigo, y nueve sones hembras
a la hora del llanto, y nueve cánticos
a la hora del hambre y nueve truenos
y nueve látigos, menos un grito.

El dolor nos agarra, hermanos hombres,
por detrás, de perfil,
y nos aloca en los cinemas,
nos clava en los gramófonos,
nos desclava en los lechos, cae perpendicularmente
a nuestros boletos, a nuestras cartas;
y es muy grave sufrir, puede uno orar...
Pues de resultas
del dolor, hay algunos
que nacen, otros crecen, otros mueren,
y otros que nacen y no mueren, otros
que sin haber nacido, mueren, y otros
que no nacen ni mueren (son los más).
Y también de resultas
del sufrimiento, estoy triste
hasta la cabeza, y más triste hasta el tobillo,
de ver el pan, crucificado, al nabo,
ensangrentado,
llorando, a la cebolla,
al cereal, en general, harina,
a la sal, hecha polvo, al agua, huyendo,
al vino, un ecce-homo,
tan pálida a la nieve, al sol tan ardio!
¡Cómo, hermanos humanos,
no deciros que ya no puedo y
ya no puedo con tánto cajón,
tánto minuto, tánta
lagartija y tánta
inversión, tánto lejos y tánta sed de sed!
Señor Ministro de Salud: ¿qué hacer?
¡Ah! desgraciadamente, hombres humanos,
hay, hermanos, muchísimo que hacer.

OTRO POCO DE CALMA,
CAMARADA...

Otro poco de calma, camarada;
un mucho inmenso, septentrional, completo,
feroz, de calma chica,
al servicio menor de cada triunfo
y en la audaz servidumbre del fracaso.

Embriaguez te sobra, y no hay
tanta locura en la razón, como este
tu raciocinio muscular, y no hay
más racional error que tu experiencia.

Pero, hablándolo más claro
y pensándolo en oro, eres de acero,
a condición que no seas
tonto y rehúses
entusiasmarte por la muerte tánto
y por la vida, con tu sola tumba.

Necesario es que sepas
contener tu volumen sin correr, sin afligirte,
tu realidad molecular entera
y más allá, la marcha de tus vivas
y más acá, tus mueras legendarios.

¡Eres de acero, como dicen,
con tal que no tiembles y no vayas
a reventar, compadre
de mi cálculo, enfático ahijado
de mis sales luminosas!

Anda, no más; resuelve,
considera tu crisis, suma, sigue,
tájala, bájala, ájala;
el destino, las energías íntimas, los catorce
versículos del pan: ¡cuántos diplomas
y poderes, al borde fehaciente de tu arranque!
¡Cuánto detalle en síntesis, contigo!
¡Cuánta presión idéntica, a tus pies!
¡Cuánto rigor y cuánto patrocinio!

Es idiota
ese método de padecimiento,
esa luz modulada y virulenta,
si con sólo la calma haces señales
serias, características, fatales.
Vamos a ver, hombre;
cuéntame lo que me pasa,
que yo, aunque grite, estoy siempre a tus órdenes.

GRUPO CERO
GETAFE
Departamento de Clínica
Tel. 91 682 18 95
Previa petición de hora

 


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HOY ME GUSTA
LA VIDA
MUCHO MENOS...

Hoy me gusta la vida mucho menos,
pero siempre me gusta vivir: ya lo decía.
Casi toqué la parte de mi todo y me contuve
con un tiro en la lengua detrás de mi palabra.

Hoy me palpo el mentón en retirada
y en estos momentáneos pantalones yo me digo:
¡Tánta vida y jamás!
¡Tántos años y siempre mis semanas!...
Mis padres enterrados con su piedra
y su triste estirón que no ha acabado;
de cuerpo entero hermanos, mis hermanos,
y, en fin, mi ser parado y en chaleco.

Me gusta la vida enormemente
pero, desde luego,
con mi muerte querida y mi café
y viendo los castaños frondosos de París
y diciendo:
Es un ojo éste, aquél; una frente ésta, aquélla... Y repitiendo:
¡Tánta vida y jamás me falla la tonada!
¡Tántos años y siempre, siempre, siempre!

Dije chaleco, dije
todo, parte, ansia, dije casi, por no llorar.
Que es verdad que sufrí en aquel hospital que queda al lado
y está bien y está mal haber mirado
de abajo para arriba mi organismo.

Me gustará vivir siempre, así fuese de barriga,
porque, como iba diciendo y lo repito,
¡tánta vida y jamás! ¡Y tántos años,
y siempre, mucho siempre, siempre siempre!

PIENSAN
LOS VIEJOS ASNOS

Ahora vestiríame
de músico por verle,
chocaría con su alma, sobándole el destino con mi mano,
le dejaría tranquilo, ya que es un alma a pausas,
en fin, le dejaría
posiblemente muerto sobre su cuerpo muerto.

Podría hoy dilatarse en este frío,
podría toser; le vi bostezar, duplicándose en mi oído
su aciago movimiento muscular.
Tal me refiero a un hombre, a su placa positiva
y, ¿por qué no? a su boldo ejecutante,
aquel horrible filamento lujoso;
a su bastón con puño de plata con perrito,
y a los niños
que él dijo eran sus fúnebres cuñados.

Por eso vestiríame hoy de músico,
chocaría con su alma que quedóse mirando a mi materia...

¡Mas ya nunca veréle afeitándose al pie de su mañana;
ya nunca, ya jamás, ya para qué!

¡Hay que ver! ¡qué cosa cosa!
¡qué jamás de jamases su jamás!

CHARLES BAUDELAIRE
Francia, 1821

EL HEAUTONTIMORU-MENOS

Te golpearé sin cólera
y sin odio, como un carnicero,
como Moisés la roca,
y haré de tu párpado,

para saciar mi Sáhara,
brotar las aguas del sufrimiento.
Mi deseo hinchado de esperanza
en tus llantos salados nadará

como un navío que se hace a la mar,
y en mi corazón que embriagarán
tus queridos sollozos retumbarán
como un tambor que redobla.

¿No soy acaso un falso acorde
en la divina sinfonía,
gracias a la voraz ironía
que me zarandea y que me muerde?

¡Ella está en mi voz, el griterío!
¡Es toda mi sangre, este veneno negro!
¡Soy el siniestro espejo
donde la furia se contempla!

¡Soy la herida y el cuchillo!
¡Soy la bofetada y la mejilla!
¡Soy los miembros y la rueda,
y la víctima y el verdugo!

Soy de mi corazón el vampiro,
uno de esos grandes abandonados
a la risa eterna condenados,
y que ya no pueden sonreír.

EL MUERTO JUBILOSO

En una tierra rica y llena de caracoles
quiero cavar yo mismo una fosa profunda,
donde pueda a placer tender mis viejos huesos
y dormir en el olvido como un tiburón en la onda.

Odio los testamentos y odio las tumbas;
antes que implorar una lágrima del mundo,
preferiría vivo, invitar a los cuervos
a sangrar todos los trozos de mi esqueleto inmundo.

¡Oh gusanos! negros compañeros sin oreja y sin ojos,
ved venir a vosotros un muerto libre y jubiloso;
filósofos disolutos, hijos de la podredumbre,

a través de mi ruina id, pues, sin remordimiento,
y decidme si hay todavía alguna tortura
para este viejo cuerpo sin alma y muerto entre los muertos.

POR NAVIDAD

REGALE

POESÍA


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EL APARECIDO

Como los ángeles de ojo fiero
regresaré a tu alcoba
y hacia ti me deslizaré sin ruido
con las sombras de la noche;
y te daré, morena mía,
besos fríos como la luna
y caricias de serpiente
alrededor de una fosa rastrera.
Cuando venga la mañana lívida,
encontrarás mi lugar vacío,
y por la tarde hará frío.
Como otros por la ternura,
en tu vida y en tu juventud,
yo, quiero reinar por el espanto.

EL RELOJ

¡Reloj! dios siniestro, espantoso, impasible,
cuyo dedo nos amenaza y nos dice: "¡
Acuérdate!
Los vibrantes dolores en tu corazón lleno de espanto
se plantarán pronto como en un blanco;
El placer vaporoso huirá hacia el horizonte
igual que una sílfide al fondo de una ranura;
cada instante te devora un fragmento de delicia
a cada hombre otorgada para toda su estación.
Tres mil seiscientas veces por hora, el segundo
murmura: ¡Acuérdate! -Rápido con su voz
de insecto, mientras dice: ¡Yo soy el antes,
y he chupado tu vida con mi trompa inmunda!
¡Recuerda! ¡Acuérdate! prodiga ¡Esto memor!
(Mi gaznate de metal habla todas las lenguas.)
¡Los minutos, mortal retozón, son gangas
que no se deben abandonar sin extraer el oro!
¡Acuérdate que el Tiempo es un jugador ávido
que gana sin trampear, en todo lance! ¡Es la ley!
El día disminuye; la noche aumenta;
¡Acuérdate!
El abismo tiene siempre sed; la clepsidra se vacía.
Tan pronto sonará la hora en que el divino Azar,
en la cual la augusta Virtud, tu esposa todavía virgen,
en la cual el Arrepentimiento mismo (¡oh, el último refugio!)
en la cual todo te dirá: ¡Muere, viejo cobarde; es demasiado
[tarde!

GRUPO CERO

ALCALÁ DE HENARES Departamento de Clínica

Tel. 91 883 02 13

Previa petición de hora

 

EL VINO
DE LOS TRAPEROS

A menudo, a la claridad roja de una farola
en la que el viento azota la llama y atormenta el cristal,
en el corazón de un viejo arrabal, laberinto fangoso
donde la humanidad hierve en fermentos tormentosos,
se ve un trapero que viene, meneando la cabeza,
chocando y dándose contra los muros como un poeta,
y, sin tener cuidado de los polizontes, esos sujetos,
explaya todo su corazón en gloriosos proyectos.
Presta juramentos, dicta leyes sublimes,
abate los maleantes, levanta las víctimas,
y bajo el firmamento como un dosel suspendido
se embriaga de los esplendores de su propia virtud.
Sí, estas gentes hostigadas de penas domésticas,
molidas por el trabajo y atormentadas por la edad,
reventadas y dobladas bajo un montón de restos,
vómitos confusos del enorme París,
regresan, perfumadas de un olor de toneles,
seguidas de compañeros, blanqueados en las batallas,
cuyo mostacho cuelga como las viejas banderas.
¡Los estandartes, las flores y los arcos triunfales
se yerguen ante ellos, solemne magia!
¡Y en la aturdidora y luminosa orgía
de clarines, de sol, de gritos y de tambores,
llevan la gloria al pueblo ebrio de amor.
Es así como a través de la humanidad frívola
el vino hace rodar oro, deslumbrante Pactolo;
en la garganta del hombre canta sus proezas
y reina por sus dádivas igual que los verdaderos reyes.
Para ahogar el rencor y mecer la indolencia
de todos esos viejos malditos que mueren en silencio,
Dios, tocado de remordimientos, hizo el sueño;
el Hombre le añadió el Vino, hijo sagrado del Sol.

LOS CIEGOS

¡Contémplalos, alma mía; son verdaderamente horrorosos!
Semejantes a los maniquíes; vagamente ridículos;
terribles, singulares como los sonámbulos;
lanzando no se sabe dónde sus globos tenebrosos.
Sus ojos, de donde la divina chispa se ha ido,
como si miraran a lo lejos, permanecen levantados
al cielo; nadie les ve jamás hacia los suelos
inclinar soñadoramente su pesada cabeza.
Atraviesan así el negro ilimitado,
este hermano del silencio eterno. ¡Oh, ciudad,
mientras que a nuestro alrededor cantas, ríes y bramas,
enamorada de placer hasta la atrocidad!
Mira, yo me arrastro también, pero, más que ellos
embrutecido,
digo: ¿Qué buscan en el cielo todos esos ciegos?


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NUESTROS LIBROS, NUESTROS LIBROS, NUESTROS LIBROS...

LA LLAVE DE LOS DÍAS

Autora:
Alejandra Menassa
de Lucia
72 PÁGS.
4 EUROS; 6 $

Este es el tercer libro de poesía de Alejandra Menassa de Lucia. Desde la portada, unos ojos femeninos miran con intensa dulzura mientras, en un escenario de cuento de hadas, el color de su piel envuelve el libro.

Detrás, una Alejandra de expresión madura sonríe levemente junto a las palabras que explican su nombre: nacida hace 30 años, médico, psicoanalista en formación en la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero, coordinadora de talleres de escritura, autora de 3 libros de poesía y coautora de Psicoanálisis y Medicina. Una vez más, el tiempo ha pasado.

Y, precisamente, La llave de los días nos habla de ese lugar llamado tiempo y que nada tiene que ver con el transcurrir del reloj o los números del calendario, un tiempo que es vida escribiéndose:

"No hallé un lugar donde la letra/no dejara su huella de marfil,/su manto de coral hacia el futuro."

"Limito al sur con las palabras,/al norte con la herida", nos dice.

Estas serán las coordenadas de una geografía donde la poeta nos abrirá las puertas del poema, guardará nuestro latido y nos mostrará el mundo con sus manos.

"Habitar estos versos, ser la carne,/el corazón, el pulmón de estos versos,/prestarles el latido y las respiraciones." A eso aspira el poeta, a sabiendas de que no es con el cuerpo con lo que escribe poesía "...porque el poeta colgó su cuerpo/en el perchero y se dejó escribir".

Pero ¿dónde está la llave de los días? Es el título del libro pero no encabeza ninguna sección ni poema. ¿Dónde están las llaves?

¿Quizá en el fondo del mar? ¿Qué nos querrá decir la poeta, empujándonos a investigar con infantil curiosidad? Busquemos en el libro.

En psicoanálisis, el tercero viene a ser aquello que rompe la ilusión de completud en el niño, es el acceso al mundo. Quizá fue el azar quien dispuso que, precisamente en el tercer poema, titulado

"Crímenes perfectos", encontremos la clave.

"Extraeré con mis manos los gusanos/enfermos que te habitan,/tu tonto amor por los espacios oscuros,/tu mezquina costumbre de andar solo/como si algún demonio conociera/la dicha de tus pasos, su clave, su acertijo,/y tuviera en sus manos algún dios la llave de tus días."

Acepta el reto que propone la escritura: esta vez, primero, hay que hacer el trabajo sucio. Por eso, con quirúrgica precisión, limpiará nuestro corazón de podredumbres milenarias donde la soledad es máscara de una huida imposible.

Después, "hay que decir palabras que hieren la garganta", y éste es el crimen. Pero Alejandra da un paso más: además de decir las palabras, las escribe, y este hecho es lo que convierte el crimen en perfecto. Lo que antes fuera el arma homicida, una vez escrito queda del lado de la ley.

Y ¿cuál es el cuerpo del delito? Podríamos decir que la ingenuidad o ceguera voluntaria de vivir como si fuesen poderes ignotos, dioses o demonios, quienes deciden nuestros pasos y nos manejan a su antojo. Nada de eso, la poeta lo deja bien claro: "...nadie inflige el castigo, nadie,/es la mano de uno la que se alza contra uno".

Es decir, el hombre es quien, con sus manos, con su trabajo, construye su propio destino. Sólo el trabajo puede modificar la realidad.

Y nos da una lección magistral con este asunto del título, puesto que elige un verso producido entre otros versos, un eslabón más de esa cadena donde "la noche y el día permanecen,/como por arte de magia, en el mismo renglón".

Una escritura cuya fuerza proviene de lo que, aún, está por escribir y que convierte a la poeta en un soldado atípicamente feliz: "La mano que me empuja/no sabe detenerse/más que frente a los puntos y las comas./No sabe hacer de mí una princesa triste".

Y ni aún la franca contemplación de la realidad, el horror de la guerra, la cotidiana miseria que caracterizan estos tiempos, consigue desviar su pulso o nublar su mirada. Sabe que atreverse a vivir en este mundo no es algo natural, sino humano, puesto que para ello hay que hablar, relacionarse con otros, semejantes pero diferentes.

"Hay otra realidad, me dijo el poeta,/debes respirar tranqui-la,/ después retirar los cadáveres/y comenzar otro poema". ¿Quién puede resistirse a semejante pasión?

Leo "Toda revolución tuvo su poeta" y me doy cuenta que éste es el reto que Alejandra Menassa de Lucia ha decidido aceptar. Vuelve a mi memoria la foto de contraportada, esa moderada sonrisa, la firmeza de su mirada, y me doy cuenta de que la mujer que nos habla en este libro, ha vivido, y de que su poeta, no bromea.

No hay marcha atrás, y lo sabe: "Siempre es otro lugar/al que se vuelve." Por eso, cuando abramos nuevamente La llave de los días, podremos vivir un tiempo diferente,

"Ahora toca el punto y pasar a otro espacio."

Carmen Salamanca Gallego
Gerente de la Editorial Grupo Cero y
Coordinadora de Talleres de Poesía
Madrid: 91 758 19 40

Tal vez las preguntas que atraviesan a los poetas, a cada poeta, sean las mismas, aunque la manera de no alcanzar la respuesta sea diferente.

Tanto el poeta como el poema trabajan en y para la poesía.

Al poema se llega por la poesía y este libro de poesía tiene una manera de comenzar cuando lo hace por "Las puertas del poema" diciéndonos tal vez que el poema también es una puerta a la poesía.

Esta poeta comienza éste su tercer libro con una teoría sobre el poetizar cuando escribe: "Tú siempre serás esa voz" más allá de cualquier amanecer, más allá de todo poema y de todo poeta, una voz que me hace voz, que nace cada vez y hace al poema y al poeta.

"Antes del verbo, nada, / y después el adiós" muestran que lo que ata al humano a la tierra es el desgarramiento de la urgencia del que se sabe mortal. Ninguna pesadumbre cuando el reto es vivir y vivir es un trabajo.

Se rebela contra la mansedumbre de los días muertos en vida, esos que creen tener en sus manos la llave de los días y hace de ese verso una incertidumbre habitable.

Y no es un desgarramiento divisible sino como escribe en uno de los poemas: "combinaciones imposibles donde/la noche y el día permanecen,/como por arte de magia, en el mismo renglón."

Como estudiante de Medicina y estudiante de Psicoanálisis se hizo acompañar por su primer libro de poemas, su Primera inquietud, después su segundo libro, Al oído del viento, lo publica como Licenciada en Medicina y como candidata al Psicoanálisis, hoy este tercer libro La llave de los días se publica cuando se especializa en Medicina Interna y como Psicoanalista, después de un libro publicado titulado Psicoanálisis y Medicina, lo cual muestra que es una trabajadora de estos dos campos de pensamiento.

Y sus versos versan sobre el trabajo, "el ejercicio de la letra" y "desde los edificios del verso,/muriendo en un nombre de mujer."

Por eso hombre o mujer, para esta poeta, son hechos de palabras, y así escribe: "Siempre he sufrido con la cabeza alta./Si alguna vez dolió, lo hice palabras,/cada vez que gocé, nació un poema." y sabe que al semejante se llega por la letra.

La poesía nunca es fácil y mucho menos tranquilizadora, sino

más bien inquietante y es el trabajo de un ser humano que entra en la densidad de lo indecible y ejerciendo una violencia sobre el lenguaje lo hace hablar.

Por eso que para esta poeta se trata de atarse para conseguir la mortalidad y así la vía hacia la libertad: "Me ataste con cadenas a tu cifra,/a tu letra y yo amé la libertad/de esas cadenas."

Tres apartados anudándose en su simultaneidad: "Las puertas del poema", "El guardián del latido" y "Mis manos en el mundo", separan uniendo y unen separando, lo que hace que este libro se muestre en su incipiente y terminal inocencia, en el sentido que Heidegger nos dice que la poesía es la más inocente de las tareas.

El primer apartado dice sus últimas palabras con estos versos, donde matarse o morir están hechos de letra: "Esta página, esta página/en blanco ha muerto/entre mis manos./Princesa de la noche,/mi manzana perdida,/habita en sus tinieblas", y donde se muestra la imagen de la mujer guardando una relación nueva con la palabra princesa y con la palabra manzana, introduciendo a la mujer en nuevas cadenas significantes: princesa de la noche y manzana perdida.

En el segundo apartado se muestra otra forma del objeto a de esta poeta, del objeto que causa su deseo, su forma de ser deseante, haciéndose pura temporalidad: "Tuve que deslizarme/como contorsionista,/ para estirar las horas,/para volverme tiempo,"... donde sexo y fracaso quedan tocados por el pensamiento psicoanalítico:

"He practicado el sexo de repetir tu nombre/y el sexo de la cuchara apenas en los labios, ..." o bien "He fracasado en todo y todo lo hice bien, ..." y donde su posición en la medicina le hace arriesgarse a nuevas cadenas significantes sobre lo humano: "Estoy encadenada,/ pegada con formol/a estos retales/a los que llamo cuerpo.", o bien "He aquí tus ojos/que no fueron nunca/espejos ni ventanas/donde asomarse al alba." ... "He aquí tu sangre, desparramada/ como un tejido informe./Tu corazón, amapola/esperando deshojarse al latido.".

En el tercer nudo de este libro la poeta se sienta en la tierra y deja que la poesía preste su voz a los sin voz, a los caídos en las guerras bélicas y también en las guerras cotidianas, a los que no pudieron alejarse nunca más del mar o bien de la profundidad de las minas, a los caídos en el sueño de nacer de nuevo en otra patria y a los que mueren por falta de sueños, y también a los caídos en la tristeza de la que siempre se vuelve otro y no se quiere volver porque al ser humano lo que le cuesta es perder un sí mismo.

Como podemos leer, al saber médico se une el saber psicoanalítico, y puede saber que cuando el paciente del Hospital muere a pesar de la medicina lo que se terminó en él es el deseo. También sabe que la máquina del lenguaje funciona sin que el sujeto se dé cuenta, que una mujer se puede cortar las manos para no dar nada y un hombre mutilarse para que la mujer no goce; que la ideología de hoy, mañana se puede transformar en la contraria.

Y presta la voz de la poesía a los sin papeles porque de ellos es este siglo que está llegando, año a año, verso a verso, por eso esta poeta pide, aunque quisiera que esta realidad del mundo no fuera así, que al poeta le dejen seguir soñando, seguir haciendo versos, comenzar otro poema. Y así cae el telón del libro, así habla su punto final: "Ven sueño, ven/apiádate de mí,/ven y haz caer este

pétalo,/esta partida nuez,/este delirio./Ven y hazme el amor./¡Bájese ya el telón!/¡Acabe la función/de estar despierto!".

Gracias Alejandra por este libro que por ser el tercero hace que sea tu primer libro topológicamente tríplice.

Amelia Díez Cuesta. Psicoanalista
Madrid: 91 402 61 93


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Estamos frente al tercer poemario de Alejandra Menassa de Lucia, que en ocasiones anteriores nos entregara Primera inquietud y luego Al oído del viento. En el primero vimos una poeta joven aventurándose por los senderos algo intrincados del poema en plenitud, y no fue indispensable hablar de novedades sino de un decidido paso hacia el tiempo sin mensura del lenguaje. Nos alegramos con la aparición de su segundo libro Al oído del viento, donde la veíamos avanzar con firmeza hacia su propio centro donde la metáfora poética, sin duda la aguardaba.

Y ahora en esta tercera entrega poética de Alejandra no podemos dejar de observar su madurez, su andar por caminos perdurables y holgados donde la poesía es una compañera de ruta. Este posicionarse se puede leer en la primera parte del libro "Las puertas del Poema" en que la poeta nos dice de ciertos lugares para el encuentro con la Poesía:

"Y has sido mi madero en los / días atroces y en las madrugadas.

/ No te pedí que surgieras / de entre mis dedos como la noche... / No te pedí que brotaras, / que nacieras de mí como lo que nace / de lo imposible, de lo efímero.

O en "El corazón del poema", donde los versos toman la tersura del "viento enamorado" en que se inscriben sus versos o la vibración de un sonido sinfónico en: "un deseo como estallar / de violines en la noche".

En la segunda parte "El guardian del latido" se desnuda la pasión por un tiempo donde no es posible retornar, más allá del que escribe y del que lee, también límite sutil entre creación y locura:

"Naturaleza, di, sé que no puedes / escucharme y por eso te increpo. / ¿Es natural acaso ser un resto / sentirse poblada de palabras, / viajeras de paso hacia otras bocas?

En "Mis manos en el mundo", cierre del poemario, la búsqueda de la poeta continúa, recorre los espacios amurallados del cuerpo.

Y el alma, la tristeza, la libertad, el amor. Y admite que la vida y el mundo continúan con ella y sin ella.

La muerte amiga, la muerte enemiga, las vidas de otros se alejan y se van cuando escribe: "intentamos en vano / despertar su deseo"

Luego nos acerca al lugar de la poesía donde la muerte acontece en un punto del poema "en el silencio muerto, el silencio ejecutado por un ruido, sin nombre sin palabra". Allí es donde la escritora realmente resuelve, halla un sendero para proseguir buscando:

"Hay otra realidad, me dijo el poeta, / debes respirar tranquila, / después retirar los cadáveres / y comenzar otro poema."

Poesía limpia de un decir claro, sonidos fulgurantes de cataratas y sirenas afirmando la presencia de toda una voz en plena resonancia.

Agradezco a la autora esta nueva entrega y a la Editorial Grupo Cero su esfuerzo sostenido en pro de la Poesía.

María Chévez. Psicoanalista
Madrid: 91 541 75 13

OTROS LIBROS DE ALEJANDRA MENASSA DE LUCIA:

- De Poesía: PRIMERA INQUIETUD y AL OÍDO DEL VIENTO.

- De Psicoanálisis: PSICOANÁLISIS Y MEDICINA

Editorial Grupo Cero

 

EL REVÉS DEL PÁJARO

Autora:
Carmen Salamanca
Gallego
64 PÁGS.
3,60 EUROS; 6 $

 

COMENTARIOS

El revés del pájaro es el tercer libro de poesía que publica la editorial Grupo Cero de la autora Carmen Salamanca.

Para comenzar la tarea que hoy se me impone, recurro al diccionario y la primera conclusión que saco despierta mi interés. En primer lugar, busco en sus páginas la palabra revés y encuentro entre sus posibles significados interesantes caminos para desarrollar la presentación del libro. Impresionada quizá por la riqueza significativa del término revés, busco también la palabra pájaro y encuentro infinidad de acepciones de esta segunda palabra.

En ambos casos reconozco la polisemia de estos términos, cosa que cuando ustedes lean el libro van a notar desde la primera página hasta la última.

Vuelvo al título y me detengo en la palabra revés:

1.- Espalda o parte opuesta de una cosa.

2.- Golpe que se da a otro con la mano vuelta.

Y recuerdo cómo, durante la lectura del libro, se intuye un querer ser esa mancha de tinta que se opone a la determinación de la especie, que da la espalda a la muerte. También reconozco en los poemas de este libro la segunda definición seleccionada, siendo la escritura ese golpe al silencio con la mano impregnada de versos.

"Mortal/en perfecta discrepancia/con arraigos adheridos/e inútiles respuestas,/despego mi cuerpo de su carne,/cambio alma por palabras, y nazco."

Recurro de nuevo a esa fuente inagotable de saber, el diccionario, y tomo la primera definición de pájaro. "Cualquier especie de ave, especialmente si es pequeña". Y otra vez, aparece el libro como las alas de ese otro pequeño frente a la escritura.

Pero no me detengo en esta lucha tenaz del hombre y surge ante mis ojos una verdad: "Hombre astuto y sagaz que suele suscitar recelos", o bien, un significado en desuso: "El que sobresale o es especialista en una materia". Estos dos últimos senderos de la palabra pájaro, me remiten directamente a la autora del libro, considerando que el trabajo de Carmen Salamanca a favor de la poesía, de la escritura, es inagotable en su perseverancia por sobrevivir.

Y eso también aparece impreso en estas páginas, muesca que día a día hace la autora en sus versos, como el preso marca los soles en la pared de su celda. Así, presa de sí misma porque su vida es poesía, se desliza entre la abrupta selva de las palabras para llegar al paraíso que siempre soñó.

"Soñé un punto, y seguido, /en el preciso instante de doblar el alma."

Divide el libro en cuatro partes de las cuales llama la atención la última; Los cumpleaños del poeta. Quizá porque esta última parte resulta menos extensa, a la vista, que el resto.

Pero no debemos dejarnos engañar por nuestros sentidos, la percepción es del todo ese aparato equívoco que nos acompaña toda la vida. Los cumpleaños del poeta, sección dedicada a Miguel Oscar Menassa, carece por completo de poca extensión, si entendemos por extensión la capacidad para ocupar una parte del espacio, o bien, la medida del espacio ocupada por un cuerpo.


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NUESTROS LIBROS, NUESTROS LIBROS, NUESTROS LIBROS...

Cuerpo, espacio son en este caso voluntades de la escritura. Ligaduras al mundo que nos contiene y nos soporta. Pero Carmen Salamanca, podríamos decir, se encuentra en una tercera dimensión, donde se confirma que los productos en la realidad son el sello de autenticidad que nos sitúa frente a nosotros mismos, frente al mundo.

Y, como las palabras no son ingenuas, tengo que reconocer, aunque resulte un dato absurdo, que la primera vez que abrí El revés del pájaro me produjo una calma, un estado de armonía que sólo después de leerlos se entiende y se alcanza. Libro con calidad, que hasta en la dimensión de sus versos nos hace pensar en una madurez que rara vez obtenemos cuando emprendemos el viaje de la lectura poética.

Pero su riqueza, evidente desde la primera palabra hasta la última, anida, como buen pájaro cantor, en el léxico, en la sintaxis, en la puntuación, en la musicalidad, en el ritmo, en el acierto metafórico, en cada poema que vuela como único aunque siempre acompañado de otros, como una bandada de poemas que desde la tierra se desdibuja en el cielo, como un poderoso misterio naciendo a la vida.

Gracias a la Editorial Grupo Cero por poner el punto de mira en poetas como Carmen Salamanca y gracias a ella por hacer posible este vuelo por el revés de la vida.

Magdalena Salamanca Gallego
Integrante de la Escuela de Poesía Grupo Cero
y candidata al Psicoanálisis
Madrid: 91 758 19 40

* * * * * * * * * *

Esto podría ser el comienzo de una historia: Era un día extrañamente soleado de Noviembre, y muchos se habían reunido alrededor de aquella producción que abría sus ojos a la luz desteñida del único día 13 de este mes de otoño madrileño.

Damos hoy la bienvenida al tercer libro-hijo de la poeta madrileña Carmen Salamanca Gallego, El revés del pájaro. Es un libro estructurado en cuatro secciones: "El revés del pájaro", "Vuelo hacia la luz", "Como guante" y "Los cumpleaños del poeta".

Su primer libro, Entre palabras, comienza así: "Reniego de mi mortal,/humana condición".

Y sabemos que renegar es negar doblemente, volver a negar,

Carmen se declara, por lo tanto, mortal. Y más tarde, en el libro que nos ocupa nos lo dice así:

"Mortal,/en perfecta discrepancia/con arraigos adheridos/e inútiles respuestas,/despego mi cuerpo de su carne/cambio alma por palabras/y nazco."

Este primer poemario está sostenido por un título tan significativo como Entre palabras, significativo a la luz de los acontecimientos que vendrán después. Carmen habita entre palabras, y no cualquier palabra, sino palabras escritas: ejerce funciones de Gerente de la Editorial Grupo Cero, Redactora de la revista Las 2001 Noches, coordinadora de talleres de poesía. Y algo que siempre insiste en sus tres poemarios: Integrante de los Talleres de Poesía Grupo Cero, en los que se ha producido su poeta.

De los talleres que coordina, bajo la idea Grupo Cero de que la producción de poetas no es diferente de otras producciones, también es con trabajo, han surgido: Letras de Fuego y Surcos (1998),

Armas de mujer y Entre las cámalas (2000); Interlunio, Noche interior, Ecos del silencio (2001); Patria de pájaros y Desde el umbral (2002), segundo Premio de Poesía ex-aequo de la Asociación Pablo Menassa de Lucia (2001) y A golpe de lluvia (2002).

Escribo hoy, sintiéndome especialmente hermanada contigo por un pacto casi sanguíneo, si la tinta es la sangre del poeta. En 1995 la Editorial Grupo Cero publica el libro Entre palabras, la presentación de la poeta en sociedad, yo mi Primera inquietud. En 1998 Carmen insiste con Noches de piel. Alejandra Al oído del viento. En el año 2002 Carmen sigue sin dar a torcer su brazo, aquél con el que se escribe poesía, y el resultado de esa persistencia es el libro que nos reúne hoy: El revés del pájaro. La escritura es, entre otras cosas, nuestra manera de conversar.

El revés del pájaro. ¿Acto de disección anatómica o poesía desgarrada? La poesía de Carmen es casi una matemática, con precisión cuasi quirúrgica, sus versos son como una fórmula, imposible cambiar un adjetivo sin herir para siempre al poema. Veamos el poema que da título al libro, la última estrofa nos dice:

"Redoblé la vigilancia sin apuro/Entorné mi piel sobre los días, transformé mi voz/en el revés del pájaro..."

Un guante se vuelve del revés, un pájaro ¿se vuelve del revés? Recuerdo la imagen vallejiana en la que un hombre es dado la vuelta mediante un palillo introducido por su boca. Dice: "Por entre mis propios dientes salgo humeando. La miseria me saca por entre mis propios dientes, cogido con un palito por el puño de la camisa".

El otro lado del pájaro. Ya no hay plumas, no hay pico, no hay vísceras, no hay sangre, hay sólo vuelo, metonimia, hay sólo una palabra que habla otras palabras, metáfora. Vuelo, volar se repiten a lo largo del libro como un martilleo inextinguible, da título a una de las secciones. Volar es abandonar frases anteriores: "Cuelgo hábitos en el tiempo, vuelo hacia la luz", "Preposiciones en alerta máxima,/adverbios de emergencia en retaguardia/tecnología punta en adjetivos/y conjunciones copulativas/por si fuera necesario el amor".

Y matemática no quiere decir desapasionada, Carmen está enteramente implicada con su oficio de escritora:

"La bestia gime en mi garganta/exige entrega inmediata del valor/plena sumisión a las consignas." 

O: "No supe calibrar codicia y calculé,/a sabiendas, la sangre derramada/desmedida pasión arrojada al abismo/entre claves de íntima conspiración."

Y como todo poeta, en sus poemas se construye una particular mirada sobre el mundo:

"Y construían enemigos a medida/en diabólicas conjuras sobre papel: famélicos esclavos del dolor/con el odio tatuado en los huesos,/ desterrados de su propio infierno./Miradas congeladas con la sorpresa/gritos ahogados en la carne/y el terror invadiendo la memoria."

Carmen nos enseña que un adjetivo no es el adorno de un nombre, en este texto hay cerca de 500 adjetivos distintos, ninguno sobra, trastocan el sentido de la palabra que se les acerca: "abrupta tiranía del sentido", "agrias combinaciones con mi sexo", "caigo en telúrica ascensión". Todas combinaciones que juegan a otros juegos que a los del sentido común. Enhorabuena Carmen, y gracias por este libro.

Alejandra Menassa de Lucia. Médico-Psicoanalista
Madrid: 91 758 19 40

* * * * * * * * * *

Ante este tercer libro de Carmen Salamanca se difumina sobre mi mirada atenta una dirección: hacer escritura, poetizar lo íntimo y esa vocación incontrolable está entre sus versos.

"Galopando bravías frases construimos/tiempo y universo opuestos a lo estricto,/gárgolas de amor volando en desbandada/cielo abierto para la voz humana."

Un caballo que galopa puede desbocarse, encabritarse. Así la poeta se sube sobre el lomo de un animal mítico ebrio de domesticidad, el lenguaje, como si un surtidor de la fuente de la vida se tratara.

Así la vemos, algo despeinada en plena fiesta de palabras multicolores y volátiles.

El poema como un campo de batalla donde exhibir heridas y grandezas, rescoldos vitales del día a día:

"Y calculé a sabiendas, la sangre derramada,/desmedida pasión arrojada al abismo/entre claves de íntima conspiración./Mover pieza fue lo pactado,/incurrir en desacatos múltiples al silencio/y subir, volar en perfecta desbandada/cuando el enemigo comience a preguntar."

En los versos de Carmen viven voces de poetas admirados; Olga Orozco, Leopoldo de Luis, Miguel Menassa, Neruda, Alberti, Germán Pardo García, Carilda Oliver, aparecen en sonidos, en formas vacías y hasta en sentencias.

Y la presencia en ella de una convicción señera: la de la atalayada espera de la palabra que la hace destino.

Cuerpo de la lectura que cuaja entre los versos, el poema no es una meta fácil, no aguarda ni viene, simplemente resucita o resiste en un trazo.

Una escritora del Grupo Cero, Carmen Salamanca, no cree en la inspiración, sino en la producción del encuentro fortuito donde la palabra vana abandona su destino cloacal para aspirar a volar como nube o viento. Escritura inspiradora, iniciática, instante de la creación fugaz, nada efímera, en esta poeta que hace de poesía y psicoanálisis su itinerario metódico y vital, verdadero aliento de la tarea productiva porque hoy en día las musas además de respirar ociosamente, sólo acuden en las reuniones de trabajo.

A veces Carmen se recuesta muellemente entre adjetivos, la lengua para ella es entonces una planta florida, cotidiana y vaga en la que conviven aves exóticas y gorriones de ciudad.

"En los límites del universo,/desmontamos sinuosas estrategias:/ límpidas maniobras, alguna sospecha/esquinas deformadas por el uso/y un desliz, esmeralda de sueños/agitada faz de muertos infinitos./Hoy la luna disfraza nuestras huellas/diluye en su coraza páginas como estrellas./Cometa desmedido y voraz/en permanente retorno, imposible."

La poesía es música, también sueño, plaga de versos que limpian el aire y contagian el alma...

La energía inspiradora de la escritura Grupo Cero también ha caído sobre mí, después de esta lectura entonces empapada de versos, que calan mis huesos en sus resonancias. Escribo:

PARA CARMEN

Inalcanzable atalaya de la espera, hemos sondeado el abismo
y extraído
minerales de fuerza perpetua.
Es este un momento donde sin mirar atrás
marco los bordes de un camino
abrupto y fértil, nada solitario;
piedra con piedra y argamasa
otorga solidez a nuestros pasos.
Dentro del paisaje, gruta y nido,
integrantes de una especie liviana y leve
guardan su cautiverio y sus presas.
Miradas ardientes como rehenes a punto de morir.
Humanidad atiborrada de metralla
estallando por doquier
tras el rastro tenue de mundos olvidados.
Cuerpo de mujer
aguantando de frente
el extravío.

María Chévez. Psicoanalista
Madrid: 91 541 75 13

OTROS LIBROS DE CARMEN SALAMANCA GALLEGO:
De Poesía: ENTRE PALABRAS y
NOCHES DE PIEL.

Editorial Grupo Cero

 


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AFORISMOS

JOHANN WOLFGANG

VON GOETHE Alemania, 1749

- La verdad es una antorcha, pero gigantesca; de ahí que todos intentemos pasar a su lado con los ojos entornados, temiendo incluso quemarnos.

- Por el simple hecho de hablar, cualquiera se cree capacitado para hablar también sobre el lenguaje.

- El hombre de acción carece siempre de conciencia; sólo la posee el contemplativo.

- Alguién pidió consejo a Timón sobre la educación de sus hijos.

"Haz que les enseñen", dijo éste, "aquello que jamás podrán concebir".

- El odio es un descontento activo, la envidia, uno pasivo; por eso no debe extrañarnos que la envidia se convierta tan rápidamente en odio.

- El más necio de todos los errores es la creencia, por parte de algunos cuerdos cerebros juveniles, de que perderían su originalidad si reconocieran la verdad que otros ya han reconocido previamente.

- La belleza nunca podrá lograr una idea clara de sí misma.

- Vivir en la idea significa tratar lo imposible como si fuera posible.

Otro tanto puede decirse del carácter: cuando ambas cosas coinciden, ocurren acontecimientos, que sumen al mundo en un asombro del cual tarda milenios en recuperarse.

- A las distintas contrariedades de cada día sólo deberían contraponerse grandes hechos histórico-universales.

- En realidad uno sólo sabe cuando sabe poco; con el saber crece la duda.

- Son sus errores los que hacen realmente entrañable al hombre.

- La materia está a la vista de cualquiera, el contenido lo encuentra sólo quien tiene algo que añadirle, y la forma es un misterio para la mayoría.

- El error se repite continuamente en los hechos, por eso no hay que cansarse de repetir la verdad con palabras.

- Así como en Roma había, aparte de los romanos, todo un pueblo de estatuas, así también, además de este mundo real, hay otro imaginario y casi más poderoso en el que vive la mayoría.

- Una crónica la escribirá sólo aquél para quien tenga importancia el presente.

- Toda nuestra habilidad consiste en sacrificar nuestra existencia para existir.

- Poder hacernos con un buen consejo es ya una forma de dominar la situación nosotros mismos.

- Debemos pagar caro nuestros errores si queremos libe-rarnos de ellos, y aún así hemos de considerarnos dichosos.

- En cuanto acceden a la libertad, todos los hombres hacen valer sus defectos: los fuertes, su exageración, los débiles, su indolencia.

- No es de extrañar que todos, más o menos, nos complazcamos en la medianía, ya que nos deja en completa paz y tranquilidad, dándonos la agradable sensación de frecuentar a nuestros iguales.

- No podemos eludir ninguna contradicción en nosotros mismos; tenemos que intentar resolverla. Si otros nos contradicen, no debe importarnos; es asunto suyo.

- Puede ocurrir muy bien que el hombre acabe a veces horriblemente trillado por acontecimientos públicos o privados; el destino inclemente tritura sólo la paja, mientras los granos quedan incólumes y saltan alegremente de un lado para otro en la era, sin preocuparse por saber si acabarán en el molino o en la sementera.

- La máxima probabilidad de que algo se realice deja siempre lugar a una duda; de ahí que cuando lo esperado pasa a ser realidad, resulte siempre sorprendente.

- Nada hay más terrible que una ignorancia activa.

- El anciano pierde uno de los mayores derechos del hombre: deja de ser juzgado por sus iguales.

- Muy rara vez nos satisfacemos a nosotros mismos; tanto mayor consuelo es haber satisfecho a otros.

- La ciencia sufre un gran retraso en sus avances debido a que nos ocupamos de lo que no vale la pena saber y de lo que no puede saberse.

- La belleza nunca podrá logar una idea clara de sí misma.

- Por mucho que lleguemos a conocerlo, el mundo siempre conservará un lado nocturno y otro diurno.

GEORG CHRISTOPH
LICHTENBERG Alemania, 1742

- Varias veces he sido censurado por faltas que mi censor no tuvo el ingenio o la energía de cometer.

- Soy inepto como censor tan sólo por el hecho de que cada letra manuscrita, excepción hecha de la propia, es para mí como una traducción a un idioma que no puedo tomar a la ligera, y esto distrae siempre.

- Siempre he procurado imponerme leyes que sólo entren en vigor cuando me sea casi imposible violarlas.

- Cuando releo mis viejos cuadernos de reflexiones, a veces doy con una idea propia que me satisface. Me sorprende que una idea se pueda volver tan ajena para mí y mi sistema, y me alegro tanto como si se le hubiera ocurrido a un antepasado.

- La cosa cuyos ojos y orejas no vemos y cuya nariz y cabeza aparenas vemos, en pocas palabras, nuestro cuerpo.

- Los hombres más sanos, más hermosos y mejor proporcionados son quienes están de acuerdo con todo. En cuanto se padece un defecto se tiene una opinión propia.

- Muchos de los más singulares hallazgos poétidos de los hombres se deben al instinto sexual (por ejemplo, los ideales de las muchachas y sus similares). Es una lástima que las fogosas muchachas no puedan escribir de los hermosos jóvenes, como bien podrían hacerlo si les fuera permitido. Así, la belleza masculina aún no ha sido dibujada por las únicas manos que podrían dibujarla con verdadero fuego. Probablemente la espiritualidad que los ojos hechizados ven en un cuerpo sea muy distinta a la muchacha que ve un cuerpo masculino que en el muchacho que descubre un cuerpo femenino.

- Eso que ustedes llaman corazón está bastante más abajo del cuarto botón del chaleco.

- Al pueblo lo arruina la concupiscencia carnal contra el espíritu y al intelectual la concupiscencia espiritual contra el cuerpo.

- La moderación presupone el placer; la abstinencia, no. Por eso hay más abstemios que moderados.

- Un rostro no se deja analizar en un instante: necesita una consecuencia.

- Todo hombre también tiene su trasero moral, que no enseña sin necesidad y mientras puede cubre con los pantalones de la decencia.

- Si la razón, hija del cielo, pudiera opinar de belleza, la única fealdad sería la enfermedad.

- Cuando uno es joven apenas sabe que está vivo. La idea de salud sólo se adquiere con la enfermedad. Advertimos que la Tierra nos atrae por el impacto de la caída. Si el envejecimiento se interrumpe, ese grado de enfermedad se convierte en una especie de salud y uno ya no nota que está enfermo. Sin el recuerdo de la salud pasada no se percibiría el cambio. Por eso creo que los animales sólo envejecen en nuestros ojos. Un erizo que al día de su muerte lleva una vida de ostra no es más infeliz que la ostra. Pero el hombre, que vive en tres niveles, el pasado, el presente y el futuro, puede ser infeliz cuando uno de ellos se arruina. La religión incluso ha introducido un cuarto: la eternidad.

- Dios creó al hombre según su imagen. Posiblemente esto significa: el hombre creó a Dios según la suya.

- Nuestro mundo llegará a ser tan refinado que creer en Dios resultará tan ridículo como hoy en día creer en fantasmas.

- Por más que en ellas se predique, las iglesias siguen necesitando pararrayos.

- Hay una especie de ventriloquía trascendental con la cual los hombres pueden aparentar que algo dicho en la Tierra viene del cielo.

- Es una lástima que beber agua no sea pecado, clama un italiano, ¡qué bien sabría!

- La invención más fácil para el hombre: el paraíso.

- Casi todos los maestros de la fe defienden sus teorías, no porque estén convencidos de su verdad, sino porque alguna vez lo estuvieron.

- Narra el señor Camper que cuando un misionero le habló del infierno a una comunidad de gloenlandeses, hizo tal descripción de las llamas amenazantes y se refirió tanto a su calor que todos emperazon a anhelarlo.

- Amarse a sí mismo al menos tiene una ventaja: no hay muchos rivales.

- Se movía tan despacio como un minutero entre una multitud de secunderos.

- En la actualidad se incluye a las mujeres hermosas entre las virtudes de sus maridos.

- El mejor refugio contra las tormentas del destino sigue siendo una tumba.


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SOCIOS DE HONOR EUROPA

Fernando Ámez Miña (Madrid) 360,€
Lidia Andino (Madrid) 360 €
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Alejandra Menassa de Lucia (Madrid) 360 €
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Fermín Lejarza (Bilbao) 240 €
Paula Malugani (Ibiza) 240 €
Olga de Lucia (Madrid) 180 €
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Francisco Ruano (Madrid) 30 €
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Mº Carmen García Mateos (Salamanca) 18 €
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Miguel Oscar Menassa  (Buenos Aires) 500 us.
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DIRECTOR:
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SECRETARIA DE REDACCIÓN PARA EUROPA:
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ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE LUCIA AULA DE POESÍA Y PSICOANÁLISIS

Soy lo que vuela
encadenadme y seré lo encadenado que vuela
matadme y seré lo encadenado, muerto, que

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LA ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE LUCIA
TAMBIÉN TIENE SU COLUMNA

Queridos socios y lectores del Aula de Poesía y Psicoanálisis, hemos cumplido nuestro cuarto año de existencia y seguimos adelante, para que los objetivos de la Asociación nos trabajen.

En estos cuatro años, se organizaron conferencias, jornadas de psicoanálisis, homenajes a Sigmund Freud y Jacques Lacan, recitales de poesía (recordamos todavía la voz, entre otros, de Leopoldo de Luis, hablándonos de la generación del 27), charlas-coloquio de medicina y psicoanálisis, colaboramos en diferentes Congresos Internacionales Grupo Cero, patrocinamos cortometrajes, campeonatos de mus, presentaciones de libros, creamos el Premio a la Mujer Trabajadora y, como figura en sus estatutos, dos premios: uno de Poesía y otro de Psicoanálisis, que ya cumplieron su cuarta convocatoria, cada vez con mayor calidad en sus candidatos.

Queremos agradecer a los socios que con su esfuerzo (tiempo y dinero) han hecho posible que la Asociación pueda difundir la cultura en cualquiera de sus manifestaciones.

En noviembre de 2002, se falló la cuarta convocatoria de los Premios Pablo Menassa de Lucia, que en su modalidad de Poesía (batiendo todos los records de la Asociación) premió seis libros. Seis poemarios de poetas formados en su totalidad en los diferentes Talleres de Poesía Grupo Cero. Una cantera inagotable de verdaderos trabajadores de la palabra, por ser transformados por la función poética.

El primer premio recayó en el libro La Muerte en casa de Alejandra Menassa de Lucia.

Un segundo premio ex-aequo a los poemarios Golpes de Realidad, de Manuel Menassa de Lucia y Sobre papel barato, de Jorge Fabián Menassa de Lucia Y un tercer premio ex-aequo a los libros Claveles españoles de Inés Barrio, Cortina de humo, de Cruz González Cardeñosa y Estallidos del deseo, de Magdalena Salamanca Gallego.

Con estos seis libros, que serán publicados próximamente, la Asociación alcanza la cifra de 16 libros publicados en los primeros cuatro años de funcionamiento.

Felicitaciones desde aquí a los laureados y animamos a los socios para que comiencen a elaborar sus libros para la próxima convocatoria, que será la quinta, tanto en Poesía como en Psicoanálisis.

Queremos agradecer a la Revista de Poesía, Aforismos y Frescores, LAS 2001 NOCHES por hacerse eco y publicar un adelanto de los libros premiados.

Hemos confeccionado una página WEB, que pueden visitar, donde aparecen los estatutos de la Asociación, historia del Aula, los diferentes premios, reportajes gráficos, biblioteca, listado de socios, actividades a realizar y otros datos de interés, entre ellos el modo de asociarse para todos aquellos que lo deseen.

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Les deseamos una feliz Navidad y un próspero año nuevo, para todos.

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Primera Muestra de los integrantes del taller de Pintura Grupo Cero

CIERRE, 4 DE FEBRERO DEL 2003

MEDICINA PSICOSOMÁTICA

SEMINARIO DE POSTGRADO

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3 SÁBADOS AL MES

DE 10 A 13 H

Director: Miguel Oscar Menassa
Coordinadora: Amelia Díez Cuesta
Docentes: Alejandra Menassa de Lucia
Pilar Rojas Martínez

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CONTENIDO:
– PROGRAMA DE LOS SEMINARIOS:
Sigmund Freud, Jacques Lacan,
Pensamiento Contemporáneo
Master en Clínica Psicoanalítica
– DEPARTAMENTO DE ATENCIÓN CLÍNICA
– CONFERENCIA SEMANAL

ENLACES:
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Revista semanal
e n I N T E R N E T

No sabemos hablar pero lo hacemos en varios idiomas:
CASTELLANO, FRANCÉS, INGLÉS, ALEMÁN,PORTUGUÉS, ITALIANO, CATALÁN
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