LAS 2001 NOCHES ÍNDICE NÚMERO 50

1952

SIRINGA DE SOLEDAD

EN LA CIUDAD

DESCANSO

1961 
PEQUEÑA HISTORIA

ESPINGÓN DE SOLTERO

COSAS DE LA CIUDAD

ERAS JOVEN...

JUEGOS PRIHIBIDOS

BEBIENDO DE ESTE VINO

ELLA DEL LLANTO Y MI PADRE

ÚLTIMO CANTO

PEQUEÑA HISTORIA

EL CUARTO DE LAS GOLOSINAS

CONSCRIPTO CLASE 40

ADOLESCENTE PESCADOR....

MI PADRE SE CANSA

1963
LA CIUDAD SE CANSA

ATENAS

HE VIVIDO

BOINA AZUL

NOSOTROS DOS ÉRAMOS TODO EL MAR

EL TERROR DEL PUERTO

ESA INFINITA TRISTEZA

ELLA Y EL VIENTO

ALGUNAS DE ELLAS

LA PRIMERA INQUIETUD

O CÓMO DESESPERAR..

ELLA Y LA LLUVIA

TODOS LO CUENTOS TERMINAN CON LA VIDA O CON LA MUERTE

HE COMENZADO LA MAÑANA...

ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE LUCIA

ELLA Y LA CALLE

UNO DE ELLOS

LA CALESITA JUEGO PARA NIÑOS

SOCIOS DE HONOR

BAJOS FONDOS

PENSAMIENTOS DEL POETA

LA REALIDAD JUEGA
JUEGA CON NOSOTROS

ÓLEOS STELLA CINO

POLLERA DE NOCHE

1966
22 POEMAS Y LA....

CONOCIMIENTO

LAS 2001 NOCHES

VENTANA COLOREADA

INTENTOS AUTOBIOGRÁFICOS

CAMPO ALEGRE

NUEVOS LOCALES

MIGUEL OSCAR MENASSA
Los primeros 40 años en la Poesía [1961-2002]

1952

Miguel Menassa, a los 12 años, con el puesto de fantasías
para mujeres en el mercado Inclán de Buenos Aires.

1961

PEQUEÑA HISTORIA

JUEGOS PROHIBIDOS

El mundo es un giro de viento;
abre las puertas detenidas;
yo abro las puertas,
yo soy el mundo.

Hablo a las baldosas
con la lentitud ingenua
de la renovación,
yo me renuevo.

Salto las ventanas viejas
de un barrio pobre
y amo a las muchachas
aún despiertas.
Le dejo el corazón
y luego parto.

Conmigo queda el aliento
que más tarde doy
por las calles de aquí,
por donde caminamos todos
todos los días.

Al llegar a las esquinas frías
me detengo,
miro el cielo:
no es posible.

Y vuelo entonces sobre esta sonrisa atlética
para cubrir
algunas faltas de amor.

PEQUEÑA HISTORIA

Yo soy
el hombre
que conmueve muchachas
en las mañanas empapadas;

el viento conocido
que desata la vida
de las esposas altas,
deshonestas,
de las hijas adúlteras
de casa como el mar,

la lluvia
que late en el vino
de mis hombres extraños de silencio
de caras como manos.

Soy
el que se queda solo
luego
y humanamente pide compartir
una risa
una copa
un hueco de saliva.

MI PADRE SE CANSA

Después del esfuerzo
entrego mi último bostezo a la noche
y duermo.

Me permito luego
recorrer con severidad
hasta la hebra rubia

125.001 ejemplares: NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA


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entretenida
en el primer mosquito de la noche
cubro maliciosamente
mi brazo desnudo
con el beso que deja mi madre
–sorprendida por mi presencia–
en un costado de mi cuerpo.

Y despierto
para aplaudir
alguna proeza de mi padre joven
que bebe junto a mí
una copa de vino
y una muchacha desconocida.

BOINA AZUL

Esta mañana, hurgando
por los techos vacíos y mojados
por los pisos y las maderas de los pisos,
temblando una canción,
he visto a una muchacha.

Caminaba gris, en este cielo gris
con una mano débil, tendida
en los bostezos de los hombres,
para tocar el viento que le negaban.

Ese viento fuerte
que se debatía en sus piernas mojadas
por el último rezongo de la lluvia.

Porque había llovido
y las caderas húmedas de las casas
se movían ligeras hacia el hombre
que conmovió en la mañana gris
a la muchacha que caminaba sola
sobre los techos y los pisos mojados.

ELLA Y EL VIENTO

El viento,
ese trotamundos incansable
que nos toca,
ha llegado hasta mí para traerme
el recuerdo de ti,
de tu voz en el viento,
de tu risa en el viento,
de tu ferocidad detrás del viento.

No es el mismo de las noches compartidas
ni el que levanta las polleras tristes de la tarde
para mostrarnos:
un amor de piernas,
un amor de noches,
un amor.

Es el gran luchador
como tú,

BUENOS AIRES

EDITORIAL
GRUPO CERO

EN LA FERIA DEL LIBRO

PABELLÓN VERDE

Stand Nº 2423

DEL 18 DE ABRIL AL 6 DE MAYO

fuerte y frío
como tú
que te lleva
como tú solías llevarme
detrás de un beso
de una caricia prometida.

Él te retiene y te suelta
cuando quiere.

Él es el que repudiándose
te maldice y te ama,
como yo.

ELLA Y LA LLUVIA

La lluvia
libre e interminable
se mete por mi boca abierta de soledad
y te llama y te busca
como si estuvieses dentro mío
aquí, dulce
aquí, intacta.

Y tú
y tu nombre
que sólo puedo pronunciar cuando te toco
bostezan y se acuestan
bajo un cielo de agua que no acarician.

Tú, violable sólo
por el filo astuto de dios
y la sonrisa de los hombres rubios
y tu nombre que te llama
que se complica contigo
en el misterioso juego de tu fuga,
dónde, dónde
en qué cuerpo
en qué hombre permanecen.

Pensar que no eres
que no te llamas de ninguna manera.

Cómo decirle a la lluvia entonces
que tú no estás
aquí, dulce
aquí, intacta
que no has llegado nunca.

ELLA Y LA CALLE

Ella tiene tanta calle
en sus manos y en sus piernas
que uno la mira
y no puede más que amarla.

Ella perdió un zapato
un día de lluvia
y mis escrúpulos
comenzaron a recordarla.

Pero nosotros,
que caminamos juntos tantos árboles;
sabemos que el amor
no es:
encender velas en casa de los ciegos
ni creer que ella no está
dentro de ninguna rama verde.

Porque sus zapatos
eran las cinco de la tarde
y yo bebo a esa hora
con desesperación
mi primer trago de olvido.


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BAJOS FONDOS

El agua de mi voz,
la misma que corre por los espigones,
espera verte caer en algún círculo del cielo
para golpear feroz tus huellas en el puerto.

Vuelve,
alegre,
por todo aquello que sufrimos.

Mientras yo, acostado en la orilla
cambiaré el rumbo de los hombres
y mojaré caliente, con mi aliento,
el rostro de todos los barcos
de todos los puertos.

POLLERA DE NOCHE

Es la calle angosta
perdiéndose dos cuadras adelante
entre el árbol inexplicablemente verde
y unas casas bajas nunca bien dispuestas.

Y tú por la calle,
caminando hacia el infierno de humo
de este bar
donde yo espero,
rubia desde antes
impúdica desde antes
te ocultas
corres
pero nunca llegas.

Otras mujeres hablan y fuman
mi cansancio metidas infieles
en sus ropas estrechas de canto.

Nuevas,
infecundas mariposas de septiembre
me esperan
en algún lugar oculto del invierno
y me tocan el alma.

VENTANA COLOREADA

El gesto del niño
que te miraba a través
de la ventana empapada
la esperanza
de que fueses blanca
la ternura piel
que tú guardabas
todo quedó conmigo.
La calle perdida
entre otras calles

tu casa mar
tu padre marino
los hijos de tu padre marino
la pieza número
con su cama alta
y tu piel de afuera.

Así te conocí
después de amarte
las palabras templadas
de la compañera nocturna
y pierde
con el último movimiento que hace
el único calor recuperable.

SIRINGA DE SOLEDAD

He llorado anoche en los brazos de nadie,
pensaba en anguilas submarinas
y esta vieja manera de roerme.

Eran los ojos de mi gran amigo bajo el agua
y la boca de la mujer aquella
que gritaron al niño que tengo
prendido de este lado.

Era la ventana azul de tus labios,
mas, mi amigo
tirándome la piel
me susurraba del amor y de la vida
unas cosas extrañas.

(En los famosos días
de tierra al sol, de espaldas a la gente,
cuando el cielo de las mujeres arda
podría abrazarme al orgullo de mi padre
y dormir junto a mí por una noche).

De la noche pasada y la mañana
sólo recuerdo
aquellos ojos que lloraban solos
y esa boca tendida que trataba
de tomarme la mano y esas cosas que llevo
prendidas de este lado.

Y así,
moriré cualquier mañana
apretado a esta lágrima que guardo,
que no es la última,
ni siquiera la anterior a la última.

ESPIGÓN DE SOLTERO

Bueno,
ahora ya me encuentro
humanamente solo.
No puedo con mis ojos
mirar a las muchachas
porque las miro
y lloro.

Y ustedes,
por qué no se detienen
y me tocan un poco,
por qué dejan mis manos
galopar despiadadas,
por qué no se detienen
y me lamen un poco.

Comprendo,
ustedes han partido
también
humanamente,
pero a mí no me quedan
más que dos piernas
(las manos ya perdidas
no piensan
no vuelven)
y esta rabia de todos
de mí
que no me sirve.

BEBIENDO DE ESTE VINO

No vuelvas
deja el celo perdido
y abreva toda tu claridad
contra algún beso

 


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habla con tu voz por las calles
hasta sentir en tus cansados brazos
un calor una brevedad de cielo
entonces
acaricia solemne las astillas
de este material afinado
la soledad
ama las cosas más extrañas
húndete
hasta llegar al fin de mi tristeza
mas
no vuelvas
déjame solo
gozando de estas manos
déjame solo
amándome las piernas
bebiendo de este vino.

EL CUARTO DE LAS GOLOSINAS

Qué mujer
cruzaría sus piernas frente a mí
para mirarme
sentirse mía
cansarse en mi cansancio.

Quién concluiría su gesto
para amarme
en este pedacito que soy
de sed y de nostalgias.

Porque todos
nos encontramos algún día
y nos miramos
–en las muchachas quietas
en los caminos cortos–
que ya se han ido todos
y la apretada hendija de mi alma
cada vez más pequeña
cada vez más cerrada
en este pedacito que soy.

1956. En la playa de Mar de Plata.

 

 

1963

LA CIUDAD SE CANSA

NOSOTROS DOS ÉRAMOS TODO EL MAR

En verdad jugábamos
en el mar
en la tierra
algunos días en nosotros.
Eran necesidades innegables
las playas
la gente desnudándose detrás de las carpas
anticipándonos una extraña piel
más suave que el delirio de la tierra
o el presentimiento de un país libre.

El baile de arena comenzaba

los hombres corrían alegremente
sobre el mar
dejando las caricias de sus risas
en tu cuerpo
en la extraña sumisión de las olas
frente a tus pies
en el atlántico de tus ojos
que luego compartíamos
entre piedras lisas

cayendo de cualquier manera a la noche
a todos los hombres
que habían jugado por tu vida
con el amor
con la juventud de la tierra
con la severidad del mar.

ALGUNAS DE ELLAS

Ellas se vestirán livianamente para apurar la tarde
se despeinarán
encenderán cigarrillos en nuestra pieza
leerán por primera o segunda vez
nuestro nombre impreso en papel ilustración.

Se quedarán esa tarde y la siguiente
hasta que tengamos que salir como las putas
a la calle
a cambiar de pensión y de familia.


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TODOS LOS CUENTOS TERMINAN
CON LA VIDA O CON LA MUERTE

I

El campo siega los corazones jóvenes
y estos ya no se parecen a las garzas
o a los patos volviendo de la laguna
mojados y despreocupados del frío de la tarde.

Tú eras libre y pequeña en la provincia
antes de la ciudad
solías descorrer las tranqueras
que detenían las ovejas
para verlas trotar
por los callejones de tierra.
Solías aprovechar tu día
viendo el crecimiento vertiginoso de los trigos.

Las manzanas por detrás de la casa.
La ciudad es melancólica y familiar
pero en el campo de mi corazón
ríes y saltas por entre los tabiques
hasta reventar de alegría.
Morir en la sangre de mi corazón.
He caminado y violado en los alrededores de tu piel mi juventud
deteniendo y deteniendo
el hilo de tu virginidad.

He corrido como los caballos de tu infancia
que te excitaban y temías
para llegar un poco antes
en el mismo momento al límite de la noche
por no haber creído
en el crecimiento de las flores de tu pueblo.

Ahora vuelvo mi rostro y las oraciones de mi niñez hacia ti
para convencerte de la soledad de los hombres
puedo agitar las banderas de las discordias y la cordialidad
para vencer tus años de padre y madre
venidos de un país extranjero o de la provincia.

Hemos estado juntos en la ciudad
tan cerca de mi oficio como de la maldad
tan cerca de mi oficio como del amor
y sin embargo ahora
adiós querido mío estoy cansada
te descubro
me ahogan la habitaciones de tu casa
debajo de las casas
y tú no eres el misterio ni el alga ni el junco
que turba o desborda la soledad.
Me ahogan tus diálogos con el viento
y las conversaciones desenfadadas y violentas.

II

El musgo crecía en las piedras
de la orilla del río de tu pueblo
y el deseo en tu corazón.

Tus piernas te acercaban a la seriedad
y en las tardes de silencio y excitación al río.

Las primeras aguas en llegar a las piedras
también llegaban a tus muslos desnudos
humedeciendo y alegrando
tus maneras del ocio y la ternura.

Las pensiones de la ciudad no son el río
las mujeres se duermen y se levantan solas
y cuentan o cantan su soledad a la noche
y a los carteles luminosos.
Amada, aquí no hay río que alegre y humedezca tu piel.
Aquí en la soledad y el tiempo del invierno
el humo y el olor de los hombres
cubre y desgarra las pieles de las niñas.

Y tú mi amada casi nunca demasiado estupenda y ágil
cubierta y desgarrada por mí
en el comienzo de las frutillas y el verano
no puedes entenderlo.
Entonces mi querido me ahoga tu calor
el poderoso cielo de tus caminos interminables
me ahoga el vagabundo
que nos perteneció de rabia y júbilo en la ciudad
el mismo que gime o ruge cuando se queda solo.

III

Cuando vuelvas por el camino de la tierra
no detendrás tu mano ni ninguna palabra
me recordarás simplemente tendido y esperando
que el viento y la lluvia
mojen o enfríen
ay, tu quieto, tu terco corazón.

No volverás florida
ni empecinadamente revueltos los vestidos
ni nada de alegría
en tu cuerpo de haber estado antes en la ciudad
y antes todavía en el campo.
Mi amada, en esta realidad puñados de oro
saltan y golpean para que el río vuelva.
La soledad no vuelve o no es la misma.
El río no vuelve.
El amor puede quedarse dormido entre las sábanas
o las escaleras del puerto
donde los rufianes con sus amigos y los pescadores
lentamente silban su dolor
porque no viene nadie.
Amada, aquí no hay río que humedezca y alegre tu piel.
Aquí la soledad.

UNO DE ELLOS

Todos lo habían visto alguna vez
fumar un cigarrillo
cruzar sus piernas
caer sobre alguna mujer
hacerse el odio y la violencia para sí.
Caminaba siempre
muy cerca de la tierra.

El comienzo de cualquier estación
y las primeras flores de noviembre
eran su regocijo y su calma.
Lo conocí en el viejo terraplén
ojos de soledad
boca de pobre
hablaba de sus sueños.

PENSAMIENTOS DEL POETA

El hombre libre
no muerde no acaricia
la soledad de los bondadosos

Vuelven los buenos tiempos
ciudad de Dios maldita Buenos Aires.
Mujer.

Hembra sin cuento
regresa también por el verano
día de fin de año
y este pecho agrandado como el amor
te esperan.

No recuerdo tus ojos perdidos.

El calor me ahoga en esta amada tierra.

No doy no pido ventajas a tu corazón
desataré mis manos
te esperaré
alondra vida
alondra viento de verano.
Esta soledad reventará de vieja.

1957. En El Rosedal de Buenos Aires, 
mirando de frente al futuro.

 


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1966

22 POEMAS Y LA MÁQUINA ELECTRÓNICA
O
CÓMO DESESPERAR
A LOS EJECUTIVOS

INTENTOS AUTOBIOGRÁFICOS

Primer intento:

Nací en un barrio, Parque Patricios; crecí sin grandes contradicciones.

Un hombre es un hombre; una mujer es una mujer.

Segundo intento:

Entre sueños veía monedas de oro y un enanito encantador tocando una corneta.

Tercer intento:

Tomaba mi sopa todos los días y rompía baldosas sin cesar en el cordón de la vereda, después vinieron los tiempos de la ronda y mariquita no me toqués, que te rompo la jeta.

Cuarto intento:

Se llamaba Beba, bebita corazón de limón, yo tenía diez años, ella ocho. Beba, bebita corazón de limón, vení, no seas sonsa, vamos a buscar el látigo debajo de la cama.

Hoy podría hasta no reconocerla.

Quinto intento:

Los miércoles era el día de los funerales, es decir, el día de más propinas en la capilla de San Miguel; los muertos vivos, rezaban por sus muertos muertos, y ponían la guitita en la alcancía especialmente preparada.

Sexto intento:

Mi madre nació en Pompeya, cerca de una iglesia; mi padre nació en Tiro, cerca del mar, de ahí mi solemnidad. Mi madre solía contarme historias de amor.

Séptimo intento:

Yo era pulcro y me lavaba todos los días el corazón. Después vinieron los veranos violentos; y lo que pasa es que vos no te lo permitís, y a vos qué te parece, y una corbata es una corbata.

Octavo intento:

Fui vendedor ambulante, feriante, estudiante de medicina, caminador, caminador incansable, actor de teatro, psicoanalista fuera de la ley, carpintero, enamorador de viejas adineradas, en mis años juveniles, en mis violentos años juveniles. Digamos que todos estos oficios, fueron delicados, como el agua de rosas, digamos por ejemplo que me gustaría tener un caballo de carreras, como en mi infancia me hubiese gustado tener una bicicleta, un tren eléctrico y un cachorro de leopardo.

Digamos por último que me gustaría ser cantante de ópera, y lanzarles grititos de amor, desgarradores grititos de amor a las jovencitas de los primeros palcos.

 

EN LA CIUDAD

La soledad del parque
ha vuelto.
La soledad del niño
que no se puede dormir
pero tampoco levantar
ha vuelto.

Qué hago con ella ahora
cuando no quedan
parques que frecuentar
ni habitaciones donde dormir.

COSAS DE LA CIUDAD

Toda la gente
todo su alrededor
sus veinte años
todos la vieron jugar
jugaba a la vida
caminaba en sus sueños a la guerra.

Su madre, amante de los solitarios
solía cantar con sus vecinos.

Un día, el otoño, se hizo frío de golpe
y ella conoció su llanto
cuando vio sorprendida
que los ríos
secaban de tristeza
humedeció la voz de su madre,
la partida de octubre,
el canto de sus vecinos,
la fotografía de su padre.

Y así, tan dulce
como una revolución
se acostó sobre la ciudad
y abrió sus piernas
como para que todo el mundo
la amara.

ELLA DEL LLANTO Y MI PADRE

A Norma

Ella lloraba siempre a medianoche
ocultándose entre las ramas oscuras
que se desprendían a veces
del último momento de la casa.
Detrás de mi padre
-que se levanta
en otoño temprano
para secar el agua del llanto
o beberse del cielo
el primer aliento de la mañana -ella
lloraba siempre de la misma manera.

Pero algunos días afortunados
-recuerdo en primavera -encontraba
monedas en su llanto,
corría para tenderse en el aire
y amar desesperadamente.

Cuando mi padre se levantaba
incapaz a la hora del llanto
ella, que sabía mirar alegremente
bailaba un amor a su alrededor
diciéndole mentiras.


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CONSCRIPTO CLASE 40

A veces te pierdo.
No sueles estar en los ojos
de ningún marinero de mi país.

Ellos son altos
y hablan de sus mujeres
voluntariamente casadas con ellos
voluntariamente cansadas de ellos
casualmente enamoradas de otros.

Tú no apareces en sus ojos
pero en verdad
ellos no saben de ti
más que estas ganas mías de decirles:
hace tanto tiempo que no la veo
ella es dulce
como el corazón de vuestras abuelas
ella no está cansada
y si no aparece
es porque le gusta ser misteriosa.

Los ojos de los marineros de mi país
son de un color ronco,
mas, ella a veces, se complace
en convertirlos en tardes de verano.
Cuando esto sucede
ellos, miran dulcemente
mi tremenda manera de saber estar solo
y al continuar sus caminos
se acuerdan de sus mujeres.

1961. Estando en el Servicio Militar, 
en la Marina, publica su primer libro.

 

ATENAS

Atenas era la muchacha
que tenía un país entero en los ojos.

Los peces la remolcaron hasta más allá
de las cañas altas
y ella comenzó a sentirse sola
antes que sus ojos fuesen color país.

Solía caminar desnuda por el cielo
y decirle a Dios
que la corriese
que la mirase

ella y los cuentos se parecían

cuento:
nació en el puerto
entre maderas de amor
golpeadas por hombres sucios
y una canción de golosinas

ella:
un día era rubia
luego nació su corazón
y los hombres le compraron juguetes

a veces
se atrevía
hablaba de su padre.

 

EL TERROR DEL PUERTO

Las casas se desprendían hacia el mar
como palomas
sacudiendo sus ventanas
hacia la calle
hacia la ciudad.

Los muchachos pecaban misteriosamente
en sus cuerpos
esperando que alguna sirena tipo francia
los atrapara, para amarlos
en el fondo del mar

(ella podría besar sus hombros desnudos
y hasta sus sexos deslumbrados,
por esa voz que desconocen,
salada por el mar,
diciéndoles palabras terribles
para sus años)

Algunos hombres silbaban.

Muchachas extranjeras
no vírgenes, pero pulcramente vestidas
miraban el mar.

LA PRIMERA INQUIETUD

En las mañanas de febrero
mes de las uvas casi todos los años
mes de las lluvias en algunos años como éste.
Cansados, percudidos por este calor insoportable
que no aguanto más querida mía.
Alegre o desconsolado sólo en la ciudad miserable y querida
esperando la muchacha prohibida para el juego que haremos.
Sorprendidos
enteramente sorprendidos de nuestra indolencia
de nuestra falta de crueldad para el amor
para la firme juventud de ahora.

Febrero llueve la ciudad
                              maldita enamorada
dulce ciudad de Buenos Aires
donde en las mañanas uno puede
hacerse a la tarea de los nombres definitivamente aprendidos
a la tarea, de no te vayas querida
ven, juguemos juntos a la mujer y al hombre.
Desesperados. Atormentados. Enamorados. Libres.
En esta tierra ahora,
donde la lluvia hace verdes tus olores, el corazón
el exacto momento de las maravillosas palabras.

Comenzar.
Arreglar los miedos a la medida del amor.
Las lluvias a la medida del amor.

HE COMENZADO LA MAÑANA...

He comenzado la mañana
ágil y fresco
amante de las bondades naturales
de los viejos poetas.
Poniendo el oído en el vientre de mi amada.
Escuchando
toda la historia de la poesía moderna
hasta el canto del río
hasta el canto de los nuevos poetas.

No hay rincón oscuro en la mañana.
Sol alto Sol fuerte Sol abierto
no respeta el amor.
-En la mañana se debe tomar café con leche-Nada
de besos de terror.
Besos de amor en la cama de los grandes poetas.

Mi mujer canta, alegre y cantora en la mañana.
Ha gozado.

El gran sol pasa de largo. Inunda la habitación vecina.

INDIO GRIS
Revista semanal en INTERNET
 TODOS LOS JUEVES
www.elindiogris.com


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LA CALESITA JUEGO PARA NIÑOS

Recorrer las calles de mi barrio
sueltas las amarras de mi niñez
no es mi oficio.

Camino con los hombres hasta cansarlos
de tanto hablar de la ciudad
que cada día descubro
en mi amada tímida y de la provincia
en mis amigos
que se toman sus vinos y sus mujeres.
En la capacidad de la tierra.

Salto, desato el corazón
y empecinadamente invento
gestos y palabras para el amor
como los pescadores del pueblo de mi padre
redes y barcas para la pesca.

Padre ya no tiene su juventud en casa.
Su pueblo y las mujeres de su pueblo
se han perdido en Buenos Aires.

Esta ciudad que conozco no es un juego para niños.

* * * * *

Esta tranquilidad, esta paz, por la cual somos capaces de cometer los errores más enormes, de hacer las más felinas trampas, las traiciones más oportunas. Esta tranquilidad, esta paz, algunas veces es el amor.

LA REALIDAD JUEGA
JUEGA CON NOSOTROS

Yo he pagado mi boleto
he sacrificado mi nombre
exijo mi viaje de placer.

He hecho muecas feroces en lo real,
pero ella no se aleja de mí
más que la longitud de tu rostro.

El hombre vuelve siempre siempre, vuelve el amor.

Estupendo
los solos mueren solos
los acompañados los tercos
los sacerdotes vagabundos
los suaves mueren solos.
Nosotros los poetas
que guardamos aliento
para pegar sin respeto a Dios
para escupir los rostros
no debemos morir.
Morimos solos.

 

CONOCIMIENTO

El hombre solo, solo a la fuerza
porque tiene una gran voluntad
-me las aguanto y listo-hace
llamadas telefónicas
se deja caer voluminoso
seguramente en una cama
un diván
un suelo querido por él
por ellos.

Todos los cuentos son iguales.

La mujer sola se tiende antes de sonreír
examina sus ropas
su cuerpo disponible.
No habla. Aprieta sus piernas con dolor.

Cada cual a lo suyo como pueda
la calle a la calle
el hombre al hombre y basta.

Si te propongo el cielo no me creas.
Dame un beso ahora
luego hablamos.

El hombre solo muere de bronca un día
y nadie sabe.
La mujer sola sonríe desde hace mucho tiempo.
No habla. Aprieta sus piernas con dolor.

CAMPO ALEGRE

La tierra se enfurece o descansa
cuando las manos del campesino
se alejan corriendo velozmente al pueblo
donde mujeres abiertas como el mar
lo esperan.

Madres de amor
hembras de amor
cantan y escupen tus espaldas.
Aquí donde tu piel olorosa se agita
tú sabes del dolor de los surcos
cuando tus manos se agigantan.

El amor se agiganta.
No se te parte el corazón
La sangre no se vierte.

DESCANSO

Vuelve el rumor
acrecienta las formas de la primavera.
Robusto calor de diciembre
despedaza los frenos.
Hierve la soledad
se quema el hambre.

Mujer sola con vestido de noche
Canta
Canta
Dulce canción para mi sueño.


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ERAS JOVEN...

Eras joven
no te bastaba el amor
tus grandes ojos no bastaban.
El río, las escalinatas del río
-un río enamorado o sucio
recordado con amor, odiado
o simplemente recordado-Una
infancia sin fin
algunos nombres
y esa primitiva o heroica
manera de querer.

                           No bastaban
las mujeres penetrando tu cuerpo penetrado.
Detenido.
Mil caricias detenían tu cuerpo.
Los malos pensamientos no bastaban.

Vos creías que el amor
era empujar y revolver un poco
revolver por lo menos hasta encontrar palabra
una sola palabra.
Una tarde
-el sol estaba en todas partes
tu corazón de sol hasta los ojos
tus ojos, tu joven cuerpo
iluminados alegremente por el sol-sordo
como una tapia
te mataste de bronca.

ÚLTIMO CANTO

El tiempo pasa para los niños.
No se detiene.
Áspero golpea
de soledad en la ciudad tremenda
los corredores de la infancia
Madre se queja por amor. Limpia el verano.
Amada vuelca su contenido en la tierra.

Esta realidad no tiene parecido.

ADOLESCENTE PESCADOR
DE ENAMORADAS VIEJAS

Adolescente pescador de enamoradas viejas
gran pescador de trufas
de muchachas alegres como el sol
de alguna fija para jugarse el alma.
Yo, gran cazador
gran manejador de redes solitarias
de redes para la soledad
de redes especiales
                             para cazar
tímidos corazones.

Cansado de ver morir
caliente
tanta gente
un verano de tarde
por los jardines públicos
por las calles públicas
por los baños públicos
puse mis redes silenciosas.

Después me dije
el tiempo es necesario
me aconsejé
tomar café sin ninguna leche
todas las mañanas.
Me aconsejé sentarme
le dije a una mujer
que se sentara al lado mío.
Tu culo fresco
                   le dije
                           sobre la tierra fresco.

Nos dimos un gran beso de amor.

Ella me dijo sus maneras de entretener la soledad.
Mostrar sus piernas o moverlas
según el frío o nuestras costumbres,
sentarnos al lado de un hombre

y dejarnos tocar
hasta sentir la necesidad de ser madres.
A veces, se entiende
vendemos perlas a los hombres
alocados, perdidos en el sol.
Perlas orientales
perlas blancas de amor
pedacitos de perlas, dispuestas
generalmente sobre nuestro vientre
perlas, en fin, en forma de collares a dos vueltas
para estrangular mejor

   me dijo
              perlas violentas.

HE VIVIDO

He vivido estos días
apurándolos
como las copas de mi juventud.
Sin detenerme para decir
aquí está el sol
aquí la soledad.
Sin detenerme para llorar
los días verdaderamente terribles.
Sin decir tu sonrisa luminosa
tu dolor amada, tu boca y tu dolor.
Tu canto
desesperada voz.

ESA INFINITA TRISTEZA

Esa infinita tristeza
                             amiga mía
huyendo hacia la luz
hacia el incierto mundo de paz
hoy está con nosotros.

Pradera de sal sin dolor
seca o húmeda según los ojos de mi amada,
inquieta, pero realmente extendida para nosotros,
para nosotros hermosos por nuestra juventud
indolentes para la guerra
asustados, terriblemente asustados
de nuestra infancia.
                          Vos y yo, solos
clavados o crucificados en la ciudad
envueltos por la sonrisa del río siempre turbio
siempre maravilloso.
                          Trepados al amor
trepados o encaramados al amor.
Resistimos. Esa infinita tristeza
                                              amiga mía
a causa de un pequeño maravilloso llanto.

O CÓMO DESESPERAR
A LOS EJECUTIVOS

Salomón, hijo de David, ejecutivo poderoso en su época,
conocedor
de las lenguas de todos los animales de la tierra y del cielo.

Posó, un día, en la palma de su mano derecha una pequeña hormiga y le preguntó: ¿Quién es el más grande de la tierra? La hormiga, que todavía era totalmente derecha sin cortes en su cuerpo, pidió a Salomón que levantara su mano un poco más arriba, un poco más. Cuando la mano de Salomón estaba por arriba de su cabeza, la hormiga le dijo: Tú eres verdaderamente grande, pero yo lo soy más, porque estoy por encima de tu cabeza.

Sin sonrisas, Salomón sacudió la mano, y la hormiga cayó sin mayor ruido a la tierra, y maldijo Salomón a la pícara hormiga, condenándola a vivir casi partida por la mitad.

Moraleja: Un ejecutivo es siempre un ejecutivo.

 


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EL CORTOMETRAJE "VERSIÓN ORIGINAL"
PRODUCIDO POR 13 FILMS Y MIGUEL OSCAR MENASSA
PROTAGONIZADO POR ANTONIA SAN JUAN Y LUIS MIGUEL SEGUÍ
Y DIRIGIDO POR ANTONIA SAN JUAN
 (GUIÓN: LUIS MIGUEL SEGUÍ)

HA OBTENIDO LOS SIGUIENTES PREMIOS:

- Mención especial del jurado en el Festival Internacional de Huesca, 29ª edición: Premio a la mejor actriz y Premio al mejor actor.

- Primer Festival Internacional de Torrelodones "Torre virtual": Premio al mejor actor.

- Festival Internacional de Cine de Benicasim: Premio al mejor guión y Premio del público.

- Premio Majuelo del Segundo Festival de cortos de Almuñécar: Premio al mejor actor.

- Festival de cortos de Aguilar de Campoo: Premio al mejor actor y Premio del público.

- Festival de cortos de Alcalá de Henares: Premio al mejor actor.

- Festival de Boca del Lobo de Madrid: Primer Premio.

- Festival de cine de Bilbao: Gran Premio del cine español.

Y HA SIDO SELECCIONADO PARA:

- The film Festival of New York. The Society of Lincoln Center.

- Nominado a los Goya.

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Bar Celta

de Buenos Aires (Sarmiento y Rodríguez Peña) Último martes de cada mes se presenta
LAS 2001 NOCHES

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Óleos

STELLA CINO NÚÑEZ
de 8 a 17 de marzo de 2002

Inauguración:
viernes 8 de marzo a las 19 horas

Cierre:
domingo 17 de marzo a las 14 horas

Sala Manolo Revilla
Mutual complutense
c/Nueva nº 10. Alcalá de Henares

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De Lunes a Sábado de 19 a 21 hs.
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Soy lo que vuela
encadenadme y seré lo encadenado que vuela
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LA ASOCIACIÓN
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TAMBIÉN TIENE SU COLUMNA

El pasado día 19 de febrero fueron presentados los seis libros premiados en la tercera convocatoria del Premio Pablo Menassa de Lucia.

Cuatro libros de Poesía:

Primer premio (ex aequo):
- ME ACOSA UNA PASIÓN..., de Norma
Menassa.
- SUEÑOS DE LA PRISIÓN, de Lucía
Serrano.

Segundo premio (ex aequo):
- PATRIA DE PÁJAROS, de Pilar García
Puerta.
- DESDE EL UMBRAL, de Andrés
González Andino.

Dos libros de Psicoanálisis:

Primer premio:
- PSICOANÁLISIS Y MEDICINA, de:
Alejandra Menassa de Lucia, Pilar Rojas Martínez, Inés Barrio.

Segundo premio:

- PSICOANÁLISIS DE LA HISTERIA, de Carlos Fernández del Ganso.

Queda abierta la cuarta convocatoria del Premio de Poesía y de Psicoanálisis Pablo Menassa de Lucia.

¡SUERTE!

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- PREMIO DE POESÍA
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En ella encontrará información sobre las actividades de la Asociación Pablo Menassa de Lucia. Aula de Poesía y Psicoanálisis.

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