LAS
2001 NOCHES ÍNDICE NÚMERO 49
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OLGA
OROZCO
|
LA
PASIÓN DESVELADA
|
SOY
MUJER, TUVE MÁS .....
|
PROFESIÓN
ILEGAL
|
GÉNESIS
|
GABRIELA
MISTRAL
|
MARÍA
CHÉVEZ
|
CARMEN
SALAMANCA
|
ROSALÍA
DE CASTRO
|
LA
QUE CAMINA
|
MUNDO
DETENIDO
|
LOS
INDIOS
|
DESDE
LOS CUATRO .....
|
TRINA
MERCADER
|
PORQUE
|
SANGRE
ENAMORADA
|
ALEJANDRA
PIZARNIK
|
VUELVO
HACIA MÍ
|
ES
UN SER HUMANO EL QUE SE DERRUMBA
|
CUANDO
VINIERON
|
MUCHO
MÁS ALLÁ
|
ALFONSINA
STORNI
|
OLGA
DE LUCIA VICENTE
|
ALEJANDRA
MENASSA
|
CARILDA
OLIVIER LABRA
|
EL
HOMBRE
|
VUELO
DE LA MUERTE
|
SOY
UN MENDIGO
|
AUTO
DE FE
|
SOCIOS
DE HONOR
|
DONDE
NUNCA ME ESPERASTE
|
LOS
MONSTRUOS DE LA RAZÓN
|
RODA
CHACEL
|
NORMA
MENASSA
|
LUCIA
SERRANO
|
VOY
COMPRARME UN POETA
|
ESPÍSTOLA
|
FUGAR
|
CONTRA
VIENTO Y MAREA
|
ASOCIACIÓN
PABLO MENASSA DE LUCIA
|
SUSANA
MARCH
|
PORQUE
VOS QUERÍAS
|
EL
HOMBRE SE .....
|
TEATRO
ALFIL
|
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MUJERES
ESCRITORAS |
OLGA
OROZCO
Argentina, 1920
GÉNESIS
No
había ningún signo sobre la piel del tiempo.
Nada. Ni ese tapiz de invierno repentino que presagia las
[garras del relámpago quizá hasta mañana.
Tampoco esos incendios desde siempre que anuncian una
[antorcha entre las aguas de todo el porvenir.
Ni siquiera el temblor de la advertencia bajo un soplo de
[abismo que desemboca en nunca o en ayer.
Nada. Ni tierra prometida.
Era sólo un desierto de cal viva tan blanca como negra,
un ávido fantasma nacido de las piedras para roer el sueño
[milenario,
la caída hacia afuera que es el sueño con que sueñan las
[piedras.
Nadie. Sólo un eco de pasos sin nadie que se alejan
y un lecho ensimismado en marcha hacia el final.
Yo
estaba allí tendida;
yo, con los ojos abiertos.
Tenía en cada mano una caverna para mirar a Dios,
y un reguero de hormigas iba desde su sombra hasta mi
[corazón y mi cabeza.
Y
alguien rompió en lo alto esa tinaja gris donde subían a
[beber los recuerdos;
después rompió el prontuario de ciegos juramentos heridos
[a traición
y destrozó las tablas de la ley inscritas con la sangre
[coagulada de las historias muertas.
Alguien hizo una hoguera y arrojó uno por uno los fragmentos.
El cielo estaba ardiendo en la extinción de todos los infiernos
y en la tierra se borraban sus huellas y sus pruebas.
Yo estaba suspendida en algún tiempo de la expiación
sagrada;
yo estaba en algún lado muy lúcido de Dios;
yo, con los ojos cerrados.
Entonces pronunciaron la palabra.
Hubo
un clamor de verde paraíso que asciende desgarrando
[la raíz de la piedra,
y su proa celeste avanzó entre la luz y las tinieblas.
Abrieron las compuertas.
Un oleaje radiante colmó el cuenco de toda la esperanza aún
[deshabitada,
y las aguas tenían hacia arriba ese color de espejo
[en el que nadie se ha mirado jamás,
y hacia abajo un fulgor de gruta tormentosa que mira desde
[siempre por primera vez.
Descorrieron de pronto las mareas.
|
Detrás
surgió una tierra para inscribir en fuego cada pisada
[del destino,
para envolver en hierba sedienta la caída y el reverso de cada
[nacimiento,
para encerrar de nuevo en cada corazón la almendra del
[misterio.
Levantaron los sellos.
La jaula del gran día abrió sus puertas al delirio del sol
con tal que todo nuevo cautiverio del tiempo fuera
[deslumbramiento en la mirada,
con tal que toda noche cayera con el velo de la revelación a
[los pies de la luna.
Sembraron en las aguas y en los vientos.
Y desde ese momento hubo una sola sombra sumergida en
[mil sombras,
un solo resplandor innominado en esa luz de escamas que
[ilumina hasta el fin la rampa de los sueños.
Y desde ese momento hubo un borde de plumas
[encendidas desde la más remota lejanía,
unas alas que vienen y se van en un vuelo de adiós a todos
[los adioses.
Infundieron un soplo en las entrañas de toda la extensión.
Fue un roce contra el último fondo de la sangre;
fue un estremecimiento de estambres en el vértigo del aire;
y el alma descendió al barro luminoso para colmar la forma
[semejante a su imagen,
y la carne se alzó como una cifra exacta,
como la diferencia prometida entre el principio y el final.
Entonces se cumplieron la tarde y la mañana
en el último día de los siglos.
Yo estaba frente a ti;
yo, con los ojos abiertos debajo de tus ojos
en el alba primera del olvido.

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125.001
ejemplares: NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA |
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MUJERES
ESCRITORAS |
ROSALÍA
DE CASTRO
España, 1837
DESDE
LOS CUATRO
PUNTOS CARDINALES
Desde los cuatro
puntos cardinales
de nuestro buen planeta
-joven, pese a sus múltiples arrugas-,
miles de inteligencias
poderosas y activas,
para ensanchar los campos de la ciencia,
tan vastos ya que la razón se pierde
en sus frondas inmensas,
acuden a la cita que el Progreso
les da desde su templo de cien puertas.
Obreros incansables,
¡yo os saludo!
llena de asombro y de respeto llena,
viendo como la Fe que siguió un día
hacia el desierto al santo anacoreta,
hoy con la misma venda transparente
hasta el umbral de lo imposible os lleva.
¡Esperad y creed!, crea el que cree,
y ama con doble ardor aquel que espera.
Pero yo en el
rincón más escondido
y también más hermoso de la tierra,
sin esperar a Ulises
(que el nuestro ha naufragado en la tormenta),
semejante a Penélope
tejo y destejo sin cesar mi tela,
pensando que ésta es del destino humano
la incansable tarea,
y que ahora subiendo, ahora bajando,
unas veces con luz, otras a ciegas,
cumplimos nuestros días y llegamos
más tarde o más temprano a la ribera.
|
ALEJANDRA
PIZARNIK
Argentina, 1936
MUCHO
MÁS ALLÁ
¿Y qué si nos
vamos anticipando
de sonrisa en sonrisa
hasta la última esperanza?
¿Y qué?
¿Y qué me da a mí,
a mí que he perdido mi nombre,
el nombre que me era dulce sustancia
en épocas remotas, cuando yo no era yo
sino una niña engañada por su sangre.
¿A qué, a qué
este deshacerme, este desangrarme,
este desplumarme, este desequilibrarme
si mi realidad retrocede
como empujada por una ametralladora
y de pronto se lanza a correr,
aunque igual la alcanzan,
hasta que cae a mis pies como un ave muerta?
Quisiera hablar de
la vida.
Pues esto es la vida,
este aullido, este clavarse las uñas
en el pecho, este arrancarse
la cabellera a puñados, este escupirse
a los propios ojos, sólo por decir,
sólo por ver si se puede decir:
"¿es que soy yo? ¿verdad que sí?
¿no es verdad que yo existo
y no soy la pesadilla de una bestia?"
Y con las manos
embarradas
golpeamos a las puertas del amor.
Y con la conciencia cubierta
de sucios y hermosos velos,
pedimos por Dios.
Y con las sienes restallantes
de imbécil soberbia
tomamos de la cintura a la vida
y pateamos de soslayo a la muerte.
Pues eso es lo que
hacemos.
Nos anticipamos de sonrisa en sonrisa
hasta la última esperanza. |
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MUJERES
ESCRITORAS |
CARILDA
OLIVER LABRA
Cuba, 1924
AUTO
DE FE
Cuenta el pobre los
fósforos
y el rico sus palacios;
aquél se ha salvado de las adulaciones
y el dinero.
Sus manos no pueden aplaudir en la Escala de Milán,
pero poseen todos los anticuerpos;
encuentran amor
donde el rey sólo halla su soledad.
¡No rompan el
orden!
¡No rieguen el rompecabezas!
Hay quien se preocupa por el verdugo
pero ya es cómplice de la neoplasia,
hay quien huye desesperadamente del incendio
y ya se lo comió la bacteria.
Pierde el tiempo
quien sonríe a los inspectores,
quien sube al palo de la escoba,
quien hace una estadística;
pero ignora el súbito guiño de la estrella,
lo que fulgura después del tiro de gracia.
Tal vez sin notarlo
he matado un insecto invisible que volaba.
La zarpa que clavó hoy el gato
no es menos certera que mis uñas.
Todos esperan que me
mustie como una tonta,
que me envilezca la primera arruga;
pero yo amo el tiempo y sus transfiguraciones
cómicas.
Creo en las galaxias
y en los virus,
soy un animal tremendo.
Debiera estar
cansada de la vida;
sólo me canso de morir.
Perdónenme este
trajín con la ternura,
este nomeolvides que asfixio de un plumazo,
este dolor
tan duro que coloqué en el ala.
(¿Me habrá hecho
daño la lágrima o el semen?)
Perdónenme...
hablaba de los otros y se me fue lo mío.
¡Qué golpe de carótidas
al socorro del alba!
¿Pero no somos todos uno mismo?
Me trepo a la esperanza entonces.
(Si nace el héroe es porque ha muerto un asesino).
Creo en tus partos,
tierra.
Por eso juro por el hombre.
Las
2001 Noches
ES UNA REVISTA Y
TAMBIÉN UN CICLO POÉTICO–MUSICAL
Todos los martes a las 20,30 h. en el
Bar
Celta
de
Buenos Aires (Sarmiento y Rodríguez Peña)
Último martes de cada mes se presenta
LAS 2001 NOCHES |
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ROSA
CHACEL
España, 1898
ESPÍSTOLA
(A los
perros de Atenas)
Un dios extraño
acecha, con horrible garganta:
Ladrad, ladrad conmigo porque está oscuro en torno.
Las manos que lamíais serán menos que humo,
los pies se perderán por la cañada negra
donde ¡inútil llevar vuestra nariz por guía!...
Un dios vendrá,
increíble como un feto del miedo,
que no tendrá los muslos luminosos de Apolo
ni el costado aterido que transió la lanzada,
que no nos mandará su mensaje en centellas
ni contará en los diez dedos su ley escrita.
Yo os llamo porque
sólo vuestra voz extrahumana
debe aullar. ¡Escarbad la tierra sobre el VERBO!
Solamente a vosotros es dada la elegía
que merece el insomnio cuando es la noche oscura,
cuando María pasa, llorando, en las tinieblas...
SUSANA
MARCH
España, 1915
LA
PASIÓN
DESVELADA
Dame tu voz antigua
en cuyo acento escucho
el rumor de los bosques primitivos,
el canto misterioso de los seres selváticos,
el grito de agonía
de la primera virgen violada.
Dame tu voz antigua donde yo reconozco
mi propia voz extinguida,
aquella que cantaba hace milenios
en las frondosas selvas sin historia,
aquella que sonaba en el murmullo
de las límpidas fuentes intocadas.
Yo fui la gota de
agua,
o un pájaro aturdido cruzando el aire nuevo
de la aurora del mundo;
acaso un pez de oro sobre cuyas escamas
probó el sol la dorada destreza de sus rayos.
Mas era ya la misma doliente criatura
que ahora soy, consumida de sueños y tristezas,
en el ardiente caos del Paraíso,
con los ojos abiertos al secreto de Dios.
Es tu voz el puente
por donde regreso,
milenios y milenios traspasando,
a mi libre existencia de agua fresca,
de verde candidez. Mi carne gime
escuchando tu voz como si oyera
la llamada lejana y misteriosa
de las tribus sin nombre. Rituales
de sangre y fuego en el brutal nocturno,
aullidos fugitivos y, en la hierba,
mi cuerpo -¿de mujer?, ¿de reptil?, ¿de insecto?-hollado
por la bárbara dulzura
de la pasión del mundo. |
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MUJERES
ESCRITORAS |
GABRIELA
MISTRAL
Chile, 1889
LA
QUE CAMINA
Aquel mismo arenal,
ella camina
siempre hasta cuando ya duermen los otros;
y aunque para dormir caiga por tierra
ese mismo arenal sueña y camina.
La misma ruta, la que lleva al Este
es la que toma aunque la llama el Norte,
y aunque la luz del sol le da diez rutas
y se las sabe, camina la Única.
Al pie del mismo espino se detiene
y con el ademán mismo lo toma
y lo sujeta porque es su destino.
La misma arruga de
la tierra ardiente
la conduce, la abrasa y la obedece
y cuando cae de soles rendida
la vuelve a alzar para seguir con ella.
Sea que ella la viva o que la muera
en el ciego arenal que todo pierde,
de cuanto tuvo dado por la suerte
esa sola palabra ha recogido
y de ella vive y de la misma muere.
Igual palabra,
igual, es la que dice
y es todo lo que tuvo y lo que lleva
y por su sola sílaba de fuego
ella puede vivir hasta que quiera.
Otras palabras aprender no quiso
y la que lleva es su propio sustento
a más sola que va más la repite,
pero no se la entienden sus caminos.
¿Cómo, si es tan
pequeña, la alimenta?
¿Y cómo, si es tan breve, la sostiene,
y cómo, si es la misma, no la rinde,
y adonde va con ella hasta la muerte?
No le den soledad porque la mude,
ni palabra le den, que no responde.
Ninguna más le dieron, en naciendo,
y como es su gemela no la deja.
¿Por qué la madre
no le dio sino ésta?
¿Y por qué cuando queda silenciosa
muda no está, que sigue balbuceándola?
Se va quedando sola como un árbol
o como arroyo de nadie sabido
así marchando entre un fin y un comienzo
y como sin edad o como en sueño.
Aquellos que la amaron no la encuentran,
el que la vio se la cuenta por fábula
y su lengua olvidó todos los nombres
y sólo en su oración dice el del Único.
Yo que la cuento
ignoro su camino
y su semblante de soles quemado,
no sé si la sombrean pino o cedro
ni en qué lengua ella mienta a los extraños.
Tanto quiso olvidar que ya ha olvidado.
Tanto quiso mudar que ya no es ella,
tantos bosques y ríos se ha cruzado
que al mar la llevan ya para perderla,
y cuando me la pienso, yo la tengo,
y le voy sin descanso recitando
la letanía de todos los nombres
que me aprendí, como ella vagabunda;
pero el Ángel oscuro nunca, nunca,
quiso que yo la cruce en los senderos.
Y tanto se la
ignoran los caminos
que suelo comprender, con largo llanto,
que ya duerme del sueño fabuloso,
mar sin traición y monte sin repecho,
ni dicha, ni dolor, no más olvido. |
TRINA
MERCADER
España 1919
VUELVO
HACIA MÍ
Vuelvo hacia mí.
Regreso.
Vengo
de donde nunca quisiera ir,
de donde dicen que debiera estar:
donde están todos.
Pero allí nunca hay
nadie.
Y entro. Y voy a mí,
donde estoy siempre, aunque me llamen;
aunque quiera salir; aunque me obliguen.
(Oh, no. Quédate. Y sigo.
Y allí están mis paisajes,
mis labios, mis palabras.
Y mi yerba o prodigio).
Pero vuelven.
Inesperados, vuelven.
Y estallan con su voz de estornino.
Y derriban mis labios.
Y abortan mi prodigio de yerba.
Y van cerrando
párpados, postigos.
Y vienen.
Interminables vienen.
Y otra vez las
palabras adultas
-esas que nunca entiendo-me
atormentan, convergen.
Y me llevan
donde nunca quisiera ir:
donde están todos.
Allí donde no hay nadie.
Por eso
-camino hacia mí misma
no me busquéis- regreso.
ALFONSINA
STORNI
Argentina, 1892
EL
HOMBRE
No sabe cómo: un
día se aparece en el orbe,
hecho ser; nace ciego; en la sombra revuelve
los acerados ojos. Una mano lo envuelve.
Llora. Lo engaña un pecho. Prende los labios. Sorbe.
Más tarde su pupila
la tiniebla deslíe
y alcanza a ver dos ojos, una boca, una frente.
Mira jugar los músculos de la cara a su frente,
y aunque quién es no sabe, copia, imita y sonríe.
Da una larga corrida
sobre la tierra luego.
Instinto, sueño y alma trenza en lazos de fuego,
los suelta a sus espaldas, a los vientos. Y canta.
Kilómetros en alto
la mirada le crece
y ve el astro; se turba, se exalta, lo apetece:
una Mano le corta la mano que levanta.
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MUJERES
ESCRITORAS |
SOCIOS DE
HONOR EUROPA
|
Miguel
Oscar Menassa (Madrid) |
50.000
ptas. |
Fernando
Ámez Miña (Madrid) |
40.000
ptas. |
Lidia
Andino (Madrid) |
40.000
ptas. |
José
María Blasco (Barcelona) |
40.000
ptas. |
Ana
Mª Barletta (Barcelona) |
40.000
ptas. |
Stella
Cino Nuñez (Madrid) |
40.000
ptas. |
María
Chévez (Madrid) |
40.000
ptas. |
Norma
Cirulli (Ibiza) |
40.000
ptas. |
Bibiana
Degli Esposti (Madrid) |
40.000
ptas. |
Claire
Deloupy (Madrid) |
40.000
ptas. |
Amelia
Díez Cuesta (Madrid) |
40.000
ptas. |
Paola
Duchên (Madrid) |
40.000
ptas. |
Carlos
Fernández del Ganso (Madrid) |
40.000
ptas. |
Emilio
A. González (Madrid) |
40.000
ptas. |
Mónica
Gorenberg (Zaragoza) |
40.000
ptas. |
Jaime
Icho Kozak (Madrid) |
40.000
ptas. |
Pilar
Iglesias (Madrid) |
40.000
ptas. |
Fermín
Lejarza (Bilbao) |
40.000
ptas. |
Paula
Malugani (Ibiza) |
40.000
ptas. |
Miguel
Martínez Fondón (Madrid) |
40.000
ptas. |
Alejandra
Menassa de Lucia (Madrid) |
40.000
ptas. |
Concepción
Osorio (Madrid) |
40.000
ptas. |
Pilar
Rojas (Madrid) |
40.000
ptas. |
Montse
Rovira (Ibiza) |
40.000
ptas. |
Helena
Trujillo (Málaga) |
40.000
ptas. |
Carmen
Salamanca Gallego (Madrid) |
40.000
ptas. |
Olga
de Lucia (Madrid) |
20.000
ptas. |
Alberto
Garreta (Barcelona) |
15.000
ptas. |
Magdalena
Salamanca (Madrid) |
15.000
ptas. |
Cruz
González (Madrid) |
10.000
ptas. |
Ruy
Henríquez (Madrid) |
10.000
ptas. |
Kepa
Ríos Alday |
5.000
ptas. |
Francisco
Ruano |
5.000
ptas. |
Mº
Carmen García Mateos (Salamanca) |
3.000
ptas. |
Pablo
J. García Muñoz (Madrid) |
3.000
ptas. |
Ana
Mercedes Albizuri Chévez (Madrid) |
2.000
ptas. |
Javier
Albizuri Chévez (Madrid) |
2.000
ptas. |
Ramón
Chévez (Madrid) |
2.000
ptas. |
Marina
Alonso (Madrid) |
2.000
ptas. |
Sergio
Aparicio (Madrid) |
2.000
ptas. |
Hernán
Kozak (Madrid) |
2.000
ptas. |
Ichka
León Deloupy (Madrid) |
2.000
ptas. |
Cloe
León Deloupy (Madrid) |
2.000
ptas. |
Clémence
Loonis (Madrid) |
2.000
ptas. |
Fabián
Menassa de Lucia (Madrid) |
2.000
ptas.
|
Manuel
Menassa de Lucia (Madrid) |
2.000
ptas. |
Eva
Méndez Herránz (Madrid) |
2.000
ptas. |
Javier
Romero Nouvilas (Benidorm) |
1.500
ptas. |
Pilar
Gacía Puerta (Madrid) |
1.000
ptas. |
Griselda
Kozak Cino (Madrid) |
1.000
ptas. |
Mónica
López Bordón (Madrid) |
1.000
ptas. |
Ismael
Rivera Navas (Madrid) |
1.000
ptas. |
Daniel
San Martín Duchên (Madrid) |
1.000
ptas. |
Luis
Rodriguez Hernández (Madrid) |
1.000
ptas. |
Mónica
Quintana González (Madrid) |
1.000
ptas. |
Víctor
Quintana González (Madrid) |
1.000
ptas. |
SOCIOS DE HONOR AMÉRICA |
Miguel
Oscar Menassa (Buenos Aires) |
500
us. |
Mára
Bellini (Brasil) |
200
us. |
Lucía
Serrano (Buenos Aires) |
200
us. |
Inés
Barrio (Buenos Aires) |
200
us. |
Lúcia
Bins Ely (Brasil) |
200
us. |
Ángela
Cascini (Buenos Aires) |
200
us. |
Alejandra
Madormo (Buenos Aires) |
200
us. |
Norma
Menassa (Buenos Aires) |
200
us. |
Roberto
Molero (Buenos Aires) |
200
us. |
Marcela
Villavella (Buenos Aires) |
200
us. |
Rosalba
Pelle (Buenos Aires) |
20
us. |
Cesira
Cignoni (Buenos Aires) |
20
us. |
Patricia
Bissi (Brasil) |
20
us. |
Renato
Battistel (Brasil) |
10
us. |
Karina
de Filipiss (Buenos Aires) |
10
us. |
Patricia
di Pinto (Buenos Aires) |
10
us. |
Augusto
Passolini (Buenos Aires) |
10
us. |
Luciano
Passolini (Buenos Aires) |
10
us. |
Renata
Passolini (Buenos Aires) |
10
us. |
Marisa
Wachtel (Buenos Aires) |
10
us. |
Cristina
Müller Diel (Brasil) |
10
us. |
Carmem
Sílvia Presotto (Brasil) |
10
us. |
Luis
Madormo (Buenos Aires) |
10
us. |
Gerson
Medeiros (Brasil) |
10
us. |
Eloísa
Tschoepke (Brasil) |
10
us. |
LAS 2001 NOCHES
DIRECTOR:
Miguel Oscar Menassa.
SECRETARIA DE REDACCIÓN PARA EUROPA:
Carmen Salamanca Gallego.
PRINCESA, 17, 3.º Izda. 28008 MADRID (ESPAÑA).
Teléfono: 91 542 33 49 – Fax. 91 548 33 01
SECRETARIA DE REDACCIÓN PARA
AMÉRICA:
Alejandra
Madormo.
MAIPÚ, 459 - 1. er piso.
1006 BUENOS AIRES (ARGENTINA).
Teléfono y Fax: 4 328 06 14/07 10.
LAS 2001 NOCHES DIGITAL:
http://www.grupocero.org
MADRID: grupocero@grupocero.org
BUENOS AIRES: grupocero@sinectis.com.ar |
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NORMA
MENASSA
Argentina 1938
FUGAR
Era imposible detener
tanta partida
todos huían.
Venían en tropel las madres,
madres descuartizadas por el dolor
madres dormidas,
madres locas, alcohólicas
madres prostituidas, hambrientas, insaciables.
Tropillas encuadradas marcando
un ritmo de herraduras
venían persiguiendo a los que huían.
Yo, puse mi silla
frente al mar
y me quedé esperando,
no escuché a mis espaldas
ningún ruido.
Madres muertas soplaban
suavemente las olas que caían
con gestos desmayados
muy cerca de la orilla.
PORQUE
VOS
QUERÍAS
Sin viento, estatua
de una vida
la noche se dormía entre mis brazos
se aclaraba en mi piel y en mis cabellos.
Era la fiesta para vos, perfume y vahos
mientras danzaba en todos los idiomas
porque sabía que te gustaba verme enamorada.
Y así las mismas
cosas no eran las mismas cosas.
Porque en las
madrugadas
las letras se escapaban por la hendija
como el humo debajo de las puertas
y el sol por la ventana
y reían alegres con el viento
separadas de sí
destino al aire.
Y te ibas detrás.
Te veía partir cuando el silencio
acomodaba el tajo,
cada cual a su mundo
extraños a distancia.
Y así pasaban unos
días
hasta que vos querías
volver a verme enamorada.

Poesía
-Narrativa -Psicoanálisis
CONOZCA
LA OBRA COMPLETA DEL
POETA
Y PSICOANALISTA
MIGUEL
OSCAR MENASSA
CON
FOTOGRAFÍAS Y VÍDEOS
www.miguelmenassa.com |
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MUJERES
ESCRITORAS |
SOY
MUJER,
TUVE MÁS DE UNA
PALABRA SILENCIOSA
Llega la
consagración y empequeñecida la infancia
se abre entre cielos, agua, verde, sol y
corridas en medio de cálidas piernas siempre cerca del
temblor,
siempre cerca de rodillas lastimadas
por el ardor de las caídas incansables,
sobre el cuadriculado de cemento que sabía a sal,
a otoño pasando filoso entre las hojas
y el mástil rugoso, despintado de los árboles.
No había en las
veredas más que reinos
que caían en los confines de las luces
cuando el sueño se anunciaba en los llamados a la cena
en los tiernos coloquios que breves se curvaban también sobre
[nosotros
para que la alegría se prolongue en el bisel de la cuchara y de
[la boca.
En torno de los ojos,
motivos se escalonaban,
entre un mar crédulo amenazado por invisibles partidas,
y altos navíos musicales envolvían las horas vespertinas,
donde mi padre esgrimía arpegios sostenidos
de perfumes amables
y cuentos árabes con sentencias de esfinge
entrelazadas en salas de ébano y sueños despeinados de
[cansancio.
Nutridos por la edad
crecimos fuertes
aspirando los pólenes tardíos, y olores de ricino
con sudor en las frentes y nocturnos de fiebre
escapando hacia el alba azul
en la que amanecíamos entre todas las voces conocidas.
Aguas desnudas se
fueron deslizando sobre el orgullo y la
[ternura
y el cielo se hizo profundo y la cabeza en alto trató de
alcanzar
de nuevo el reino que inventaba otras bóvedas de estrellas no
[nombradas,
de resplandores nutridos por soplos de la tierra,
de horizontes donde el sonido partía de mi voz o no partía,
donde era el signo de mi propio nacimiento.
Fui reina del absurdo
como la muchacha loca meciéndose a sí misma:
Eres dócil a los soplos de la tierra
y me doblaba en cada viento cardinal y en cada terremoto.
Eres dura como la piedra de la estatua
y en vez del mármol amé el cristal de roca.
Eres la pasión de
los incendios
y voraz el rojo me tiñó la frente
y me vistió con sedas del espíritu,
el despojado aquél que me habitaba incuestionable,
que se unió a mí para pedirme sólo que estuviese
en esas noches de lunas a medias, en esos días de colores,
y tuve más de una palabra silenciosa.
Grandes claridades se
abrieron.
Era largo el camino y
siempre tenía algo que hacer en otra
[parte,
pero soñaba aguas misteriosas, grandes sabores en islas de
[frescuras,
frutos oleaginosos que nutriesen mi piel,
ríos de burbujas indeclinables
y ruidos de alas
en un cielo teñido de crepúsculo por el que viajaría hasta
la dulzura de una vejez
amada por la tierra como la tierra ama a las raíces
de los grandes árboles,
con los que pacta de una manera inexorable.
Raíces curvadas que se expanden como bóvedas al revés
y que sin saberlo auguran la partida por caminos de luz
que llevan a un blanco reino de papel
donde tal vez el cuerpo
se desprende de su sombra.
|
MARÍA
CHÉVEZ
Argentina 1940
MUNDO
DETENIDO
¿Era
tu tiempo en las tinieblas poesía?
Olga Orozco
Ella habitó en
nocturnos infernales
gastando la savia vital que la alentaba.
Vahos errantes la cubrieron en
esas tinieblas sin dicha,
malsanas...
Cayeron con brusquedad las
capas del amor que la cubrían
se quedó muda.
Entonces, maldijo. Se encerró
en vahos tornasolados. La
rabia de la costumbre
trastornada.
Con el odio, arribó a sus
confines la asfixia
la maltrataron y ella no se desdijo.
Se arrebujó en los hedores
más miserables.
Se hartó de fábulas, se
tiñó del revés, se fue a
los últimos extremos de la
propia trampa.
Y se juró una noche
endiablada, nunca volver.
II
Esa mañana el corazón latía
en su mundo detenido
se preguntó -para qué-La
respondió el silencio, la
majestuosidad del día templado
y luego
el temblor de una voz remota.
Se dijo ¿a quién le importa?
Y apostó otra vez,
Al trasluz, sedienta
por una chispa, por un talismán.
Por un minúsculo
y aún por lo herido
y todavía encontró
un recinto palpitante
una esfinge polvorienta
y las respuestas más absurdas
como lagartijas asustadas
en el calor del verano
como bajeles de piratas
en el sobresalto de las galaxias
más errabundas
y un sortilegio
en plena noche,
un recodo de su albergue
-espejos de su sexo y de su voz-,
dios
tránsfuga en su tiempo
concibiendo el milagro.
PORQUE
Nadie
alzará la voz
por tus torpezas
ni mano alguna caerá sobre los recuerdos.
Caricias mudas.
Terco perfume embriagador.
Someterse a ella
-injusticia- |
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MUJERES
ESCRITORAS |
la soberana.
Sobre el mundo aletean sus fúnebres rasgos,
los pájaros
no supieron de tu crueldad. Adelante es la orden
y te veo,
paseando por la tumba
donde salpican los remordimientos.
¿Perversión o Delirio?
Pasión solitaria,
me sumerjo
ausente de tus luces
en el océano de la adversidad.
¿Quién podrá amar un destino que no le pertenezca?
Y extender
su cuerpo
dulcemente,
entre los dientes de las fieras.
El ocio
ese bien común,
no hablará de tu maldad.
Los errores se pagan con la vida
porque no hay manera de fallar estando muerto.
Y
desear amar en pleno siglo veinte,
es sencillamente una exhibición,
bastarda
de la locura.
Por fin las tumbas se han abierto en mis heridas.
Sus vahos nauseabundos nos distraerán
de éste, nuestro cotidiano dolor.
Ya no hay mundo
y las razones son,
querido,
insuficientes.
Te invito,
divino Artaud,
a tener juntos
la docilidad alimentaria de una vaca
y a descansar.
Las tumbas no son siempre incómodas,
y un escritor debería defender en vida,
su epitafio.
Qué otra cosa llevará este hombre que muere consigo,
y
quién puede desear un suicidio cuando la muerte
recién comienza.
Vivamos
entre las excrecencias y los cadáveres.
Amemos
en los cuerpos su propia carroña.
Olvidemos aquel amor
y sepultemos con nosotros
vivos
estos sentimientos propios.
El universo será
esta simpleza
de acariciar a los hijos por la mañana y desear
fervientemente sobre sus cabezas
que algún dios de otro planeta venga
a trastocarlo todo, y les toque una odisea menor.
Vivir no es diferente ni necesario.
Es
imposible.
He albergado en mi vientre todos los reptiles
peligrosas alimañas han sorbido mi sangre
y cualquiera podrá ver en mi piel
las huellas de la inhumanidad.
Y
si toda esta escoria y este sufrimiento aún,
no permiten la paz,
dejad de tocar las nubes con las manos,
porque el cielo no existe.
Peste y enfermedad. Existe el hambre,
países donde mueren los hombres de frío bajo los puentes
y cálidas mazmorras donde los hombres ven derretirse sus
[sesos.
Y entre tanta mierda
esta última pasión:
La Guerra Contra Todo.
Porque sí.
|
ES
UN SER HUMANO
EL QUE SE DERRUMBA
Es un ser humano el
que se derrumba.
Voy a morir.
No hablo de mis asesinos,
sólo digo:
Los cálidos espantos no bastaron.
Ni el hambre
ni la miseria
-bastardas corrientes-pulsan
sobre mi cuerpo
el desencanto.
Perdida entre ritmos cotidianos
cierro tus ojos.
Una muerte más,
y otra,
agrandan el silencio.
Voces agoreras en los lugares del tiempo,
pierden al hombre en el olvido.
Escollos marinos
pacíficos atolones
donde la piel viste
sales amarillas
caracolas.
Soy la que fui
en Nosotros.
Océano profundo
voz partiéndose en las piedras.
me esperas
y no es necesario que te nombre.
Llevo luto en el cuerpo
llevo luto en el alma
y es inútil.
Historias del asco
flores ausentes ardiendo en la matanza.
Monumental carcajada del siglo.
Soy
la que fui en nosotros
canción y cántaro. Lágrima amordazada.
La mierda más compacta.
La MEJOR, secular monumento.
Colores pardos.
Ríos siniestros.
Todo es oscuridad
-lugar común-
llanto.
Forma y color de una retórica
evanescente.
OLGA
DE LUCIA VICENTE
Argentina 1947
VUELVO
DE LA MUERTE
Yo perseguía una meta
y la meta terminaba
persiguiéndome a mí.
Transfondo de clarines
piú lento
sus notas al ocaso,
quiebran el quebranto.
Humanidad partida por el viento.
Tenue, torpe, insensato
piú forte,
ensordecedor
este recital, fin de milenio.
Caen casas como maldición |
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MUJERES
ESCRITORAS |
que sacudiera el
vientre mismo de la tierra.
Hociquea el hombre chapoteando
en oro negro su flaqueza.
No lloro por la que en el ocaso de mis días
vendrá a buscarme.
Lloro porque los titiriteros,
los que mueven los frágiles hilos de la vida
están jugando al juego duro
de la guerra.
¡Quién se declara amo absoluto
de la soledad!
Lloro porque también
soy ese hombre
esa mezquindad que asfixia.
Destellos dorados cegando la visión,
la horda clama sacrificio,
carne asada de humano,
zócalo animal,
fuego fatuo de romanos.
Vuelvo de la muerte,
junto todos los trozos de rotas cadenas,
me encadeno a vivir.
No soy el "Primer Mundo",
soy el ganadero que le mataron la ilusión
y el trabajo.
Soy el inmigrante que casi perdió su identidad.
Me balanceo en una realidad alucinante:
como en otros siglos,
la guerra, la peste,
las catástrofes naturales azotan la región.
Como en otro siglo,
caníbales hambrientos
fagocitan restos calcinados de semejantes,
lujuriosamente.
Viene el jefe mayor, vestido de Dios y dice:
A ellos escarmiento y sin más
bombardea dos horas seguidas
la sorprendida ciudad.
DONDE
NUNCA ME ESPERASTE
El alma
no se arruga.
El Indio Gris
Estoy donde nunca me
esperaste,
cosas tontas las que me sobrecogen.
Cuerpo que pulsa al son de soles abismales,
centelleo de luz,
constelación que siempre muta.
Mi piel de cordero desgarro
y pugnan por salir miles de agujas,
el tiempo, sobre los ojos ciegos.
Con Tiresias de la mano caminamos
hacia esa luz,
transferible del lenguaje.
Su mirada detiene el
tiempo.
Todos los momentos se anudan ante ti,
bailarinas de cartón huyen de la escena,
humanos asidos del testuz como los gatos
o colgados de ganchos como reses,
amos absolutos de la muerte.
Pasea por la ciudad su amplio dominio.
Enlaza extensos collares de esperanza,
cuando me acoge el páramo desierto
de tus ojos nublados al ocaso.
Quiero verte renacer de las cenizas,
que tires tu cabello hacia atrás con decisión
humano gesto.
Que sacudas la lenta monotonía
de tus vicios,
que vengas a rodear este vacío
que siento aquí, entre mis pechos secos.
Que forme su aura un
sol
para resquebrajar la nieve de mi alma.
Que cuajen las fiebres de veinte primaveras,
que me aten al misterio
de tu voz, viva. |
LUCÍA
SERRANO
Argentina 1948
CONTRA
VIENTO Y MAREA
Inventé nuevos mundos
donde no era necesario tener alma y el
corazón se alojaba en la cabeza.
¡Cantad pequeño hombre!
Háblale al silencio, hasta que alguna vez tu voz, no mate lo que vuela.
Era un poeta el que sostuvo la indagación.
Dinamismo esencial para los grandes hombres deseosos de las grandes alturas
terrenas.
No nos coronarán por ser huérfanos.
Hablan de nosotros hasta los planetas.
¡Que nadie más me cuente historias, donde no son felices los
poetas!
El frío nocturno arrastra al caer la ciega oscuridad.
Sin suficiente abrigo, todos los instintos dudaron alcanzar
aventuras propuestas.
La sombra que me seguía era una presencia pálida.
Antes de destruir todos los cementerios que amenazan mis
ansias, me haré aprendiz de fantasma.
Estático silencio adormecido en gargantas vírgenes.
Contra viento y marea, distorsionaré el rumbo de los rostros
bárbaros que aún nos guían.
Las caídas marcan a un cuerpo tocado por la magia.
No acepté ser un condenado más.
Miserable satisfecho, eludió las pequeñas condenas que hubiese merecido.
Buscaba lo perdido, mi espejo, mi espada.
Tuve por destino las apariencias, las casualidades.
Los demonios siempre se reencarnaban, volviendo a cometer
delitos inapropiados para un hombre sabio.
La paranoia de ser capturado por no vivir en sus tierras, me volvía al
laberinto.
Como era un salvaje, fracasó en todos los intentos de matar cuando no
lo necesitaba.
Escribí a los dioses y sus pandillas la brutalidad del chiste.
Todos eran amigos o enemigos, dependía del film que estábamos filmando.
Los ladrones robaban para mí.
Los músicos componían malditas melodías para que yo escribiera cuentos,
donde el malo era un hombre culto,
silencioso y lejano, al que no le apasionaban los mitos vulgares
y mucho menos los tristes demonios conocidos.
Cuando descubrí que Dios no había muerto, lo busqué en el
intento de que me perdonara los errores de las valentías.
Fui perdonada.
Después, todo se hizo fácil buscando sin esperanzas.
Contra viento y marea, vivía en mí un lirismo inapropiado.
Sólo amé el sonido de las grandes palabras.
EL
HOMBRE SE ACOSTUMBRA
Ya no hay nadie en la
calle a estas horas.
¿Quién beberá las noches?
¿Quién hará de los árboles más altos, querubines?
No me extraña el viento y el frío se hace soportable.
El eco insiste en que vuelva a escribir ese poema.
Incandescentes sílabas sobre el espacio de papel en blanco.
Nuestros cuerpos amor, ya no nos guardan.
El hombre se acostumbra a perderlo todo, sin darse cuenta
siquiera, que en vez de navegar las aguas como un ser
intrépido, aún no salió de la playa.
No goza, no escucha, no ve las grandes posibilidades que le
aguardan.
Cuerda floja tendida en las alturas.
El hombre se acostumbra también, a vivir muerto.
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MUJERES
ESCRITORAS |
PROFESIÓN
ILEGAL
Una estética maldita
acompañó las horas del criminal.
Resolvió todas las contradicciones matando.
Vivió sin aceptar justicia alguna.
El encierro no le pertenecía.
Intocable, invencible e imposible frente a las fuerzas naturales,
se sometió al arte conocido, profundizó el abismo.
Riquezas de una imagen polisémica renaciendo después de cada crimen.
Ámbito sensible construyendo desconocidas verdades múltiples.
Profesión nebulosa que no necesitó incandescentes caricias.
Deseó robarle a la muerte lo insobornable de su existencia,
engañarla con su astucia, quitarle sus poderes.
Las tristezas armaron a su alrededor un mundo vengativo y se
fue haciendo inmortal en los peligros.
Fue necesario acudir a la mentira para alcanzar victorias que la ley
contradecía.
Conquistó la mirada de los más grandes delincuentes.
Delicada tibieza quieta, para un profesional avergonzado por no tener
medida.
Con el tiempo declaró a su profesión ilegal, el sustento vital de
sus días.
De cambiar sus pasos, la muerte lo esperaría.
CARMEN
SALAMANCA GALLEGO
España 1962
LOS
INDIOS
Con las manos atadas
al destino,
encadenados ecos del ayer,
treparon siglos y cadencias
hasta fundir su sangre con la tierra.
Arrojaron
mutilaciones al abismo,
estigmas de escarcha entre los huesos,
cadenas de silencio ensangrentado.
Ebrios, evanescentes
en la danza,
azules de mar y envoltura,
crearon fronteras impalpables
como séquitos de un dios convencido.
Rota estrechez sin
miramientos,
cadenas ceñidas al corazón
y entre las raíces, niebla,
pedazos de alma arrebatada
a la terquedad de su búsqueda.
Amenazados de muerte
visceral
calculan, a sabiendas del error,
y nunca olvidan.
Hoy, taladrados de
miedo y ausencia,
entierran la fe con parsimonia
y ensayan, con profunda humanidad,
gritos de guerra en las pupilas.
Amos de ingenuas
constelaciones,
hijos perdidos de la historia
interpondrán su veredicto
al límite estelar de nuestra voz.
Pantomimas de
ululante escucha
serán la violencia de sus manos
en el estruendo final de la locura. |
SANGRE
ENAMORADA
De
sangre están manchadas nuestras manos
por dentro.
Leopoldo de Luis
Entre las cóncavas
llanuras de tus ojos
arden, imperiosas, sencillas muescas
de un poder rendido en cicatrices.
Tercos aprendices de
lo eterno,
horadamos con preguntas la agonía y el espanto,
rota permanencia en el vacío sideral
donde la bestia reniega de su sombra.
Rompo composturas,
hago trizas mi tamaño
y en mudo estrépito,
hilvano razones en la noche,
útiles coartadas para los dedos.
Raída faz ante el
espejo de la muerte,
quemada por vientos de penumbra,
ensartada en raíces del miedo,
cúmulos de dolor acechando en cada esquina.
Aplasto
consideraciones inauditas,
química espectral sobre muecas de hambre,
ágiles pergaminos y la ley escupiendo quimeras.
En la carcoma
esencial de su estructura
habitan oscuros contornos inaudibles,
bicéfalas esperanzas estancadas
entre sueños y esbozos de poder.
Hiende el camino
atravesando huecos,
vacíos desenlaces de una raza imprevista:
Hielo en la piel y cáscaras endemoniadas,
desposeídas de color, aliento secuestrado
retorciéndose en tu pecho.
Extiendo el dedo que
juzga
banales encuentros con la vida,
desmedida pasión impregnada de escarcha
sobre la rutilante esfera de los sueños.
Gritos en el fondo de
tus ojos,
sonidos de jungla en el reverso de la noche
rondan la materia exacta,
mínimo soporte bajo la piel:
Palabras de sangre enamorada.
CUANDO
VINIERON
Vinieron de lugares
olvidados,
recónditos escondrijos de ultratumba, sedientos,
voraces como alimañas en luna llena.
Alimentaron su odio a
escondidas,
en secreto minaron las raíces,
secaron con mentiras la memoria.
No habrá futuro
-decían-para
los rebeldes no habrá futuro.
Cuando vinieron
nosotros ya sabíamos del amor,
de la soledad intachable en el alma,
cada atardecer.
Habíamos reducido nuestros cuerpos
al tamaño exacto de cada momento,
la longitud precisa de una mirada.
Vinieron por
nosotros, de noche,
masticando pesadamente miserias adheridas,
vacíos cráneos con la muerte tatuada.
Cuando vinieron, nosotros
ya éramos historia. |
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MUJERES
ESCRITORAS |
ALEJANDRA
MENASSA
Argentina 1972
SOY
UN MENDIGO
Esta mañana me
corté
el último dedo que tenía,
y me lo comí,
diez muñones como diez tallos
de rosa cercenados.
Diez cicatrices de marfil.
Quiero saber dónde
está mi corazón,
no recuerdo si con aquel hacha
que pende ahora sobre mi cabeza
practiqué sobre el esternón un surco
y por la herida aún
sangrante
lo extraje y lo miré
tiernamente latir.
Ni siquiera recuerdo
si tenía sabor,
ya hace años de esto.
El corazón de un mendigo es indigesto.
Está cargado de rabia contra todo.
Es seguro: si lo
hubiera comido,
lo habría vomitado.
Es seguro, ahora estaría muerto.
No por vivir sin
corazón,
de esos seres acardios está
poblado, casi lleno, el mundo.
Me hubiera muerto de
un ataque al hígado.
Todo rabia enquistada, mi corazón,
me hubiera muerto
de un cólico de bilis negra,
negra como la noche
en que mataron mi razón.
LOS
MONSTRUOS DE LA RAZÓN
Tantas veces quise
matarte
o morir.
Hoy estoy apocalíptica,
huelo el final como una presa
y eso me enloquece.
El hedor de la sangre
poblando las arterias.
Esta noche la luna
ha puesto el fulgor
de los lobos en mi mirada,
un abismo rojo como
los precipicios de la carne
y dientes como garras,
encías habitadas por el odio.
Esta noche es un camposanto
donde enterrar la soledad.
No habrá otra erección
que la de los ahorcados,
ni más banquete
que el de las larvas.
Cuando el gusano besa
el vientre de los muertos
lo hace con pasión
indescriptible.
Me ha abandonado el corazón,
su frenético ritmo
de bandada.
Y voy por los
rincones
pidiendo, voz en
grito
un alma para echarme
a los hombros del olvido.
Ese olor a final, ese olor
me enloquece,
me impele a cometer
atroz asesinato.
Esta página, esta página
en blanco ha muerto
entre mis manos.
Princesa de la noche,
mi manzana perdida,
habita en sus tinieblas.
VOY
A COMPRARME UN POETA
No, un hombre sólo
no me basta.
Unos se han construido
una inteligencia contemporánea,
y se alcanzarán con ellos
las más altas cimas de la conversación.
Otros hacen el amor como si fueran
todo un cuerpo de manos y de labios.
Algunos lo darían todo por amor,
y otros saben bien que el amor solo,
se pudre como una manzana mordida
a media tarde.
Pero un poeta,
un poeta
cuando te dice que te ama,
lo dice con palabras
que hacen del amor una bandera,
de los besos estrellas
reventando en los labios,
de la piel un país habitado
por caricias tumultuosas,
por un ejército de hormigas
como bocas hambrientas de pasión,
y de la noche el tiempo
donde los cuerpos se diluyen;
se confunden los nombres,
y todo se trastoca en aras del amor.
Voy a comprarme un poeta,
de esos que te mandan
mensajes en botellas,
que ahora se llaman libros,
y que encierran, no un barco, sino un hombre,
que nadie sabe por dónde entró. |
ASOCIACIÓN
PABLO MENASSA DE LUCIA AULA DE POESÍA Y PSICOANÁLISIS
Soy lo que vuela
encadenadme y seré lo encadenado que vuela
matadme y seré lo encadenado, muerto, que
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|
LA
ASOCIACIÓN
PABLO MENASSA DE LUCIA
TAMBIÉN TIENE SU COLUMNA
Premio
de Poesía Pablo Menassa de Lucia
El
31 de Julio de 2001 se cierra el plazo para la entrega de originales
para el Premio de Poesía Pablo Menassa de Lucia en
su 3ª Convocatoria.
Reunido
el jurado bajo la presidencia de Olga de Lucia Vicente,
el 3 de agosto, comienza la lectura de originales.
Se
acuerda continuar la lectura durante el mes de agosto y los
primeros días de septiembre.
El
día 7 de septiembre se reúne de nuevo el jurado para hacer la
primera selección. De ella salen elegidos 50 poemarios.
El
17 de septiembre el jurado se reúne para una segunda selección.
De los cincuenta poemarios quedan 15 originales que
optan al premio.
El
día 24 de septiembre se reúne de nuevo el jurado para seleccionar
cuatro finalistas:
-
Me acosa una pasión... (Marion Star 2001); Sueños de la
prisión (Denise Luk); Patria
de pájaros (Nocturno); Desde el umbral
(El fulgor)
A
fecha 25 de octubre el jurado decide otorgar un primer premio
(ex aequo) para:
-
ME ACOSA UNA PASIÓN..., autora Norma Menassa. Por la fuerza
expresiva de sus poemas y su estructuración verbal. En sus
poemas hay un juego de imágenes y metáforas que van construyendo
un tiempo para la escritura de lo que no fue.
-
SUEÑOS DE LA PRISIÓN, autora Lucía Serrano. Por la madurez
de sus poemas, que son como
aforismos que tocan la verdad de
lo humano. Poemas de una sencillez que sólo es posible con
un gran trabajo, con la complejidad que eso implica.
Y
un segundo premio (ex aequo) para:
-
PATRIA DE PÁJAROS, autora Pilar García Puerta, por el juego
combinatorio de palabras, y
los giros idiomáticos, que rompen cualquier
cotidianeidad creando un nuevo mundo para el lector.
-
DESDE EL UMBRAL, autor Andrés González Andino. Por su sorprendente
armazón que en algunos momentos pareciera ser
una máquina que trabaja para su construcción y funcionamiento
como máquina.
Premio
de Psicoanálisis Pablo Menassa de Lucia
El
31 de Julio de 2001 se cierra el plazo para la entrega de originales
para el Premio de Psicoanálisis Pablo Menassa de Lucia
en su 3ª Convocatoria.
Reunido
el jurado el 3 de agosto, bajo la presidencia de Olga
de Lucia, comienza la lectura de originales. Se acuerda continuar
la lectura durante el mes de agosto y los primeros días
de septiembre.
El
día 7 de septiembre se hace la primera selección de originales,
y el 24 del mismo mes, se
reúne de nuevo el jurado para
seleccionar dos finalistas.
El
25 de octubre reunido el jurado para dar el fallo del premio deciden:
1
er Premio: PSICOANÁLISIS Y MEDICINA, autoras: Alejandra Menassa
de Lucia, Pilar Rojas Martínez, Inés Barrio. Por sus novedosas
aportaciones al campo.
2º
Premio: HISTERIA -HISTORIA DE UN AMOR-, autor Carlos Fernández
del Ganso.
Ambos
libros son considerados merecedores del premio, por
lo correcto de su estructuración como libro y por la interesante
propuesta que hacen: El
psicoanálisis, un tratamiento efectivo.
La
entrega de los Premios se realizará en febrero de
2002. En el mismo acto serán presentados los
libros ganadores, de Poesía y de Psicoanálisis. |
LA
ASOCIACIÓN DE ESCRITORES
Y ARTISTAS ESPAÑOLES
HIZO
ENTREGA EL PASADO
MIÉRCOLES 17 DE OCTUBRE
DEL PREMIO DE POESÍA
"NUEVA GENTE"
A LA POETA
ALEJANDRA
MENASSA
AMPLIA
INFORMACIÓN Y FOTOGRAFÍAS
EN EL PRÓXIMO NÚMERO |
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