LAS
2001 NOCHES ÍNDICE NÚMERO 44
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JULIO
HERRERA Y REISSIG
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LLEGADA
DE LOS MESES Y DE LAS HORAS
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LIMINARI
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MENASSA
EN BUENOS AIRES
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RECEPCIÓN
INSTRUMENTAL DEL GRAN POLÍGLOTO ORFEO
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INTENTO
TERCERO DEL INTENTO DE PRÓLOGO A LA OBRA
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JULIO
HERRERA Y REISSIG
|
LA
GRAN SORIÉE DE LA ELEGANCIA
|
POEMA
DE LA CREACIÓN
|
LAS
PASCUAS DEL TIEMPO
|
CANTO
A LAS HORAS
|
ASOCIACIÓN
PABLO MENASSA DE LUCIA
|
SU
MAJESTAD EL TIEMPO
|
CANTO
A LOS MESES
|
PRESENTACIÓN
DE LIBROS
|
FIESTA
POPULAR DE ULTRATUMBA
|
TERMINACIÓN
DE LA FIESTA
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SOCIOS
DE HONOR
|
FERIA
DEL LIBRO
|
POEMA
DE LA CREACIÓN
|
NOVEDADES
2001
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JULIO
HERRERA Y REISSIG
EL COSTADO LÚDICO DE LA POESÍA |
JULIO
HERRERA Y REISSIG y sus "Pascuas del Tiempo"
La
polvareda modernista esparció su nube de oro por el paisaje poético
de la España del novecientos. Se cierra ahora el siglo XX y
aún alguna lectura nos deja en los párpados restos de aquella polvareda
luminosa. ¿Se quedó en eso la poesía parnasiana nacida en
Los trofeos de José María de Heredia, el medio cubano, medio
francés? Para nuestro Juan Ramón Jiménez el
parnasianismo es la expresión perfecta
de una hermosa objetividad impasible. Pero, ¿se
quedó en eso, o bien, "siguió su polvo sonando"? Y éste es un
verso de Miguel Hernández, en el poema que
dedicó a Julio Herrera y Reissig.
Últimamente
se ha publicado una preciosa edición de Las
Pascuas del Tiempo,
ofrecida por Biblioteca Nueva y cuidada por Luis
Íñigo Madrigal y Jenaro Talens, ambos grandes conocedores del
fenómeno poético.
De
la muerte del uruguayo se han cumplido noventa años. De la del
cubano-francés se cumplirán noventa y cinco el próximo octubre.
Cuando
nació Herrera, tenía Heredia treinta y tres, pero murieron
con sólo cinco de diferencia. El joven Herrera pudo leer Les
trophées con dieciocho años. Los
dos habrían aprendido en Leconte de
Lisle, al que Rubén Darío dedicó uno de sus "Medallones",
con musicales alejandrinos, en las últimas páginas de
Azul. Fastuosos son los versos orquestales de estas "Pascuas
del Tiempo". Asombroso poeta de
abigarrada cultura mitológica como un
Góngora resurrecto. "Nada más apasionante que la poesía de este
uruguayo fundamental, de este clásico de toda la poesía", dejó
dicho de él Pablo Neruda.
Neruda
mostraba afecto por Herrera y Reissig de antiguo. En 1936
preparó un número de "Caballo verde para la poesía" cuya
aparición fue abortada por la guerra civil.
Para ese número Vicente Aleixandre,
aún en el ámbito surrealista, escribió su poema "Las barandas",
incluido luego en el índice de Nacimiento último. A su vez,
Miguel Hernández escribió "Epitafio desmesurado a un poeta",
suyo es el verso que antes cité. Para el ya de por sí barroco Miguel,
Herrera y Reissig era "trueno de sangre, pasión y locura".
En
su curso sobre el Modernismo -1953-, Juan Ramón Jiménez no
fue muy justo con el uruguayo. Le calificó de "raro, extravagante,
bohemio" y cree que es "suma de lo
más decadente y más vicioso del
modernismo". Sin duda este juicio de "vicioso" (esto
es, de abundante y sobrecargado) encuentra su
justificación en los ocho cantos de
estas Pascuas del Tiempo, colaboración de Herrera y
Reissig para el "Almanaque Artístico del siglo XX", aparecido
en 1900. Curiosamente, el poema aparece
fechado: "Montmartre,
Sol
en Sagitario, M.C.M.". Esta fechación forma parte del retoricismo
y la imaginación del poeta, porque Julio no
viajó nunca a Europa. No cabe sino
pensar que el talante ecuménico con que redacta
la nómina de personajes convocados le inclinó a desear un punto
céntrico, un ombligo de la cultura, y ninguno tan típico como
París. Bien sabemos que el modernismo americano se esforzaba por
mirar a las modas francesas.
En
el primer canto, el poeta alude al tiempo como a un viejo patriarca
de cuyas arrugas ha de salir el futuro.
El
canto segundo describe una imaginaria fiesta de ultratumba, con
los más variados personajes históricos como invitados, en una mezcla
que olvida la historicidad.
|
En
el tercero, es la retahíla de los meses lo que deambula y baila.
En
el cuarto se alza la harmonía (escrita con h, claro) de la lira
de Orfeo.
En
el quinto, la zarabanda de un repertorio de horas que culmina en
el canto seis.
En
el siete, el más extenso, vuelven los meses a entretejer un
himno,
y en el último, figuras mitológicas llegan a la fiesta que se remata
con un epílogo en cuatro versos de dieciséis sílabas.
La
poesía modernista, con su creación de ritmos, desdoblando y
ampliando la versificación, cobra en este poema de Herrera y Reissig
un estadio delirante. Su lujo verbal, sus rimas que cantan y
encantan, su sintaxis encaramada a la anáfora, el empleo de términos
de tan singular brillo como de rareza de uso,
el derroche de evocaciones que concitan
protagonistas reales o supuestos, manifestándose
en escenarios ya de gusto francés, ya de recreaciones helenas.
Todo ello aleja la poesía de propuestas sentimentales, meditaciones
o trascendencias, para instalarla en el ideal reino
de la belleza. Pero es claro que la belleza puede alzarse como
un valor rebelde. La belleza del arte, contra lo chabacano, la
torpeza convencional y burda de la vieja burguesía. No se equivocaba
el gran crítico Ricardo Gullón cuando, ante la elegancia de
la estética modernista, decía que los cisnes y las princesas tenían
sentido, lo que -según ha escrito el profesor Urrutia en
su prólogo al libro de Juan Ramón Jiménez- puede interpretarse como
deseo de elevación intelectual e idealista por encima de
la vulgaridad.
Por
si fuera poco, Herrera y Reissig introduce en sus elaborados versos
un ingrediente irónico, con lo que se anticipa a la visión de un
costado lúdico de la poesía manejada años después por los ultraístas.
Por
los años cincuenta, visitaron Madrid un poeta y una poetisa de
la República Oriental del Uruguay: Juvenil Ortiz Saralegui y
Arsinoe Moratorio, ambos editores, en Montevideo, de unos cuadernos
poéticos bajo el nombre de su gran poeta. Ellos me dieron
a conocer algunos poemas de Herrera y Reissig, como el delicioso
soneto "La novicia" que la fina escritora María Luz
Morales
llevó a su "Libro de Oro de la poesía en lengua castellana"
en edición de 1970. También la
"Antología de poesía modernista",
ordenada por Antonio Fernández Molina en 1982, recogió
unos fragmentos de Las Pascuas del Tiempo. Ya en 1998,
Ángeles Estévez preparó para el "Círculo de lectores" la
obra completa.
Poesía
como de ricos cortinajes y telas recamadas. Poesía de salones
lujosos y adornos sensuales y tapices que evocan paisajes exóticos.
Fuentes con ninfas, arquitectura de alhambras y mekas.
Espectros
de rastros seculares. Borgia o Cleopatra; la Reina de Saba
o Voltaire; la Pompadour o Santa Teresa; Atila o Byron.
Triunfo
deslumbrante del movimiento que abre la poesía moderna en
lengua española con el siglo que recién acaba. Por esas rutas transitó
una pléyade renovadora e innovadora que merece recuerdo y
gratitud. AJenaro Talens -poeta renovador él mismo- y a Luis Íñigo
Madrigal les debemos este regalo, en manos de Biblioteca Nueva.
LEOPOLDO
DE LUIS |
125.001
ejemplares: NADIE,
NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA |
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MENASSA
EN
BUENOS AIRES
PRESENTACIÓN
DE LIBROS
DIÁLOGO
ENTRE EL LOCO Y EL POETA
Miércoles 2 de mayo, a las
20 hs.
CENTRO CULTURAL ROJAS
MONÓLOGO
ENTRE LA VACA Y EL MORIBUNDO
Viernes 4 de mayo, a las 21
hs.
ENCORE
FERIA
DEL LIBRO
FIRMA
DE EJEMPLARES
Domingo 6 de mayo, a
las 18 hs.
STAND Nº 203 DE GRUPO CERO
Información:
4328 0614/0710 |
MADRID
EDITORIAL
GRUPO CERO
EN
LA
FERIA
DEL LIBRO
-PARQUE
DEL RETIRO-
CASETA
4
DEL
26 DE MAYO
AL 10 DE JUNIO |
|
JULIO
HERRERA Y REISSIG
Uruguay,
1875
LAS
PASCUAS
DEL TIEMPO
I
SU
MAJESTAD EL TIEMPO
El
Viejo Patriarca,
Que todo lo abarca,
Se riza la barba de príncipe asirio;
Su nívea cabeza parece un gran lirio,
Parece un gran lirio la nívea cabeza del viejo Patriarca.
Su
pálida frente es un mapa confuso:
La abultan montañas de hueso.
Que forman lo raro, lo inmenso, lo espeso
De todos los siglos del tiempo difuso.
Su
frente de viejo ermitaño
Parece el desierto de todo lo antaño:
En ella han carpido la hora y el año,
Lo siempre empezado, lo siempre concluso,
Lo vago, lo ignoto, lo iluso, lo extraño,
Lo extraño y lo iluso...
Su
pálida frente es un mapa confuso:
La cruzan arrugas, eternas arrugas,
Que son cual los ríos del vago país de lo abstruso
Cuyas olas, los años, se escapan en rápidas fugas.
¡Oh,
las viejas, eternas arrugas;
Oh los surcos oscuros:
Pensamientos en formas de orugas
De donde saldrán los magníficos siglos futuros!
II
FIESTA
POPULAR DE ULTRATUMBA
Un
gran salón. Un trono. Cortinas. Graderías.
(Adonis ríe con Eros de algo que ha visto en Aspasia)
Las lunas de los espejos muestran sus pálidos días,
Y hay en el techo y la alfombra mil panoramas de Asia.
Las
lámparas se consumen en amarillas lujurias,
Y las estufas se encienden en pubertades de fuego;
(Entran Sátiros, Gorgonas, Ménades, Ninfas y Furias;
Mientras recita unos versos el viejo patriarca griego.) |
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Unos
pajes a la puerta visten dorado uniforme;
Cruzan la sala doncellas ornadas con velos blancos.
(Anuncian: están Goliat y una señora biforme
Que tiene la mitad pez, Barba Azul y sus dos zancos.)
Un
buen Término se ríe de un efebo que se baña.
Todos tiemblan de repente. (Entra el Hércules nervudo)
Grita Petronio: ¡Falerno! Grita Luis Once: ¡Champaña!
(Grita un pierrot: ¡Menelao con un cuerno y un escudo!)
Todos
ríen, sólo guardan seriedad Juno y Mahoma,
El gran César y Pompeyo, Belisario y otros nobles
Que no fueron muy felices en el amor. Se oyen dobles
Funerarios: es la Parca que se asoma...
(Todos
tiemblan) los más viejos rezan, se esconden,
murmuran.
Safo le besa la mano. Se oye de pronto un gran ruido,
Es Venus que llega: todos se desvisten, tiemblan, juran,
Se arrojan al suelo y sólo se oye un inmenso rugido
De
fiera hambrienta: los hombres se abalanzan a la diosa,
(Ya no hay nadie que esté en calma, todos perdieron el juicio) Todos
la besan, la muerden, con una furia espantosa,
Y Adonis llora de rabia... En medio de ese desquicio
El
Papa Borgia está orando (mientras pellizca a una niña),
Tan sólo un bardo protesta: Lamartine, con voz airada;
Para restaurar el orden se llamó a Marat. La niña
Duró un minuto y la escena vino a terminar en nada.
Con
el ala en un talón entra Mercurio; profundo
Silencio halló el mensajero. El gran Voltaire guiñó un ojo
Como queriendo decir: ¡cuánto pedante en el mundo
Que piensa con los talones! (Juan lo miró de reojo.
Y un periodista que había se puso serio y muy rojo.)
Entra
Aladino y su lámpara. Entran Cleopatra y Filipo.
Entra la Reina de Saba. Entran Salomón y Creso.
(Con las pupilas saltadas se abalanzó un burgués rico,
Un banquero perdió el habla y otro se puso muy tieso.)
"Mademoiselle
Pompadour", anuncia un paje. Mil notas
Vibran de pronto; los hombres aparecen con peluca,
(Un calvo aplaude, y de gozo brinca una vieja caduca)
Comienza el baile: pavanas, rondas, minués y gavotas.
Bailan
Nemrod y Sansón, Anteo, Quirón y Eurito;
Bailan Julieta, Eloísa, Santa Teresa y Eulalia,
Y los centauros: Caumantes, Grineo, Medón y Clito;
(Hércules no; le ha prohibido bailar la celosa Onfalia.)
Entra
Baco, de repente; todos gritan: ¡Vino, Vino;
(Borgoña, Italia y Oporto, Jerez, Chipre, Cognac, Caña,
Ginebra y hasta Aguardiente), viva el pámpano divino,
Vivan Noé y Edgard Poe, Byron, Verlaine y el Champaña!
Esto
dicho, se abalanzan a un tonel. Un fraile obeso
Cayó, debido, sin duda (más que al vino) al propio peso.
Como sintieran calor Apuleyo y Anacreonte
Se bañaron en un cubo. Entra de pronto Caronte.
(Todos
corren a ocultarse). No faltó algún moralista
Español (ya se supone) que los tratara de beodos,
El escándalo tomaba una proporción no vista,
Hasta que llegó Saturno, y, gritando de mil modos,
Dijo que de buenas ganas iba a comerlos a todos.
Hubo
varios incidentes; (entra Atila y se hunde el piso;
Eolo apaga unas bujías; habla Dantón; se oye un trueno.)
En el vaso en que Galeno
Y Esculapio se sirvieron, ninguno servirse quiso.
Un
estoico de veinte años, atacado por el asma,
Se hallaba lejos de todos. "Denle pronto este jarabe".
Dijo Hipócrates, muy serio. Byron murmuró, muy grave:
"Aplicadle una mujer en forma de cataplasma".
Una
risa estrepitosa sonó en la sala. De rojo
Vestido un dandy gallardo, diole la mano al poeta
Que tal ocurrencia tuvo. (El gran Byron que era cojo,
Tanto como presumido, no abandonó su banqueta,
Y tuvo para Mefisto la inclinación más discreta.)
|
En
esto hubo discusiones sobre cuál de los suicidas
Era más digno de gloria. Dijo Julieta; yo he sido
Una reina del Amor; hubiera dado mil vidas
Por juntarme a mi Romeo. Dijo Werther: yo he cumplido
Con
un impulso sublime de personal arrogancia.
Hablaron Safo y Petronio, y hasta Judas el ahorcado,
Por fin habló el cocinero del famoso Rey de Francia,
El bravo Vatel: yo, dijo, con valor me he suicidado
Por cosas más importantes, ¡por no encontrar un pescado!
Todos
soltaron la risa. (Grita un paje: está Morfeo.)
Todos callan, de repente... todos se quedan dormidos.
Se oyen profundos ronquidos.
(Entra en cuclillas un loco que se llama Devaneo.)
III
LLEGADA
DE LOS MESES Y DE LAS HORAS
(Terpsícore
puede más que Morfeo)
Saludando
cortésmente a la buena Mamá Juno
(Son las XII de la noche, del mes doce a 31)
Entran: Junio, Julio, Agosto, Setiembre, Octubre y
Noviembre.
Enero, Marzo y Abril, Mayo, Febrero y Diciembre.
Síguelos
el Viejo Tiempo, con traje de soberano.
(El Patriarca de los Siglos a quien ninguno conoce.)
Y tomadas de la mano,
Formando
rueda y bailando la vieja danza del brinco:
La seis, la ocho, la nueve, la diez, la once, la doce,
La una, la dos, la cuatro, la tres, la siete y la cinco.
(Anuncian:
está Terpsícore.) Todos despiertan y ríen:
El gran salón se ilumina con mil resplandores blancos;
Barba Azul corre en sus zancos;
Raras macabras armónicas los instrumentos deslíen,
Y sin que haya espiritistas saltan las mesas y bancos.
Byron, Tirteo y Quevedo se olvidan de que son cojos,
Rabelais y el gran Leopardi no saben ya sus defectos;
Homero y Milton se muestran, ambos, con grandes anteojos;
los cuerdos se vuelven locos y arlequines los proyectos.
(Por bailar a misia Parca también se le van los ojos.)
IV
RECEPCIÓN
INSTRUMENTAL DEL GRAN POLÍGLOTO ORFEO
Cuentos
de Harmonía
Entra
el viejo Orfeo. Mil notas auroran
El aire de ruidos, mil notas confusas;
Suspiran las Musas, las Sirenas lloran;
Las Sirenas lloran, suspiran las Musas.
Misteriosas
flautas, que modulan gritos
De bacantes ebrias, de hetairas locas,
Cantan las canciones de los tristes mitos;
de los besos muertos en las regias bocas.
Finas
violas trinan los rondeles breves
Que en la danza regia dicen los encajes,
Las suaves y amables carcajadas leves
De las suaves sedas de los leves trajes.
Sistros
marfilados hablan de las lidias
De los viejos reyes; de su real decoro;
De Judith y Esther cuentan las perfidias,
Los asesinatos de sus besos de oro.
Címbalos
de plata cuentan las historias
De reinas de Saba; de sangrientas misas,
Y cascabelean las divinas glorias
De los viejos bardos y las pitonisas.
Suaves
mandolinas desabrochan llantos
De Mignones ebrias y Lilís divinas,
Y hacen las historias, de crueles encantos
Y dulces venenos, de las Florentinas.
Cuernos
y zampoñas, cobres y trompetas,
(Que tienen el triunfo dorado del Sol)
Aúllan y ladran y rujen y gritan,
(Los himnos más rojos en tono i bemol).
¡Hablando de guerras, de sangre, de atletas,
De incendios, de muertes y cosas que excitan!
Órganos
tronantes murmuran canciones,
De mística, vaga, celeste harmonía,
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Que
hacen de las barbas de Jehová vellones
Para ornar la mesa de la eucaristía.
Discretos
violines hacen historietas
De pies diminutos, escotes y talles;
De anillos traidores; de las Antonietas,
De los galanteos del regio Versalles.
Narran
mil alegros, de collares ricos,
De aleves conquistas, de alcobas doradas:
Las conspiraciones de los abanicos
Y las aventuras de las estocadas.
Timbales
y oboes, panderos y gaitas
Son gitanas tristes, ebrias bayaderas
Que dan el almíbar de las chirigaitas,
Sangre de cicutas, celos de panteras,
Que
sugieren dramas de placer y llanto,
Risas y suspiros de Selikas locas,
Sollozos de Aída, ramos de amaranto,
Orgías de vasos, puñales y bocas.
Graves
clavicordios, tristes violoncelos
Susurran amores de duques suicidas,
Y hablan en la lengua de los terciopelos,
Del vino que usaban las reinas queridas.
Guitarras
sensibles, en raudos alegros,
Hablan de toreros, chulos y manolas;
Fingen las tormentas de los ojos negros,
Y hablan de los celos de las reinas Lolas.
Ríen
con la risa del castañeteo,
Vuelan con el vuelo de la seguidilla,
Y hablan del hechizo que en el culebreo
Ponen las sultanas de la manzanilla.
Sugieren
de pronto caderas ariscas,
Gestos que provocan, y ligas que atan;
¡Toros de lujurias, besos de odaliscas,
Canelas, mantillas y piernas que matan!...
V
LA
GRAN SOIRÉE DE LA ELEGANCIA.
LA DANZA DE LOS MESES Y DE LAS HORAS GALANTERÍAS ETERNAS
Decoración:
La sala semeja una floresta
Unos faunos sensuales persiguen a una driada,
Cantos de aves sinfónicas hace vibrar la orquesta.
(Pajes, Arqueros, Duendes y gente uniformada.)
Los
Dioses del Olympo todos se hallan presentes.
(Emblemas, jeroglíficos, toisons, panoplias, cuernos)
Inmensa muchedumbre de silenciosas gentes;
Santos del Paraíso, reyes de los Infiernos.
El
viejo Tiempo se halla sentado en su gran solio.
(Heraldos y sirenas, dragones, sagitarios)
A un lado el Laberinto y al otro el Capitolio.
La Parca está rezando sus credos funerarios.
Alcen
contempla a Diana. Pan toca su bocina;
Un centauro y un sátiro se cuentan sus lujurias;
Hidras, peces biformes. (Plutón y Proserpina.)
Tritones y Oceánidas y Náyades y Furias. |
Lohengrin
y el Cisne. Cadmo transformando una piedra;
(Pontífices, Mikados, Sultanes, Caballeros)
Margarita en su rueca, Minos hiriendo a Fedra.
(Damas de corte, brujas, nobles y mosqueteros.)
Cristo
y Mahoma charlan de asuntos de la tierra;
(Se alzan el Vaticano, la Alhambra, Meka y Roma)
Millones de esqueletos surgen en son de guerra,
Etcétera... Posdata: la Esfinge se desploma.
Aramis
el noble, gentil bastonero,
Le pide su cetro magnífico a Ulises;
(Adornan la sala lujosas cariátides,
Regios artesones y un áureo florero
En el que hay hortensias, anémonas, lises,
Adelfas, orquídeas, lotos y clemátides)
Y
ordena la danza. Las Hadas del Día,
Que son doce, se ponen en rueda.
(Hay espejos, luces, cuadros, pedrería,
Bibelots, Cupidos, oro, mármol, seda...)
Un
reloj semeja la alfombra bordada;
(Ornan los tapices regias hipsipilas;
La Venus de Ictinius se muestra enflorada:
Lucen crisantemos, nelumbos y lilas.)
Hay
aves exóticas. Exóticos frescos
Muestran con sus barbas a los Viejos Siglos.
(Hay fou-kousas, pieles, jaspes, arabescos,
Biscuits, kakemonos, dioses y vestiglos.)
Aramís
sonríe con una señora
De ciertos remilgos de unas soberanas.
(Hay cenefas, biombos, telas de Bassora,
Consolas, estatuas, joyas, porcelanas.)
Las
arañas forman chispeantes burbujas,
Burbujas inquietas de vinos dorados.
(Hay regios encajes de Chantilly y Brujas,
Panneaux deslumbrantes
y flordelisados.)
Las
damas ostentan aigrettes elegantes,
De plumas que fingen rizos de flambeau
(Los regios joyeles y polvos
brillantes
Que ostentan las reinas de un bello Wateau.)
Hechiza
en las faldas la seda argentada,
Y nieva la red de las finas puntillas.
(Las caladas medias de seda rosada
Brillan de celosas en las pantorrillas.)
Un
bouquet de estrellas sus fulgores quiebra
En el encendido sol de los aceros;
Valiers recamados de ojos de culebra
Ornan la elegancia de los caballeros.
Irisados
peces, raros colorines,
Fingen las soberbias condecoraciones;
Y gardenias blancas son los brodequines,
Y serpientes de oro son los cinturones.
Un obispo cuenta las cuentas de espuma
Que hay en una copa de fino Bohemia. |
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(Hay
lacas, mosaicos, jarras de Satsuma
Divanes
de Persia, sillas de Academia.)
Las
Horas ostentan primorosos trajes,
Grandes
abanicos, mágicas pelucas.
(Hay
platos chinescos, cisnes y paisajes,
Gente
armada, pajes y doncellas cucas.)
(Se
oyen pasos). Entran con largos turbantes,
Emires,
profetas y viejos Kalifas.
(Los
pajes alcanzan sorbetes, picantes,
Café,
arroz, tabaco, pipas y alcatifas.)
VI
CANTO
DE LAS HORAS
Aramís
ordena que los doce Meses
Formen
en la rueda con las doce Horas.
Las
Horas sonríen; los doce Condeses
Hacen
reverencias para las señoras.
(Beaumarchais
se acerca. La Vallière saluda,
La
Chevreuse camina, Maintenon se sienta;
Sévigné
pasea su espalda desnuda,
Mientras
Guiche sonriendo su pasión le cuenta.)
Luis,
Rey de primores, en un grupo alterna,
Dando
a sus palabras caprichosos giros;
(Las
enamoradas de su linda pierna
Le
brindan miradas, risas y suspiros.)
Comienza
la danza. Sus divinos vuelos
Emprenden
las Horas: un iris de seda
Se
cierne en la nube de los terciopelos,
Y
en mágica urdimbre de flores se enreda.
Avispas
de raros metales parecen,
Que
cercan zumbando divinos panales,
Y
raudas estrellas que saltan y crecen,
Siguiendo
los ritmos de mil madrigales.
Prosigue
la danza. Su baile ligero
Emprenden
los Meses: una cabalgata
De
arqueros celestes cruza el abejero
De
tacos bordados y hebillas de plata.
Parecen
falenas de volar extraño.
Bellos
sagitarios de la diosa Iris,
Los
doce Condeses del Reino del Año
Que
rigen las riendas del potro de Osiris.
El
viejo Patriarca
que
todo lo abarca
Se
riza la barba de príncipe asirio;
Su
nívea cabeza parece un gran lirio,
Su
nívea cabeza de viejo Patriarca
Aramís
ordena que las danzarinas
Cuenten
sus historias. La orquesta acompaña.
(El
Rey Luis escucha, tras unas cortinas,
El
rondó de espuma del vino champaña.)
La
menor, la Una, canta la primera:
"Yo
he nacido en Grecia, yo he nacido en Nubia:
"Yo
soy negra y blanca, triste o hechicera;
"Mi
cabeza es negra, mi cabeza es rubia.
"Los
insomnios tristes son de mis imperios,
"Y
mis ojos queman con mirar profundo;
"Soy
la negra bruja de los cementerios,
"La
querida ardiente que ilumina el Mundo.
"Soy
la Una, una nocturnal sombría
"Hija
de la noche, maga de la Luna;
"Soy
la Una, una lámpara del Día,
"Soy
la negra Una, soy la blanca Una".
La
Dos: "Soy la hermana de la buena hermana
"Que
contó su historias, y una es nuestra vida;
"El
sultán del Día me nombró sultana;
"El
cafre nocturno me hizo su querida".
La
Tres: "Soy el hada que sus oros labra
"En
la adamantina villa de los astros,
"Y
que adora al negro, raro, abracadabra
"Que
por donde pasa deja negros rastros".
La
Cuatro: "Yo brillo cuando en los Estíos
"El
Sol llega a Piscis y en Piscis se escuda;
"Yo
beso y despierto los tiernos rocíos;
"Yo
brillo en Enero cuando el Sol madruga".
|
La
Cinco: "Yo luzco, toda engalanada,
"Al
pie del Castillo de prismas aéreos;
"Yo
aclaro, yo azulo la inmensa mirada
"De
los Capricornios y Acuarios etéreos".
La
Seis: "Soy el cisne del parque de Urano.
"Yo
las Primaveras del azul enfloro;
"Yo
pinto la mitra del Mago Verano.
"Y
escribo en el cielo madrigales de oro".
La
Siete: "Yo ostento rodelas y tiaras
"De
reyes del regio país Fantasía;
"Yo
enseño brocados y túnicas raras,
"Yo
soy la mimosa del Reino del Día".
La
Ocho: "Yo estrello con blancas avispas,
"De
la bruja noche la oscura caverna;
"Yo
soplo en la fragua de Dios, y mil chispas
"Bailan
en el cielo la gavota eterna".
La
Nueve, la Diez y la Once. -Coro-"
Nosotras
amamos la sombra y la lumbre;
"Reinas
de azabache, codiciamos oro:
"Somos
alegría; somos pesadumbre".
Canta
al fin la Doce: "Mi pupila ardiente
"Mira
siempre fijo: mi pupila abrasa:
"Soy
la más amante, soy la más vehemente,
"Soy
la que atraviesa, soy la que traspasa.
"Soy
la silenciaria, la de negras alas,
"La
trasnochadora que las almas roe,
"La
que tiene el brillo de las luces malas
"En
que se inspiraron Baudelaire y Poe.
"El
gato que vela y el ave nocturna
"Tienen
mis siniestras vagas harmonías.
"Soy
la que no duerme, soy la taciturna,
"Y
mis ojos brillan las alevosías.
"Soy
la que levanta las heladas losas,
"La
de los puñales, la de los secretos;
"La
de las macabras dentro de las fosas,
"La
que cena y baila con los esqueletos.
"Richepin
y Huysmans, los ebrios divinos,
"Me
eligieron diosa de sus borracheras;
"Maeterlinck
y Wilde y otros peregrinos,
"Me
llamaron Reina de sus calaveras.
"Soy
la Doce blanca: soy la Doce negra;
"Soy
tristeza y sombra, resplandor y goce:
"La
que todo abate, la que todo alegra:
"Soy
la blanca Doce; soy la negra Doce".
Un
coro de aplausos atruena el espacio.
(Richelieu
sonriendo se acerca a una dama.)
Pajes
con bandejas llenan el palacio.
(Molière
por un beso vende un epigrama.)
Resuenan
los coros: "Amemos al Viejo
Patriarca,
que
todo lo abarca;
Su
frente de viejo ermitaño
Parece
el desierto de todo lo antaño;
en
ella han carpido la hora y el año,
Lo
siempre empezado, lo siempre concluso,
Lo
vago, lo ignoto, lo iluso, lo extraño,
lo
extraño y lo iluso."
VII
CANTO
DE LOS MESES
Aramís
ordena que los danzarines
Cuenten
sus historias. Comienza el andante;
Gimen
los oboes, lloran los violines.
"Rabelais
se ríe de un cuento picante.)
(Cien
pajes anuncian: "Monsieur Sagitario,
Madame
Virgo y Taurus con un unicornio;
Géminis
y Cáncer, Piscis, Leo, Acuario,
Escorpión
y Aries, Libra y Capricornio.)
Un
pueblo de estrellas sus brillos expande;
La
orquesta derrama torrentes de notas.
(Entran Quasimodo, Federico el Grande,
Y
el rey Pulgarcillo con sus grandes botas.)
Canta
el Rey Enero de circuncisiones,
De
pascuas alegres, de reyes, de heraldos.
(Llueve
blancos lirios, felicitaciones;
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Confites,
muñecos, ramos y aguinaldos.)
Liliput
envía castañas de nieve,
Gulliver regala cartuchos de enanos;
El gorro de Enero golosinas llueve,
(Se besan las bocas, se juntan las manos.)
Febrero
el alegre canta y payasea
Canciones borrachas, ebrias cavatinas.
(Arlequín solloza, Clown carnavalea;
Mil pierrots se abrazan con sus colombinas.)
Entra
el Rey de Kioto con frac de adúcar.
Baco está dormido y un bufón lo roba;
Cenicienta muerde sus botas de azúcar;
(Napoleón es Jockey de un palo de escoba.)
Se
anuncian Tom-Pouce. Montados en cebras,
Entran saludando Narciso y Pepino.
(Llueve cascabeles, diablos y culebras,
Botellas, harinas y affiches de vino.)
Marzo,
Rey de Ayuno, canta la plegaria
De todas las témporas, hambres y abstinencias.
(Se ven: una ermita triste y solitaria,
Fray en la garita de las penitencias.)
Entra
el Rey Otoño, de gris adornado,
Muy pálido y triste. (Llueve agua bendita);
El Otoño quiere llorar un pecado,
Y habla con el fraile que está en la garita.
"Cortaos
el verde cabello" -le dice
El fraile al oído fingiendo congojas.
(Mueren Julia, Elena, Flora, Cleo y Bice)
Los árboles llueven su lluvia de hojas.
Los
árboles lloran su calvicie blanca;
El Otoño llora; (llueve agua bendita.)
El Coiffeur
aéreo las hojas arranca.
(Llora la campana de la triste
ermita.)
Abril,
el sagrado Rey de los olivos,
Canta el Evangelio de las buenas almas,
(Lucen en el ara los corderos vivos;
Se agitan pañuelos, túnicas y palmas.)
Abril,
el sagrado Rey de los Calvarios,
Canta de suplicios y llagas divinas;
(Los frailes rezongan Patres
y rosarios,
Y llueve vinagre, sudores y
espinas.)
Abril,
el sagrado Rey de los rituales,
Entona maitines de notas opacas;
(De pronto anochecen los claros vidriales,
Se apagan los lirios, ladran las matracas.)
El
Rey Abril canta de Resurrecciones,
De la alegre danza de los incensarios;
(Las misas cantadas gritan sus canciones,
Y laten los pechos de los Campanarios.)
El
Rey Abril canta su alegría suma,
Llamando a los fieles para sus convites;
(Las
campanas bailan, el incienso fuma:
Llueve cera, cohetes, flores y confites.)
Mayo,
el caminante de la buena ruta,
Canta los rastrillos, la sierra y el zoclo.
(San José fabrica trenzas de viruta;
San Isidro peina sus barbas de choclo.)
Junio,
Rey de estufas, canta los rondeles
Que hacen cuando bailan, los raudos patines,
(Entra el rey Invierno, vestido de pieles,
Con blanco paraguas y blancos botines.)
|
Junio,
el Rey más blanco de los doce Meses,
Canta el aleluya de los reyes místicos:
(Llueven lenguas rojas los Pentecosteses;
Corpus Christi llueve panes eucarísticos.)
Junio,
el Rey más blanco, blanco néctar bebe;
Bebe blanca nieve; nieva blanca harina;
Toma blancas hostias; llueve leve nieve;
Canta las nevadas de la fe divina
El
monarca Julio canta las concordias
De las caridades y visitaciones.
(San Vicente llora sus misericordias,
Y la Virgen llora sus revelaciones.)
Agosto,
el furioso Rey de turbulencias,
Canta la sonata de los huracanes.
(Los ángeles juegan a las indulgencias:
Santa Rosa llora llanto de volcanes.)
El
joven Setiembre trina las canciones
Que hablan de bohemias, flores y zagalas;
Que hablan de los bailes de los corazones,
Y los cuchicheos de las colegialas.
Setiembre,
el mimado de las reinas rosas,
Echa en su casaca mágicos olores;
(Llora el Arco Iris flores, mariposas.
Ríe Primavera, ríen los amores.)
Ríen
los amores, ríe Primavera;
(Llueve mariposas, flores peregrinas)
Los amores ríen en su real litera
Llevada por hadas y por golondrinas.
Octubre,
el Rey dandy, canta de las blondas
Que en el aire dejan dulce de fragancia.
Del beso que ritman las formas redondas
Que atesoran opios y magias de Francia.
Noviembre
se signa y hace funerales,
Y responsos mudos, de mudos misterios:
Noviembre es el mudo de los carnavales,
De los carnavales de los cementerios.
Noviembre,
el Rey Negro del ceño fruncido,
Canta los lamentos de una viuda alouette;
A todos los santos les hace un cumplido,
cuando no lo espía Madame Squelette.
Noviembre
a quien aman las negras Gorgonas,
Es Rey de cipreses y de golondrinas.
(Las bellas floristas le labran coronas;
Los sepultureros le piden propinas.)
Diciembre,
el rey Fauno, canta barcarolas
Que elogian los raptos de blancas primicias,
Que hacen en la playa las lúbricas olas
Babeadas de besos y suaves caricias.
Diciembre
el ardiente canta el ritornelo
De blancas Kermesses
y fiestas del río
(Llueve brin, zaraza, sudores
y hielo.
Vestido de rojo penetra el Estío.)
Diciembre
el ardiente sus pasiones narra,
Y habla de indiscretos, suaves esperezos.
(Pulsa su bordona la inquieta cigarra,
Y el grillo armoniza collares de rezos.)
Diciembre,
el alegre Rey de nacimientos,
Habla de pesebres, bueyes y cayados
(Los abuelos cuentan sus más lindos cuentos,
Y llueve pan dulce, castañas y helados.)
Alegres
saludos y aplausos corteses
Vibran en los aires. (Una bella hazaña
Cuenta un duque. Ríen, amables, los Meses
Haciéndole gracias al noble Champaña.)
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Resuenan
los Coros:
"Amemos
al viejo Patriarca
que todo lo abarca;
Su pálida frente es un mapa confuso;
La abultan montañas de hueso
Que forman lo raro, lo inmenso, lo espeso,
De todos los siglos del tiempo difuso."
VIII
TERMINACIÓN
DE LA FIESTA.
DESPEDIDAS Y QUEJAS. LLUEVE.
DESFILE DE LA CONCURRENCIA
Suenan
galanteos y besos y adioses:
Se marchan los Papas de ceño fruncido.
Las Brujas, los Duendes de acento fingido,
Se marchan los Reyes, se marchan los Dioses,
Y todos se marchan... Ya todos se han ido...!
Pasaron volando las cuatro Estaciones,
Los bellos Ocasos, las bellas Auroras,
Endriagos, Quimeras, Esfinges, Dragones,
Hidras y Centauros y Furias traidoras
Y Gnomos y Faunos y Meses y Horas.
Se apagan las luces. El viejo Castillo
Se esfuma, se borra. Cuatro campanadas
Da el Reloj. (Sus botas perdió Pulgarcillo
Y una bruja loca lo lleva a la grupa.)
Negras Amazonas pasan a horcajadas
En palos de escoba; y el negro corrillo
De sombras eternas zumbando se agrupa...!
Zumbando se agrupa...!
(Llueve.) Los Ciclones tocan en sus flautas
Su inmenso silbido.
Los viejos Ciclones tocan en sus flautas,
las Sirenas lloran, las Ninfas se quejan.
(El viejo Patriarca se queda dormido.)
Pasan Unicornios, Monstruos y Argonautas...
Ya todos se han ido, ya todos se alejan,
Ya todos se alejan, ya todos se han ido...
Se quejan
se alejan...
se han ido...!
EPÍLOGO
Fuera:
el trueno juega y corre con su inmenso monolito.
El huracán, monstruo asmático, lanza pavorosa tos;
los relámpagos alumbran, atraviesan lo infinito.
Como el fósforo encendido del gran cerebro de Dios!
Montmartre, Sol en Sagitario,
M.C.M.
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POEMA
DE LA CREACIÓN
Autor: Juan-Jacobo Bajarlía

56 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US.
LIMINARI
Este
Poema de la creación lo escribí en un bar de la calle Talcahuano,
a media cuadra de Tribunales, en 1970. Conservo el pequeño
cuaderno en que está volcado. Tiene 14 páginas manuscritas, y
su letra es diminuta. El tema, la creación del mundo y del hombre,
ha tentado a muchos poetas que, a fin, repitieron el relato de
las Escrituras. Nosotros hemos eludido ese riesgo. La era cibernética
en que vivimos exigía una escritura distinta, un conocimiento que
abarcara la totalidad de un universo que ya no se rige por
el azar y el enigma.
De
las ideas del pasado en el Poema de la creación, hay una que
retomo y siempre estará al acecho en la
historia del tiempo: la ekpyrosis.
Es decir, la destrucción cíclica del universo, como lo sostenía
el estoico Zenón de Citio en el siglo IV a. de J.C. El mundo,
decía, es corruptible y finito, y se engendra a sí mismo.
Diógenes
Laercio (VII, 97) cita su libro Del universo y agrega los de
Crisipo, Posidonis y Cleantes.
JUAN-JACOBO
BAJARLÍA
Buenos Aires, 1996
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INTENTO
TERCERO DEL INTENTO DE PRÓLOGO A LA OBRA:
POEMA
DE LA CREACIÓN
Cuando
en el mes de marzo de 1996, hace apenas dos meses y algo,
Bajarlía me entregaba su Poema de la Creación, para publicar
en nuestra modesta Editorial Grupo Cero, yo
sentí cómo se abría alguna puerta
en algún lugar maravilloso y, tengo que confesarlo, ahora,
porque después no sería ya posible, que casi me dejó sin
respiración cuando al entregarme los originales junto con un hermoso
prólogo del poeta Francisco Madariaga me dijo: Menassa,
quiero que el libro, también, tenga un prólogo tuyo.
Casi
sin respiración porque no entendía porqué se le ocurrían esas
cosas a ese hombre que yo consideraba, en un sentido estrictamente
vital, mi maestro.
Para
qué, me pregunté mil veces, en un segundo, quiere un prólogo mío
si ya tiene un inteligente y, a la vez, hermoso prólogo de Madariaga,
que por otra parte estaba en una posición mucho mejor que
la mía para la tarea que se me encomendaba y que él ya había realizado,
porqué, me preguntaba, se me hace llegar a esta situación, y
tengo que dejar constancia que todo esto me ocurría antes de
leer el poema.
Lo
guardé cuidadosamente en un sobre junto con el prólogo de Madariaga
y los originales manuscritos en un pequeño cuaderno que,
de manera atolondrada, le prometí a Juan-Jacobo que a lo mejor
además del poema se podrían publicar los manuscritos, ya que
estaban escritos en un pequeño cuaderno.
Al
llegar a mi casa de Buenos Aires, en la avenida Córdoba, guardé
el sobre en la valija, para no perderlo y me puse a pensar no
en el prólogo sino en la tapa (portada) que convendría al libro.
Evidentemente
no pude llegar a ninguna conclusión, porque todavía no
había leído el poema.
Pasó
más de una semana y fue entonces donde, a la hora de la siesta
y en compañía de la bella Olga, nos pusimos a leer el poema, primero
lo leí yo en voz alta y el poema nos resultó maravilloso, evidentemente
en el poema estaba la creación, después ella leyó el poema
en voz alta y nos volvió a resultar maravilloso, mientras ella
leía yo tomé algunos apuntes que luego olvidaría en Baires.
Repetimos
la operación de leer en voz alta tres o cuatro veces más
y después hicimos el amor.
Y
no fue un amor cualquiera, el poema había repercutido en nosotros
de una manera extraordinaria. Millones de bacterias se movían
a nuestro compás generando la vida y cuando el Poeta destejía los
sonidos para fundar el equilibrio, la bella Olga y yo mismo
caíamos, sin par, sobre nosotros mismos, buscando algo que
no existía sino en el centro de la creación, el poema.
Luego
fuimos incendiados juntos con las galaxias y nuestros cuerpos
se expandían hasta tocar el universo.
Claves,
mujer y formas dormían en las manos del Poeta. El poema
seguía avanzando sobre nosotros. El Poeta y la eternidad eran
un mutismo enfurecido. La materia soñaba y nuestros cuerpos sólo
podían escuchar la voz.
Yo
soy el que estaré
y
tendré la luz
en
tu vientre.
Los
elementos recónditos de la materia nos dieron la palabra, el grito.
Hicimos
el amor pero no fue un amor cualquiera, parábolas de cielo
telegrafiaron sobre nuestro pequeño amor, la muerte, la energía,
el
genio, los siglos, la serpiente. Hasta bebimos en bellos odres
galácticos, un vino planetario, que puso en nosotros eternidad vacía
y llenos de terror vimos todo el pasado y los timbres de las
palabras, el Poeta alcanzaba su máxima fuerza, aniquilaba todo futuro.
Al
levantarnos de la siesta, yo me puse a pintar y en tres días había
comenzado cuatro cuadros que todos podrían ser portada del Poema
de la Creación. Con uno de
ellos, unas horas antes de volver a
Madrid, llegué a pensar que ese cuadro sería el prólogo del libro,
después, descarté la idea por absurda.
Al
llegar a Madrid leí el poema en varios talleres de poesía, con gran
éxito, y a los socios de la Editorial, que sintieron que la
publicación de
ese poema abriría para todos nosotros una nueva época, pero
lo que no podía era ponerme a escribir el prólogo que me había
encomendado el Poeta.
Volví
a leer lo escrito y reconocí haber hecho algo y si yo no tuviera
casi 60 años y no estuviera prologando un libro de un
|
gran
escritor
de casi más de 80 años, diría que el libro actuaba sobre mí, como
una sustancia afrodisiaca. Cada vez que lo leía o lo miraba, apenas,
o lo tocaba con la punta de los dedos, a los pocos minutos me
encontraba haciendo el amor.
Y
no un amor cualquiera. El Poeta hacía que de nuestros cuerpos brotaran
cual luciérnagas enamoradas, el odio, la estafa, los signos, la
ausencia, los garfios, los semáforos negros, los colores, las razas,
la pereza, la inteligencia artificial, la ambición, el desprecio,
la
destrucción, la misma muerte copulaba con nosotros, y el futuro se
fundía con un pasado sin memoria.
El
final del poema es la consagración, pero no de la primavera o del
amor sino, sencillamente, de la inteligencia.
Por
eso esta vez dejo el amor flotando en la penumbra para que sea
encontrado por los más audaces hasta alcanzar el movimiento de
los astros y de esa manera dejo que el lector descubra por sí mismo
que toda luz, toda creación, todo misterio, toda inteligencia, sólo
es tiempo y deseo.
Antes
de terminar y para dar paso a lo que nos convoca:
El
poema, la creación, quiero escribir para que se entienda, un poco,
mi decir, que cuando yo era un pibe, Juan-Jacobo, ya era un gran
amante. Que cuando yo era apenas un adolescente de 10 años, Juan-Jacobo
Bajarlía publicaba sus primeros libros de poemas. Y cuando
yo era un joven en los primeros años de medicina que escribía
mis primeros poemas, Juan-Jacobo, ya era el Gran Bajarlía,
el maestro.
Después
cuando mayor, hace apenas un año cuando lo conocí personalmente
él ya había hecho de todo: novelas, novelas policiales, poesía,
relatos eróticos, abogado criminalista, ensayos, teatro, había
sido premiado varias veces y había traducido a los grandes; pero
eso no era lo peor sino que, después de haberlo hecho todo,
lo seguía haciendo.
MIGUEL
OSCAR MENASSA
5
de junio de 1996
JUAN-JACOBO
BAJARLÍA
Buenos
Aires, 1914
POEMA
DE
LA CREACIÓN

El
día aún era noche en el átomo.
Crujía
en el signo y se movía arrastrando los bloques
de
silencio que la edad había sepultado.
Tú
eras ya el anuncio de una bacteria que buscaba
otra
bacteria,
un
sonido que yo destejía para fundar el equilibrio.
No
había abajo ni arriba. Lo que estaba a la izquierda
estaba
a la derecha y en todas partes.
El
centro era todos los centros en un círculo que
buscaba
los números.
Moví
una idea.
La
palabra movió la noche, y la oscuridad la luz.
Las
aguas se bordaron en el día y un pez inició
la
rebelión de sus aletas.
Avanzó
por la línea enardecida que separó la muerte
de
la no-muerte
el
silencio del sonido.

Después
encendí las estrellas las galaxias los
cuásares
profundos que iluminaban
los
átomos para que el cosmos se expandiera.
Te
di una mujer para adornarte
una
clave para alimentar tu pensamiento
las
formas por hacer que dormían en mi mano
la
luz que caía desde un párpado que avanzaba en la
noche
donde yo y la eternidad éramos un mutismo
enfurecido
la
imaginación que crecía en los límites
la
materia que soñaba.
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Después
puse un signo en tu lengua
y el sonido resplandeció.
Puse
decibeles para crecer en la extensión
protones invisibles devorados por el quark
una columna de átomos donde descansaba la fuerza
que traía de la profundidad.
Puse
el fuego en tus ojos
la eternidad en tu cintura
el mando en tu voz
la idea de una llama que avanzaba en tu sangre
y perforaba el pensamiento.
Eras
una partícula que ya no se arrastraba
y ganaba altura
una garra que caía en aluvión y recogía el universo
en la caja de un sueño donde danzaban los espectros
de otras estrellas aplastadas en órbitas enmohecidas,
un tentáculo que enredaba los mundos habitados
para decirse el vencedor
una gota de sangre para ahogar la esperanza
un navío que acumulaba el espacio curvado
lleno de parábolas que jamás se tocaban
un hilo que se enredaba en el rictus
y dibujaba una palabra para telegrafiar a la muerte.
Pero
Einstein había dicho que la materia es energía,
y el Genio al pescador, que después del tercer siglo
destruiría al que lo sacara del abismo,
y Gilgamesh, que había perdido la hierba de la vida
por causa de la serpiente,
y Batharly el Apócrifo, que las galaxias eran cúmulos
coléricos donde flotaban los espectros
que amanecían en el vino planetario,
y yo a ti, que la eternidad es una redoma que se vacía
a cada instante
colocada en el olvido.
Pero tu garra se deslizaba levantando tumbas
cruces de luz que borraban el pasado
palabras llenas de timbres que aniquilaban el futuro.

ENTRE
LAS CÁMALAS
Autor:
Raúl A. Bravo
Libro póstumo
64 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US. |
|

Pedí
el Libro para inscribir las hazañas.
La primera: Harás el amor.
Y sólo brotó el odio.
Las órbitas espaciales se llenaron de ojos muertos.
La segunda: No mentirás.
Y brotó la estafa.
El hombre contó sus huesos y sus nervios
y los puso en la balanza para venderlos.
La tercera: No caerás en la idolatría.
Y al día siguiente levantaste un código de signos
en el que cada cifra era una boca sin entrañas.
El hombre se convirtió en un número que andaba.
La cuarta: No robarás.
Y estalló la ausencia.
El pan que te di para vivir se deslizaba en el corazón
de las hienas.
La quinta: Le darás una mano al necesitado.
Y tus dedos se llenaron de garfios.
La sexta: no traicionarás al amigo.
Y al día siguiente tus deseos avanzaban en el vientre
de la mujer.
El planeta era una matriz donde las bacterias
competían con el hombre.
La séptima: No construirás ataúdes.
Y se encendieron los semáforos negros
sobre el vacío.
La luz era un cono que recogía las palabras.
La octava: No dividirás.
Y en seguida instauraste los colores.
Las razas extrajeron sus imágenes de un espejo
multiplicado.
La novena: No violentarás tu cuerpo.
Y al día siguiente el cansancio parió las invenciones,
y la pereza, la inteligencia artificial.
Las larvas fueron el filtro que codificaba el sexo,
que accionaba el placer en pequeños puntos
cuyas antenas alzaban el deseo
de viejas computadoras que gemían.
La décima: No matarás.Y nacieron la ambición, el desprecio, la
alienació
y la destrucción.
Los átomos copularon en vulvas de hierro que giraban
hacia mundos pulverizados.
Perdieron sus núcleos y cayeron en cadena
enlazando imágenes
esqueletos que colgaban de sus números
fotones de otras partículas que fundían el futuro
con el pasado sin memoria.
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En
el fondo del Libro, Armedonis de tres cabezas (la primera
de
toro, la segunda de hombre y la tercera de cordero)
unidas por
una cola de serpiente que sostenía su
columna y daba siete vueltas
por su vientre, narraba
esta historia:
Le
dijeron a la oscuridad:
De
esta parte del caos hay barro y luz que aún no he
separado. Elige
lo uno o lo otro. Y en lo que elijas yo
pondré la
voluntad. La oscuridad eligió el barro porque
ambos eran
turbios. Y la voz dijo: Adán, eres de barro y
tendrás mi
voluntad. Pero tu vientre estará vacío como
una bolsa. Entonces
vino Eblis y le colocó el deseo en
el fondo de esa bolsa.
Cuando Adán compareció a la
luz, era tierra que andaba
multiplicada de signos que
sólo hallaban la oscuridad.
La
segunda narración de Armenodis contenía la historia de
Azrael:
Adán
había nacido muchas veces y siempre había
rechazado
la luz. YAzrael le había dicho: Por ser
la
oscuridad y el
barro, pedí para ti la Luna, las estrellas,
las galaxias.
Pero
tu vientre vacío contenía una mutilación. En esta línea
me introduje cuando Eblis puso
el deseo. Por eso,
cuando
mueres, estallo en tu cuerpo y te llevo hacia la
luz que
no ves. Ésta es la causa de tu nuevo
nacimiento. Pero tu
vientre sólo acumula el deseo. El
ciclo se repite y los signos
se rehacen como en el
primer origen. Si algún día
te ofrecen una opción, no
pidas el deseo. Pide la luz.

Pero
la voz cayó en humedad sobre la órbitas
que
desplazaban vientres oscuros desde
la profundidad.
Los
navíos de viento que recogían el espacio
y
filtraban la inteligencia en las nubes
que
devoraba el caos
se
llenaba ahora de lodo y estiércol.
Tus ojos arrancados, desecados al sol por Cibernius,
eran una franja de colores que
volvían al abismo.
obot, Cyborg y Orgcí
y los otros seres del Artífice
dictaban sus designios
y llenaban el sexo de cajas musicales que atornillaban
para el próximo Adán.
|
CONCURSO
DE
POESÍA Y PSICOANÁLISIS
3ª
CONVOCATORIA
BASES
1.
Podrán optar a estos premios obras originales e inéditas, escritas
en lengua castellana. (Para la modalidad Poesía: con libertad
de tema y rima).
2.
Deberán presentarse tres copias del libro, mecanografiadas a
doble espacio y encuadernadas, en hojas de tamaño DIN-A4.
Para la modalidad Poesía entre 500 y 800 versos y cada
poema debe ser presentado en hoja separada. Para la modalidad
Psicoanálisis, los originales tendrán un máximo de 80
páginas.
3.
Junto con las copias del libro, que irán firmadas con seudónimo, deberá
presentarse un sobre cerrado o plica, en cuyo exterior
figure el título de la obra y el seudónimo. En el interior deberán
figurar los datos del autor: nombre, apellidos, dirección
completa y teléfono.
4.
Los premios, tanto para la modalidad de Poesía como para
la modalidad de Psicoanálisis, consistirán en la suma de 150.000
pts. y la publicación de 1.000 ejemplares en Madrid y
1.000 ejemplares en Buenos Aires.
5.
El plazo de presentación de originales termina a las 19:00
horas del día 31 de julio de 2001.
6.
Los originales se deberán remitir a:
Asociación
Pablo Menassa de Lucia.
Premio de Poesía o Psicoanálisis.
c/Princesa, 17 - 3º izda. - 28008 Madrid
7.
Caso de no presentarse a concurso un mínimo de diez trabajos
para cualquiera de las dos modalidades, los premios quedarán
desiertos.
8.
El incumplimiento de alguna de las bases, elimina automáticamente del
concurso.
9.
El plazo para retirar los ejemplares no premiados es hasta
el 31 de enero de 2002.
ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE
LUCIA
AULA DE POESÍA Y
PSICOANÁLISIS
PRESENTACIÓN
DE LOS LIBROS
CLAROSCURO
d e Luis de
Blas
INTERLUNIO
de M.
Rosa Puchol
PRIMER
PREMIO
DE POESÍA
PABLO
MENASSA
DE LUCIA
Segunda
Convocatoria
18
de Mayo a las 20 hs.
CÍRCULO
DE BELLAS ARTES
c/Marqués de Casa Riera, 2
Información:
91 542 33 49 |
|
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SOCIOS DE
HONOR EUROPA
|
Miguel
Oscar Menassa (Madrid) |
50.000
ptas. |
Fernando
Ámez Miña (Madrid) |
40.000
ptas. |
Jorge
Armas (Tenerife) |
40.000
ptas. |
Lidia
Andino (Madrid) |
40.000
ptas. |
José
María Blasco (Barcelona) |
40.000
ptas. |
Stella
Cino Nuñez (Madrid) |
40.000
ptas. |
María
Chévez (Madrid) |
40.000
ptas. |
Bibiana
Degli Esposti (Madrid) |
40.000
ptas. |
Claire
Deloupy (Madrid) |
40.000
ptas. |
Amelia
Díez Cuesta (Madrid) |
40.000
ptas. |
Paola
Duchên (Madrid) |
40.000
ptas. |
Carlos
Fernández del Ganso (Madrid) |
40.000
ptas. |
Emilio
A. González (Madrid) |
40.000
ptas. |
Mónica
Gorenberg (Zaragoza) |
40.000
ptas. |
Jaime
Icho Kozak (Madrid) |
40.000
ptas. |
Pilar
Iglesias (Madrid) |
40.000
ptas. |
Fermín
Lejarza (Bilbao) |
40.000
ptas. |
Miguel
Martínez Fondón (Madrid) |
40.000
ptas. |
Alejandra
Menassa de Lucia (Madrid) |
40.000
ptas. |
Concepción
Osorio (Madrid) |
40.000
ptas. |
Pilar
Rojas (Madrid) |
40.000
ptas. |
Montse
Rovira (Ibiza) |
40.000
ptas. |
Helena
Trujillo (Málaga) |
40.000
ptas. |
Carmen
Salamanca Gallego (Madrid) |
40.000
ptas. |
Olga
de Lucia (Madrid) |
20.000
ptas. |
Alberto
Garreta (Barcelona) |
15.000
ptas. |
Cruz
González (Madrid) |
10.000
ptas. |
Ruy
Henríquez (Madrid) |
10.000
ptas. |
Pablo
J. García Muñoz (Madrid) |
3.000
ptas. |
Ana
Mercedes Albizuri Chévez (Madrid) |
2.000
ptas. |
Javier
Albizuri Chévez (Madrid) |
2.000
ptas. |
Ramón
Chévez (Madrid) |
2.000
ptas. |
Marina
Alonso (Madrid) |
2.000
ptas. |
Sergio
Aparicio (Madrid) |
2.000
ptas. |
Hernán
Kozak (Madrid) |
2.000
ptas. |
Ichka
León Deloupy (Madrid) |
2.000
ptas. |
Cloe
León Deloupy (Madrid) |
2.000
ptas. |
Clémence
Loonis (Madrid) |
2.000
ptas. |
Fabián
Menassa de Lucia (Madrid) |
2.000
ptas.
|
Manuel
Menassa de Lucia (Madrid) |
2.000
ptas. |
Magdalena
Salamanca (Madrid) |
2.000
ptas. |
Javier
Romero Nouvilas (Benidorm) |
1.500
ptas. |
Griselda
Kozak Cino (Madrid) |
1.000
ptas. |
Eva
Méndez (Madrid) |
1.000
ptas. |
Kepa
Ríos (Madrid) |
1.000
ptas. |
Ismael
Rivera (Madrid) |
1.000
ptas. |
Pilar
García Puerta (Madrid) |
1.000
ptas. |
Daniel
San Martín Duchên (Madrid) |
1.000
ptas. |
Mónica
Quintana González (Madrid) |
1.000
ptas. |
Víctor
Quintana González (Madrid) |
1.000
ptas. |
SOCIOS DE HONOR AMÉRICA |
Miguel
Oscar Menassa (Buenos Aires) |
500
us. |
Mára
Bellini (Brasil) |
200
us. |
Lucía
Serrano (Buenos Aires) |
200
us. |
Inés
Barrio (Buenos Aires) |
200
us. |
Lúcia
Bins Ely (Brasil) |
200
us. |
Ángela
Cascini (Buenos Aires) |
200
us. |
Alejandra
Madormo (Buenos Aires) |
200
us. |
Norma
Menassa (Buenos Aires) |
200
us. |
Roberto
Molero (Buenos Aires) |
200
us. |
Marcela
Villavella (Buenos Aires) |
200
us. |
Rosalba
Pelle (Buenos Aires) |
20
us. |
Cesira
Cignoni (Buenos Aires) |
20
us. |
Renato
Battistel (Brasil) |
10
us. |
Karina
de Filipiss (Buenos Aires) |
10
us. |
Patricia
di Pinto (Buenos Aires) |
10
us. |
Augusto
Passolini (Buenos Aires) |
10
us. |
Luciano
Passolini (Buenos Aires) |
10
us. |
Renata
Passolini (Buenos Aires) |
10
us. |
Marisa
Wachtel (Buenos Aires) |
10
us. |
Cristina
Müller Diel (Brasil) |
10
us. |
Carmem
Sílvia Presotto (Brasil) |
10
us. |
Luis
Madormo (Buenos Aires) |
10
us. |
Gerson
Medeiros (Brasil) |
10
us. |
Eloísa
Tschoepke (Brasil) |
10
us. |
LAS 2001 NOCHES
DIRECTOR:
Miguel Oscar Menassa.
SECRETARIA DE REDACCIÓN PARA EUROPA:
Carmen Salamanca Gallego.
PRINCESA, 17, 3.º Izda. 28008 MADRID (ESPAÑA).
Teléfono: 91 542 33 49 – Fax. 91 548 33 01
SECRETARIA DE REDACCIÓN PARA
AMÉRICA:
Alejandra Madormo.
MAIPÚ, 459 - 1. er piso.
1006 BUENOS AIRES (ARGENTINA).
Teléfono y Fax: 4 328 06 14/07 10.
LAS 2001 NOCHES DIGITAL:
http://www.grupocero.org
MADRID: grupocero@grupocero.org
BUENOS AIRES: grupocero@sinectis.com.ar |
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FERIA
DEL LIBRO DE MADRID
-EN
EL PARQUE DEL RETIRO-
NOVEDADES
2001 |
POETA
CONDENADO
Autor:
Miguel Oscar Menassa
88 PÁGS.
900 PTS., 6 EUROS
9 US. |
DISCURSO
Y TRANSFERENCIA
EN PSICOANÁLISIS
Autora:
Paola Duchên
88 PÁGS.
900 PTS., 6 EUROS
9 US. |
LEJANÍAS
Autora:
Paola Duchên
72 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US. |
ECOS
DE SILENCIO
Autor:
Manuel Rayón
72 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US. |
NOCHE
INTERIOR
Autor:
Fernando Ámez
64 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US. |
MONÓLOGO
ENTRE LA VACA
Y EL MORIBUNDO
Autor:
Miguel Oscar Menassa
112 PÁGS.
900 PTS., 6 EUROS
9 US. |
PSICOANÁLISIS
DE LA MATERNIDAD
2ª Edición
Autora:
Lidia Andino
96 PÁGS.
900 PTS., 6 EUROS
9 US. |
CLAROSCURO
Autor:
Luis de Blas
Primer Premio de Poesía
Pablo Menassa de Lucia
72 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US. |
www.editorialgrupocero.com
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Grupo
Cero / Índice / Otros
Números
www.miguelmenassa.com
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FERIA DEL LIBRO DE MADRID
-EN EL PARQUE DEL
RETIRO-
NOVEDADES
2001
|
LA
INEPTITUD
DE LOS VAMPIROS
Autora:
Lucía Serrano
136 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US. |
HOJAS
DEBIDAS
Autor:
Emilio González
72 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US. |
CARTAS
A MI MUJER
Autor:
Miguel Oscar Menassa
88 PÁGS.
900 PTS., 6 EUROS
9 US. |
DIÁLOGO
ENTRE EL LOCO
Y EL POETA
Autora:
Lucía Serrano
48 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US. |
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PSICOANÁLISIS
PARA MÉDICOS
Autor:
Carlos Fernández
112 PÁGS.
900 PTS., 6 EUROS
9 US. |
INTERLUNIO
Autora:
Mª Rosa Puchol
Primer
Premio de Poesía Pablo Menassa de Lucia
72 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US. |
AGUA
FRESCA
Autora:
Olga de Lucia Vicente
72 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US. |
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Grupo
Cero / Índice / Otros
Números
www.miguelmenassa.com
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