LAS 2001 NOCHES ÍNDICE NÚMERO 44

JULIO HERRERA Y REISSIG

LLEGADA DE LOS MESES Y DE LAS HORAS

LIMINARI

MENASSA EN BUENOS AIRES

RECEPCIÓN INSTRUMENTAL DEL GRAN POLÍGLOTO ORFEO

INTENTO TERCERO DEL INTENTO DE PRÓLOGO A LA OBRA

JULIO HERRERA Y REISSIG

LA GRAN SORIÉE DE LA ELEGANCIA

POEMA DE LA CREACIÓN

LAS PASCUAS DEL TIEMPO

CANTO A LAS HORAS

ASOCIACIÓN  PABLO MENASSA DE LUCIA

SU MAJESTAD EL TIEMPO

CANTO A LOS MESES

PRESENTACIÓN DE LIBROS

FIESTA POPULAR DE ULTRATUMBA

TERMINACIÓN DE LA FIESTA

SOCIOS DE HONOR

FERIA DEL LIBRO

POEMA DE LA CREACIÓN

NOVEDADES 2001

 JULIO HERRERA Y REISSIG
EL COSTADO LÚDICO DE LA POESÍA

JULIO HERRERA Y REISSIG y sus "Pascuas del Tiempo"

La polvareda modernista esparció su nube de oro por el paisaje poético de la España del novecientos. Se cierra ahora el siglo XX y aún alguna lectura nos deja en los párpados restos de aquella polvareda luminosa. ¿Se quedó en eso la poesía parnasiana nacida en Los trofeos de José María de Heredia, el medio cubano, medio francés? Para nuestro Juan Ramón Jiménez el parnasianismo es la expresión perfecta de una hermosa objetividad impasible. Pero, ¿se quedó en eso, o bien, "siguió su polvo sonando"? Y éste es un verso de Miguel Hernández, en el poema que dedicó a Julio Herrera y Reissig.

Últimamente se ha publicado una preciosa edición de Las Pascuas del Tiempo, ofrecida por Biblioteca Nueva y cuidada por Luis Íñigo Madrigal y Jenaro Talens, ambos grandes conocedores del fenómeno poético.

De la muerte del uruguayo se han cumplido noventa años. De la del cubano-francés se cumplirán noventa y cinco el próximo octubre.

Cuando nació Herrera, tenía Heredia treinta y tres, pero murieron con sólo cinco de diferencia. El joven Herrera pudo leer Les trophées con dieciocho años. Los dos habrían aprendido en Leconte de Lisle, al que Rubén Darío dedicó uno de sus "Medallones", con musicales alejandrinos, en las últimas páginas de Azul. Fastuosos son los versos orquestales de estas "Pascuas del Tiempo". Asombroso poeta de abigarrada cultura mitológica como un Góngora resurrecto. "Nada más apasionante que la poesía de este uruguayo fundamental, de este clásico de toda la poesía", dejó dicho de él Pablo Neruda.

Neruda mostraba afecto por Herrera y Reissig de antiguo. En 1936 preparó un número de "Caballo verde para la poesía" cuya aparición fue abortada por la guerra civil. Para ese número Vicente Aleixandre, aún en el ámbito surrealista, escribió su poema "Las barandas", incluido luego en el índice de Nacimiento último. A su vez, Miguel Hernández escribió "Epitafio desmesurado a un poeta", suyo es el verso que antes cité. Para el ya de por sí barroco Miguel, Herrera y Reissig era "trueno de sangre, pasión y locura".

En su curso sobre el Modernismo -1953-, Juan Ramón Jiménez no fue muy justo con el uruguayo. Le calificó de "raro, extravagante, bohemio" y cree que es "suma de lo más decadente y más vicioso del modernismo". Sin duda este juicio de "vicioso" (esto es, de abundante y sobrecargado) encuentra su justificación en los ocho cantos de estas Pascuas del Tiempo, colaboración de Herrera y Reissig para el "Almanaque Artístico del siglo XX", aparecido en 1900. Curiosamente, el poema aparece fechado: "Montmartre,

Sol en Sagitario, M.C.M.". Esta fechación forma parte del retoricismo y la imaginación del poeta, porque Julio no viajó nunca a Europa. No cabe sino pensar que el talante ecuménico con que redacta la nómina de personajes convocados le inclinó a desear un punto céntrico, un ombligo de la cultura, y ninguno tan típico como París. Bien sabemos que el modernismo americano se esforzaba por mirar a las modas francesas.

En el primer canto, el poeta alude al tiempo como a un viejo patriarca de cuyas arrugas ha de salir el futuro.

El canto segundo describe una imaginaria fiesta de ultratumba, con los más variados personajes históricos como invitados, en una mezcla que olvida la historicidad.

 

En el tercero, es la retahíla de los meses lo que deambula y baila.

En el cuarto se alza la harmonía (escrita con h, claro) de la lira de Orfeo.

En el quinto, la zarabanda de un repertorio de horas que culmina en el canto seis.

En el siete, el más extenso, vuelven los meses a entretejer un

himno, y en el último, figuras mitológicas llegan a la fiesta que se remata con un epílogo en cuatro versos de dieciséis sílabas.

La poesía modernista, con su creación de ritmos, desdoblando y ampliando la versificación, cobra en este poema de Herrera y Reissig un estadio delirante. Su lujo verbal, sus rimas que cantan y encantan, su sintaxis encaramada a la anáfora, el empleo de términos de tan singular brillo como de rareza de uso, el derroche de evocaciones que concitan protagonistas reales o supuestos, manifestándose en escenarios ya de gusto francés, ya de recreaciones helenas. Todo ello aleja la poesía de propuestas sentimentales, meditaciones o trascendencias, para instalarla en el ideal reino de la belleza. Pero es claro que la belleza puede alzarse como un valor rebelde. La belleza del arte, contra lo chabacano, la torpeza convencional y burda de la vieja burguesía. No se equivocaba el gran crítico Ricardo Gullón cuando, ante la elegancia de la estética modernista, decía que los cisnes y las princesas tenían sentido, lo que -según ha escrito el profesor Urrutia en su prólogo al libro de Juan Ramón Jiménez- puede interpretarse como deseo de elevación intelectual e idealista por encima de la vulgaridad.

Por si fuera poco, Herrera y Reissig introduce en sus elaborados versos un ingrediente irónico, con lo que se anticipa a la visión de un costado lúdico de la poesía manejada años después por los ultraístas.

Por los años cincuenta, visitaron Madrid un poeta y una poetisa de la República Oriental del Uruguay: Juvenil Ortiz Saralegui y Arsinoe Moratorio, ambos editores, en Montevideo, de unos cuadernos poéticos bajo el nombre de su gran poeta. Ellos me dieron a conocer algunos poemas de Herrera y Reissig, como el delicioso soneto "La novicia" que la fina escritora María Luz

Morales llevó a su "Libro de Oro de la poesía en lengua castellana" en edición de 1970. También la "Antología de poesía modernista", ordenada por Antonio Fernández Molina en 1982, recogió unos fragmentos de Las Pascuas del Tiempo. Ya en 1998, Ángeles Estévez preparó para el "Círculo de lectores" la obra completa.

Poesía como de ricos cortinajes y telas recamadas. Poesía de salones lujosos y adornos sensuales y tapices que evocan paisajes exóticos. Fuentes con ninfas, arquitectura de alhambras y mekas.

Espectros de rastros seculares. Borgia o Cleopatra; la Reina de Saba o Voltaire; la Pompadour o Santa Teresa; Atila o Byron.

Triunfo deslumbrante del movimiento que abre la poesía moderna en lengua española con el siglo que recién acaba. Por esas rutas transitó una pléyade renovadora e innovadora que merece recuerdo y gratitud. AJenaro Talens -poeta renovador él mismo- y a Luis Íñigo Madrigal les debemos este regalo, en manos de Biblioteca Nueva.

LEOPOLDO DE LUIS

125.001 ejemplares: NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA


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MENASSA
EN
BUENOS AIRES

PRESENTACIÓN DE LIBROS

DIÁLOGO ENTRE EL LOCO Y EL POETA
Miércoles 2 de mayo, a las 20 hs.
CENTRO CULTURAL ROJAS

MONÓLOGO ENTRE LA VACA Y EL MORIBUNDO
Viernes 4 de mayo, a las 21 hs.
ENCORE

FERIA DEL LIBRO

FIRMA DE EJEMPLARES
Domingo 6 de mayo, a las 18 hs.
STAND Nº 203 DE GRUPO CERO

Información: 4328 0614/0710

MADRID

 EDITORIAL 
GRUPO CERO

EN LA

FERIA DEL LIBRO

-PARQUE DEL RETIRO-

CASETA 4

DEL 26 DE MAYO
AL 10 DE JUNIO

JULIO HERRERA Y REISSIG
Uruguay, 1875


LAS PASCUAS
DEL TIEMPO

I

SU MAJESTAD EL TIEMPO

El Viejo Patriarca,
                   Que todo lo abarca,
Se riza la barba de príncipe asirio;
Su nívea cabeza parece un gran lirio,
Parece un gran lirio la nívea cabeza del viejo Patriarca.

Su pálida frente es un mapa confuso:
La abultan montañas de hueso.
Que forman lo raro, lo inmenso, lo espeso
De todos los siglos del tiempo difuso.

Su frente de viejo ermitaño
Parece el desierto de todo lo antaño:
En ella han carpido la hora y el año,
Lo siempre empezado, lo siempre concluso,
Lo vago, lo ignoto, lo iluso, lo extraño,
Lo extraño y lo iluso...

Su pálida frente es un mapa confuso:
La cruzan arrugas, eternas arrugas,
Que son cual los ríos del vago país de lo abstruso
Cuyas olas, los años, se escapan en rápidas fugas.

¡Oh, las viejas, eternas arrugas;
Oh los surcos oscuros:
Pensamientos en formas de orugas
De donde saldrán los magníficos siglos futuros!

II

FIESTA POPULAR DE ULTRATUMBA

Un gran salón. Un trono. Cortinas. Graderías.
(Adonis ríe con Eros de algo que ha visto en Aspasia)
Las lunas de los espejos muestran sus pálidos días,
Y hay en el techo y la alfombra mil panoramas de Asia.

Las lámparas se consumen en amarillas lujurias,
Y las estufas se encienden en pubertades de fuego;
(Entran Sátiros, Gorgonas, Ménades, Ninfas y Furias;
Mientras recita unos versos el viejo patriarca griego.)


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Unos pajes a la puerta visten dorado uniforme;
Cruzan la sala doncellas ornadas con velos blancos.
(Anuncian: están Goliat y una señora biforme
Que tiene la mitad pez, Barba Azul y sus dos zancos.)

Un buen Término se ríe de un efebo que se baña.
Todos tiemblan de repente. (Entra el Hércules nervudo)
Grita Petronio: ¡Falerno! Grita Luis Once: ¡Champaña!
(Grita un pierrot: ¡Menelao con un cuerno y un escudo!)

Todos ríen, sólo guardan seriedad Juno y Mahoma,
El gran César y Pompeyo, Belisario y otros nobles
Que no fueron muy felices en el amor. Se oyen dobles
Funerarios: es la Parca que se asoma...

(Todos tiemblan) los más viejos rezan, se esconden,
              murmuran.
Safo le besa la mano. Se oye de pronto un gran ruido,
Es Venus que llega: todos se desvisten, tiemblan, juran,
Se arrojan al suelo y sólo se oye un inmenso rugido

De fiera hambrienta: los hombres se abalanzan a la diosa,
(Ya no hay nadie que esté en calma, todos perdieron el juicio)
Todos la besan, la muerden, con una furia espantosa,
Y Adonis llora de rabia... En medio de ese desquicio

El Papa Borgia está orando (mientras pellizca a una niña),
Tan sólo un bardo protesta: Lamartine, con voz airada;
Para restaurar el orden se llamó a Marat. La niña
Duró un minuto y la escena vino a terminar en nada.

Con el ala en un talón entra Mercurio; profundo
Silencio halló el mensajero. El gran Voltaire guiñó un ojo
Como queriendo decir: ¡cuánto pedante en el mundo
Que piensa con los talones! (Juan lo miró de reojo.
Y un periodista que había se puso serio y muy rojo.)

Entra Aladino y su lámpara. Entran Cleopatra y Filipo.
Entra la Reina de Saba. Entran Salomón y Creso.
(Con las pupilas saltadas se abalanzó un burgués rico,
Un banquero perdió el habla y otro se puso muy tieso.)

"Mademoiselle Pompadour", anuncia un paje. Mil notas
Vibran de pronto; los hombres aparecen con peluca,
(Un calvo aplaude, y de gozo brinca una vieja caduca)
Comienza el baile: pavanas, rondas, minués y gavotas.

Bailan Nemrod y Sansón, Anteo, Quirón y Eurito;
Bailan Julieta, Eloísa, Santa Teresa y Eulalia,
Y los centauros: Caumantes, Grineo, Medón y Clito;
(Hércules no; le ha prohibido bailar la celosa Onfalia.)

Entra Baco, de repente; todos gritan: ¡Vino, Vino;
(Borgoña, Italia y Oporto, Jerez, Chipre, Cognac, Caña,
Ginebra y hasta Aguardiente), viva el pámpano divino,
Vivan Noé y Edgard Poe, Byron, Verlaine y el Champaña!

Esto dicho, se abalanzan a un tonel. Un fraile obeso
Cayó, debido, sin duda (más que al vino) al propio peso.
Como sintieran calor Apuleyo y Anacreonte
Se bañaron en un cubo. Entra de pronto Caronte.

(Todos corren a ocultarse). No faltó algún moralista
Español (ya se supone) que los tratara de beodos,
El escándalo tomaba una proporción no vista,
Hasta que llegó Saturno, y, gritando de mil modos,
Dijo que de buenas ganas iba a comerlos a todos.

Hubo varios incidentes; (entra Atila y se hunde el piso;
Eolo apaga unas bujías; habla Dantón; se oye un trueno.)
En el vaso en que Galeno
Y Esculapio se sirvieron, ninguno servirse quiso.

Un estoico de veinte años, atacado por el asma,
Se hallaba lejos de todos. "Denle pronto este jarabe".
Dijo Hipócrates, muy serio. Byron murmuró, muy grave:
"Aplicadle una mujer en forma de cataplasma".

Una risa estrepitosa sonó en la sala. De rojo
Vestido un dandy gallardo, diole la mano al poeta
Que tal ocurrencia tuvo. (El gran Byron que era cojo,
Tanto como presumido, no abandonó su banqueta,
Y tuvo para Mefisto la inclinación más discreta.)

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En esto hubo discusiones sobre cuál de los suicidas
Era más digno de gloria. Dijo Julieta; yo he sido
Una reina del Amor; hubiera dado mil vidas
Por juntarme a mi Romeo. Dijo Werther: yo he cumplido

Con un impulso sublime de personal arrogancia.
Hablaron Safo y Petronio, y hasta Judas el ahorcado,
Por fin habló el cocinero del famoso Rey de Francia,
El bravo Vatel: yo, dijo, con valor me he suicidado
Por cosas más importantes, ¡por no encontrar un pescado!

Todos soltaron la risa. (Grita un paje: está Morfeo.)
Todos callan, de repente... todos se quedan dormidos.
Se oyen profundos ronquidos.
(Entra en cuclillas un loco que se llama Devaneo.)

III

LLEGADA DE LOS MESES Y DE LAS HORAS

(Terpsícore puede más que Morfeo)

Saludando cortésmente a la buena Mamá Juno
(Son las XII de la noche, del mes doce a 31)
Entran: Junio, Julio, Agosto, Setiembre, Octubre y
        Noviembre.
Enero, Marzo y Abril, Mayo, Febrero y Diciembre.

Síguelos el Viejo Tiempo, con traje de soberano.
(El Patriarca de los Siglos a quien ninguno conoce.)
              Y tomadas de la mano,

Formando rueda y bailando la vieja danza del brinco:
La seis, la ocho, la nueve, la diez, la once, la doce,
La una, la dos, la cuatro, la tres, la siete y la cinco.

(Anuncian: está Terpsícore.) Todos despiertan y ríen:
El gran salón se ilumina con mil resplandores blancos;
Barba Azul corre en sus zancos;
Raras macabras armónicas los instrumentos deslíen,
Y sin que haya espiritistas saltan las mesas y bancos.
Byron, Tirteo y Quevedo se olvidan de que son cojos,
Rabelais y el gran Leopardi no saben ya sus defectos;
Homero y Milton se muestran, ambos, con grandes anteojos;
los cuerdos se vuelven locos y arlequines los proyectos.
(Por bailar a misia Parca también se le van los ojos.)

IV

RECEPCIÓN INSTRUMENTAL DEL GRAN POLÍGLOTO ORFEO

Cuentos de Harmonía

Entra el viejo Orfeo. Mil notas auroran
El aire de ruidos, mil notas confusas;
Suspiran las Musas, las Sirenas lloran;
Las Sirenas lloran, suspiran las Musas.

Misteriosas flautas, que modulan gritos
De bacantes ebrias, de hetairas locas,
Cantan las canciones de los tristes mitos;
de los besos muertos en las regias bocas.

Finas violas trinan los rondeles breves
Que en la danza regia dicen los encajes,
Las suaves y amables carcajadas leves
De las suaves sedas de los leves trajes.

Sistros marfilados hablan de las lidias
De los viejos reyes; de su real decoro;
De Judith y Esther cuentan las perfidias,
Los asesinatos de sus besos de oro.

Címbalos de plata cuentan las historias
De reinas de Saba; de sangrientas misas,
Y cascabelean las divinas glorias
De los viejos bardos y las pitonisas.

Suaves mandolinas desabrochan llantos
De Mignones ebrias y Lilís divinas,
Y hacen las historias, de crueles encantos
Y dulces venenos, de las Florentinas.

Cuernos y zampoñas, cobres y trompetas,
(Que tienen el triunfo dorado del Sol)
Aúllan y ladran y rujen y gritan,
(Los himnos más rojos en tono i bemol).
¡Hablando de guerras, de sangre, de atletas,
De incendios, de muertes y cosas que excitan!

Órganos tronantes murmuran canciones,
De mística, vaga, celeste harmonía,


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Que hacen de las barbas de Jehová vellones
Para ornar la mesa de la eucaristía.

Discretos violines hacen historietas
De pies diminutos, escotes y talles;
De anillos traidores; de las Antonietas,
De los galanteos del regio Versalles.

Narran mil alegros, de collares ricos,
De aleves conquistas, de alcobas doradas:
Las conspiraciones de los abanicos
Y las aventuras de las estocadas.

Timbales y oboes, panderos y gaitas
Son gitanas tristes, ebrias bayaderas
Que dan el almíbar de las chirigaitas,
Sangre de cicutas, celos de panteras,

Que sugieren dramas de placer y llanto,
Risas y suspiros de Selikas locas,
Sollozos de Aída, ramos de amaranto,
Orgías de vasos, puñales y bocas.

Graves clavicordios, tristes violoncelos
Susurran amores de duques suicidas,
Y hablan en la lengua de los terciopelos,
Del vino que usaban las reinas queridas.

Guitarras sensibles, en raudos alegros,
Hablan de toreros, chulos y manolas;
Fingen las tormentas de los ojos negros,
Y hablan de los celos de las reinas Lolas.

Ríen con la risa del castañeteo,
Vuelan con el vuelo de la seguidilla,
Y hablan del hechizo que en el culebreo
Ponen las sultanas de la manzanilla.

Sugieren de pronto caderas ariscas,
Gestos que provocan, y ligas que atan;
¡Toros de lujurias, besos de odaliscas,
Canelas, mantillas y piernas que matan!...

V

LA GRAN SOIRÉE DE LA ELEGANCIA.
LA DANZA DE LOS MESES Y DE LAS HORAS GALANTERÍAS ETERNAS

Decoración: La sala semeja una floresta
Unos faunos sensuales persiguen a una driada,
Cantos de aves sinfónicas hace vibrar la orquesta.
(Pajes, Arqueros, Duendes y gente uniformada.)

Los Dioses del Olympo todos se hallan presentes.
(Emblemas, jeroglíficos, toisons, panoplias, cuernos)
Inmensa muchedumbre de silenciosas gentes;
Santos del Paraíso, reyes de los Infiernos.

El viejo Tiempo se halla sentado en su gran solio.
(Heraldos y sirenas, dragones, sagitarios)
A un lado el Laberinto y al otro el Capitolio.
La Parca está rezando sus credos funerarios.

Alcen contempla a Diana. Pan toca su bocina;
Un centauro y un sátiro se cuentan sus lujurias;
Hidras, peces biformes. (Plutón y Proserpina.)
Tritones y Oceánidas y Náyades y Furias.

Lohengrin y el Cisne. Cadmo transformando una piedra;
(Pontífices, Mikados, Sultanes, Caballeros)
Margarita en su rueca, Minos hiriendo a Fedra.
(Damas de corte, brujas, nobles y mosqueteros.)

Cristo y Mahoma charlan de asuntos de la tierra;
(Se alzan el Vaticano, la Alhambra, Meka y Roma)
Millones de esqueletos surgen en son de guerra,
Etcétera... Posdata: la Esfinge se desploma.

Aramis el noble, gentil bastonero,
Le pide su cetro magnífico a Ulises;
(Adornan la sala lujosas cariátides,
Regios artesones y un áureo florero
En el que hay hortensias, anémonas, lises,
Adelfas, orquídeas, lotos y clemátides)

Y ordena la danza. Las Hadas del Día,
Que son doce, se ponen en rueda.
(Hay espejos, luces, cuadros, pedrería,
Bibelots, Cupidos, oro, mármol, seda...)

Un reloj semeja la alfombra bordada;
(Ornan los tapices regias hipsipilas;
La Venus de Ictinius se muestra enflorada:
Lucen crisantemos, nelumbos y lilas.)

Hay aves exóticas. Exóticos frescos
Muestran con sus barbas a los Viejos Siglos.
(Hay fou-kousas, pieles, jaspes, arabescos,
Biscuits, kakemonos, dioses y vestiglos.)

Aramís sonríe con una señora
De ciertos remilgos de unas soberanas.
(Hay cenefas, biombos, telas de Bassora,
Consolas, estatuas, joyas, porcelanas.)

Las arañas forman chispeantes burbujas,
Burbujas inquietas de vinos dorados.
(Hay regios encajes de Chantilly y Brujas,
Panneaux deslumbrantes y flordelisados.)

Las damas ostentan aigrettes elegantes,
De plumas que fingen rizos de
flambeau
(Los regios joyeles y polvos brillantes
Que ostentan las reinas de un bello Wateau.)

Hechiza en las faldas la seda argentada,
Y nieva la red de las finas puntillas.
(Las caladas medias de seda rosada
Brillan de celosas en las pantorrillas.)

Un bouquet de estrellas sus fulgores quiebra
En el encendido sol de los aceros;
Valiers recamados de ojos de culebra
Ornan la elegancia de los caballeros.

Irisados peces, raros colorines,
Fingen las soberbias condecoraciones;
Y gardenias blancas son los brodequines,
Y serpientes de oro son los cinturones.
Un obispo cuenta las cuentas de espuma
Que hay en una copa de fino Bohemia.


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(Hay lacas, mosaicos, jarras de Satsuma
Divanes de Persia, sillas de Academia.)

Las Horas ostentan primorosos trajes,
Grandes abanicos, mágicas pelucas.
(Hay platos chinescos, cisnes y paisajes,
Gente armada, pajes y doncellas cucas.)

(Se oyen pasos). Entran con largos turbantes,
Emires, profetas y viejos Kalifas.
(Los pajes alcanzan sorbetes, picantes,
Café, arroz, tabaco, pipas y alcatifas.)

VI

CANTO DE LAS HORAS

Aramís ordena que los doce Meses
Formen en la rueda con las doce Horas.
Las Horas sonríen; los doce Condeses
Hacen reverencias para las señoras.

(Beaumarchais se acerca. La Vallière saluda,
La Chevreuse camina, Maintenon se sienta;
Sévigné pasea su espalda desnuda,
Mientras Guiche sonriendo su pasión le cuenta.)
Luis, Rey de primores, en un grupo alterna,

Dando a sus palabras caprichosos giros;
(Las enamoradas de su linda pierna
Le brindan miradas, risas y suspiros.)
Comienza la danza. Sus divinos vuelos

Emprenden las Horas: un iris de seda
Se cierne en la nube de los terciopelos,
Y en mágica urdimbre de flores se enreda.
Avispas de raros metales parecen,

Que cercan zumbando divinos panales,
Y raudas estrellas que saltan y crecen,
Siguiendo los ritmos de mil madrigales.
Prosigue la danza. Su baile ligero

Emprenden los Meses: una cabalgata
De arqueros celestes cruza el abejero
De tacos bordados y hebillas de plata.
Parecen falenas de volar extraño.

Bellos sagitarios de la diosa Iris,
Los doce Condeses del Reino del Año
Que rigen las riendas del potro de Osiris.

El viejo Patriarca
           que todo lo abarca
Se riza la barba de príncipe asirio;
Su nívea cabeza parece un gran lirio,
Su nívea cabeza de viejo Patriarca

Aramís ordena que las danzarinas
Cuenten sus historias. La orquesta acompaña.
(El Rey Luis escucha, tras unas cortinas,
El rondó de espuma del vino champaña.)

La menor, la Una, canta la primera:
"Yo he nacido en Grecia, yo he nacido en Nubia:
"Yo soy negra y blanca, triste o hechicera;
"Mi cabeza es negra, mi cabeza es rubia.

"Los insomnios tristes son de mis imperios,
"Y mis ojos queman con mirar profundo;
"Soy la negra bruja de los cementerios,
"La querida ardiente que ilumina el Mundo.

"Soy la Una, una nocturnal sombría
"Hija de la noche, maga de la Luna;
"Soy la Una, una lámpara del Día,
"Soy la negra Una, soy la blanca Una".

La Dos: "Soy la hermana de la buena hermana
"Que contó su historias, y una es nuestra vida;
"El sultán del Día me nombró sultana;
"El cafre nocturno me hizo su querida".

La Tres: "Soy el hada que sus oros labra
"En la adamantina villa de los astros,
"Y que adora al negro, raro, abracadabra
"Que por donde pasa deja negros rastros".

La Cuatro: "Yo brillo cuando en los Estíos
"El Sol llega a Piscis y en Piscis se escuda;
"Yo beso y despierto los tiernos rocíos;
"Yo brillo en Enero cuando el Sol madruga".

La Cinco: "Yo luzco, toda engalanada,
"Al pie del Castillo de prismas aéreos;
"Yo aclaro, yo azulo la inmensa mirada
"De los Capricornios y Acuarios etéreos".

La Seis: "Soy el cisne del parque de Urano.
"Yo las Primaveras del azul enfloro;
"Yo pinto la mitra del Mago Verano.
"Y escribo en el cielo madrigales de oro".

La Siete: "Yo ostento rodelas y tiaras
"De reyes del regio país Fantasía;
"Yo enseño brocados y túnicas raras,
"Yo soy la mimosa del Reino del Día".

La Ocho: "Yo estrello con blancas avispas,
"De la bruja noche la oscura caverna;
"Yo soplo en la fragua de Dios, y mil chispas
"Bailan en el cielo la gavota eterna".

La Nueve, la Diez y la Once. -Coro-"
Nosotras amamos la sombra y la lumbre;
"Reinas de azabache, codiciamos oro:
"Somos alegría; somos pesadumbre".

Canta al fin la Doce: "Mi pupila ardiente
"Mira siempre fijo: mi pupila abrasa:
"Soy la más amante, soy la más vehemente,
"Soy la que atraviesa, soy la que traspasa.

"Soy la silenciaria, la de negras alas,
"La trasnochadora que las almas roe,
"La que tiene el brillo de las luces malas
"En que se inspiraron Baudelaire y Poe.

"El gato que vela y el ave nocturna
"Tienen mis siniestras vagas harmonías.
"Soy la que no duerme, soy la taciturna,
"Y mis ojos brillan las alevosías.

"Soy la que levanta las heladas losas,
"La de los puñales, la de los secretos;
"La de las macabras dentro de las fosas,
"La que cena y baila con los esqueletos.

"Richepin y Huysmans, los ebrios divinos,
"Me eligieron diosa de sus borracheras;
"Maeterlinck y Wilde y otros peregrinos,
"Me llamaron Reina de sus calaveras.

"Soy la Doce blanca: soy la Doce negra;
"Soy tristeza y sombra, resplandor y goce:
"La que todo abate, la que todo alegra:
"Soy la blanca Doce; soy la negra Doce".

Un coro de aplausos atruena el espacio.
(Richelieu sonriendo se acerca a una dama.)
Pajes con bandejas llenan el palacio.
(Molière por un beso vende un epigrama.)

Resuenan los coros: "Amemos al Viejo Patriarca,
                                 que todo lo abarca;
Su frente de viejo ermitaño
Parece el desierto de todo lo antaño;
en ella han carpido la hora y el año,
Lo siempre empezado, lo siempre concluso,
Lo vago, lo ignoto, lo iluso, lo extraño,
                               lo extraño y lo iluso."

VII

CANTO DE LOS MESES

Aramís ordena que los danzarines
Cuenten sus historias. Comienza el andante;
Gimen los oboes, lloran los violines.

"Rabelais se ríe de un cuento picante.)
(Cien pajes anuncian: "Monsieur Sagitario,
Madame Virgo y Taurus con un unicornio;
Géminis y Cáncer, Piscis, Leo, Acuario,

Escorpión y Aries, Libra y Capricornio.)
Un pueblo de estrellas sus brillos expande;
La orquesta derrama torrentes de notas.
(Entran Quasimodo, Federico el Grande,

Y el rey Pulgarcillo con sus grandes botas.)
Canta el Rey Enero de circuncisiones,
De pascuas alegres, de reyes, de heraldos.
(Llueve blancos lirios, felicitaciones;


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Confites, muñecos, ramos y aguinaldos.)

Liliput envía castañas de nieve,
Gulliver regala cartuchos de enanos;
El gorro de Enero golosinas llueve,
(Se besan las bocas, se juntan las manos.)

Febrero el alegre canta y payasea
Canciones borrachas, ebrias cavatinas.
(Arlequín solloza, Clown carnavalea;
Mil pierrots se abrazan con sus colombinas.)

Entra el Rey de Kioto con frac de adúcar.
Baco está dormido y un bufón lo roba;
Cenicienta muerde sus botas de azúcar;
(Napoleón es Jockey de un palo de escoba.)

Se anuncian Tom-Pouce. Montados en cebras,
Entran saludando Narciso y Pepino.
(Llueve cascabeles, diablos y culebras,
Botellas, harinas y affiches de vino.)

Marzo, Rey de Ayuno, canta la plegaria
De todas las témporas, hambres y abstinencias.
(Se ven: una ermita triste y solitaria,
Fray en la garita de las penitencias.)

Entra el Rey Otoño, de gris adornado,
Muy pálido y triste. (Llueve agua bendita);
El Otoño quiere llorar un pecado,
Y habla con el fraile que está en la garita.

"Cortaos el verde cabello" -le dice
El fraile al oído fingiendo congojas.
(Mueren Julia, Elena, Flora, Cleo y Bice)
Los árboles llueven su lluvia de hojas.

Los árboles lloran su calvicie blanca;
El Otoño llora; (llueve agua bendita.)
El Coiffeur aéreo las hojas arranca.
(Llora la campana de la triste ermita.)

Abril, el sagrado Rey de los olivos,
Canta el Evangelio de las buenas almas,
(Lucen en el ara los corderos vivos;
Se agitan pañuelos, túnicas y palmas.)

Abril, el sagrado Rey de los Calvarios,
Canta de suplicios y llagas divinas;
(Los frailes rezongan Patres y rosarios,
Y llueve vinagre, sudores y espinas.)

Abril, el sagrado Rey de los rituales,
Entona maitines de notas opacas;
(De pronto anochecen los claros vidriales,
Se apagan los lirios, ladran las matracas.)

El Rey Abril canta de Resurrecciones,
De la alegre danza de los incensarios;
(Las misas cantadas gritan sus canciones,
Y laten los pechos de los Campanarios.)

El Rey Abril canta su alegría suma,
Llamando a los fieles para sus convites;

(Las campanas bailan, el incienso fuma:
Llueve cera, cohetes, flores y confites.)

Mayo, el caminante de la buena ruta,
Canta los rastrillos, la sierra y el zoclo.
(San José fabrica trenzas de viruta;
San Isidro peina sus barbas de choclo.)

Junio, Rey de estufas, canta los rondeles
Que hacen cuando bailan, los raudos patines,
(Entra el rey Invierno, vestido de pieles,
Con blanco paraguas y blancos botines.)

Junio, el Rey más blanco de los doce Meses,
Canta el aleluya de los reyes místicos:
(Llueven lenguas rojas los Pentecosteses;
Corpus Christi llueve panes eucarísticos.)

Junio, el Rey más blanco, blanco néctar bebe;
Bebe blanca nieve; nieva blanca harina;
Toma blancas hostias; llueve leve nieve;
Canta las nevadas de la fe divina

El monarca Julio canta las concordias
De las caridades y visitaciones.
(San Vicente llora sus misericordias,
Y la Virgen llora sus revelaciones.)

Agosto, el furioso Rey de turbulencias,
Canta la sonata de los huracanes.
(Los ángeles juegan a las indulgencias:
Santa Rosa llora llanto de volcanes.)

El joven Setiembre trina las canciones
Que hablan de bohemias, flores y zagalas;
Que hablan de los bailes de los corazones,
Y los cuchicheos de las colegialas.

Setiembre, el mimado de las reinas rosas,
Echa en su casaca mágicos olores;
(Llora el Arco Iris flores, mariposas.
Ríe Primavera, ríen los amores.)

Ríen los amores, ríe Primavera;
(Llueve mariposas, flores peregrinas)
Los amores ríen en su real litera
Llevada por hadas y por golondrinas.

Octubre, el Rey dandy, canta de las blondas
Que en el aire dejan dulce de fragancia.
Del beso que ritman las formas redondas
Que atesoran opios y magias de Francia.

Noviembre se signa y hace funerales,
Y responsos mudos, de mudos misterios:
Noviembre es el mudo de los carnavales,
De los carnavales de los cementerios.

Noviembre, el Rey Negro del ceño fruncido,
Canta los lamentos de una viuda alouette;
A todos los santos les hace un cumplido,
cuando no lo espía Madame Squelette.

Noviembre a quien aman las negras Gorgonas,
Es Rey de cipreses y de golondrinas.
(Las bellas floristas le labran coronas;
Los sepultureros le piden propinas.)

Diciembre, el rey Fauno, canta barcarolas
Que elogian los raptos de blancas primicias,
Que hacen en la playa las lúbricas olas
Babeadas de besos y suaves caricias.

Diciembre el ardiente canta el ritornelo
De blancas Kermesses y fiestas del río
(Llueve brin, zaraza, sudores y hielo.
Vestido de rojo penetra el Estío.)

Diciembre el ardiente sus pasiones narra,
Y habla de indiscretos, suaves esperezos.
(Pulsa su bordona la inquieta cigarra,
Y el grillo armoniza collares de rezos.)

Diciembre, el alegre Rey de nacimientos,
Habla de pesebres, bueyes y cayados
(Los abuelos cuentan sus más lindos cuentos,
Y llueve pan dulce, castañas y helados.)

Alegres saludos y aplausos corteses
Vibran en los aires. (Una bella hazaña
Cuenta un duque. Ríen, amables, los Meses
Haciéndole gracias al noble Champaña.)


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Resuenan los Coros:

"Amemos al viejo Patriarca
que todo lo abarca;
Su pálida frente es un mapa confuso;
La abultan montañas de hueso
Que forman lo raro, lo inmenso, lo espeso,
De todos los siglos del tiempo difuso.
"

VIII

TERMINACIÓN DE LA FIESTA.
DESPEDIDAS Y QUEJAS. LLUEVE.
DESFILE DE LA CONCURRENCIA

Suenan galanteos y besos y adioses:
Se marchan los Papas de ceño fruncido.
Las Brujas, los Duendes de acento fingido,
Se marchan los Reyes, se marchan los Dioses,
Y todos se marchan... Ya todos se han ido...!
Pasaron volando las cuatro Estaciones,
Los bellos Ocasos, las bellas Auroras,
Endriagos, Quimeras, Esfinges, Dragones,
Hidras y Centauros y Furias traidoras
Y Gnomos y Faunos y Meses y Horas.
Se apagan las luces. El viejo Castillo
Se esfuma, se borra. Cuatro campanadas
Da el Reloj. (Sus botas perdió Pulgarcillo
Y una bruja loca lo lleva a la grupa.)
Negras Amazonas pasan a horcajadas
En palos de escoba; y el negro corrillo
De sombras eternas zumbando se agrupa...!
Zumbando se agrupa...!
(Llueve.) Los Ciclones tocan en sus flautas
Su inmenso silbido.
Los viejos Ciclones tocan en sus flautas,
las Sirenas lloran, las Ninfas se quejan.
(El viejo Patriarca se queda dormido.)
Pasan Unicornios, Monstruos y Argonautas...
Ya todos se han ido, ya todos se alejan,
Ya todos se alejan, ya todos se han ido...
Se quejan
se alejan...
se han ido...!

EPÍLOGO

Fuera: el trueno juega y corre con su inmenso monolito.
El huracán, monstruo asmático, lanza pavorosa tos;
los relámpagos alumbran, atraviesan lo infinito.
Como el fósforo encendido del gran cerebro de Dios!
Montmartre, Sol en Sagitario, M.C.M.

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POEMA DE LA CREACIÓN
Autor: Juan-Jacobo Bajarlía


56 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US.

LIMINARI

Este Poema de la creación lo escribí en un bar de la calle Talcahuano, a media cuadra de Tribunales, en 1970. Conservo el pequeño cuaderno en que está volcado. Tiene 14 páginas manuscritas, y su letra es diminuta. El tema, la creación del mundo y del hombre, ha tentado a muchos poetas que, a fin, repitieron el relato de las Escrituras. Nosotros hemos eludido ese riesgo. La era cibernética en que vivimos exigía una escritura distinta, un conocimiento que abarcara la totalidad de un universo que ya no se rige por el azar y el enigma.

De las ideas del pasado en el Poema de la creación, hay una que retomo y siempre estará al acecho en la historia del tiempo: la ekpyrosis. Es decir, la destrucción cíclica del universo, como lo sostenía el estoico Zenón de Citio en el siglo IV a. de J.C. El mundo, decía, es corruptible y finito, y se engendra a sí mismo.

Diógenes Laercio (VII, 97) cita su libro Del universo y agrega los de Crisipo, Posidonis y Cleantes.

JUAN-JACOBO BAJARLÍA
Buenos Aires, 1996


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INTENTO TERCERO DEL INTENTO DE PRÓLOGO A LA OBRA:

POEMA DE LA CREACIÓN

Cuando en el mes de marzo de 1996, hace apenas dos meses y algo, Bajarlía me entregaba su Poema de la Creación, para publicar en nuestra modesta Editorial Grupo Cero, yo sentí cómo se abría alguna puerta en algún lugar maravilloso y, tengo que confesarlo, ahora, porque después no sería ya posible, que casi me dejó sin respiración cuando al entregarme los originales junto con un hermoso prólogo del poeta Francisco Madariaga me dijo: Menassa, quiero que el libro, también, tenga un prólogo tuyo.

Casi sin respiración porque no entendía porqué se le ocurrían esas cosas a ese hombre que yo consideraba, en un sentido estrictamente vital, mi maestro.

Para qué, me pregunté mil veces, en un segundo, quiere un prólogo mío si ya tiene un inteligente y, a la vez, hermoso prólogo de Madariaga, que por otra parte estaba en una posición mucho mejor que la mía para la tarea que se me encomendaba y que él ya había realizado, porqué, me preguntaba, se me hace llegar a esta situación, y tengo que dejar constancia que todo esto me ocurría antes de leer el poema.

Lo guardé cuidadosamente en un sobre junto con el prólogo de Madariaga y los originales manuscritos en un pequeño cuaderno que, de manera atolondrada, le prometí a Juan-Jacobo que a lo mejor además del poema se podrían publicar los manuscritos, ya que estaban escritos en un pequeño cuaderno.

Al llegar a mi casa de Buenos Aires, en la avenida Córdoba, guardé el sobre en la valija, para no perderlo y me puse a pensar no en el prólogo sino en la tapa (portada) que convendría al libro.

Evidentemente no pude llegar a ninguna conclusión, porque todavía no había leído el poema.

Pasó más de una semana y fue entonces donde, a la hora de la siesta y en compañía de la bella Olga, nos pusimos a leer el poema, primero lo leí yo en voz alta y el poema nos resultó maravilloso, evidentemente en el poema estaba la creación, después ella leyó el poema en voz alta y nos volvió a resultar maravilloso, mientras ella leía yo tomé algunos apuntes que luego olvidaría en Baires.

Repetimos la operación de leer en voz alta tres o cuatro veces más y después hicimos el amor.

Y no fue un amor cualquiera, el poema había repercutido en nosotros de una manera extraordinaria. Millones de bacterias se movían a nuestro compás generando la vida y cuando el Poeta destejía los sonidos para fundar el equilibrio, la bella Olga y yo mismo caíamos, sin par, sobre nosotros mismos, buscando algo que no existía sino en el centro de la creación, el poema.

Luego fuimos incendiados juntos con las galaxias y nuestros cuerpos se expandían hasta tocar el universo.

Claves, mujer y formas dormían en las manos del Poeta. El poema seguía avanzando sobre nosotros. El Poeta y la eternidad eran un mutismo enfurecido. La materia soñaba y nuestros cuerpos sólo podían escuchar la voz.

              Yo soy el que estaré
               y tendré la luz
               en tu vientre.

Los elementos recónditos de la materia nos dieron la palabra, el grito.

Hicimos el amor pero no fue un amor cualquiera, parábolas de cielo telegrafiaron sobre nuestro pequeño amor, la muerte, la energía, el genio, los siglos, la serpiente. Hasta bebimos en bellos odres galácticos, un vino planetario, que puso en nosotros eternidad vacía y llenos de terror vimos todo el pasado y los timbres de las palabras, el Poeta alcanzaba su máxima fuerza, aniquilaba todo futuro.

Al levantarnos de la siesta, yo me puse a pintar y en tres días había comenzado cuatro cuadros que todos podrían ser portada del Poema de la Creación. Con uno de ellos, unas horas antes de volver a Madrid, llegué a pensar que ese cuadro sería el prólogo del libro, después, descarté la idea por absurda.

Al llegar a Madrid leí el poema en varios talleres de poesía, con gran éxito, y a los socios de la Editorial, que sintieron que la publicación de ese poema abriría para todos nosotros una nueva época, pero lo que no podía era ponerme a escribir el prólogo que me había encomendado el Poeta.

Volví a leer lo escrito y reconocí haber hecho algo y si yo no tuviera casi 60 años y no estuviera prologando un libro de un 

gran escritor de casi más de 80 años, diría que el libro actuaba sobre mí, como una sustancia afrodisiaca. Cada vez que lo leía o lo miraba, apenas, o lo tocaba con la punta de los dedos, a los pocos minutos me encontraba haciendo el amor.

Y no un amor cualquiera. El Poeta hacía que de nuestros cuerpos brotaran cual luciérnagas enamoradas, el odio, la estafa, los signos, la ausencia, los garfios, los semáforos negros, los colores, las razas, la pereza, la inteligencia artificial, la ambición, el desprecio, la destrucción, la misma muerte copulaba con nosotros, y el futuro se fundía con un pasado sin memoria.

El final del poema es la consagración, pero no de la primavera o del amor sino, sencillamente, de la inteligencia.

Por eso esta vez dejo el amor flotando en la penumbra para que sea encontrado por los más audaces hasta alcanzar el movimiento de los astros y de esa manera dejo que el lector descubra por sí mismo que toda luz, toda creación, todo misterio, toda inteligencia, sólo es tiempo y deseo.

Antes de terminar y para dar paso a lo que nos convoca:

El poema, la creación, quiero escribir para que se entienda, un poco, mi decir, que cuando yo era un pibe, Juan-Jacobo, ya era un gran amante. Que cuando yo era apenas un adolescente de 10 años, Juan-Jacobo Bajarlía publicaba sus primeros libros de poemas. Y cuando yo era un joven en los primeros años de medicina que escribía mis primeros poemas, Juan-Jacobo, ya era el Gran Bajarlía, el maestro.

Después cuando mayor, hace apenas un año cuando lo conocí personalmente él ya había hecho de todo: novelas, novelas policiales, poesía, relatos eróticos, abogado criminalista, ensayos, teatro, había sido premiado varias veces y había traducido a los grandes; pero eso no era lo peor sino que, después de haberlo hecho todo, lo seguía haciendo.

MIGUEL OSCAR MENASSA
5 de junio de 1996

JUAN-JACOBO BAJARLÍA 
Buenos Aires, 1914


POEMA
DE LA CREACIÓN

El día aún era noche en el átomo.

Crujía en el signo y se movía arrastrando los bloques
          de silencio que la edad había sepultado.

Tú eras ya el anuncio de una bacteria que buscaba
otra bacteria,
       un sonido que yo destejía para fundar el equilibrio.

No había abajo ni arriba. Lo que estaba a la izquierda
      estaba a la derecha y en todas partes.

El centro era todos los centros en un círculo que
     buscaba los números.

Moví una idea.

La palabra movió la noche, y la oscuridad la luz.

Las aguas se bordaron en el día y un pez inició
      la rebelión de sus aletas.

Avanzó por la línea enardecida que separó la muerte
de la no-muerte
 
               el silencio del sonido.

Después encendí las estrellas las galaxias los
     cuásares profundos que iluminaban
     los átomos para que el cosmos se expandiera.

Te di una mujer para adornarte
una clave para alimentar tu pensamiento
las formas por hacer que dormían en mi mano
la luz que caía desde un párpado que avanzaba en la
       noche donde yo y la eternidad éramos un mutismo
       enfurecido
la imaginación que crecía en los límites
la materia que soñaba.


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Después puse un signo en tu lengua
        y el sonido resplandeció.

Puse decibeles para crecer en la extensión
     protones invisibles devorados por el quark
     una columna de átomos donde descansaba la fuerza
             que traía de la profundidad.

Puse el fuego en tus ojos
     la eternidad en tu cintura
     el mando en tu voz
     la idea de una llama que avanzaba en tu sangre
y perforaba el pensamiento.

Eras una partícula que ya no se arrastraba
y ganaba altura
una garra que caía en aluvión y recogía el universo
en la caja de un sueño donde danzaban los espectros
de otras estrellas aplastadas en órbitas enmohecidas,
un tentáculo que enredaba los mundos habitados
para decirse el vencedor
una gota de sangre para ahogar la esperanza
un navío que acumulaba el espacio curvado
lleno de parábolas que jamás se tocaban
un hilo que se enredaba en el rictus
y dibujaba una palabra para telegrafiar a la muerte.

Pero Einstein había dicho que la materia es energía,
y el Genio al pescador, que después del tercer siglo
destruiría al que lo sacara del abismo,
y Gilgamesh, que había perdido la hierba de la vida
por causa de la serpiente,
y Batharly el Apócrifo, que las galaxias eran cúmulos
coléricos donde flotaban los espectros
que amanecían en el vino planetario,
y yo a ti, que la eternidad es una redoma que se vacía
a cada instante
colocada en el olvido.
Pero tu garra se deslizaba levantando tumbas
cruces de luz que borraban el pasado
palabras llenas de timbres que aniquilaban el futuro.

ENTRE LAS CÁMALAS
Autor:
Raúl A. Bravo
Libro póstumo
64 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US.

Pedí el Libro para inscribir las hazañas.
La primera: Harás el amor.
Y sólo brotó el odio.
Las órbitas espaciales se llenaron de ojos muertos.
La segunda: No mentirás.
Y brotó la estafa.
El hombre contó sus huesos y sus nervios
y los puso en la balanza para venderlos.
La tercera: No caerás en la idolatría.
Y al día siguiente levantaste un código de signos
en el que cada cifra era una boca sin entrañas.
El hombre se convirtió en un número que andaba.
La cuarta: No robarás.
Y estalló la ausencia.
El pan que te di para vivir se deslizaba en el corazón
de las hienas.
La quinta: Le darás una mano al necesitado.
Y tus dedos se llenaron de garfios.
La sexta: no traicionarás al amigo.
Y al día siguiente tus deseos avanzaban en el vientre
de la mujer.
El planeta era una matriz donde las bacterias
competían con el hombre.
La séptima: No construirás ataúdes.
Y se encendieron los semáforos negros
sobre el vacío.
La luz era un cono que recogía las palabras.
La octava: No dividirás.
Y en seguida instauraste los colores.
Las razas extrajeron sus imágenes de un espejo
multiplicado.
La novena: No violentarás tu cuerpo.
Y al día siguiente el cansancio parió las invenciones,
y la pereza, la inteligencia artificial.
Las larvas fueron el filtro que codificaba el sexo,
que accionaba el placer en pequeños puntos
cuyas antenas alzaban el deseo
de viejas computadoras que gemían.
La décima: No matarás.Y nacieron la ambición, el desprecio, la alienació
y la destrucción.
Los átomos copularon en vulvas de hierro que giraban
hacia mundos pulverizados.
Perdieron sus núcleos y cayeron en cadena
enlazando imágenes
esqueletos que colgaban de sus números
fotones de otras partículas que fundían el futuro
con el pasado sin memoria.


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En el fondo del Libro, Armedonis de tres cabezas (la primera
        de toro, la segunda de hombre y la tercera de cordero) 
        unidas
por una cola de serpiente que sostenía su  
        columna y daba siete vueltas por su vientre, narraba
        esta historia:

Le dijeron a la oscuridad: 
        De esta parte del caos hay barro y luz que aún no he
        separado.
Elige lo uno o lo otro. Y en lo que elijas yo 
        pondré
la voluntad. La oscuridad eligió el barro porque
        ambos
eran turbios. Y la voz dijo: Adán, eres de barro y
        tendrás
mi voluntad. Pero tu vientre estará vacío como
        una bolsa.
Entonces vino Eblis y le colocó el deseo en
        el fondo de esa
bolsa. Cuando Adán compareció a la    
        luz, era tierra que
andaba multiplicada de signos que
        sólo hallaban la oscuridad.

La segunda narración de Armenodis contenía la historia de
         Azrael:
         Adán había nacido muchas veces y siempre había   
         rechazado la luz. YAzrael le había dicho: Por ser la  
         oscuridad y
el barro, pedí para ti la Luna, las estrellas,
         las galaxias.

Pero tu vientre vacío contenía una mutilación. En esta línea 
        me introduje cuando Eblis puso el deseo. Por eso,
        cuando mueres, estallo en tu cuerpo y te llevo hacia la
        luz
que no ves. Ésta es la causa de tu nuevo
        nacimiento. Pero
tu vientre sólo acumula el deseo. El
        ciclo se repite y los
signos se rehacen como en el
        primer origen. Si algún día
te ofrecen una opción, no
        pidas el deseo. Pide la luz.

Pero la voz cayó en humedad sobre la órbitas 
        que desplazaban vientres oscuros desde 
        la
profundidad.

Los navíos de viento que recogían el espacio 
        y filtraban la inteligencia en las nubes 
        que devoraba el caos 
        se llenaba ahora de lodo y estiércol.
Tus ojos arrancados, desecados al sol por Cibernius,
 
       eran una franja de colores que volvían al abismo.
obot, Cyborg y Orgcí
y los otros seres del Artífice
dictaban sus designios
y llenaban el sexo de cajas musicales que atornillaban
       para el próximo Adán.

ESTE ESPACIO PERTENECE A LA

ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE LUCIA AULA DE POESÍA Y PSICOANÁLISIS

 

Soy lo que vuela
encadenadme y seré lo encadenado que vuela
matadme y seré lo encadenado, muerto, que

www.aulapablomenassa.com

CONCURSO DE
POESÍA Y PSICOANÁLISIS

3ª CONVOCATORIA

BASES

1. Podrán optar a estos premios obras originales e inéditas, escritas en lengua castellana. (Para la modalidad Poesía: con libertad de tema y rima).

2. Deberán presentarse tres copias del libro, mecanografiadas a doble espacio y encuadernadas, en hojas de tamaño DIN-A4. Para la modalidad Poesía entre 500 y 800 versos y cada poema debe ser presentado en hoja separada. Para la modalidad Psicoanálisis, los originales tendrán un máximo de 80 páginas.

3. Junto con las copias del libro, que irán firmadas con seudónimo, deberá presentarse un sobre cerrado o plica, en cuyo exterior figure el título de la obra y el seudónimo. En el interior deberán figurar los datos del autor: nombre, apellidos, dirección completa y teléfono.

4. Los premios, tanto para la modalidad de Poesía como para la modalidad de Psicoanálisis, consistirán en la suma de 150.000 pts. y la publicación de 1.000 ejemplares en Madrid y 1.000 ejemplares en Buenos Aires.

5. El plazo de presentación de originales termina a las 19:00 horas del día 31 de julio de 2001.

6. Los originales se deberán remitir a: 

Asociación Pablo Menassa de Lucia.
Premio de Poesía o Psicoanálisis.
c/Princesa, 17 - 3º izda. - 28008 Madrid

7. Caso de no presentarse a concurso un mínimo de diez trabajos para cualquiera de las dos modalidades, los premios quedarán desiertos.

8. El incumplimiento de alguna de las bases, elimina automáticamente del concurso.

9. El plazo para retirar los ejemplares no premiados es hasta el 31 de enero de 2002.

ASOCIACIÓN PABLO MENASSA DE LUCIA

AULA DE POESÍA Y PSICOANÁLISIS

PRESENTACIÓN 
DE LOS LIBROS

CLAROSCURO
d e Luis de Blas

 INTERLUNIO
de M. Rosa Puchol

PRIMER PREMIO DE POESÍA
PABLO MENASSA DE LUCIA
Segunda Convocatoria

18 de Mayo a las 20 hs.

CÍRCULO DE BELLAS ARTES
c/Marqués de Casa Riera, 2
Información: 91 542 33 49


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SOCIOS DE HONOR EUROPA

Miguel Oscar Menassa (Madrid) 50.000 ptas.
Fernando Ámez Miña (Madrid) 40.000 ptas.
Jorge Armas (Tenerife) 40.000 ptas.
Lidia Andino (Madrid) 40.000 ptas.
José María Blasco (Barcelona) 40.000 ptas.
Stella Cino Nuñez (Madrid) 40.000 ptas.
María Chévez (Madrid) 40.000 ptas.
Bibiana Degli Esposti (Madrid) 40.000 ptas.
Claire Deloupy  (Madrid) 40.000 ptas.
Amelia Díez Cuesta (Madrid) 40.000 ptas.
Paola Duchên (Madrid) 40.000 ptas.
Carlos Fernández del Ganso (Madrid) 40.000 ptas.
Emilio A. González (Madrid) 40.000 ptas.
Mónica Gorenberg (Zaragoza) 40.000 ptas.
Jaime Icho Kozak (Madrid) 40.000 ptas.
Pilar Iglesias (Madrid) 40.000 ptas.
Fermín Lejarza (Bilbao) 40.000 ptas.
Miguel Martínez Fondón (Madrid) 40.000 ptas.
Alejandra Menassa de Lucia (Madrid) 40.000 ptas.
Concepción Osorio (Madrid) 40.000 ptas.
Pilar Rojas (Madrid) 40.000 ptas.
Montse Rovira (Ibiza) 40.000 ptas.
Helena Trujillo (Málaga) 40.000 ptas.
Carmen Salamanca Gallego (Madrid) 40.000 ptas.
Olga de Lucia (Madrid) 20.000 ptas.
Alberto Garreta (Barcelona) 15.000 ptas.
Cruz González  (Madrid) 10.000 ptas.
Ruy Henríquez (Madrid) 10.000 ptas.
Pablo J. García Muñoz (Madrid) 3.000 ptas.
Ana Mercedes Albizuri Chévez (Madrid) 2.000 ptas.
Javier Albizuri Chévez (Madrid) 2.000 ptas.
Ramón Chévez (Madrid) 2.000 ptas.
Marina Alonso (Madrid) 2.000 ptas.
Sergio Aparicio (Madrid) 2.000 ptas.
Hernán Kozak (Madrid) 2.000 ptas.
Ichka León Deloupy (Madrid) 2.000 ptas.
Cloe León Deloupy (Madrid) 2.000 ptas.
Clémence Loonis (Madrid) 2.000 ptas.
Fabián Menassa de Lucia (Madrid)

     2.000 ptas.

Manuel Menassa de Lucia (Madrid) 2.000 ptas.
Magdalena Salamanca (Madrid) 2.000 ptas.
Javier Romero Nouvilas (Benidorm) 1.500 ptas.
Griselda Kozak Cino (Madrid) 1.000 ptas.
Eva Méndez (Madrid) 1.000 ptas.
Kepa Ríos (Madrid) 1.000 ptas.
Ismael Rivera (Madrid) 1.000 ptas.
Pilar García Puerta (Madrid) 1.000 ptas.
Daniel San Martín Duchên (Madrid) 1.000 ptas.
Mónica Quintana González (Madrid) 1.000 ptas.
Víctor  Quintana González (Madrid) 1.000 ptas.

SOCIOS DE HONOR AMÉRICA

Miguel Oscar Menassa  (Buenos Aires) 500 us.
Mára Bellini (Brasil) 200 us.
Lucía Serrano (Buenos Aires) 200 us.
Inés Barrio (Buenos Aires) 200 us.
Lúcia Bins Ely  (Brasil) 200 us.
Ángela Cascini (Buenos Aires) 200 us.
Alejandra Madormo (Buenos Aires) 200 us.
Norma Menassa (Buenos Aires) 200 us.
Roberto Molero (Buenos Aires) 200 us.
Marcela Villavella (Buenos Aires) 200 us.
Rosalba Pelle (Buenos Aires) 20 us.
Cesira Cignoni (Buenos Aires) 20 us.
Renato Battistel (Brasil) 10 us.
Karina de Filipiss (Buenos Aires) 10 us.
Patricia di Pinto  (Buenos Aires) 10 us.
Augusto Passolini (Buenos Aires) 10 us.
Luciano Passolini (Buenos Aires) 10 us.
Renata Passolini (Buenos Aires) 10 us.
Marisa Wachtel (Buenos Aires) 10 us.
Cristina Müller Diel (Brasil) 10 us.
Carmem Sílvia Presotto (Brasil) 10 us.
Luis Madormo (Buenos Aires) 10 us.
Gerson Medeiros (Brasil) 10 us.
Eloísa Tschoepke (Brasil) 10 us.

LAS 2001 NOCHES

DIRECTOR:
Miguel Oscar Menassa.
SECRETARIA DE REDACCIÓN PARA EUROPA:
Carmen Salamanca Gallego.
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FERIA DEL LIBRO DE MADRID

-EN EL PARQUE DEL RETIRO-

NOVEDADES 2001

POETA CONDENADO
Autor:
Miguel Oscar Menassa

88 PÁGS.
900 PTS., 6 EUROS
9 US.

DISCURSO
Y TRANSFERENCIA
EN PSICOANÁLISIS

Autora:
Paola Duchên

88 PÁGS.
900 PTS., 6 EUROS
9 US.

LEJANÍAS
Autora:
Paola Duchên

72 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
 6 US.

ECOS DE SILENCIO
Autor:
Manuel Rayón

72 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US.

NOCHE INTERIOR
Autor:
Fernando Ámez

64 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US.

MONÓLOGO
ENTRE LA VACA
Y EL MORIBUNDO
Autor:
Miguel Oscar Menassa

112 PÁGS.
900 PTS., 6 EUROS
9 US.

PSICOANÁLISIS
DE LA MATERNIDAD
2ª Edición
Autora:
Lidia Andino

96 PÁGS.
900 PTS., 6 EUROS
9 US.

CLAROSCURO
Autor:
Luis de Blas
Primer Premio de Poesía 
Pablo Menassa de Lucia

72 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US.

 

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FERIA DEL LIBRO DE MADRID
-EN EL PARQUE DEL RETIRO-
 NOVEDADES 2001

LA INEPTITUD
DE LOS VAMPIROS
Autora:
Lucía Serrano

 136 PÁGS.
 600 PTS., 4 EUROS
 6 US.

HOJAS DEBIDAS
Autor:
Emilio González

72 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US.

CARTAS A MI MUJER
Autor:
Miguel Oscar Menassa

88 PÁGS.
900 PTS., 6 EUROS
9 US.

DIÁLOGO
ENTRE EL LOCO
Y EL POETA
Autora:
Lucía Serrano

48 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US.

PSICOANÁLISIS
PARA MÉDICOS
Autor:
Carlos Fernández

112 PÁGS.
900 PTS., 6 EUROS
9 US.

INTERLUNIO
Autora:
Mª Rosa Puchol
Primer Premio de Poesía Pablo Menassa de Lucia

72 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US.

AGUA FRESCA
Autora:
Olga de Lucia Vicente

72 PÁGS.
600 PTS., 4 EUROS
6 US.


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