LAS 2001 NOCHES ÍNDICE DE NÚMERO 35 |
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EDITORIAL | LA POESÍA Y YO |
BUERO VALLEJO, FIGURA MAYOR DEL TEATRO DE TODOS LOS TIEMPOS | Miguel Oscar Menassa |
Leopoldo de Luis | DE LA MANO DEL AMOR |
ARMAS DE MUJER | María Chévez |
Pilar Iglesias | GENERACIÓN DEL 98 |
Rosa Puchol | Leopoldo de Luis |
Concepción Osorio | RENCOR MI VIEJO RENCOR |
Magdalena Salamanca | Norma Menassa |
EVA BUENOSAIRES | POESÍA CALLEJERA |
Norma Menassa | Stella Cino Núñez |
Marcela Villavella | SURCOS |
Alejandra Madormo | Rui Henríquez |
Inés Barrio | TIERRA DE AMANTES |
Ángela Cascini | Cler Deloupi |
POETA ASESINADO | LETRAS DE FUEGO |
Pablo Menassa de Lucia | Cruz Gonzalez |
ATRAVESANDO SOMBRAS | SI ME VIERAS |
Carlos Fernández | Jaime Icho Kozak |
PARA SEGUIR VIAJANDO | AL OÍDO DEL VIENTO |
Olga de Lucia Vicente | Alejandra Menassa |
NOCHES DE PIEL Carmen Salamanca | SOCIOS DE HONOR |
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BUERO VALLEJO, FIGURA MAYOR DEL TEATRO DE TODOS LOS TIEMPOS por Leopoldo de Luis |
Postguerra es una palabra compuesta no sólo por un prefijo que indica «después de» y un nombre dramático, es más profunda su composición. Vida y muerte, en airado sentido, la componen también y la sostienen represión y subsistencia, coacción y censura. Nunca una guerra deja indemnes a quienes atrapa ni a cuanto implica. También —claro— a la Literatura. La onda punitiva se expandió en dilatado lapso, y la vida adoptó formas peculiares. Hubo una forma de mirar, una forma de hablar, casi también una forma de respirar. Y de escribir. La Literatura es vida, y lo sufrió, pero sobrevivió. Una de las mayores injusticias cometidas por las generaciones subsiguientes, ha sido llamar desierto cultural a tan sufrida época. Es una falacia. La represión y la censura fueron una soga al cuello, pero no lograron ahogar. ¿Cómo puede considerarse estéril un período en que se ponen en pie la novelística de Cela, la poesía de Blas de Otero y el teatro de Antonio Buero? Y soy parco en la cita. Yo diría que el plan político-persecutorio falló, a la larga, en cuanto que produjo reacción del espíritu crítico y del afán testimonial. La literatura de los años cuarenta ofrece una vertiente comprometida con las realidades del momento. Como los árboles crecen orientándose hacia la luz solar, el escritor busca la luz de la libertad. Se produce una toma de conciencia y una posición defensiva de la dignidad humana. En tan conflictivo panorama epocal, aparece la figura señera de Buero Vallejo, un autor serio, importante: porque importar quiere decir llevar consigo. Un autor de asombrosa seguridad: se revela sin vacilaciones ni tanteos. Historia de una escalera nada más estrenarse se constituye en un hito del teatro español. Su producción siguiente preside medio siglo sin parangón desde los clásicos. El testimonio a partir del parpadeo costumbrista, lo existencial tomando la anécdota cotidiana, la insuficiencia física como espejo del desamparo del ser humano, la pugna angustiosa del individuo frente a la sociedad dominada por el poder, son factores intervinientes en la multiplicación del arte matemático —por su implacabilidad— de Buero. En su manejo expresivo, prevalece la manipulación del mito como conformador de una cultura. Buero sabe que los mitos condicionan aún el comportamiento humano. Sabe que cuanto tienen de ejemplo y de estimulación late en el subconsciente, hasta dar forma a comportamientos individuales y colectivos. Desde los intentos de salvación de las derrotas que infiere el tiempo, hasta el ansia de supervivencia de signo escatológico o la liberación de la injusticia por la revolución permanente. De
Cristo a Marx, de los dioses al líder carismático. El peso de lo
mítico gravita sobre las civilizaciones y el ser humano lo lleva
palpitando en su mundo psíquico. Son impresionantes las obras de Buero en las que mitos y símbolos actúan más o menos explícitamente. En la ardiente oscuridad, El concierto de San Ovidio, El tragaluz, La fundación. O aquellas que proyectan su lente observadora sobre páginas de la historia: El sueño de la razón, Un soñador para un pueblo, Las Meninas. No es el único cuadro de Velázquez que Buero toma como motivo, «La fábula de Aracne» —el que suele conocerse por «Las hilanderas»— da pie a Diálogo secreto. AVelázquez lo situaba Eugenio D’Ors como moviéndose entre la geometría y el lirismo, definición que no deja de irle bien a la dramaturgia de Buero. En la geometría del cuadro y en la geometría de la construcción dramática, viene la lírica del trasunto mítico a poner el espejo que va a devolvernos el pathos de culpabilidades subjetivas. Nunca es sencilla una obra de Buero: siempre se adensa en complejidades. El protagonista de Diálogo secreto confunde los colores, hace crítica subjetiva, se enfrenta con su hija y con su padre y lucha, al modo de Aracne, con el deseo de perfección. Aracne era una joven virgen de Lydia, hábil en primoroso tejer de tapices. Segura de su perfección, no tuvo miedo de desafiar a la misma Atenea, divina artesana, inspiradora de todas las artes, tejedora impar de las prendas nupciales de Hera, la esposa de Zeus. Todo bello bordado procedía de Atenea, pero Aracne quiso reclamar la identidad de su arte, aunque sin eludir el juicio de la diosa, que fue cruel. Nada de eso nos lo cuenta el autor de esta obra, pero está subyacente en el drama que nos plantea. Los dioses siempre han condenado a los mortales que se envanecieron de su propia perfección. Es el pecado de orgullo que hizo caer a Lucifer. Minerva no pudo soportar que Aracne tejiese un tapiz más hermoso que el suyo, y la némesis la fulminó. Aracne no llegó a ahorcarse, desesperada, porque la diosa, en el último momento, aflojó la cuerda para dejarla, eso sí, ya siempre colgada de un hilo, tejiendo su tela de araña. Dios aprieta, pero no ahoga. De un hilo tenemos todos colgada la vida, al fin y al cabo, aracnes de cada día, condenados por una Atenea que nos juzga desde nuestros ascendientes y hasta nuestros descendientes. Padre e hijos vigilan nuestros errores. Dicen que falseamos la realidad porque nuestros ojos no ven debidamente. Pero ¿quién ve debidamente? Nos enseñan a usar unos prismáticos y nunca vemos con los ojos libres sino con los cristales de un tiempo, una cultura. La humanidad ha caminado siempre a despecho de sus defectos ópticos. Los conflictos generacionales cobran pábulo en esas diferencias de visión. Salta el drama urdido por Buero porque la hija —la tercera generación— acusa el protagonista —la segunda generación— en aras de un rigor moral que enarbola el viejo revolucionario —generación primera de las tres enfrentadas—. Las únicas Minervas que pueden relegarnos a la condición de araña son las frustraciones y el autoengaño, aunque el drama lo llevemos en lo más intrincado de nuestro ser: en el cerebro. No en balde entre la duramater y la piamater, la tercera meninge se llama aracnoidea.
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Minerva se saldrá o no con la suya, pero Aracne debe seguir intentando su mejor tapiz, aunque una venganza injusta la torne una y mil veces araña. También se volvió insecto el hombre de las manos arácnidas de Franz Kafka. Pero el gusano tiene que tender a convertirse en mariposa, lograr alas, volar, según nos arenga desde sus parábolas el poeta León Felipe. Y Sísifo, ¿no bajó un día y otro por su piedra? Hay que buscar al «hombre rebelde», como quería Camus. De los griegos a Buero Vallejo, pasando por Velázquez, Aracne es un mito para vencer. Le comen-té esto —tras ver su obra— a Buero, y me respondió en una carta que guardo: «Si me hubiera abandonado a un criterio primario de lo trágico, hubiera llevado el personaje al suicidio, en vez de restituirlo a su vida torturada para intentar caminar todavía. Aracne, como tú dices insuperablemente, es un mito para vencer.» Me he detenido en uno de los mitos buerovallejianos por ejemplificar desde parcelas que más me conmueven. Pero otros motivos llevaron la mano del gran autor. Ahí están sus entradas en el teatro político, difícil y grave subgénero, dramáticamente legítimo. También lo ensayó Quevedo, aunque con talante diferente. O lo trató Valle-Inclán, aunque en clave esperpéntica. Buero, que era un penado por pertenecer a la zona republicana, y salía de la cárcel tras varios años de reclusión, hizo lo que ahora se llama «posibilismo».Denunciar sin que te denuncien o, dicho de otro modo: decir la verdad de forma que no cayera encima el palo de la censura y sus consecuencias. Así lo hicieron autores de otros géneros no menos testimoniales: la novela realista o la poesía social que yo antologicé. En todo caso, Buero que, desde el punto de vista de autor, nace como un milagro de la postguerra, muere ahora como una de las mayores figuras del teatro de todos los tiempos. Leopoldo de Luis AÑO 2000, PRIMERO DE MAYO, DÍA INTERNACIONAL DEL TRABAJO En uno de mis poemas de juventud llegué a decir: «No estoy maravillado por mi vida. Estoy arteramente sorprendido por mi vida» en ese momento (1976–1981), los pasajes más negros del exilio hacían verdadero mi decir. Lo que no pude saber en ese momento fue que, 25 años después, mi vida me volvería a sorprender arteramente. Hace 25 años, un cuarto de siglo, ninguna felicidad esperaba a un hombre que lo había abandonado todo para seguir viviendo. Fue, entonces, cuando fui atravesado por una frase del inmenso poeta cubano, José Martí: «La felicidad sólo puede hallarse en el camino del trabajo» y volví a tener ilusiones de ser feliz, podía producir con mi trabajo un poco de felicidad para mi pequeña familia. El sólo pensarlo me hacía feliz. Lo que no sabía hace 25 años era que a los trabajadores se los puede explotar de una manera absoluta, se los puede estafar impunemente. Y entonces fue cuando escribí: «No fui feliz Después, también, me dije: EN UNA SOCIEDAD JUSTA EL TRABAJO ES UN DON. Hacer dinero no sirve para nada. Lo importante para la humanidad es generar trabajo y para cuanta más gente mejor. Esa será toda nuestra riqueza, trabajar hasta casi morir y, aún, tendremos tiempo para el amor, la poesía, el dinero (si alguno lo deseara), la loca soledad de la vejez y esas conversaciones, absolutamente, cotidianas que entre nosotros, los poetas, han producido, también, el trabajo. Antes de conversar no sabíamos que el trabajo puede modificar la naturaleza de las cosas. De todas las cosas. Dios ¿acaso lo sería sin sus escritores? Hasta Dios sería justo si alguien lo escribiera. Y qué decir de las clases sociales que produjo el trabajo, cuando el mismo trabajo produjo el, aparente, desorden actual donde la gente, (intelectuales de todo tipo, locutores haciendo de maestros) ha llegado a pronunciar en voz alta y a publicar en grandes titulares: LAS CLASES SOCIALES NO EXISTEN. Y, por último, porque sé que me aman, me pregunto: ¿Qué sería del Inconsciente sin el trabajo de Freud, sin nuestro trabajo? Y la poesía, mentecatos, ¿qué sería la poesía sin el trabajo de los poetas? A ver ¿qué sería el mar, el inmenso mar, sin mi mirada? Vengan a mí los libros, es el mundo que amo. EL OBRERO INVISIBLE
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125.001 ejemplares: NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA |
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![]() Autor: Varios Autores 80 PÁGS.
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Rosa
Puchol
DONDE EL VACÍO ES ¿Qué soledad levanta sus torturados
brazos sin luna Cuán brusca soledad guardas en tus orillas. No te detengas, imperceptible agujero del tiempo. Del otro lado, donde el vacío es luna,
CONTEMPLO Parada frente a ti Tan cerca del precipicio de tus labios ¡Llámame! Por primera vez el honor La oportunidad de amarte. |
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CADENAS He albergado roncos temores Con acordes difuntos Sacudiendo mi destino Cayendo fecundo las lágrimas. El conjunto se ciñe |
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TODO FIN Todo fin me dispara a un comienzo, |
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![]() Autor: Varios Autores 80 PÁGS.
TODA LA NOCHE Toda la noche, el ruido del viento golpeaba las ventanas, |
Marcela
Villavella
EL MAR NO ES UN «Todo viaje comprende reservas
naturales Hay días que el mar El mar no es más que un pozo... El horizonte abre sus brazos Hoy el mar no se desnuda.
MISERABLES Cargué con pesadas aguas. |
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Alejandra
Madormo
EL LENGUAJE MÁS No hay soles, |
A LO PERDIDO Es al amor quebrado |
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206 PÁGS. |
![]() ![]() DEL AMOR Autora: 72 PÁGS. |
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Un paso al frente Sobresalir CRECIENDO ME FUI Creciendo me fui dando cuenta En principio comencé por cambiar Las palabras se unían unas a otras Matarse por amor. Envolverse en la tristeza Soñar y ser soñado Y el amor con tanta locura Después aún Los soles quietos giraban a su vez |
MUJER AMERICANA Te miraba Otras veces Música Te tiemblan las manos Como tus tierras Hoy gritaban los periodistas |
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Pensaba En el saber del emigrado, Tierra del sol sin costumbres lo cotidiano También sabemos que el futuro existe. Climas agrios y también En ese bordado Lo que habla. La que teje en hijos de futuro Al rescoldo |
![]() ![]() Autor: 72 PÁGS. LEOPOLDO DE LUIS POEMA DE AMOR ¿Vivir es ver pasar o es ver volver? Dejo sobre la mesa el libro. Miro por mi ventana, Está todo en silencio, mas palpita
DE PRONTO, En París, Cortada la corriente, Hay un mundo vulgar y mendicante, Diluviaba en París aquella tarde Cerraban el museo y me senté en el ala
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![]() ![]() Norma Menassa 80 PÁGS. 600 PTS., 6 US
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como si hubiese tragado sus intrigas, Sí, un alma femenina encerrada en su cuerpo, Perfumes, perfumes... Hizo todo lo que le fue posible La primera ecuación dejó miseria. Quedóse solo.
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RENCOR, MI VIEJO Vestía traje silenciado, azul con gris, La noche en su transcurso colaba el té de la tetera Salía de un matrimonio con tres hijos, Años sin poder renunciar a poseerla toda, Madre y mujer. Sí, a veces las odiaba de una manera tal Siempre la pensó con reina en jaque, |
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![]() ![]() Autora: 72 PÁGS. |
![]() ![]() Autor: 64 PÁGS.
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OPINIÓN EN FUGA Soles quietos agudeza crispada TIEMPO LUNAR Ardo en pétalos de sal deseando nobles escritos,
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PASOS Sobre estos papeles sucios
YA QUE HE DE Ya que he de morir |
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![]() Autor: 88 PÁGS. |
![]() ![]() Autora: 64 PÁGS. |
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SÓLO EL TIEMPO Sólo el tiempo perdido LA POESÍA Y SU VOZ A mi padre
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A TI «TORO SENTADO» «...Ninguno de nosotros lloró, Salí muy de mañana, el rostro fijo en la montaña La piel era de tierra, los pasos de gigante El ritmo frenético del tambor, Llovía aquella tarde sobre el indio, sobre la arena del desierto Dijeron que lloraba por los muertos de la guerra La herida de un pueblo maltratado, palabras que morían entre Moriré, lo sé, tras aquel valle enterraréis mis huesos |
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![]() ![]() Autor: 72 PÁGS. |
![]() ![]() Autor: 72 PÁGS. |
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EMPEDERNIDO ANIMAL Hay uno en mí, que ama Querer, Y sé Mas aún desconozco Insisto, empedernido animal, |
FUERA DE LOS DÍAS Fuera de los días y su noches Soy lo que puedas conmigo Rayos de luz en la confusión, Vidas detrás de una imagen |
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Autora: 72 PÁGS.
ENCRUCIJADA Cuenco de venas infartadas, Tragada, Ha muerto mi padre. Hasta aquí fui inmortal Resucito del largo letargo Un día volveré por las perdidas luces de la nada
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Autora: 72 PÁGS.
PALABRAS Palabras me decían, Y nací a las palabras como nacen Palabras me llevaron de la mano Palabras me empujaron, Y mientras escribía Palabras en la boca, Mi llanto puesto en letras, Palabras que se contonean Mi vida son palabras, ¿Cómo fue que caíste? ¿Fuiste mía? Fui casi tuya. Tuyo el aroma de mi cuerpo Tuyo el sonido de mi voz Se me olvidó la mueca Me buscaba sin encontrarme Todas las cosas, O quizá eran mis ojos, que ya nunca, |
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A ROSALÍA DE CASTRO ¡Hay arte! ¡Hay poesía...! Debe
haber cielo. ¡Hay Dios! Pequeña, atolondrada voz solitaria, Pequeña, te veo, hierro y mujer, ¡No abandonaremos la luz, Juego a disfrazarme de ti, Pequeña, acodada en el regazo de la nada, Ah, Rosalía, pequeña Hoy,
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