LAS 2001 NOCHES ÍNDICE NÚMERO 3

EDITORIAL PEDRO SALINAS REDES Y VIOLENCIAS
TUS MANOS Y LA MENTIRA LA VOZ A TI DEBIDA STÉPHANE MALLARMÉ
NOTAS DE DIRECCIÓN RAFAEL ALBERTI BRISAS MARINAS
PRESENTACIÓN DE ESTE NÚMERO ARION EUGENIO MONTALE
BALDOMERO FERNÁNDEZ MORENO AFORISMOS I TRAMONTANA
LA VACA MUERTA CONFUCIO DINO CAMPANA
MADRE, NO ME DIGAS FRESCORES MIGUEL OSCAR MENASSA
SESENTA BALCONES Y NINGUNA FLOR ROBERTO ARTL LA PATRIA DEL POETA
AFORISMOS SOCIOS DE HONOR ANTONIO PORCHA
JUAN CARLOS DE BRASI RAUL GUSTAVO AGUIRRE VOCES

EDITORIAL

TUS MANOS Y LA MENTIRA

Graves como las piedras,
Tristes como canciones de presidio,
Pesadas y macizas como bestias de carga,
Tus manos se parecen
           al rostro endurecido
               de los niños hambrientos.

Ágiles, laboriosas como abejas,
Pródigas como ubres desbordantes de leche,
Intrépidas lo mismo que la naturaleza,
Bajo su dura piel, tus manos guardan
           la amistad y el afecto.

No está nuestro planeta sostenido
por los cuernos de un buey:
 Tus manos lo sostienen...


    ¡Qué hombres, nuestros hombres!
 Los mantienen a fuerza de mentiras,
 Siendo que andan hambrientos,
 Faltos de carne y pan,
 y dejan este mundo, al que cargan de frutos,
 Sin poder verlos en la mesa propia
          ni siquiera una vez.

iQué hombres, nuestros hombres!
Sobre todo los de Asia, los de África,
          del Medio Oriente, del Cercano Oriente,
          Los de las tantas islas del Pacífico
          y los de mi país,
Es decir, mucho más del setenta por ciento
          de los hombres del mundo:
Están adormecidos, están viejos,
Siendo listos y jóvenes como lo son sus manos...

   ¡Qué hombres, nuestros hombres!
Ustedes, mis hermanos de América o Europa,
Tan alertas y audaces,
A quienes, sin embargo, los aturden
          lo mismo que a sus manos 
Y les mienten, 
          y los hacen marchar... 
   ¡Qué hombres, nuestros hombres!
Si mienten las antenas de las radios,
Si mienten las enormes rotativas,
Si miente el libro y mienten los afiches,
Si mienten los anuncios de los diarios,
Si mienten las desnudas piernas de las muchachas
          en el teatro y en el cine,
Si hasta mienten las canciones de cuna,
Si miente el sueño, si el pecado miente,
Si miente el violinista de la boite,
Si miente el plenilunio
         en las noches sin ninguna esperanza,
Si mienten la palabra,
         el color y la voz,
Si miente el que te explota,
         El que explota tus manos,
Si todo el mundo y todas, todas las cosas mienten,
         a excepción de tus manos,
Es para que tus manos siempre sean
         dóciles como arcilla,
         ciegas como la noche,
         idiotas como el perro del pastor,

Y para que jamás se subleven tus manos
Y para que no acabe jamás tanta injusticia
           -Ideal del traficante-
Sobre este mundo nuestro,
           este mundo mortal
Donde poder vivir
           sería lo mejor.

NAZIM HIKMET
 

NOTAS DE DIRECCIÓN


Debo reconocerlo, me gusta andar por caminos no del todo construidos. A veces me entretengo marcando con mis pasos los límites del camino. Otras me dejo deslizar por pasos anteriores, viviendo vidas ya vividas, porque no hay mejor.

    No es que yo no pude escribir esto o aquello. De todo lo que no escribí ya estaba escrito y como el que repite lo hecho jamás la encontrará, yo huía, prácticamente, huía, de todo pasado, de todo porvenir. Sólo me dediqué a los estallidos, a las frases sin tiempo. Otros lo intentaron, pero nadie mejor que yo para poner entre las palabras, un pedazo de carne, unos labios caídos para siempre. Poner entre las letras todo el poder de la palabra, su fuerza.

    Y no es que me vanaglorie de mi suerte, porque como tan- tos poetas casi únicos, yo también estoy condenado. Suspender el amor para poder cantarlo, para que en el futuro también se sepa amar, eso digo suspender el amor, es lo que más me duele.

    A veces me la paso encerrado en una pequeña vagina, intentando encontrar en el alma de alguna mujer alguna imperfección y no consigo nada. Su alma es perfecta pero ella no la conoce, tantas veces la entregó por amor que ya no es su alma.

   Después no es que esto me preocupe y me lleve toda la noche ya que, a veces, me lo digo con toda sinceridad, no sé si me interesa saber si la mujer tiene un alma bella, como tampoco me interesa saber si yo sigo siendo joven o ya algo he envejecido.

   A veces el aislamiento es mucho peor, me encierro varios meses adentro de algún libro. Soy uno a uno todos los personajes y todos los pensamientos de cada página, hay casos que tardo semanas en salir de una página.

   Mientras husmeo la salida, me entretengo pensando que como Aldo Pellegrini, yo pienso que existe una poesía oficial que está escrita por los más estúpidos y que solamente sirve para eso: generar estúpidos, conservarlos.

   Al asumir la idea-material de una revista de poesía como 2001 no sabía del todo que por fin me daría el gusto de encartar o descartar según mi gusto poético. No me daba, exactamente, cuenta que a partir de dirigir una revista así, con esas pretensiones, no podría publicar ni a los amigos, ni a los poetas conocidos, a menos que me partieran el corazón cuando los leyera.

   Como ejemplo de ese poder que yo mismo me atribuyo, más no sólo yo, hoy podría decir, para la realización de este número fueron descartados por no alcanzar el nivel: Juan Luis Cebrián, Polanco, los directores de Babelia, Rafael Montesinos, José Hierro, un tal Reyes de los cojones y no voy a seguir, porque no conviene descartar todo lo descartable de golpe, porque se puede llenar el mundo de basura. Que ya tenemos bastante pensado que si el gobierno actual sigue gobernando como lo vienen haciendo, nos esperan 20 años de dictadura democrática socialista y nunca un poeta sabe lo que es exactamente bueno para él aunque lo tenga más claro cuando se trata de la poesía.

 Había conseguido, por fin, llegar hasta lo más alto.

   Ser director de las 2001 noches, me permitía estar todo el día conversando con los mejores y para colmo yo, mismo, era el que decidía quienes eran los mejores.

   La verdad, nunca me había sentido tan bien en toda mi vida. Además no se por qué raros motivos el haber producido semejante idea me haría, por fin, llegar al dinero.

 Teniendo en cuenta que no he podido entrar, en 20 años, en ninguna de las trenzas literarias, periodísticas o sexuales/homosexuales, que se mueven en Madrid, ahora podría si lo quisiera tener mis opiniones, o pedir dinero a cambio de mi silencio, o podría reclamarle a Cebrián, que aprendió a escribir leyendo mis libros, algún porcentaje del dinero que recibe por el contrabando de estupidez.

   Y así sucesivamente, lo que me placiera. Los más grandes poetas de la historia de la humanidad, están a mi lado, no dejarán que me pase nada malo, y ellos, lo único que me piden es que yo defienda la poesía contra todo lo que la quiera domesticar: el diario el Pis, Polonoc, Cebrainm y cía, que quiere decir la academia de la linguae y todas sus extensiones, hasta los premios y esas cosas, que es cierto que nunca me han dado un premio, pero también es cierto que yo no sé si eso me haría bien o me haría mal.

  Así que, descartado el periodismo Amarino por ignorante, descartados los premios por que no son medida de nada, ahora lo único que me queda es agarrarme los huevos con las dos manos, despedirme, sencillamente, de lo que nunca amé y saludar a todos los nuevos amigos, con la promesa, por mi parte, de hacerlo lo mejor posible. De paso, ya que estoy y todos somos hombres cultos, a mí me parece más, enronado en la filosofía actual con que Savater. Y ANDÁ A CANTARLE A GARDEL.


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NOTICIA DE INTERÉS SANITARIO

Según la OMS, avalada por las conclusiones del último Congreso de Psiquiatría, realizado en Madrid, estamos todos un poco locos. Algunos un poco locos, el resto muy locos sin atención sanitaria de ningún tipo. Dice la OMS, sólo el1 % de los 1.500 millones de enfermos mentales recibe algún tipo de atención. No siempre la correcta (esto es un agregado mío).

    Estos motivos son el fundamento del V CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO sobre CLÍNICA PSICOANALÍTICA, para poder hacer llegar a toda la población, también a los médicos u otros profesionales de la salud, pero fundamentalmente a la población en general, con un lenguaje claro ya la vez preciso, todo lo que atañe al gran drama, que los gobiernos no pueden solucionar, de la enferme dad mental de los ciudadanos.

    Es decir, hablaremos sin trabas de las enfermedades mentales, el modo en que cada una de ella se produce, los métodos de diagnóstico y, dentro de lo posible, definir en principio los tratamientos más eficaces.

    A NOSOTROS NOS PARECIÓ LA NOTICIA MAS IMPORTANTE DEL AÑO.

    NO TE LO pierdas, si eres estudiante o algo parecido, por 10.000 pesetas puedes ver en vivo y en directo durante 5 días una verdad sobre la clínica psicoanalítica.

    Por las dudas los medios de difusión madrileños no se dan cuenta de la importancia de la noticia y además son un poco envidiosos, nosotros, la noticia, te la ofrecemos gratis, somos los organizadores del congreso.

    DEL 9 AL 13 DE JULIO DE 1997
EN EL HOTEL PRÍNCIPE DE VERGARA

INFORMES E INSCRIPCIÓN
    Teléfono: (91) 542 33 49 -Fax. 548 33 01

VIERNES, 14 DE MARZO, 21.00 H

Presentación de este número de las «2001 Noches»

Poetas invitados:
Nazim Hikmet, Baldomero Fernández Moreno,
Juan Carlos de Brasi, Pedro Salinas, Rafael Alberti, Confucio,
Raúl Gustavo Aguirre, Eugenio Montale, Dino Campana, Antonio Porchia;
en la voz del poeta Miguel Oscar Menassa.

  Después del recital, entre vinos como entre amigos, el poeta contestará por primera vez, en público, sobre su vida sexual, múltiple y privada, a representantes de los tres órganos de difusión escrita más importantes de Madrid.

BALDOMERO
FERNÁNDEZ MORENO


LA VACA MUERTA

Lentamente venía la vaca bermeja,
por el campo verde todo lleno de agua;
lentamente venía, los ojos muy tristes,
la cabeza baja,
y colgando del morro brillante
un hilo de baba.

  Enferma venía la buena, la única
de la pobre chacra.

  -¡Hazla correr, hombre!-
la mujer gritaba
al viejo marido--
¡si viene empastada!

  Y el viejo marido,
los brazos subía y bajaba,
y la vaca corrió como pudo,
los ojos más tristes, la cabeza baja.

Junto a un alambrado
salpicando el agua
cayó muerta la vaca bermeja
¡el viejo y la vieja lloraban!

   Y vino un vecino
con una cuchilla afilada,
y en el vientre redondo y sonoro
dio otra puñalada.

  Un poco de espuma
de un verde muy claro de alfalfa,
surgió por la herida, y el docto vecino,
después de profunda mirada,
acabó sentencioso: la carne está buena,
hay que aprovecharla.

   Los cielos estaban color de cenizas,
el viejo y la vieja lloraban...


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MADRE NO ME DIGAS 

Madre, no me digas:
-Hijo, quédate
cena con nosotros
y duerme después...

Estas flaco y pálido, 
me haces padecer.
Cuando eras pequeño 
daba gusto ver
tu cara redonda
tu rosada tez...

Yo a Dios rogaba
una y otra vez
que nunca se enferme,
que viva años cien,
robusto, rosado,
gallardo doncel
le vean mis ojos
allá en la vejez.
Que no tenga ese aire
de los hombres que
se pasan la noche
de café en café...
Dios me ha castigado.
¡Él sabrá por qué!

Madre, no me digas:
-Hijo, quédate...
La calle me llama
y a la calle iré...

Yo tengo una pena
de tan mal jaez,
que ni tú ni nadie
puede comprender,
y en medio a la calle
¡me siento tan bien!

¿Qué cuál es mi pena?
¡No sé yo cuál es!
Pero ella me obliga
a irme, a correr,
hasta de cansancio
rendido caer...

La calle me llama
y obedeceré...
Cuando pongo en ella
los ligeros pies,
me lleno de rimas
sin saber por qué...

La calle, la calle
¡loco cascabel!
La noche, la noche,
¡qué dulce embriaguez!

El poeta, la calle, la noche,
se quieren los tres...

La calle me llama,
la noche también...

Hasta luego, madre,
¡voy a florecer!

 

 

SETENTA BALCONES
Y NINGUNA FLOR

Setenta balcones hay en esta casa,
setenta balcones y ninguna flor...
A sus habitantes, Señor ¿que les pasa?
¿Odian el perfume, odian el color?

La piedra desnuda de tristeza agobia,
¡dan una tristeza los negros balcones!

¿No hay en esta casa una niña novia?
¿No hay algún poeta bobo de ilusiones?

¿Ninguno desea ver tras los cristales
una diminuta copia de jardín?
¿En la piedra blanca trepar los rosales,
en los hierros negros abrirse un jazmín?

Si no aman las plantas, no amarán el ave,
no sabrán de música, de rimas, de amor...
-Nunca se oirá un beso, jamás se oirá una clave.
i Setenta balcones y ninguna flor!

AFORISMOS

JUAN CARLOS DE BRASI

-La queja es una acción cuya finalidad es evitar la acción.

 -La sublimación no es sólo una pasión costosa o exquisita, también podría ser un elemento básico de la salud pública.

 -El «enano fascista» es un anti-ser detenido en su crecimiento, que tiende a igualar todo por abajo, acorde con su propia medida. A él se le debería oponer el «hombre alegre», el irrealizado, el que avanza desde un futuro singularmente imperfecto.

-La envidia es una plaga sentimental. Se desconoce el método para fumigarla, por eso se la ha convertido en la envidia de las langostas, de las cuales se sospecha que no tienen sentimientos.

-La consigna: combate la mediocridad desde niño, si es posible en tus mismos padres. Los mediocres en su juventud son molestos. En su vejez, peligrosos.

-¿Una imagen de talento perdurable? El salmón.

-Las ideas confesadas en público, son en sí mismas espectáculos. No soportan refutación alguna, sólo requieren audiencia.

-¿Una canallada en el lenguaje? La verán siempre impulsada por el inmoral estilete universal, «todos somos...».

-El «hecho consumado» es la cara simétrica y pasiva de un activo «consumo de hechos».

-Hemos opinado sobre todo y todos. y todo sigue estando ahí, quieto insistiendo en lo peor. Pero, eso si hemos constatado nuevamente la misma cosa: las opiniones son como el culo, todos tenemos.

-La opinión en el mundo actual no es un vehículo democrático. Se recaba, se compulsa la opinión (pública por lo cuantitativa) para que la gente se exprese. Así, de «expresión» en «expresión» todo termina equivaliendo a cero. Diez en expresi6n, cero en participaci6n. Esto indica que la opinión antes de ser democrática es «mediática»

 -La disculpa (en cuanto impunidad institucional) es un acto doble e innoble. Desrresponsabiliza y naturaliza la culpa.

-El hombre es el único animal capaz de hacer promesas. Pero una promesa es la obligación de cumplirla. Por eso el hombre es el único animal, a la vez, capaz de prometer hacer daño. y esto no es una promesa.

-La gente, en estos presuntos «buenos aires», parece marchar hacia la guerra. No camina con rostro de ciudadano, sino con cara de estrategia.

-El neoliberalismo no trata de reducir o achicar el estado del cual ha vivido a rabiar, sino que impulsa una metáfora mucho más peligrosa: desea que el estado y la sociedad se vuelvan impensables, para que el mercado sea el único pensamiento verdadero.

-Se habla frescamente de «libre competencia», «libre mercado», etc., como si en la competencia mercantil se jugara alguna libertad.

 -Las instituciones tienen su propio erotismo, su ciclo. El reglamento es su forma específica de menstruar.

-Si la religión fuese realmente el «opio de los pueblos», aquella podría ser acusada de tráfico de drogas.

-A veces siento ese agotamiento que viene de alguna actividad. Muchas otras ese cansancio que me ataca desde el esqueleto.

-La Argentina es un país cuyo futuro está muy por detrás de su pasado. Esto en el presente.

-Los ¡no! a esto o aquello de las dietas alimenticias, tienen más ramificaciones de las sospechadas, con los diversos ¡no! de los organismos educativos y culturales.

-Los pensamientos son cabellos que caen hacia adentro.

-Ese animal pulsional, pensante, lúdico, faber, o como se lo quiera llamar en singular, es un animal que pregunta. Pero no debemos olvidar la inversa, que la pregunta debe encontrar a su animal. De otro modo queda como un simple signo de interrogación aislado de su acto.

-El neoliberalismo achicó tanto el estado y su capacidad de representación, que los «representantes del pueblo» se han ceñido a la representación de sus estados... de ánimo.

-Lo que en general se denomina pornografía no es otra cosa que ascetismo invertido.


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PEDRO SALINAS


LA VOZ A TI DEBIDA

-FRAGMENTOS-

No, no dejéis cerradas
las puertas de la noche, 
del viento, del relámpago,
la de lo nunca visto.
Que estén abiertas siempre
ellas, las conocidas.
y todas, las incógnitas,
las que dan
a los largos caminos
por trazar, en el aire,
a las rutas que están
buscándose su paso
con voluntad oscura
y aún no lo han encontrado
en puntos cardinales.
Poned señales altas,
maravillas, luceros;
que se vea muy bien
que es aquí, que está todo
queriendo recibirla.
Porque puede venir.
Hoy o mañana, o dentro
de mil años, o el día
penúltimo del mundo.
Y todo
 tiene que estar tan llano
 como la larga espera.
..................................
¡Si me llamaras, sí,
si me llamaras!

Lo dejaría todo,
todo lo tiraría:
los precios, los catálogos,
el azul del océano en los mapas,
los días y sus noches,
los telegramas viejos
y un amor.
Tú, que no eres mi amor,
¡si me llamaras!

Y aún espero tu voz:
telescopios abajo,
desde la estrella,
por espejos, por túneles,
por los años bisiestos
puede venir. No sé por dónde.
Desde el prodigio, siempre.
Porque si tú me llamas
¡si me llamaras, sí, si me llamaras!-
será desde un milagro,
incógnito, sin verlo.
Nunca desde los labios que te beso,
nunca
desde la voz que dice: «No te vayas».
.................................
«MAÑANA». La palabra
iba suelta, vacante,
ingrávida, en el aire,
tan sin alma y sin cuerpo,
tan sin color ni beso, 
que la dejé pasar
por mi lado, en mi hoy
Pero de pronto tú
dijiste: «Yo, mañana...» 
y todo se pobló
de carne y de banderas.
Se me precipitaban
encima las promesas
de seiscientos colores, 
con vestidos de moda
desnudas, pero todas 
cargadas de caricias. 
En trenes o en gacelas
me llegaban -agudas,
sones de violines-
esperanzas delgadas
de bocas virginales.
O veloces y grandes
como buques, de lejos
como ballenas 
desde mares distantes 

inmensas esperanzas 
de un amor sin final.
¡Mañana! Qué palabra 
toda vibrante, tensa
de alma y carne rosada,
cuerda del arco donde
tú pusiste, agudísima,
arma de veinte años,
la flecha más segura
cuando dijiste: «Yo...»

Y súbita, de pronto,
porque sí, la alegría.
Sola, porque ella quiso,
vino. Tan vertical,
tan gracia inesperada,
tan dádiva caída,
que no puedo creer
que sea para mí.
Miro a mi alrededor,
busco. ¿De quién sería?
¿Será de aquella isla
escapada del mapa,
que pasó por mi lado
vestida de muchacha,
con espumas al cuello, 
traje verde y un gran
salpicar de aventuras?
¿No se le habrá caído
a un tres, a un nueve, a un cinco
de este agosto que empieza?
¿ O es la que vi temblar
detrás de la esperanza,
al fondo de una voz
que me decía: «No» ?

Pero no importa, ya.
Conmigo está, me arrastra.
Me arranca del dudar.
Se sonríe, posible;
toma forma de besos,
de brazos, hacia mí;
pone cara de mía.
Me miré, me iré con ella
a amarnos, a vivir
temblando de futuro,
a sentirla de prisa,
segundos, siglos, siempres,
nadas. y la querré
tanto, que cuando llegue
alguien 
-y no se le verá,
no se le han de sentir
los pasos- a pedírmela 
(es su dueño, era suya),
ella, cuando la lleven,
dócil, a su destino,
volverá la cabeza 
mirándome. y veré
que ahora si es mía, ya.
..........................
¡Ay!, cuántas cosas perdidas 
que no se perdieron nunca.
Todas las guardabas tú.

Menudos granos de tiempo,
que un día se llevó el aire.
Alfabetos de la espuma, 
que un día se llevó el mar. 
Yo por perdidos los daba. 

Y por perdidas las nubes
que yo quise sujetar
en el cielo ,
clavándolas con miradas. 
Y las alegrías altas 
del querer, y las angustias
de estar aún queriendo poco, 
y las ansias
de querer, quererte, más.
Todo por perdido, todo
en el haber sido antes, 
en el no ser nunca, ya. 

Y entonces viniste tú
de lo oscuro, iluminada
de joven paciencia honda,
ligera, sin que pesara
sobre tu cintura fina,
sobre tus hombros desnudos,
el pasado que traías
tú, tan joven, para mí.
Cuando te miré a los besos


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vírgenes que tú me diste,
los tiempos y las espumas,
las nubes y los amores
que perdí estaban salvados.
Si de mí se me escaparon,
no fue para ir a morirse
en la nada,
En ti seguían viviendo.
Lo que yo llamaba olvido
eras tú.

        ................................

¡Qué probable eres tú!
Si los ojos me dicen,
mirándote, que no,
que no eres de verdad,
las manos y los labios,
con los ojos cerrados,
recorren tiernas pruebas:
la lenta convicción
de tu ser va ascendiendo
por escala de tactos,
de bocas, carne y carne.
Si tampoco lo creo,
algo más denso ya,
más palpable, la voz
con que dices: «Te quiero»,
lucha para afirmarte
contra mi duda, Al lado
un cuerpo besa, abraza,
frenético, buscándose
su realidad aquí,
en mí, que no la creo;
besa
para lograr su vida
todavía indecisa,
puro milagro, en mí.
Y lentamente vas
formándote tú misma,
naciéndote,
dentro de tu querer,
de mi querer, confusos,
como se forma el día
en la gran duda oscura.
Y agoniza la antigua
criatura dudosa
que tú dejas atrás,
inútil ser de antes,
para que surja al fin
la irrefutable tú
desnuda Venus cierta,
entre auroras seguras,
que se gana a sí misma
su nuevo ser, queriéndome.

PERDÓNAME por ir así buscándote
tan torpemente, dentro
de ti.

      ...........................

DIME, ¿por qué ese afán
de hacerte la posible,
si sabes que tú eres
la que no serás nunca?
Tú a mi lado, en tu carne,
en tu cuerpo, eres sólo
el gran deseo inútil
de estar aquí a mi lado
en tu cuerpo, en tu carne.
En todo lo que haces,
verdadero, visible,
no se consuma nada,
ni se realiza, no.
Lo que tú haces no es más
que lo que tú querrías
hacer mientras lo haces.

Las palabras, las manos
que me entregas, las beso
por esa voluntad  
tuya e irrealizable 
de dármelas, al dármelas. 
y cuanto más te acercas 
contra mí y más te estrechas  
contra el no indestructible 
y negro, más se ensanchan 
de querer abolirlas, 
de afán de que no existan, 
las distancias sin fondo 
que quieres ignorar 
abrazándome. Y siento 
que tu vivir conmigo 
es signo puro, seña, 
en besos, en presencias 
de lo imposible, de
tu querer vivir 
conmigo, mía, siempre. 

TE busqué por la duda:
no te encontraba nunca. 

Me fui a tu encuentro
por el dolor.
Tú no venías por allí.

Me metí en lo más hondo
por ver si, al fin, estabas.
Por la angustia,
desgarradora, hiriéndome.
Tú no surgías nunca de la herida.
y nadie me hizo señas
-un jardín o tus labios,
con árboles, con besos-;
nadie me dijo
-por eso te perdí-
que tú ibas por las últimas
terrazas de la risa,
del gozo, de lo cierto.
Que a ti se te encontraba
en las cimas del beso
sin duda y sin mañana.
En el vértice puro
de la alegría alta,
multiplicando júbilos
por júbilos, por risas,
por placeres.
Apuntando' en el aire
las cifras fabulosas,
sin peso, de tu dicha.

A ti sólo se llega por ti. 
Te espero.

        ................................

¿ Y si no fueran las sombras
sombras? ¿Si las sombras fueran
-yo las estrecho, las beso,
me palpitan encendidas
entre los brazos-
cuerpos finos y delgados,
todos miedosos de carne?

¿ y si hubiese
otra luz en el mundo
para sacarles a ellas,
cuerpos ya de sombra, otras
sombras más últimas, sueltas
de color, de forma, libres
de sospecha de materia;
y que no se viesen ya
y que hubiera que buscarlas
a ciegas, por entre cielos,
desdeñando ya las otras,
sin escuchar ya las voces
de esos cuerpos disfrazados
de sombras, sobre la tierra?

¿LAS oyes cómo piden realidades,
ellas, desmelenadas, fieras,
ellas, las sombras que los dos forjamos 
en este inmenso lecho de distancias? 
Cansadas ya de infinidad, de tiempo
sin medida, de anónimo, heridas
por una gran nostalgia de materia,
piden límites, días, nombres.
No pueden
vivir así ya más: están al borde
del morir de las sombras, que es la nada. 
Acude, ven conmigo.
Tiende tus manos, tiéndeles tu cuerpo. 
Los dos les buscaremos
un color, una fecha, un pecho, un sol. 
Que descansen en ti, sé tú su carne.
Se calmará su enorme ansia errante, 
mientras las estrechamos
ávidamente entre los cuerpos nuestros 
donde encuentren su pasto y su reposo. 
Se dormirán al fin en nuestro sueño 
abrazado, abrazadas. Y así luego,
al separarnos, al nutrirnos sólo
de sombras, entre lejos,
ellas
recuerdos ya, tendrán pasado
de carne y hueso,
el tiempo que vivieron en nosotros.
y su afanoso sueño
de sombras, otra vez, será el retorno
a esta corporeidad mortal y rosa
donde el  amor inventa su infinito.


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RAFAEL ALFERTI


ARION

VERSOS SUELTOS DEL MAR
A Bautista Saint lean

1

¡EL RITMO, mar, el ritmo, el verso, el verso!

 2

 DALE a mi verso, mar, la ligereza,
 la gracia de tu ritmo renovado.

 3

Yo SOY, mar, bien lo sabes, tu discípulo.
iQue nunca diga, mar, que no eres mi maestro!

4

CANTAN en mí, maestro mar, metiéndose
por los largos canales de mis huesos,
olas tuyas que son olas maestras,
vueltas a ti otra vez en un unido,
mezclado y solo mar de mi garganta:
Gil Vicente, Machado, Garcilaso,
Baudelaire, Juan Ramón, Rubén Darío,
Pedro Espinosa, Góngora... y las fuentes
que dan voz a las plazas de mi pueblo.

5

ME SIENTO, mar, a oírte.
¿Te sentarás tú, mar, para escucharme?

6

TIENES la vanidad, el ancho orgullo
de saber que mis versos son siempre para ti.

7

TE VAS dejando playa, tierra que te ha tenido. 

8

NADIE en tu corazón, nadie en tu vientre. 

9

EQUIVOCADO, el mar suelta una golondrina.

10

ROMPE el mar tamarindos en su espuma. 

11

JUAN el Marino: Venta de humilde mar varado. 
Venta de pobres vientos,
de modestos crepúsculos,
de albas arruinadas.

12

PLEAMAR silenciosa de mis muertos.
Ellos, quizás, los que os estén limando,
rubias rocas distantes.

13

SI TE escucharas, mar, si tu lenguaje
pudiera, mar, ser otro,
¿qué palabras dirías?

14

DE TODOS modos, mar, suenas al mismo
y sigues pareciéndote a tu primer retrato.

15

MAR, a veces, sentada no se sabe en qué asiento.

16

SE VE que, aunque quisieras,
mar forzudo, no puedes.

17

YACE aquí el mar. Ni él mismo
supo jamás el número de olas
que deshizo su sueño.

18

YACE aquí el mar. Hubiera
querido ser marino desde niño.

19

YACE el mar. Nadie tuvo,
como él, una caja
clavada con estrellas.

20

YACE aquí el mar. La muerte
sentada está mirándolo en la orilla.

21

YACE aquí el mar. Debiera
yacer también sobre su tumba el cielo.

22

MURIÓ el mar. No tenía
para el amor más fuerza que la que tiene un niño.

23

¿QUIÉN será, mar, capaz de escribir tu epitafio?

24

 QUIERO, mar, que en mi día,
 que en esa misma hora,
 te mueras tú también.

25

 CADA mañana, el mar echa los dientes.

26

 Hoy, mar, amaneciste con más niños que olas. 

27

 Sí, MAR, lo sé, tú eres, para mí, la otra orilla.

28

 No ME dijiste, mar, mar gaditana,
 mar del colegio, mar de los tejados,
 que en otras playas tuyas, tan distantes,
 iba a llorar, vedada mar, por ti,
 mar del colegio, mar de los tejados.

29

TE METÍ desde niño, chica mar, en mi frente,
 y allí fuiste creciendo en oleaje,
 hasta hacerte mujer
 y hombre a un mismo tiempo.

30

DE NIÑO, yo quería patinar por tus olas,
mar del sur, imposible al corazón de yelo.

31

 DE NIÑO, mar, ¿no sabes?
yo te pintaba siempre a la acuarela.

32

DE PRONTO, el mar suelta un caballo blanco...
y se queda dormido.

33

ERES, de pronto, mar, igual que una sirvienta
vieja, gruñona y dulce, que tenía mi madre.

34

LA ARENA, caliente.
Heladas, las olas.
Los que se murieron,
hoy, mar, no te nombran.

35

FEROCES leones.
Furiosos caballos.
Mas si son de espuma,
¿quién podrá domarlos?

36

ME ASOMÉ a ver el mar. Y vi tan sólo
una mujer llorando
contra el cuarto menguante de una luna creciente.

37

TE ANDUVE, mar buscando
esa inmortal sonrisa...
pero no la encontré.

38

RONCO, y hasta sin voz, de escupir muertos.

39

TE SALISTE de ti, llevándote la playa...
Pero te horrorizaste de ti mismo, volviendo.

40

¿QUÉ estás pensando, mar, de los veraneantes?

41

¿TE GUSTARÍA, mar, montarte en bicicleta
darte un largo paseo por las ramblas,
alquilar luego una sombrilla verde
y tumbarte en la playa,
como una mar cualquiera,
a descansar del baño?

42

 DESPUÉS de todo, mar, una cerveza
 te vendría muy bien bajo las lonas
 rayadas de estos toldos.

43

TE LLEVARÍA en sulky al blanco parador
de los techos de palma,
si no supiera, mar, que en el camino
nos tirarías, bonito, en la cuneta.

44

SABES, mar, que los juncos,
de delgados, te temen
y que al verte venir se doblan de cintura,
mar, para que no puedas cortarlos con tus dientes.

45

SI TE llamara Aitana y además te pidiera:
No te mojes los pies,
mar, ¿me obedecerías?

46

¿QUÉ buscan en ti, mar, qué es lo que quieren
estas locas hormigas de los médanos?
¿Pensarán, mar, sacarte de tu sitio
para hacer con tus olas una casa,
una mina de vientos y de música?

47

LA GAVIOTA piensa, reflejada
en un trozo de espejo
que el mar tiró en la orilla:
-Yo soy el mar. ¡EI mar!
Su espuma mensajera.

48

VIVIR en pleamar, seguir viviendo...
 


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49

 NUNCA morir en bajamar, no, nunca...

50

YO SÉ que tengo, mar, obligaciones
 contigo, mar, que debo
 recordar ciertas cosas...

51

Hoy, por ejemplo, mar, nos convendría,
tanto a ti como a mí,
hablar de nuestros muertos.

52

¿SERÁ posible, mar, que cualquier noche
puedan mis enemigos secuestrarte?

53

No ME contagies hoy de esa desgana
tan tuya, mar, y menos de esas olas,
mar, de hombros caídos.

54

QUIERO sólo mirarte, mar, tu rostro de niño,
tu agilidad eterna de muchacho.
Para cuando ni pueda conocerte,
deja tu rumorosa
hermosura de anciano.

55

DE LEJOS, tiene el mar conversación de bosque.
¿Tiene el bosque en su umbría conversación de mar?

56

MAR, frente a ti he echado ¡ay! las primeras canas.

57

A VECES, sabe el mar a desconsuelo,
a desesperanzadas nostalgias, 
a infinita certidumbre de no poder dejarlo.

58

SABE también el mar a niño solo,
niño chico que pide de comer a su madre.

59

Y COMPROBÉ también que el mar sabía
a desesperación de mujer esperando.

60

OTRAS tardes, el mar tiene gusto a familia
asomada a la playa.

61

Y EN la noche, de pronto, diríase que el mar
tiene sabor a encías sin descanso.

62

SIN más remedio, mar, sin más remedio,
dices hoy golpeándome en la frente.

63

¡SI ME dijeras, mar, la suerte que me aguarda
a mi regreso a Europa!

       64        

SÍ, yo era marinero en tierra de marinos.

65

ESPERO siempre, mar, que arrojes algo
que no sea una perla,
un pez, un hombre ahogado..

66

SE TE acerca la hora de la siesta,
mar humano, y no sabes
disimular que tienes algo de campesino.

67

VI a Galatea, mar, enamorada
por las playas de América.

68

¡CON QUÉ pasión hoy complicaba el mar,
a las doce, la tabla
de multiplicar!

69

DAME la ingenuidad, mar, que de pronto
sinceramente tienes.

70

PIENSO, mar, que la tierra
no puede devolverte
un rumor tan dichoso como el tuyo.

71

¿QUÉ estás pensando, mar?
                            -Pienso que hoy
me gustaría serlo plenamente.

72

DE PRONTO, el mar se queda sin sintaxis,
confundiendo los nombres con los verbos.

73

HUYE el mar, doloridas las espaldas, 
oyéndosele luego llorar desconsolado,
como niño sin postre en una carbonera.

74

¡OH MAR de los encuentros espantables!
Me estás hablando ahora en alemán
con palabras inglesas.

75

COMPRUEBA antes de hablar del mar si todavía 
eres capaz de hacer subir de ti la espuma.

76

DEJÓ el mar al marcharse por la playa
claras huellas de signos varoniles.

77

SE MORÍA la mar aquella tarde
porque alguien la tratara en masculino.
 

78

HOY la mano del mar hizo al rozarte
saltar de ti la hija de la espuma.

79

LLEGA la urraca cerca,
cerquita de la mar.
Pero el mar no se deja
Di querer ni robar.
Ni siquiera tan sólo
para volar.

80

DEBIERAS, mar, a veces, oler a mal tabaco.

81

ME EMBORRACHO de ti, mar, y camino
entre mares beodos, luego, a tientas.

82

¡QUIÉN me diera en la vida siempre tiempo
para nunca perderme -ioh mar de por la tarde!-
tu transfiguración!

83

EL MAR, cuando te abraza,
sabe bien que es el padre de la espuma.

84

TE SALEN barcos, barcos temerosos,
de todas partes, mar,
pero, al fin, ¡barcos!

85

No QUIERO trasladarte mi dolor, escribiendo:
Aquel pueblo no tuvo aquella tarde
pañuelo que la mar no se llevara.

86

¡QUE yo la vea, mar, que yo la vea
ya espiga, contra ti, bellos los hombros,
y que cuando ni pueda susurrarle ¡Hija mía!,
se lo repitas tú, mar, recordándome!

87

QUISIERA, mar, que tú
le fueras cambiando
poco a poco, los ojos.

88

Es TAN niña, tan niña, torpona mar, que tengo
a pesar de las pruebas de amistad que me has dado,
miedo de que la lleves de la mano tan sólo.

89

¡QUÉ dolor infinito, mar, el día
que irremediablemente
tenga yo que aumentar con mis ojos tus aguas!

90

PRONTO, mar, romperás en las orillas
tus árboles de otoño.

91

DEJARÁS por las playas tus hojas amarillas
entre tu corazón de enamorado.

92

TE ESTÁS durmiendo, mar. También querría 
dormirme al par que tú,
mar, para no mirarte
ni hablar de ti un momento.

93

CUANDO crezcas, Aitana,
le enseñarás al mar Astronomía.

94

ME HAN distraído, mar, me han alejado
estos días de ti,
tanto, que ni he podido
escribirte una carta.

95

¡QUÉ feliz era, mar! Llegué a creerme
hasta que yo era tú y que me llamaban
ya todos con tu nombre.

96

GRITABAN: ¡Rafael!
                                y hasta podía 
sostener en mi espalda los navíos.

97

ME EXTRAÑA, mar, que ahora,
al cabo de los años,
me preguntes lo mismo exactamente.

98

DISTANCIADO de ti, miro los libros,
paso y repaso hojas,
viendo, mar, que en algunas
te pareces al mar que ambos queremos.

99

LLEGUÉ a la casa, mar. Y fue mi asombro 
encontrarte sentado en las butacas,
verte saltar del plato a las botellas, 
pretextando a la noche cansancio y abandono 
para ni concederme la mitad de mi lecho.

100

ABRÍ la puerta. El mar
con tanta confianza entró en la alcoba,
que ni el perro al mirarlo inquietó las orejas. 

101

SIÉNTATE, mar, y vamos
a contarnos la vida a la luz de la lámpara.

102

AHORA súbete, mar, a la azotea,
mientras que yo me tiendo en tu horizonte 
para que me divises desde lejos.

103

¿NUNCA, mar, has pensado ser veleta
para advertirte el rumbo de los vientos?


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104 

«NIEBLA» llegó a aquel mar. Y a sus ladridos 
se le llenó de espigas y amapolas. 

105 

ERA hermoso ser ola,
ser crecido oleaje de aquel pueblo.

106

Hoy, mar, triste ola suelta,
desterrada del mar, sin pleamares.

107

MIRANDO al sol le veo
su verdadero rostro,
mar, lo mismo que el tuyo.

108

SÍ, YO era muchedumbre... Entre sus olas,
igual, múltiple mar, que entre las tuyas,
era una sola voz la que sonaba.

109

SIEMPRE dispuesto, mar, a ver sirenas...

110

SI A TI, mar, te arrancaran de tu sitio,
descuajaran a hachazos de tu pueblo;
si ya como lenguaje te quedara
tu propia resonancia repetida;
si ya no fueras, mar, mar para nadie,
mar ni para ti mismo,
perdido mar hasta para la muerte...

111

¿PASARÁS tú, mar pálido, algún día,
también la última hoja,
viendo espantado al arribar al índice
las páginas y páginas ya idas?

AFORISMOS I

CONFUCIO

-El hombre que conserva vivo lo viejo y sabe reconocer la novedad, ese, llegado el caso, puede enseñar. 
-Confucio dijo: La investigación de los hechos falta de pensamiento es una pura trampa y un enredijo; el mero pensamiento sin datos suficientes, una temeridad.
-Dijo: Limitarse a combatir sistemas falsos te perjudica.
-Ver la justicia y no actuar con ella es cobardía.
-Dijo: Están arriba sin magnanimidad, participan en los ritmos sin reverencia, van a los funerales 'sin compasión, ¿por qué ocuparme de esa gente?
-El hombre cabal se ocupa de examinar su conciencia y actuar de acuerdo con ella; el mediocre se ocupa de sus propiedades, el hombre superior, de la legalidad, el hombre insignificante, de conseguir favores.

Dijo: No preocupado de perder el puesto, sino de estar capacitado para desempeñarlo; no preocupado por ser desconocido, sino por hacer algo digno de conocerse.

-Dijo: El hombre cabal entiende la equidad; el insignificante, su ganancia.

-Dijo: Ning Wu se comportaba como un sabio cuando el país estaba bien gobernado, y cuando el país se encontraba en el caos se conducía como un simple rústico, uno puede alcanzar aquella sabiduría, pero no esta simplicidad.

       -Dijo: Hui tenía verdadero talento. Una escudilla de arroz, una tacita de agua un cuarto en una callejuela infame, otros
    no habrían soportado. Hui continuaba gozando (de la vida) sin cambiar, tan sólido era su talento.
       -Dijo: Se puede hablar de las mejores cosas con los que están por encima de la mediocridad; con mediocres o menos que mediocres no se puede.
       -El hombre cabal procura formarse para formar a otros, ser inteligente para hacer inteligentes a otros.
       -Dijo: El despilfarro no es una norma para herederos; la parsimonia es sólo propia de la obstinación; pero mejor ser obstinados que romper la línea de la posteridad.
       -Tres cosas honra un caballero en su modo de proceder: que para actuar con energía se mantenga una calma exterior tan alejada de la insolencia como del servilismo; que la expresión del rostro guarde correspondencia con lo que se dice, y que el espíritu de lo que se dice no suponga mezquindad ni doblez.
        -Cuando un Estado funciona bien, la pobreza y el desprestigio son motivos de vergüenza; cuando un Estado está en desbarajuste (i. e. mal gobernado, bajo un gobierno corrompido), la riqueza y los honores son la vergüenza.
        -Tuvo deseos de vivir con los salvajes.
        Alguien le dijo: Son rudos, vulgares, ¿cuál es tu idea? El dijo: Si un hombre civilizado viviera con ellos, ¿cómo podrán seguir así?
        -Hubo un incendio en los establos cuando andaba en la corte y dijo: ¿Alguna desgracia? , sin preguntar por los caballos.
        -Cuando Yen Yuan murió, Confucio dijo: El cielo me destruye, el cielo me destruye.
        -Sze-ma Niu preguntó sobre la palabra caballero (chun tzu) . El dijo: El caballero no tiene melancolías ni temores.
        (Niu) dijo: Si se examina (no encuentra) nada malo (enfermo), ¿por qué ha de tener melancolías y temores?
        -Dijo: Con gobiernos honrados en una generación se produciría la consiguiente humanización del pueblo.
         -El hombre cabal se expresa amablemente, pero no es como cualquier otro. El hombre insignificante es como todo mundo pero no es agradable.
        -Dijo: Mandarlos a la guerra sin entrenar es perderlos.
        -Hsien preguntó qué es vergonzoso. El dijo: Cuando el país tiene un buen gobierno, pensar sólo en el sueldo; cuando el país tiene un gobierno malo, pensar sólo en el sueldo: eso es lo vergonzoso.

Traducido por Ezra Pound

Donaciones, sugerencias
y correspondencia:
Ferraz,  22 -  2º izq.
28008 Madrid
Escuela de Poesía y Psicoanálisis 
Grupo Cero
Tel: 91 542 33 49 - Fax: 91 548 33 01


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FRESCORES

ROBERTO ARLT

AGUAFUERTES ESPAÑOLAS 1934
SALIDA DE TETUAN

   Cuando todo estuvo empaquetado y comprendí que tenía que salir de Tetuán, partir siempre, una tristeza horrible entró en mi corazón.
   ¡Irse de Tetuán!... de la ciudad de la luna. De la ciudad de los mil colores, de las catacumbas celestes... Entonces comprendí la justeza de las palabras de mi amigo, el novelista de la Vega:
   -Es mejor que se vaya, porque si no se va a enredar aquí.
   Miradas de Rjmo, la muchacha que tiene los ojos del miedo, como dicen los musulmanes.
   -Te la darán por cien duros «assani», y será tu esclava siempre.
    ¡Tetuán... Tetuán!...
   Besos de Menana, que tenía una estrella y una luna tatuada en el talón, y que la primera vez que la seguí por un laberinto de pasadizos obscuros, al entrar a su casa, dejó la puerta tachonada de clavos de bronce entreabierta; al acercarme, ella, descubriéndose a medias el rostro me dijo riéndose:
   -¿Qué querer de mí tú cristiano?- cerró la puerta.
Tristeza de la noche en que Zoraida partió para el desierto. Estábamos en su casa con el novelista, un maestro, yo trabado en mi traje musulmán, la cabeza apoyada en el regazo de Rjmo, la que tiene los ojos del miedo. y Axuxa besando tiernamente a Zoraida dejaba caer sus lágrimas porque Zoraida se iba al desierto.
    iTetuán, Tetuán!
    Conocía a todas las muchachas libres de la morería. Por el bordado de oro o plata de sus sandalias, por el número de ajorcas que llevaban en la mano y si eran anchas como refajos o estrechas como serpientes anudadas, las conocía por el tatuaje de la frente, sobre el ceño, una estrella, un sol, una luna. Las conocía por el corte de los ojos, por la tristeza de la expresión, por la altura del embozo bajo el jeique.
    ¡Tetuán... Tetuán!...
   Alcobas revestidas de esterilla, cojines en el suelo también esterillado, fanales suspen- didos de las vigas de cedro, dulce y asordado batir del tam-tam, mientras una muchacha rasca con sus uñas rojas las cuerdas del laúd y otra canta.
   «Allaila y lla y lla»
   Vasitos de té moruno, la mano tibia de Rjmo apretando la mía, y palabras tan dulces y torpes:
  -¿ Tú que país ser? ...lejos, lejos. ¿Cuántas lunas... ?
  -«Es mejor que se vaya, porque si no se va a enredar aquí».
   ¡Tetuán... Tetuán !...
  -El que se queda se enreda con una
musulmana, Arlt, tenga cuidado...
   iOh, «los ojos del miedo» de Rjmo! Zoraida danza oliendo un saquito de perfume, envuelta en sus vestiduras de seda brillante, mientras el maestro español bate el tam-tam, y Menana rasga las cuerdas del laúd. Una danza lenta, que retrepa por 'los tobillos, recoge el vientre en su lento atorbellinamiento y sube por el torso como un sufrimiento seco y sabroso. Zoraida se ha echado las manos a la nuca, su rostro cubierto de un velillo blanco derraman relámpagos y Axuxa llora lentamente.
  Al desierto que está lejos... al interior de África. Cruzada la zona de los oasis, Zoraida lejana.
  Direcciones distintas de toda la rosa de los . vientos.
  -¿Tú tener madre, cristiano?
  -Sí, Rjmo.
  -¿ y hermana también tener?
  -También, Rjmo.
  Rjmo mueve la cabeza. i Vaya a saber en qué piensa!
  -Hermana, así tú...
  -¿Como?, ¿Como yo?...
Rjmo levanta la mano del suelo indicando
altura.
Sí, más o menos como yo, Rjmo... más
baja...

 -Baja... baja... -mira interrogante a los A otros. Vega, el novelista, le explica en árabe.
   Rjmo escucha y mueve la cabeza comprensivamente.
   iTetuán... Tetuán! Cuando te nombro se me parte el alma.
   La ciudad más linda del mundo. La ciudad que nadie conoce. Que nadie nombra. La ciudad cuyas calles son catacumbas celestes. Cuyos hombres os sonríen con amabilidad. Laberintos, arcos encalados, ventanillos
enrejados al borde de toscos tragaluces donde asoma su cabeza un gato o el viento hace temblar las hierbas.
   Cuando todo estuvo empaquetado...
 


   De todas las ciudades he partido contento, alborozado, por lo que esperaba conocer; pero cuando salí de Tetuán, tuve que morderme los labios para no dejar escapar las lágrimas. y cuando llegué a Ceuta, y me apoyé en el puente y miré las montañas de África, que ya no vería más, sufrí tan atrozmente que la gente que pasaba volvía toda la cabeza para mirarme. y es que estaba mordiéndome para no llorar.

SOCIOS DE HONOR EUROPA

Miguel Oscar Menassa (Madrid) 100.000 ptas.
Amelia Díez Cuesta (Madrid) 40.000 ptas.
Stella Cino Nuñez (Madrid) 28.000 ptas.
Emilio A. González (Madrid) 25.000 ptas.
José Maria Blasco (Ibiza) 20.000 ptas.
Carlos Fernández del Ganso (Madrid) 20.000 ptas.
Luis López Cabeza ( Madrid) 20.000 ptas.
María Victoria Márquez (Málaga) 20.000 ptas.
Luis Schnitmann (Madrid) 20.000 ptas.
Cristina Barandiarán ( Madrid) 15.000 ptas.
Olga de Lucia (Madrid) 15.000 ptas.
Lidia Andino (Madrid) 10.000 ptas.
Raúl Bravo(Madrid) 10.000 ptas.
María Chévez (Madrid) 10.000 ptas.
Claire Deloupy  (Madrid) 10.000 ptas.
Paola Duchên (Madrid) 10.000 ptas.
Pilar Iglesias (Madrid) 10.000 ptas.
Jaime Icho Kozak (Madrid) 10.000 ptas.
Miguel Martinez (Madrid)  10.000 ptas.
Norma Menasa (Buenos Aires) 10.000 ptas.
Teresa Poy (Madrid) 10.000 ptas.
Carmen Salamanca Gallego (Madrid) 10.000 ptas.
Inés Barrio (Buenos Aires) 6.500 ptas.
Marcela Villavella (Buenos Aires) 6.500 ptas.
Fernando Améz (Madrid) 5.000 ptas.
Luis Barrantes (Málaga) 5.000 ptas.
Bibiana Degli Esposti (Madrid) 5.000 ptas.
Alejandra Menassa de Lucia (Madrid) 5.000 ptas.
Pilar Nouvillas (Valencia) 3.500 ptas.
Rosa Puchol (Madrid) 5.000 ptas.
Roberto Molero (Buenos Aires) 3.500 ptas
Lucia Serrano (BuenosAires) 3.500 ptas.
 Ricardo Aquino (BuenosAires)  3.000 ptas.
Ángela Casini (BuenosAires) 3.000 ptas.
Alejandra Madormo (BuenosAires) 3.000 ptas.
Jorge Montinori (BuenosAires) 3.000 ptas.
Karina Pueyo (BuenosAires) 3.000 ptas.
Eduardo Ruiz Robles  2.500 ptas.
Rosa Alonso Fernández  (Madrid) 2.000 ptas.
Ricardo Artíguez Iglesias (Madrid) 2.000 ptas.
Emilia Campaña (Málaga) 3.000 ptas.
Eleonora D´Alvia (Buenos Aires) 2.000 ptas.
Claudia García (Buenos Aires) 2.000 ptas.
Cruz González (Madrid) 2.000 ptas.
Enrique Iglesias (Madrid) 2.000 ptas.
Hernán Kozak (Madrid) 2.000 ptas.
Joaquín Luzón (Ibiza) 2.000 ptas.
Paula Malugani (Ibiza) 2.000 ptas.
Eugenio Jose Méndez (Madrid) 2.000ptas.
Concha Osorio (Madrid) 2.000 ptas.
Magdalena Salamanca (Madrid) 2.000 ptas.
Daniel Ustarroz (Buenos Aires) 2.000 ptas.
Helene Barrier (Madrid) 1.000 ptas.
Pablo J. García Muñoz (Madrid) 1.000 ptas.
María Jose Gómez (Alcalá de Henares) 1.000 ptas.
Pedro González  1.000 ptas.
Ruy Henríquez (Madrid) 1.000 ptas.
María Isabel Jimenéz (Málaga) 1.000 ptas.
Jose Luis Javaloyes (Barcelona) 1.000 ptas.
Mercedes Millán Esteban (Madrid) 1.000 ptas.
Ana Sánchez (Málaga) 1.000 ptas.
Helena Trujillo (Málaga) 1.000 ptas.
Rafael Trujillo (Madrid) 1.000 ptas.
Jorge Armas Davara (Tenerife) 500 ptas.
Maryelene Bodin (Madrid) 500 ptas.
Gema Crespo (Madrid) 500 ptas
Pilar García Puerta (Madrid) 500 ptas
Fabián Menassa de Lucia (Madrid)

500 ptas.

Manuel Menassa de Lucia (Madrid) 500 ptas.
Nuria Ortiz (Madrid) 500 ptas.
Daniel San Martín Duchên (Madrid) 500 ptas.

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RAÚL GUSTAVO AGUIRRE


REDES Y VIOLENCIAS

A Jorge Souza

                                       El hecho de que estas notas renuncien por anticipado a ser leídas
 a la claridad del napalm. explica tanto su oscuridad aparente
como la esperanza sin límites con que fueron escritas.

El país de las aguas que odian en silencio

 Estas inscripciones se hicieron bajo la sombra del Monstruo que ocultaba, en la primacía de su proximidad, otras no menos imponentes. ¿Han sido entonces, como creí en el momento álgido de su desaparición, sobrepasadas por los acontecimientos, anonadadas por la Historia? De ser así,  ¡qué natural el devolverlas al estrato negro de su origen, al latín olvidado de nuestra opresión! ¡Qué intercambio feliz hubiera sido entonces entre la divisoria de las aguas y la línea de las altas cumbres!
    Pero esa tregua que quisiéramos ver fluir de la realidad no se produjo. Ella no nos ha de relevar todavía a nosotros, guías perdidos en la tormenta, oráculos sensibles al horror. De nada nos servirá tampoco alardear de nuestros enigmas ante los hábiles que se suponen en libertad, endurecen y callan.
    Temo que nuestra desajustada presencia, nuestra incapacidad para refugiarnos en un arca más o menos respetable, corresponda de alguna manera a la forma de ser del universo. No es justo, sin embargo, que eso suscite indignación, si por azar se nos ve de vez en cuando. Tal vez sea necesaria, para disfrutar de ciertas prerrogativas, esta vecindad ambigua del orangután, del pariente pobre, del masoquista impenitente. Y también la de ese árbol cuyo fruto es el menos categórico si bien no el más propenso a la putrefacción.
   (Pienso en ese infierno de la belleza en el que queremos permanecer a solas, pienso sobre todo en la poesía y en sus predicados decepcionantes).

                                       Buenos Aires, abril de 1956

1.-La hostilidad del comienzo: un cansancio subrepticio busca tranquilizarse en la alegoría de las lluvias de ayer. Los ojos del verdugo inspeccionan un hielo decepcionante, los ojos de la fundación están ausentes. Instancias sospechosas, proximidad del abuso y malversación en el laboratorio desierto. Treguas del laberinto: una sala de armas, un museo de objetos innominados, un desván con periódicos del tiempo de la salvación pública, una sala de espera con un anaquel repleto de cardiogramas, un auditorium sombrío donde resuenan gritos de indignación... En tales moradas, siempre se estará protegido contra el riesgo de una respuesta demasiado fácil.

2.-Ese misterio que rompe las piedras de la fundación, ese misterio que siempre se opone, que nos quiere en otra parte...

3.-A veces, en tanto atraviesas el mundo, la claridad parece ignorar tu aspecto: penetra en ti, se descuida, es libre. Son entonces tus enormes eras de pasión.

4.-Siempre trabajarás obstinadamente en el maldito socavón, en busca de esos Signos que no quisieras más que contemplar. El cuarzo y el diamante los dejas a los otros.

5.-Es necesario vivir en los comienzos del poema. Allí donde las previsiones fracasan y los pretextos nos delatan ante la nada silvestre.

6.-La paciencia musical de la vida. Todo lo que de día se mueve en el siglo se concreta allí, en silencio, bajo una lámpara de miseria y de furia.

7.-Por mucho defender tus tesoros te transformas en, piedra. Aligérate y anda. En medio de la vida el temor no es posible.
 

8.-Cuando el mar se retira, la madrépora sangra. Y no hay otra verdad bajo el sol implacable.

9.-La fantasía de la existencia gusta discurrir a través de nosotros, en nuestros raros momentos de aptitud. Nuestro error es querer sustituirla con imitaciones menos comprometedoras... Ellas distorsionan nuestro destino, que es siempre admirable.

10.-Temo de continuo por esa contemplación y esa euforia desinteresada acerca de aquello que en realidad nos debería abrumar. Nada tan grave como perderle el rastro a la tragedia.

11.-Los accesorios que enmarañan la acción terminan por usurpar su destino y convertir la fauna migratoria en flora del remanso. Cuídate de esos amables equívocos que acentuarán la imagen de tu realeza en detrimento de su poder.

12.-El lenguaje que soy.

13.-La vida se empeña en irritar a la conciencia, demostrándose múltiple, contradictoria y voraz: bajo el fondo de esos lagos tan fáciles de mirar hasta el fondo, viven aún los enigmas... ¿Anular la vida para complacer a la conciencia? ¡Valiente solución! En nombre de una sagrada paz se asfixia obstinadamente el indescriptible, el sutil, el maravilloso proceso... Eso no era tan fácil, oh Parcas, en el tiempo de las metamorfosis...

14.-La hierba nos da el habla, y por nosotros vive.

15.-Admite en tu vida ese sentido apto para su ley de gravedad, desventajoso para tus dobles gratuitos, príncipes del ocio y de la malversación. Tu canto progresará en esa equidad insoportable.

16.-Entras en la zona nupcial donde te vuelves, a la vez ilegible y visible. El humo cesa, el hierro se desorganiza, la intensidad del prodigio acaba con la cavilación. y no hay hierba ni grillo ni guijarro que hayan sido alterados para que este momento de tu vida tuviese lugar. Es en la felicidad de esas criaturas donde se origina la sensación de su incomparable belleza.

17.- Violencia implacable, secreta amistad, te unían día tras día a la era infernal, de donde saltaba de pronto ese guijarro absurdo, dotado de una extraña vida, que iba temblando a esconderse otra vez bajo tierra, lejos de los aullidos del licántropo.

18.-Ciertas partes heladas de mi cabeza rechazan la soberanía de ese sol en el que mi ser entero debiera fundirse antes de hablar. "Este resto de indiferencia jamás reducida se complace en ordenar los límites en que está permitido el libre juego de la realidad. y tú, alondra, ¿cómo puedes vivir en un espacio tan pequeño? Yo debiera comprender mejor por qué desapareces, de pronto, detrás de la noche"

19.-No era extraño que una excesiva vehemencia le llevara a tropezar con las telarañas siderales. El no debía importunar ese orden que sólo estaba protegido contra una próxima generación... Este es el origen, no sólo de equívocos biográficos, sino también de un auténtico rechinar de dientes. y del descubrimiento -tan de improviso inútil- de las criaturas que se le asemejan, pero que están a salvo -allá lejos- de su extraño discurso.

20.-Otra vez ese residuo de vergonzosos personajes en actitud de desaparecer para siempre. Otra vez ese resto interminable de agresión, de suficiencia, de hambre depravada. ¿Con qué humor mantenerlos en su sitio, sin injuriar la condición humana que aún en ellos desmiente nuestra inclinación por el exterminio? ¿Con qué prodigioso tacto mantenerlos en la sala de espera hasta que la solitaria raíz del poema se abra un camino entre sus sueños de sequía?
  Hubo una edad terrible en esta tierra, una edad discutida.

21.-EI instante supremo en que salto o me pudro.

 


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STÉPHANE MALLARMÉ


BRISAS MARINAS

La carne es triste ¡ay! y todo lo he leído.
¡Huir! ¡Huir! Presiento que en lo desconocido

de espuma y cielo, ebrios los pájaros se alejan.
Nada, ni los jardines que los ojos reflejan
sujetará este pecho, náufrago en mar abierta
ioh noches! ni en mi lámpara la claridad desierta
sobre la virgen página que esconde su blancura,
y ni la fresca esposa con el hijo en el seno.
iHe de partir al fin! Zarpe el barco, y sereno
meza en busca de exóticos climas su arboladura.
Un hastío reseco ya de crueles anhelos
aún sueña en el último adiós de los pañuelos.
iQuién sabe si los mástiles, tempestades buscando,
se doblarán al viento sobre el naufragio, cuando
perdidos floten sin islotes ni derroteros!...
¡Mas oye, oh corazón, cantar los marineros!

Traducción Alfonso Reyes

 

EUGENIO MONTALE


TRAMONTANA

Y ahora se han disipado los círculos de angustia
que recorrían el lago del corazón
y aquel vasto estremecerse de la materia
que se decolora y muere.
Hoy una voluntad de hierro barre el aire,
arranca los arbustos, maltrata las palmeras
y en el apretado mar excava
grandes surcos de baba.
Las formas bullen en el tumulto
de los elementos; es un aullido solitario, un bramido
de existencias rasgadas: todo destruye
la hora que pasa: cruzan la cúpula del cielo
no sé si hojas o pájaros -y ya no están.
Y tú que te agitas entre los 
de los vientos desenfrenados
y aprietas contra ti los brazos colmados
de flores aún no nacidas;
cuán enemigos sientes
los espíritus que a la convulsa tierra
sobrevuelan en bandadas,
mi vida sutil, y cuánto amas
hoy tus raíces.

 

DINO CAMPANA


¡Oh, Siciliana! soberbia opulenta matrona
En las ventanas ventosas del barrio marinero
En el seno de la ciudad azotada por sonidos de navíos
                                                    [y de carros. Clásica mediterránea hembra de los puertos:
Por los grises rosados de la ciudad de pizarra
Sonaban los clamores vespertinos
y luego más quietos los ruidos de la noche serena:
Veía en las ventanas resplandecientes como las estrellas Pasar las sombras de las familias marineras: y los cantos 
Oía lentos y ambiguos en las venas de la ciudad mediterránea: 
Era noche cerrada
Mientras tú siciliana, de huecos
Vidrios en un juego siniestro
La sombra hueca y la luz vacilante
¡Oh, siciliana! a los pezones 
La sombra encerrada tú eras
Pulpo de las noches mediterráneas. 
Chirriaba, chirriaba, chirriaba de cadenas.
La grúa sobre el puerto en el hueco de la noche serena:
y en los brazos de hierro.
El débil corazón tañía un latido más alto: tú
La ventana habías apagado:
Desnuda mística en alto hueca
Infinitamente ojosa devastación era la noche tirrena.

Traducción: Mariliana Marigliano

 

MIGUEL OSCAR MENASSA


LA PATRIA DEL POETA

I

Voluptuosa semilla, aquí me planto
y creceré y, aquí, echaré raíces
y tendré brotes que, a su vez,
tendrán otros brotes.
Decreto a la reseca meseta castellana,
la patria del poeta.
Arrancaré perfumes de tus rocas,
como de flores de la estación del sur,
y alguien dirá:
antes de los colores del poeta,
                                         vos,
eras gris.
y yo recordaré:
haberte pintado los labios con mi nombre.
Sobre el verde aroma del limón,
-caballo de los astros-.
Indio de luz,
cobre rasgado por el oxígeno vital,
mi poesía,
                                pulmón del universo.
Líquenes cenagosos
y alforjas repletas de manzanas,
detenidas en el tiempo del frescor.
Inmensidad,
                                     verde infinito,
sesgo del sol
entre las cejas del profundo mar,
atlántico silvestre.

No veis que soy el que os saluda,
desde más allá de las más altas cumbres,
más allá de los oscuros cielos de Dios;
desde la profunda galaxia de lo verde.

Meteórica expansión del arco iris,
soy un color que ya no tiene,
el blanco,
de la pequeña pureza inmaculada,
ni el manto negro de la muerte,
desolada,
ni los ojos sangrantes del rubí.

Soy del celeste cosmos y del sol,
la conjunción marítima y alada.

Mi voz,
es el rasguido de la guitarra astral.
Mi canto,
es el sonido gutural del tiempo.
Canto y estallo cada vez,
y cada vez,
                 me desintegro.
Pierdo mi ser entre fragmentos
y en ese vacío de nada y de color,
porque ya no seré,
recorro los espacios infinitos,
montado en verde luz,
                       pradera de los cielos 
Pampa,
                        tendida en las alturas.

II

Pequeñas orquestas de marfil ejecutan, cantos de violencia,
Opaco verme azul,

alegre y bestial entre violines,
feroz bajo de amor. Albatros y princesas.

Bendito verme azul,
alegre y bestial entre violines,
feroz bajo de amor. Albatros y princesas.

Bendito verme solitario,
el que se arrastra vive en mí.        

Soy el que vaga oscurecido por las aguas,
un feto y su destino:

Vertiente lumínica
Catarata volcánica.
Verme infernal.
 


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III

Soy el que llega del centro profundo de la tierra.
El ozono vil,
el oxígeno apasionado del universo,
la sangre bestial.

He decidido vivir en un trapecio astral,
ser la marioneta intergaláctica.

Provengo de la tierra,
soy el furibundo vendedor de ilusiones.

Mi vida es la de todos.

IV

Humano por excelencia,
de lo inferior hice mi propia vida.

Andrajo del siglo,
muestra definitiva de la masacre,
perfecta basura inmortal.

En el espacio una brecha encendida de cielo.

Aguas y refrescos y manantiales rocosos,
púrpuras marinas,
estrellitas pequeñas y lejanas
y aceites luminosos de luz,
carne del siglo.

V

Aquí estoy en el incalculable espacio del horror.

Soy, en la quinta luna de Saturno, el ojo,
que mira el universo.

Siete mil años de carnes maceradas me dieron la visión.

Razón y verdad son, para mí,
afables ternuras del pasado.

Ojo cáustico y apasionado indico nuevos rumbos:

vivir en un incuestionable vaivén 
entre la tierra y el universo,
ser una proteína carnívora y sangrante
y, al mismo tiempo, un pedazo de cielo.

Una palabra en el espacio,
entre las infinitas,
sabanas de la muerte.

VI

Mi padre es una carne abierta al sol,
mi padre es el oriente.

Mi madre es la celeste y confortable,
máquina de occidente.

Nací de dos seres agónicos,
quiero decir, una combinación imposible.

Nací feroz, atómico, silvestre.

Fui desde el comienzo un incalculable error,
no tuve límites y exploté, también,
contra mi vida.
y volando en pedazos,
soy el que agranda el universo,
el que le quita los límites al ser
y volando, aérea luz,
astro de los encuentros.

VII

Si la muerte no existe,
a la vida le opondremos la vida.

Apóstol del verbo,
en mi garganta nacieron desde el primer encuentro,
mil cuerdas oceánicas y cantoras.

Satélite de lo humano,
represento lo imposible.

VIII

No veo el mar desde hace siglos, 
estoy en el desierto de los cielos.

Una cadena atada a una ilusión,
una ilusión girando, enloquecida,
alrededor de una cadena. 
Un acertijo donde leches blancas y perfumadas
caen en el corazón de la noche.

Vértigo entre las sombras,
asteroide decapitado por huracanes de jugos y cartílagos.

Pájaros inmóviles,
aguas de una vertiente al límite de sus fuerzas,
pájaros como árboles,
florecen.

IX 

Cantos de robles oscuros y malignos.
Pequeños pájaros en las manos de un otoño vil.
Tiempo entre los espacios, 
acontezco en el ser por lo más frágil.
Soy un pedazo de carne viva y elocuente,
entre las basuras,
un escalón al mundo de los astros.
Decir vertiente oceánica, es decir,
que no conozco mis anchuras.
Pájaro sin dimensiones, .' con mis alas,
soy el que mueve las estrellas.
Viajad conmigo, obreros de la vida,
pequeños muertos, de pequeñas palabras,
soy el vaivén de un universo inagotable.
Lo que termina tiene sus pies sobre la tierra,
volando, os digo,
el mundo es infinito.

X

Intergaláctico y coloquial.
soy.
el fin de la locura.

Pequeña razón hecha pedazos.

Musgo naciente y firme
canción para el ocaso.
Paradoja brutal.
Máquina enfrentada a su pasión de ser.
Loca energía queriendo estallar el universo.

Una carne en medio. exacto. de la pupila astral.
una vagina. Siempre descuartizada y abierta.
paciendo en los abismos celestes de la noche.
el infinito tiempo del amor.

Vejamen y luz.
vacilación instantánea entre los soles.
astillas de astros y astillas entre los astros.

Planetas mancomunados para vivir.
estallan en todas direcciones.
intentan en diálogo fulminante.
un jaque mate a la muerte.
Pájaro de nieve.
Pájaro de montañas nevadas.
ALAS y NIEVES y PÁJAROS DE SAL. 

Pájaros ardientes de agua y luz.
lombriz del tiempo.

Pico de águila voraz sobre la única serpiente.

Manzanas y rojas esmeraldas
y magnolias sangrantes para los ojos
de aquel que vive en las estrellas.
para vivir.

Debajo de la vida. 
la tierra.
se abre majestuosa al opulento espacio de los soles.
Viajo. por ese tajo. hacia el espacio.
descubro el universo. 

Serpiente y ángel.
siembro sobre los cielos el apocalipsis del sentido.
Busco.
en la propia corteza de la tierra. un cielo azul.
pájaros entre montañas. 


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ANTONIO PORCHA


VOCES

SITUADO en alguna nebulosa lejana hago lo que hago, para que el universal equilibrio de que soy parte no pierda el equilibrio.

-Quien ha visto vaciarse todo, casi sabe de qué se llena todo. -Antes de recorrer mi camino yo era mi camino.
-Mi primer mundo lo hallé todo en mi escaso pan.
-Mi padre, al irse, regaló medio siglo a mi niñez.
-Las pequeñeces son lo eterno, y lo demás, todo lo demás, lo breve, lo muy breve.
-Sin esa tonta vanidad que es el mostrarnos y que es de todos y de todo, no veríamos nada y no existiría nada.
-La verdad tiene muy pocos amigos y los muy pocos amigos que tiene son suicidas.
-Trátame como debes tratarme, no como merezco ser tratado. -El hombre no va a ninguna parte. Todo viene al hombre, como el mañana.
-Quien me tiene de un hilo no es fuerte; lo fuerte es el hilo. -Un poco de ingenuidad nunca se aparta de mí. y es ella la que me protege.
-Se me abre una puerta, entro y me hallo con cien puertas cerradas.
 -Mi pobreza no es total; falto yo.
 -Si no levantas los ojos, creerás que eres el punto más alto.
 -No hallé como quien ser, en ninguno. Y me quedé, así: como ninguno.
-El mal de no creer es creer un poco.
-Sé que no tienes nada. Por ello te pido todo. Para que tengas todo.
-Vengo de morirme, no de haber nacido. De haber nacido me voy.
-Dios mío, casi no he creído nunca en ti, pero siempre te he amado.
-Si yo fuese como una roca y no como una nube, mi pensar, que es como el viento, me abandonaría.
 -Quien perdona todo ha debido perdonarse todo.
-Me hicieron de cien años algunos minutos que se quedaron conmigo, no cien años.
-Se vive con la esperanza de llegar a ser un recuerdo. 
-Casi no he tocado el barro y soy de barro.
-Creo que son los males del alma, el ama. Porque el alma que se cura de sus males, muere.
-El hombre habla de todo y habla de todo como si el  conocimiento de todo estuviese todo en él.
-Una cosa sana no respira.
-Mucho de lo que he dejado de hacer en mí, sigue haciéndose en mí, solo.
-Sí, están equivocados, porque no saben. y si supieran... Nada. Ni estarían equivocados.
-Todo es como los ríos, obra de las pendientes.
-El universo no constituye un orden total. Falta la adhesión del hombre.
-Creo que nos habitamos unos a otro, pero no habitados. Porque no podríamos habitarnos unos a otros, habitados. -Durmiendo sueño lo que despierto sueño. y mi soñar es continuo.
-Las alturas guían, pero en las alturas.
-Han dejado de engañarte, no de quererte. y te parece que han dejado de quererte.
-A veces estoy como en un infierno y no me lamento. No encuentro de qué lamentarme.
-Un rayo de luz borró tu nombre. No sé más quién eres. -Cuando me conformo con nada es cuando me conformo de todo.
-Mis ojos, por haber sido puentes, son abismos.
-Y sin ese repetirse eternamente de todo, de sí mismo a sí mismo, a cada instante, todo duraría un instante. Hasta la misma eternidad duraría un instante.
-El hombre, cuando es solamente lo que parece ser el hombre, casi no es nada.
- Sí, es entrando en todo como voy saliendo de todo.
-Hallarás la distancia que te separa de ellos, uniéndote a ellos. ?
-Cien hombres, juntos, son la centésima parte de un hombre.
-Y si no puedo decirte nada sin lo que yo me digo; lo que yo te digo, ¿es lo que yo te digo o es lo que yo me digo?
-Quería estar en algo para no estar en todo.
-Cuando lo superficial me cansa, me cansa tanto, que para descansar necesito un abismo.

-El mal no lo hacen todos, pero acusa a todos.
-Lo pagado con nuestra vida nunca es caro.
-Te ayudaré a venir si vienes ya no venir si no vienes.
-Quien no llena su mundo de fantasmas, se queda solo.
-A veces hallo tan grande a la miseria que temo necesitar de ella.

-Tú crees que me matas. Yo creo que te suicidas.
-El lamentarme todos y de todo, creciendo, ha llegado a ser el lamentarme de mí mismo a mí mismo. y crece toda-vía.
-Porque eres lo mejor, en este mundo, crees que eres lo mejor para este mundo. Nuestras creencias, ¡Cómo nos engañan!
-Lo lejano, lo muy lejano, lo más lejano, sólo lo hallé en mi sangre.
-Sí, esto está mal. Pero estuvo bien. y ahora no comprendo cómo pudo estar bien. y ahora no comprendo cómo puede estar mal.
-El misterio apacigua mis ojos, no los ciega.
-Y si llegaras a hombre, ¿a qué más podrías llegar?
-Cuando tu dol9r es un poco mayor que mi dolor, me siento un poco cruel.
-Quien dice la verdad, casi no dice nada.
-Una cosa, hasta no ser toda, es ruido, y toda, es silencio.
 -Si yo hubiera creído que lo otro era lo mismo, mi vida no habría tenido ninguna extensión.
-El lodo, apartándolo del lodo, no es más lodo.
-Los no vacíos, puntos de apoyo de los vacíos, no tienen puntos de apoyo y vagan... en los vacíos.
-Desde hace mil años me pregunto: ¿qué haré ahora? y aún no necesito responderme.
-Nada es solamente nada. Es también nuestra cárcel. -Éramos yo y el mar. y el mar estaba solo y solo yo. Uno de los dos faltaba.
-Cuando me encuentro con alguna idea que no es de este mundo, siento como si se ensanchara este mundo.
-Mi pesadez viene de los precipicios.
-La tierra tiene lo que tú levantas de la tierra. Nada más tiene.
-Habla con su propia palabra sólo la herida.
-Entra una nueva pena y las viejas penas de la casa la reciben calladas, no muertas.
-El hombre lo juzga todo desde el minuto presente, sin comprender que sólo juzga un minuto: el minuto presente. 
-Sí, trataré de ser. Porque creo que es orgullo no ser. 
-Lo indomesticable del hombre, no es lo malo que hay en él: es lo bueno.
-El día no puede burlarse de quien no se burla de la noche.
-No, no entro. Porque si entro no hay nadie.
-Nada, se dice de esto, de aquello, hasta se dice de todo. Sólo no se dice de nada.
-Quiero por lo que quise, y lo que quise, no volvería a quererlo.
-Cuando creo que la piedra es piedra, que la nube es nube, me hallo en un estado de inconsciencia.
-Sí, son millones de estrellas. y millones de estrellas son dos ojos que las miran.
-Hablo pensando que no debiera hablar: así hablo.
-La flor que tienes en tus manos ha nacido hoy y ya tiene tu edad.
-A veces creo que no existe todo lo que veo. Porque todo lo que veo es todo lo que vi. y todo lo que vi no existe. 
-Las quimeras vienen solas y se van acompañadas. 
-Cuando se lanza algún dardo para herirme, se encuentra con la herida hecha y... no puede herirme.
-Hay dolores que han perdido la memoria y no recuerdan por qué son dolores.
-El hombre, cuando no se lamenta. casi no existe. 
-Dirán que andas por un camino equivocado, si andas por tu camino.
-Un ala no es cielo ni tierra.
-Tenemos un mundo para cada uno, pero no tenemos un mundo para todos.
-El mal, débil, me agita; fuerte, me calma.
-Y seguiré navegando por mares ajenos hasta naufragar en mi mar.
-Nada termina sin romperse, porque todo es sin fin. -Cuando tú me acompañas, si es cuando creo que yo soy un hombre y si es cuando creo que tú eres un hombre, tú no eres ninguna compañía para mí, porque un hombre soy cuan- do creo que yo soy un hombre.
-La razón se pierde razonando.

Damos las gracias a los nuevos
socios de honor que han permitido a
partir de este número aumentar la
edición en 5.000 ejemplares.

Tú ya tienes honor, lo único que te
falta es asociarte.


C/. Ferraz, 22- 2.0 Izda.
28008 Madrid
Teléf. 542 33 49 -Fax 548 33 01


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