LAS 2001 NOCHES ÍNDICE NÚMERO 19 |
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
LEOPOLDO DE
LUIS |
SE PREGUNTA POR LOS POETAS EN EL PARQUE DE STUGA | DE OTRO LADO | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
LOS POETAS DE MACEDONIA | TREINTA SEGUNDOS CON LA REALIDAD | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
LA MUJER DE LOS OJOS DE ACERO | LA VUELTA AL PAGO | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
CESARE PAVESE | HOMENAJE A PABLO MENASSA DE LUCIA | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
DIÁLOGOS CON LEUCÓ LA FLOR | NOVEDADES | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
FRANCISCO URONDO | CIENCIA Y VERDAD EN PSICOANÁLISIS | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
CORA | DE LA MANO DEL AMOR | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
ALGO | AFORISMOS | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
ASÍ ERA ELLA | CONDENSACIONES | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
COMO BOLA SIN MANIJA | SOCIOS DE HONOR | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
AMARLA ES DIFÍCIL | ...Y LLEGÓ EL PSICONÁLISIS | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
LA VIDA POR DELANTE | PSICONÁLISIS EN MADRID | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
LEOPOLDO DE
LUIS |
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Leopoldo de Luis nació en Córdoba el día II de mayo de 1918. Pasa su infancia y adolescencia en Valladolid. Desde los 17 años reside en Madrid. Como crítico, publica sus trabajos en las revistas Ínsula, Poesía Española, revista de Occidente y otras. En el campo de la biografía destacan las de Vicente Aleixandre y Antonio Machado. Es conocido especialista en Miguel Hernández, del que fue amigo y compañero, y de León Felipe. Ha publicado antologías sobre la poesía social ( 1965) y poesía religiosa ( 1969). Publica su primera obra poética, «Alba del Hijo», en 1946 y hasta el día de hoy, 17 títulos más. Con el libro «De aquí no se va nadie» obtuvo el premio Ausias March. Con el titulado e premio Francisco de Quevedo, del Ayuntamiento de Madrid. Con «Igual que guantes grises» fue premio Angaro en 1979 y, posteriormente en el mismo año, Premio Nacional de Literatura. Se le ubica en la primera generación de postguerra y su poesía es calificada de social y de testimonio. Hay veces en que la realidad se despliega como un abanico, de un mismo centro surgen diferentes planos, obedientes extensiones de la mano que, asombrada de tanto poder, no acierta a detenerse. Tras varios intentos, vanos, de comenzar esta presentación de una manera aséptica, me doy cuenta que no es posible. La profunda impresión que me causa la figura de Leopoldo de Luis, se interpone entre la hoja y yo, exigiendo una implicación personal. En el mes de mayo de 1996, con la excusa de una entrevista para la revista Extensión Universitaria, tuve la oportunidad de conversar largamente con Leopoldo de Luis, y puedo decir que sus palabras marcaron, profundamente, mi trayectoria poética. La lectura del libro «Del temor y la miseria» me había dibujado un poeta de palabra fuerte, con una vitalidad tan cruda como realista, un poeta que nombraba la muerte con la serenidad de quien, sin huirla, la esquiva constantemente, en una especie de juego al escondite sin fronteras. Un nombre, Leopoldo de Luis, y un perfil imaginario en la cabeza, eran toda mi posesión. Aquella mañana de mayo me sentía un ser privilegiado, iba al encuentro de un trozo de Historia, la Historia escrita con mayúsculas, generalmente inaccesible a los anónimos mortales de a pie. El encuentro, el contacto personal, lo modificaron todo. Tras el mito había un hombre que hablaba con sencillez de su trabajo. Su extrema humildad contrastaba con la importancia de su obra. «Un poeta sirve para todo lo que los demás hombres, y, además, para escribir versos» , decía, haciendo suyas las palabras de D. José Zorrilla.
|
Hablaba de la poesía como motor de lo social, como factor de liberación para el ser humano. De cómo el poeta no es sino instrumento al servicio de la poesía, y ésta, a su vez, es tan necesaria para el poeta como el aire. «Respirar por la herida», más allá de una simple definición, es estímulo y respuesta al unísono, frente a una realidad impuesta, como lo es la vida. Me regaló una antología de sus versos, «Los caminos corta- dos», en la que, posteriormente, pude sumergirme a fondo en la preparación de este escrito. Sin exagerar lo más mínimo, confieso haber quedado deslumbrada por semejante demostración de maestría. Desde su primer libro, en 1946, hasta 1985, en que publica «Del temor y la miseria», transcurren 40 años de compromiso, de creación constante y entrega total a la palabra. Fiel reflejo de la problemática de lo humano, el «nosotros» atraviesa su escritura ofreciendo al lector la oportunidad de incluirse, sentirse protagonista de su propia existencia. En «Juego Limpio», nos dice:
«Somos nosotros los que conducimos Hay palabras que lo acompañarán fielmente: Tiempo, amor, río, esperanza, hijo, como vísceras o nervios bajo la piel de sus versos. Palabras cargadas de poder a través de las cuales el poeta desplegará un decir hecho vivencia.
«La palabra no puede ya elevarse Palabras dotadas de consistencia propia, independientes al hombre oculto tras ellas, y que lo arrastrarán por un camino de consecuencias imprevisibles. El poeta es consciente de ello, sabe que su historia será lo que su mano plasme en el papel.
« y la contemplo. y veo que es mi mano
La fugacidad del instante, ese ser-siendo apenas en el tiempo, inatrapable, esa permanente modificación, preocupan al poeta. A través de toda su obra, será motivo de profundas reflexiones que rozan lo filosófico, como en estos versos de «Elegía en Otoño»: |
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Grupo
Cero / Índice / Otros
Números |
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Sólo me queda, antes de finalizar, agradecerle la generosidad de haberse dejado escribir por la poesía, permitiéndonos gozar de sus palabras, apropiarnos de ellas. CARMEN SALAMANCA GALLEGO
|
(1990) DEDICATORIA Al poeta macedonia Mateja Matesvki VERSOS ESPAÑOLES EN En Santa Sofía la lengua española |
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Grupo
Cero / Índice / Otros
Números |
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
En Santa Sofía la lengua española En Santa Sofía la lengua española La Anunciación de Ohrid tiene un arcángel
su oración de color dan todavía: Leopoldo de Luis y Amelia Díez
|
Me arrodillo en los monasterios PALACETE FRENTE AL El hombre que
habitaba estas paredes, ¿Se aloja en la belleza del paisaje |
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Grupo
Cero / Índice / Otros
Números |
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Pasan sus oficiantes, ¿en su música Pero la Poesía vive porque vive ATARDECER
EN LAS Esa mujer de luz que muere en las
colinas Mujer de luz, mujer de tiempo: alma Cae la tarde en Struga. Quizá yo sea del lugar extraño No hay tiempo, no hay lugares No hay países, no hay patrias: CASA
EXTRAÑA ¿Cómo he entrado en esta casa |
Su vida sencilla cumplen Un viento que las ventanas Pero el viento sin piedad Leopoldo de Luis y Miguel Oscar Menassa Somos una costumbre, un gesto, un modo,
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Grupo
Cero / Índice / Otros
Números |
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Y sin embargo sé que soy lo mismo, Hay una misma sangre, un mismo río En los espejos cruzan de los ojos SE
PREGUNTA POR LOS Los árboles recuerdan Los árboles son manos ¿La poesía está en estas raíces Pasa la vida, su diario Los poetas pasaron. Hay algunos ¿Dónde están los poetas? ¿Son los
príncipes Pasaron los poetas. Nada queda Hoy mis ojos, mi alma, mis recuerdos, Los poetas de Macedonia |
Vienen de las Auroras blancas de Racin No hay dos cosas iguales en el mundo. pisen nuestros pies el polvo, La aurora es más blanca en Macedonia, No, no hay dos cosas iguales en el
mundo He visto a una mujer de ojos de acero Recuerdo bien el rostro de esta anciana
Un campo gris, adusto, casi yerto, La mujer removía su vestido Porque la casa oscuramente amuebla Y la cama de sábanas hostiles Alguien sacude antiguos reposteros Y la mujer de ojos de acero mira Siempre hay dos en la casa de esta
mujer, habitan Hoy vuelvo a ver la casa de esta vieja |
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Grupo
Cero / Índice / Otros
Números |
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Es de una meridiana evidencia que a este acontecimiento dulce-atroz de un dios primaveral, como Apolo el Claro, y que no llega a disgustarnos, asistieron los leo par dinos Eros (Hablan Eros y Tánatos) EROS ¿Esperabas este acontecimiento, Tánatos? TÁNATOS. Todo lo espero de un dios del Olimpo. Pero no que terminase de esta manera. EROS. . Por fortuna, los mortales la llamarán una desgracia. TÁNATOS No es la primera vez y no será la última tampoco.
EROS.
Entretanto, Jacinto ha muerto. Las hermanas ya la TÁNATOS Donde ha pasado un inmortal brotan siempre estas flores. Pero las otras veces hubo por lo menos una fuga, un pretexto, una ofensa. Se resistían al dios o cometían impiedad. Así ocurrió con Dafne, Elino, Acteón. Jacinto, en cambio, fue sólo un niño. Pasó sus días venerando a su señor. Jugó con él como juega un niño. Estaba -aturdido, asombrado. Tú lo sabes bien, Eros. EROS. Ya los mortales comentan que fue una desgracia. Nadie piensa que Apolo el Radiante no suelen equivocar sus golpes. TÁNATOS He asistido solamente a la forzada sonrisa con que siguió el vuelo del disco y la vio caer. Lo lanzó hacia arriba, en el sentido del sol, y Jacinto levantó los ojos, las manos, y lo esperó encandilado. Le cayó sobre la frente. ¿Por qué ocurrió esto, Eros? Tú seguramente la sabes. EROS. ¿Qué debo decirte, Tánatos? No puedo enternecerme por un capricho. Y también tú la sabes- cuando un dios se acerca a un mortal, siempre sobreviene algo cruel. Tú mismo has hablado de Dafne y de Acteón. TÁNATOS ¿Qué ocurrió, entonces, esta vez? EROS. Ya te lo he dicho, un capricho. Apolo el Radiante quiso jugar. Descendió entre los hombres y vio a Jacinto. Durante seis días vivió en Amiclea, seis días que a Jacinto le transformaron el corazón y renovaron la tierra. Después, cuando al señor se le ocurrió irse, Jacinto lo siguió con la mirada extraviada. Entonces el disco le cayó entre los ojos...
TÁNATOS No. Apolo el Radiante no sabe qué es llorar. Lo sabemos nosotros, dioses y demonios niños, que ya TÁNATOS ¿Crees en verdad que Jacinto haya comprendido estas cosas? ¿Que el señor haya sido para él algo más que un modelo, un compañero mayor, un hermano fiel y venerado? Yo solamente lo vi cuando tendió las manos durante la competencia- sobre su frente no había más que con- fianza y estupor. Jacinto ignoraba quién era Apolo el Radiante. EROS. Todo es posible, Tánatos. Puede ser también que el niño nada supiese de Elino y de Dafnis. Es difícil decir dónde termina la desazón y dónde comienza la fe. Pero seguramente vivió seis días de ansiosa pasión.
TÁNATOS. ¿Según tu opinión, qué ocurrió dentro de su
EROS. Lo que le ocurre a todo joven. Pero esta vez el objeto de los pensamientos y de los actos fue excesivo para un muchacho. En la palestra, en las habitaciones, por las orillas del Eurotas, hablaba con el huésped, se volvía su compañero, lo escuchaba. Escuchaba las historias de Delos y de Delfos, Tifón, Tesalia, el país de los Hiperbóreos. El dios hablaba sonriendo tranquilo, como lo hace un caminante al que se creía muerto y que regresa con más experiencia. Lo cierto es que el señor nunca habló de su Olimpo, de sus compañeros inmortales, de las cosas
divinas. |
Habló de sí mismo, de la hermana, de las gracias, como se habla de una vida familiar- maravillosa y familiar. Alguna vez escucharon juntos a un poeta vagabundo, hospedado durante la noche. TÁNATOS No hay nada malo en todo esto. EROS. Nada malo y, por el contrario, palabras de consuelo. Jacinto aprendió que el señor de Delos, con aquellos ojos indecibles y aquella sosegada palabra, había visto y tratado muchas cosas en el mundo que podían ocurrirle también a él algún día. El huésped hablaba también de él, de su suerte. La vida menuda de Amiclea le era clara y familiar. Hacía proyectos. Trataba a Jacinto como a un igual y coetáneo, y los nombres de Aglaia, Eurínome, Auxo - mujeres lejanas y sonrientes, mujeres jóvenes, que vivieron en misteriosa intimidad con el huésped- eran pronunciados con una tranquila negligencia, con un gusto indolente que estremecía el corazón de Jacinto. Así se sen- tía el muchacho. Delante del señor cualquier cosa le resultaba fácil, clara. A Jacinto le parecía poderlo todo. ÁNATOS He conocido a otros mortales. y más expertos, más sabios, más fuertes que Jacinto. A todos los destruyó ese afán de poderlo todo. EROS. Querido mío, en Jacinto no hubo más que esperanza, una temblorosa esperanza de asemejarse al huésped. Ni siquiera Apolo el Radiante recogió el entusiasmo que leía en esos ojos -le bastó con provocarlo--; ya entreveía entonces en los ojos y en los bucles la hermosa flor salpicada que era la suerte de Jacinto. No pensó ni en palabras, ni en lágrimas. Había venido para ver una flor. Esta flor tenía que ser digna de él- maravillosa y familiar, como el recuerdo de las Gracias. y con serena indolencia creó esa flor.
TÁNATOS. Somos cosas feroces nosotros, los inmortales. EROS. ¿Quién puede decirlo? Desde los tiempos del caos no se ha visto más que sangre. Sangre de hombres, de monstruos y de dioses. Se comienza y se muere en la sangre. : ¿Cómo crees tú haber nacido? TÁNATOS. Que para nacer hace falta morir, lo saben también los hombres. No lo saben los dioses del Olimpo. Se lo han olvidado. Ellos permanecen en un mundo que pasa. No existen: son. Cada capricho suyo es una ley fatal. Para expresar una flor destruyen a un hombre. EROS. Sí, Tánatos. Pero ¿no vamos a tener en cuenta los hermosos pensamientos que Jacinto encontró? Esa ansiada esperanza que fue su muerte, fue también su nacimiento. Era un joven inconsciente, algo absorto, nimbado de infancia, el hijo de Amicleo, rey modesto de tierra modesta- ¿qué hubiera sido de él sin el huésped de Delos?. TÁNATOS Un hombre entre los hombres, Eros. EROS. Lo sé. y sé también que no podemos sustraernos al destino. Pero no es mi costumbre enternecerme ante un capricho. Jacinto vivió seis días en la sombra de una luz. De la perfecta alegría, no le faltó ni siquiera el final rápido y amargo. Ese que no conocen los dioses del Olimpo y los inmortales. ¿Qué otra cosa querrías, Tánatos, para él? TÁNATOS. Que Apolo el Radiante lo llorase como nosotros. EROS. Tú pides demasiado, Tánatos.
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Grupo
Cero / Índice / Otros
Números |
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
tu fragilidad a la que simone
martini tus presentimientos de abandonada y ese algo que inexperta más allá de la ingenuidad y del
recelo eso parecido a la aventura sonriendo pálidamente al fuego que
nada devolverá a Rubén Rodríguez Aragón con tu muerte no importará no será algo vendrá algo sin vínculos no estará en juego el «ángel tuerto» no habrá estaciones no por eso habrá descanso una indescriptible culpa ningún rastro con tu muerte |
a Agustín Zapata Gollán «En esta provincia de
calchines y mocoretaes por parecerme que En ellas ay las
ptes y cosas que conviene ... » allá por la fiebre haragana soñada cascabel mujer del aire sobre el agua has venido puedo ir para un lado puedo dar con lugares apacibles puedo llegar a tener suerte en el juego
y en la vida puedo sorprender puedo como antaño volver a enamorarme hoy te he recordado vagamente puedo reír y cantar puedo envejecer y enmudecer para
siempre eras alta antes de conocerte puedo tener rasgos bondadosos puedo ambicionar una amplia fortuna puedo hacer viajes exóticos morder la
espesura de un follaje
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Grupo
Cero / Índice / Otros
Números |
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
puedo emborracharme aquí o en el
extranjero puedo investigar o escribir luminosos
párrafos puedo ser adorado puedo rechazar la ternura puedo elegir mi destino puedo imaginar el tiempo que desconozco
hoy no he podido recordar tu nombre de la memoria puedo imaginar las
interminables apuestas Es buena, cuando duerme; Cuando calla, es buena Cuando grita o llora a Matilde Herrera Por qué hoy, precisamente, Mamá no lloraré nunca Por qué hoy se me ocurren Ah soledad que no puedo |
Por qué hoy no puedo estar alegre.
Descuido Por qué hoy me doy cuenta de que nunca
he tenido Cuando estuvimos desesperados, alguien No se la puede escuchar serenamente,
tiemblan Ocurre lo de siempre. Estábamos perdidos y la historia era
confusa. Nada Tu mano es necesaria para
sobrellevarla. También Nos apretamos las manos en la sala
impenetrable, temblamos Estábamos perdidos en aquel Hace mucho que nos pasó esto; la mano Desde aquella vez no sabemos qué hacer
con las historias, sabemos qué hacer con el miedo; no
sabemos Hubo muchas anécdotas como ésta.
¿Quién Seguramente al escucharla buscarás una
mano; será Tampoco sabrás qué decir cuando se
haga tarde; lo de siempre: Nadie esperaba una historia como ésta, tan lamentable ¿Por qué no llorar entonces? ¿Por qué no
perderse en la Se derramará sobre tu memoria, |
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Grupo
Cero / Índice / Otros
Números |
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
TREINTA
SEGUNDOS Una mujer que ha llorado copiosamente;
blanda Un hombre puede tener certidumbre o
desinterés: es Están apurados estos señores. Están el camino del ocio La mujer grita en el desierto, en los
techos; el cielo se derrumba No quiero volver Quiero calor, No quiero ausencias, No quiero seguir durmiendo No tengo ganas de regresar, Selección Karina Pueyo
|
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Grupo
Cero / Índice / Otros
Números |
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
DE LAS 2001 NOCHES - A veces me pregunto si no estaré enamorado de mi mismo. Envuelto entre percales horrendos de la nada, de la famosa y abierta soledad. -Su curación no está en lo que yo haga sino en lo que ella comprenda. -El me lo dijo con sinceridad: No quiero ser mortal, quiero ser libre y yo, con un dejo de nostalgia, por mi propia juventud, le aconsejé que se psicoanalizara cuatro veces por semana. - Limitar todos los sentidos, después de haber estado luchando durante veinte años para que se expandieron los sentidos, ha de ser mediante una fuerte represión. - Soñó que se comía un bocadillo de pedo y a la mañana siguiente se levantó con la firme decisión de ponerse a trabajar. - LIBERTAD, libertad, libertad para todos, en ningún caso debo dejarme llevar por las emociones; el cálculo, siempre es más simbólico que cualquier otro sentimiento. - Después de detallar un sin fin de causas como determinantes de la nerviosidad moderna, diremos que todo se debe a una coerción nociva de los instintos. - Hablando de la satisfacción sexual directa, diremos que su privación se paga con fenómenos que por su daño funcional y su carácter subjetivo displaciente, hemos de considerar como patológicos. - Debemos pensar que si el dolor, la falta de libertad, dependen de una compleja articulación de sentidos, sólo será posible revolucionar las estructuras que así lo determinan, en la articulación de las prácticas, sociales, sexuales, ideológicas. - Me parece estar llegando a un fondo del hombre. El no es ninguna otra cosa que un animal reprimido. Palabras ajenas a la razón de ser, como si todo fuera celeste armoricano. Vengo del sur dirán, soy una mierda y si ella me lleva todo el tiempo, quiere decir que estoy loco por ella, y eso en general no es ni bueno ni malo, es imposible. - Fue una mano blanca su mano entre la niebla. Dirán ¿a qué vivimos?, y yo contestaré: vivimos a morir. - No vuelvas madre, ya no te necesito. Dos mujeres es todas las resistencias pronunciables. - Ella no entra en ningún agujero. En el fondo somos dos funcionarios del amor. Un día huiremos los dos juntos, sin saber hacia dónde. - Ella más que hablar conmigo cuando hablo, se esconde en mis palabras. - Cuando muera quiero ser enterrado en la tierra. Después de muerto quiero que mi cuerpo se pudra y se mezcle con la tierra. Y así, todo será inmortal en mí. - Ella me dice que tendríamos que estar muy contentos y no sabe por qué no lo estamos. Ella siempre creyó que la vida era soplar y hacer botellas. Brújula ardiente y caprichosa, déjame en paz. Esta vez no quiero ir hacia ningún lugar, quiero saber dónde llegué, dónde viví hasta ahora. Antes de partir nuevamente, tendré que pedir que se me rindan algunas cuentas. - Ella es feroz, de mí no dejó pasar nada. No sólo la oficina de empadronamiento me daba por muerto, ella también. Todo es tan absurdo, todo tan irreal. Libertad, Menassa, decrete la libertad. Les habla el que vuelve después de la masacre. Conecto nuevamente, hablo una lengua que tiene el sabor de todas las derrotas. - Dejadme hablar, dejadme sonreír, soy el cantor del alba. - No es bueno esperar que las cosas vengan del cielo, no es bueno esperar que otro haga por mí lo que ni siquiera yo soy capaz de hacer. - Ahora que nadie puede quitarme lo que tengo, tendré. Después, encontraré la manera de huir de mí. Algún verso, alguna canción desesperada, me arrancará de cuajo. |
- No soy el señor que busca apasionadamente un destino, soy el hombre que busca desesperadamente tres destinos. Sin embargo acepto para mi vida una sumisión parcial. Una especie de canto desgarrado y, al mismo tiempo, civilizado. - Exaltado, furibundo, enajenado en los calores del tiempo inolvidable, donde la juventud, estaba sólo en el futuro esos días sangrientos, donde cualquiera podía dejar su marca para siempre. - Abrirme camino, y el cuerpo de mi madre se interponía como una roca imposible de perforar. - El anzuelo esta vez es para pescar desde boquerones hasta tiburones. Espero que el personal no recuerde durante el trayecto a su madre. - Mire doctor, sólo una vez tuve deseos de algo y traje la peste. Después me dije, mejor vivir arrodillada. - Cuando un mecanismo no funciona, la autorización es ponerlo en funcionamiento. Toda otra intención deja de ser psicoanalítica para transformarse en política. - Las ignorancias políticas más grandes las encontré en los gobernantes. - Después en medio de la noche, cuando busco alguna mirada compañera, no encuentro casi nada. Viejas batallas, viejas heridas, viejas glorias.
R. Clemente «Encontré su revista de poesía LAS 2001 NOCHES y enseguida la repasé con avidez. Su elección incluye a muchos de mis más queridos poetas (especialmente Aleixandre y César Vallejo) por lo que disfruté nuevamente con poemas que hacía tiempo no releía. Debo felicitarle por su gusto, sus poemas y por su iniciativa. Nada me parece más adecuado que difundir gratuitamente la poesía. Considero sus publicaciones de prestigio». Elisabet González. Nagold. Alemania «Descubrí su revista en la calle Libreros de Madrid y quisiera transmitirles mi entusiasmo por ella, mi apoyo y un pequeño donativo. Por desgracia, hoy se lee poca poesía habiendo en ella, según Aristóteles más verdad que en la historia, y siendo ella la que puede llenar el vacío con el que nos encontramos a veces a la hora de querer expresar ciertos sentimientos y pensamientos con el lenguaje normal. Y es que el hombre no está hecho para el barro, su alma siente y busca las estrellas... Gracias por dar lengua y pluma al espíritu y ¡adelante con esa revista! ¿Sería posible suscribirme a ella? Pedro Juvera García. Aula de creación literaria Universidad Autónoma de Madrid. «Vuestra revista LAS 2001 NOCHES ha conseguido uno de los mayores éxitos dentro de los espíritus jóvenes de Madrid. Seguid dándonos la energía de vuestros corazones y de vuestra poesía. Enhorabuena por un feliz trabajo que es para todos los hombres». Eduardo Edsel. Santa Fe. Argentina Les felicito por este feliz evento de mucha sustancia, de mucho valer. Les deseo continuidad en el tiempo y muchos buenos momentos de triunfo. Las 2001 Noches. Navegando mares en tu balsa enamorada. Espectros descarnados, patéticos, pensantes. DOS MIL Y UNA NOCHES, en obscuridad o a la luz de las estrellas -los galeotes remando hacia la Nada. O hacia la otra orilla. Dos Mil y Una Noches, singladura de cinco años y seis meses y veintiún días, con igual número de tibias alboradas, deslumbrantes amaneceres, en esa extraña compañía de tu balsa enamorada». |
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Grupo
Cero / Índice / Otros
Números |
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|
Conferencia dictada en San Miguel de Tucumán, Argentina.
Claramente, los organizadores me dan tiempo para una primera entrevista, pero no para una conferencia sobre psicoanálisis. Cuando esta mañana vi en La Gaceta el anuncio de esta conferencia, que debía dictarse entre las 21 y las 22 horas, pensé que me sería muy difícil en sólo una hora, que luego se redujo a 20 minutos, tal vez imposible, transmitir nada. Así que traté de olvidarme de algunas cosas y comencé a leer con cierta tranquilidad algunos escritos que yo considero de transmisión.
«No soy idéntico ni siquiera a mí mismo, trazo sin sustancia soy Ello capaz de engendrar lo que circula. Desfiladero material hacia la muerte, las palabras, después todavía, hablar, escribir, amar. Este tiempo es el tiempo de la creación, y no porque iremos a poner flores a ningún muerto, sino porque el hombre está en condiciones de afirmar que hablar, escribir, amar, son en realidad el mismo acto, el mismo verbo, ya que existe una simultaneidad, un tiempo diferente donde un acto concebido como generado en esa triple articulación, es lo que se ha dado en llamar desde antaño, sin entrar nunca en sus verdaderos mecanismos de producción, acto poético, es decir, producir lo que sólo existirá después, y es aquí, donde Poesía y Ciencia se confunden, podríamos decir, en un abrazo mortal para ambas.
Todo esto teniendo en cuenta: A.- A la palabra hablada sin la objetivación de la escritura, se la lleva el viento. B. -La escritura no puede alcanzar su objetivación como tal antes de la palabra hablada. C. -El amor antes de hablar y escribir es, si quiere el integrante, amor, pero con su madre. D. -Psicoanalizarse, si bien será obligatorio todo el tiempo que el integrante sea integrante, no será suficiente para ser psicoanalista. E. -El conocimiento no será lo que le falte al psicoanálisis individual de un aspirante a psicoanalista, ni será considerado conocimiento el conocimiento que se da fuera de los límites del amor. F. -En el tiempo en que simultáneamente acontezcan la palabra hablada, la palabra escrita y el amor, habrá conocimiento. G. -Hablar, escribir y amar son en realidad el mismo acto. H. -Cada integrante se autoriza a sí mismo al pasaje correspondiente, concibiendo en esa autorización, si es errónea, la sanción grupal, que por grupal será siempre diferente. Se sancionará la situación tal cual está dada: a¹ a. Uno no es igual a sí mismo. Si uno no puede cambiar, pretende ser igual a sí mismo, habrá que sancionarle». El Director de la Escuela Psicoanálisis y Poesía Grupo Cero, recientemente constituida, indicando con sus manos la dirección a seguir. A medida que avanzaba en la lectura, las cosas se hacían cada vez más calientes. Tucumán era, para mí, una palabra importante, De niño, yo ambicionaba ser un patriota y no sabía cuánto de carne o verso me costaría eso, pero ser un patriota, en mi niñez, pasaba siempre por la palabra Tucumán. Palabra que, al tratar de descomponerla, Tucu/man, en la precariedad emocional de ese momento, asocié rápidamente MAN con hombre y, también, con muerto (por un amigo mío muerto en la conquista del desierto). Y en TUCU, me daba cuenta que estaba el otro, pero para mí TUCU era inseparable, ya que significaba el canto y, a la vez, el nombre de un pájaro. Llegado a este lugar de las asociaciones, comencé a reír con ganas, con voluptuosidad de reír: los tucumanos, me dije, son hombres voladores, son hombres como pájaros, son pájaros perdiendo su libertad de volar para hacerse hombres, y, por el lado de la voz, me dije, son el canto mismo de la libertad, de la independencia. Y cuando caí en esa frase común, infantil, de que Tucumán tenía que ver, directamente y en forma mecánica, con la independencia, me di cuenta que no hablaba de Tucumán ni de ustedes sino, sencillamente, de mí. El hombre muerto que volaba, y su canto volaba con él, no era otro que mi hijo Pablo, asesinado en la vía pública hace 5 años. Me tranquilicé pensando que el psicoanálisis también hablaba para mí. El realismo del Grupo Cero no es tal realismo, porque su nivel de objetividad es la escritura que, como sabemos, tiene como función desrealizar. Y si el realismo ha sido superado, ha sido superado junto con él la avaricia que lo condiciona. El afán de poseer ha sido transmutado por la pasión de transformar, la verdad por lo tanto no existe sino como materia prima y su hallazgo sólo determina que podemos comenzar a trabajar en su transformación. «La poesía no necesita ni muchos ni pocos lectores, ella se conforma con una hoja en blanco, y si la hoja en blanco es la propia vida del poeta, mejor». Formar en psicoanálisis es transmitir y transmitir en psicoanálisis sólo es posible en el marco de la transferencia analítica. |
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Grupo
Cero / Índice / Otros
Números |
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Vienen por un saber que desconozco y harán brotar de mí, lo que no poseo. Tarea árdua la del guía que desconociendo el camino sólo confía dejándose llevar por el conjunto de esas pasiones, absolutamente, incapaces de distinguir un desierto de un poblado. Sé que todo el trayecto estará plagado de descubrimientos y fiestas. Cada desierto, cualquier desierto, será un descubrimiento, todo poblado, cualquier poblado, será una fiesta. Algo se alcanzará y algo se perderá en el próximo paso. Y el que quiera quedarse con el paso anterior contenerlo, aunque superado, no sólo será hegueliano, sino que terminará sucumbiendo víctima de su propia pereza. Y por último dando un pequeño paso más en la producción de una transmisión posible del psicoanálisis, les digo. Habrá Escuela y habrá Estilo y un estilo, aunque en el marco de una Escuela, no transmite nada, sólo se desarrolla. Para todo aquel que participe de su desarrollo se abre una posibilidad de Estilo. Esa apertura es lo que se transmite. Y la transmisión en estos casos es autogestionaria. Otra manera de comenzar hubiera sido, también, agradecer a los organizadores del encuentro y a la psicoanalista del Grupo Cero, Karina Pueyo que, en una secuencia de desaciertos, me hubieran permitido darme cuenta que, en mis 40 años dentro del campo del psicoanálisis, ya he producido mi discurso de transmisión. Es decir, hay algo en mis escritos que ustedes necesitan. Soy un escritor y el psicoanálisis es un trabajo muy duro para un escritor, ya que la mitad se hace escribiendo, es cierto, pero la otra mitad se hace hablando. Recuerdo una tarde con el Dr. Enrique Pichón Rivière, al que yo consideraba genial y él lo era. Yo me sentía su discípulo y, encarándolo, le hablé de su relación con los libros y, llegando a la conclusión de que siempre estaba con libros, aún en las situaciones más insólitas, le pregunté si él no era fóbico, a lo cual él, con maestría, me contestó con otra pregunta: «¿Y qué otra cosa que fóbico puede ser un psicoanalista?» En principio, y tratándose de psicoanalistas y de libros, quería decir que los libros no eran para un psicoanalista ni una obligación ni un deseo, sino una verdadera necesidad, como el acompañante lo es para el fóbico. A la semana, la frase se repitió en mí y, entonces, me di cuenta que el viejo me había mandado a estudiar. Algo así como decirme: -«Mirá, pibe, los libros no muerden». Y si me dijo cosa tan sencilla dando tantas vueltas, fue porque él sabía que yo quería trabajar de psicoanalista y me las daba de poeta. También es cierto que, años después, al recordar la frase, pensé que el maestro me hablaba del dinero. La fobia, pensé ese padecimiento de no saber, exactamente, a qué o a quién corresponden las cosas. |
Alteraciones en la constitución de la identidad sexual, es decir, operación de castración no suficientemente realizada. Esto es lo que le pasa al psicoanalista todo el tiempo, menos en el momento que le pagan sus honorarios. El dinero operaría la castración. Cuando alguien paga, es el que se psicoanaliza, queda claro en el acto de pagar, aunque las apariencias indiquen otra cosa, y el que recibe un dinero, no por haber vivido sino por haber realizado un trabajo, es el psicoanalista. Después, tal vez, dentro de algunas décadas, al repetir la frase, encontraré en el decir del maestro resonancias absolutas de la muerte. Es decir, que nunca sabremos qué le dijo, exactamente, Pichón Rivière a ese joven candidato a poeta, a psicoanalista. Lo que sabemos es que esa frase me trabajó produciendo en mí nuevas realidades, me interpretó, inventando para mí el campo del psicoanálisis. Esto es lo que, hoy, quería transmitirles. MIGUEL OSCAR MENASSA
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Grupo
Cero / Índice / Otros
Números |