LAS 2001 NOCHES ÍNDICE NÚMERO 12 |
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DICIEMBRE DE 1997, MAR DE PLATA. |
PRIMER NÚMERO ESPECIAL: POESÍA Y PSICOANÁLISIS |
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Dedico este
número a: Sergio Larriera, Roberto Molero y |
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Felicitar, felicito a todo el personal y el que no se sienta incluido que pida una sesión más por semana o por lo menos que la pague. Yo por mi parte me declaro vencido. ¡Cómo me duele declararme vencido! Nunca pensé que fuera a doler tanto, pero no quiero ya resistirme más. He sido vencido. Antes de morir veré una luz pero será pequeña. Este siglo fui vencido por el Estado
por la muerte, por la vida. Este siglo HE SIDO VENCIDO, por el amor
y fundamentalmente por los medios de difusión. Eso, me declaro vencido por los medios de difusión. Ejemplos de mi rendición: Yo, Miguel Oscar Menassa, poeta, de Madre nieta y bisnieta de araucanos, Lautaro entre otros, y de padre árabe descendiente directo del inventor de la palabra amor entre los árabes. Yo, a quien en verdad, sólo le interesa su próximo encuentro amoroso, me doy cuenta que ustedes (los medios de difusión) son unos genios, habéis conseguido en 20 años lo que algún yo ambiciona hace más de 500 años sin conseguirlo, lo que yo mismo sigo ambicionando, ser alguien importante para las personas con dinero, esos ángeles que hacen posible la respiración, esos pilares que permiten cierta perdurabilidad de cierto arte. Gracias, perdón y gracias... Enfrentado al Secretario de Salud Pública en lugar de insultarlo como un estúpido, lo felicitaré, le besaré los huevos por prohibir los medicamentos a los enfermos, ya que de esa manera aumentará la demanda de psicoanálisis. Gracias Señor Ministro, que creo que es una Mujer, por las dudas lo fuera, retiro todo lo dicho y pongo en su lugar estos inolvidables versos de amor. Nada te di, nada me debes. sólo puedes
amarme. Y algún día romperás las cadenas que
te atan. Nada tomé, nada te debo, no puedo ni amarte. ENFERMO CURADO POR EL PSICOANÁLISIS |
Basta de versitos, pibe,
MIGUEL OSCAR MENASSA
25 de Diciembre, 1997, MADRID
Hoy es 25 de Diciembre, una vez más, ha nacido el Niño Jesús, una vez más se nos brinda una oportunidad de perdonar a nuestros enemigos, una vez más esa repetición, infinita, nos da una oportunidad para ser diferentes, para comenzar una nueva vida, y estoy muy, pero que muy contrariado con la tarea de publicar, mes a mes, Las 2001 Noches. En este número 12, de Enero, el primero de 1998, cumplimos un año de vida. En un año hemos publicado a 54 poetas, 27 poetas americanos y 27 poetas del resto del mundo, en su mayoría europeos |
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(Almafuerte, Louis Aragon, Raúl Gustavo Aguirre, Roberto Arlt, Vicente Aleixandre, Rafael Alberti, Dámaso Alonso, Rodolfo Alonso, Bertolt Brecht, André Breton, Charles Baudelalre, Edgar Bayley, Juan-Jacobo Bajarlía, Dino Campana, Confucio, Blaise Cendrars, Luis Cernuda, Paul Celan, Evaristo Carriego, Robert Desnos, Rosalía de Castro, Leopoldo de Luis, Herácilto de Efeso, Juan Carlos De Brasi, Paul Eluard, Baldomero Fernández Moreno, Federico García Lorca, Raúl González Tuñón, Oliverio Girondo, Juan Gelman, Nazim Hitmet, Miguel Hernández, George Christophe Lichtenherg, León Felipe, Enrique Molina, Miguel Oscar Menassa, Eugenio Montale, Stephane Mallarmé, Friedrich Nietzsche, Olga Orozco, Carilda Oliver Labra, Césare Pavese, Antonio Porchia, Aldo Pellegrini, Germán Pardo García, Octavio Paz, José Portogalo, Esteban Peicovich, Gonzalo Rojas, Santa Teresa de Jesús, Concepción Silva Belinzon, Pedro Salinas, Alfonsina Storni, César Vallejo) y nos hemos dado cuenta que la única prensa silenciosa frente al fenómeno de 45.000 ejemplares de una revista de Poesía de difusión gratuita, a única prensa que se ha mantenido silenciosa, esquizofrénica, estúpida, amarilla, amariconada, defendiendo el pasado o a pequeños alcahuetes y lameculos, fue la prensa española, sobre todo los periódicos en los que más confiamos, todos los españoles, la posibilidad de enterarnos de la verdad, el diario El Pis y sobre todo su revista bobelia, aparentemente de literatura, pero en realidad comandada por las grandes editoriales que pagan, lo sabemos y aunque nos denuncien lo seguiremos sabiendo, para que aparezcan en ella, los libros que luego se venderán como cacahuetes y otros diarios, tampoco son mejores para con la poesía. Nada, no han dicho una sola palabra y no es que no se ocupen nunca de la poesía. Hablan, algo hablan, siempre y cuando cualquier boludo, cualquier carcamán haga, de cualquier manera, lo que ya estamos haciendo nosotros mucho mejor. Resulta que, ahora, hasta recitan poemas por altoparlantes, pero no quieren decir, bajo ningún concepto, nada de los más de 800 recitales realizados en estos 21 años, nada de las 35 cintas grabadas, con poesía y música, que venimos mandando a sus redacciones sin descanso. Ahora resulta que la poesía está de moda pero nadie quiere hablar de la tarea del Grupo Cero en ese sentido, en España, desde hace, exactamente, 21 años. 21 años gastando nuestro dinero y nuestra vida en favor de la Poesía y resulta que para estos gorilas modernos (poderes económicos de por medio) 21 años trabajando para la poesía, no son nada comparados con los pocos meses, apenas, desde que ellos descubrieron la poesía.
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PARA LA POESIA NI CAGATINTAS NI TENDEROS Menos mal, no tanto para nosotros como para la historia de la Poesía en España, que lo tenemos todo escrito. Menos mal que toda la Prensa internacional, ha dado cuenta de nuestro trabajo, menos mal que acabamos de publicar Las 2001 Noches, libro que se comenzó a escribir en 1976 y se terminó de escribir en 1997, menos mal que nunca necesitamos, hasta ahora, de los cagatintas y los tenderos, para crecer, para ser libres en el camino de la poesía. Me había prometido para este número publicar poemas de Miguel de Unamuno y de Gerardo Diego y pude muy poco, un soneto, algo así como un pequeño soneto a algo parecido a la poesía y con Don Miguel de Unamuno, fue terrible, a las 48 horas seguidas de lectura se me cayó de las manos. Primero tuve un poco de remordimientos, pero luego leyendo a Almafuerte (Poeta que por otra parte muy poca gente conocía antes de ser publicado en Las 2001 Noches) me quedé tranquilo: Las cosas hay que arrancarlas de cuajo y si no tengo fuerzas para arrancarlas tengo que ayudar a que crezcan. Es por eso que os digo, si no fueron capaces de hacernos desaparecer de la cultura, es hora de que nos ayuden a seguir creciendo y el nuevo nacimiento del Niño Jesús es una buena oportunidad para que cambien de opinión, para que sean más honestos, menos racistas. Por otra parte entiendo con claridad que, por ahora, es sólo o lo parece, una cuestión de gustos, pero prometo que, en poco tiempo más, tendré amplias teorías, razonamientos exquisitos de porqué me gusta o no me gusta una escritura. Todavía no he estudiado mucho el problema (sólo tengo 57 años) pero he notado que me gustan poetas dispares y entre sí muy diferentes y reconozco que entre los que me gustan, cada uno me gusta de manera diferente. CONGRESOS INTERNACIONALES GRUPO CERO MADRID-BUENOS AIRES Noticias tengo algunas, hemos estado en el mes de Octubre en Málaga, y Noviembre y Diciembre en Buenos Aires, hemos pensado algunas cosas, hemos realizado otras, hemos escrito otras 300 páginas en 3 meses, hemos amado a todas las mujeres, hemos hablado de la revolución femenina y hemos decidido que los meses de Febrero y Agosto no se publique la revista ya que, esos meses, habrá Congresos Internacionales del Grupo Cero, en el mes de Febrero en Madrid: LA DEPRESIÓN una enfermedad sin rostro y en el mes de Agosto en Buenos Aires: CLÍNICA PSICOANALÍTICA. |
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Este año 1998, lo comenzamos con muchas ilusiones: queremos llegar a publicar 60.000 ejemplares mensuales de Las 2001 Noches, queremos abrir la colección de Psicoanálisis «EL INDIO DEL JARAMA» con 40.000 ejemplares de difusión gratuita, para que el psicoanálisis sea algo para todos y no para unos pocos y, por último, queremos seguir avanzando en la construcción de nuestros propios medios de difusión, la radio y la televisión, en menos de dos años, serán nuestros, bueno algo de la radio y algo de la televisión, con todo el mundo nadie puede quedarse. A pesar de todos los éxitos, la presentación del libro LAS 2001 NOCHES, en Buenos Aires, fue sublime, estoy un poco triste, cansado de pelear con todo el mundo para que nos dejen seguir respirando, para que nos dejen seguir escribiendo. Verdaderamente cansado de no descansar nunca, por eso que pido a todos nuestros lectores, ya más de 100.000, que puedan darnos, haciendo un esfuerzo, sobre todo, de imaginación, algo más que ánimos para seguir, algo de dinero, por ejemplo, en estos sistemas de intercambio es, absolutamente, necesario para poder seguir adelante con nuestro proyecto de llevar la poesía al mundo entero y, por favor, no piensen tonterías, ya que la poesía no necesita vuestro dinero, sino vuestro honor. Ella nos ama, nos conjuga, nos brinda eternidad. 28 DICIEMBRE 1997, MADRID Es la primera vez que me pasa en Las 2001 Noches, hasta hoy, revista de poesía, aforismos, frescores. Y si digo hasta hoy, es porque esto de las post-datas, ha desviado varias de las publicaciones que he dirigido y no menos grandes amores. Cada vez que quise dar a entender algo más de lo que se veía, se producían grandes desviaciones y hasta catástrofes. Y hoy, precisamente, 28 de Diciembre, día de los Santos Inocentes, espero que sepan disculparme, quiero divertirme tomándome el pelo a mí mismo. Voy a Buenos Aires y les digo: Madrid es lo mejor, sin Madrid ni yo mismo sería verdadero. Vuelvo de Buenos Aires y les digo a los de Madrid: Buenos Aires es divino, sin Buenos Aires, ni mi escritura sería una escritura. Lo que nadie, sabe todavía es que todo, lo pago un poco con mi dinero y otro mucho con mi trabajo. Casi todo porque hay cosas que no controlo. Existe gente que de golpe hace algo, alguna mina, alguna vez, me quiere de verdad, algún enamorado de mis versos me lo dice: Mira Dr. tus versos me producen cien cosas a la vez, me gustan, alguna madrileña de golpe se levanta una mañana y se da cuenta que su vida es una mierda y me hace culpable de sus cambios. Y así voy por la vida tratando de arreglar con mi trabajo lo que desarreglo con mi poesía. No me va bien del todo en casi nada. Le encargo a dos poetas grandes, más que yo, de edad al menos, una recopilación de poetas de Buenos Aires, para poder realizar una antología, relativa, BUENOS AIRES POESIA HOY y la selección que no se han tomado ningún trabajo en realizar, o que se han tomado mucho trabajo en realizar, a mí no me gusta de ninguna de las dos maneras y entonces ahora pasa que nadie quiere poner el dinero para eso y entonces yo me desespero y pido por favor que me den otra oportunidad y les prometo a los señores del dinero hacer yo mismo la selección aunque eso me cueste pelearme con las dos o tres personas que, todavía, me llevaba bien, por decirlo de alguna manera. Y los señores del dinero al verme tan desesperado y conociendo, de antemano, mi manera de trabajar me dan esa última oportunidad y me dicen: Queremos que Usted mismo elija a los poetas de BUENOS AIRES, y recalcan lo de Buenos Aires, tratando de hacer una diferencia con la poesía Argentina. Y yo los entiendo, Buenos Aires es como un país entero, tratándose de la Poesía. La primera reflexión que hago es que ya no importa que el poeta esté vivo, sino que lo único que importa es que la poesía esté viva. Después me pasan cosas sorprendentes, me doy cuenta que mis mecenas aman la buena poesía y eso me pone contento, al fin he conseguido que el dinero y la buena poesía, tengan algo que ver entre sí. Nadie me pide que recupere el dinero invertido, todo el mundo a mi lado piensa que la buena poesía, tarde o temprano será un gran negocio y yo les creo, sobre todo, porque todos me creen capaz de elegir siempre por la buena poesía. Entiendo que millones de poetas habrán querido llegar a este lugar sin conseguirlo, por esto estoy contento, por ese lado me llegan fuerzas para seguir luchando, si fuera necesario, contra todo. 29 DICIEMBRE 1997, MADRID Hoy me levanté deprimido. Me doy cuenta que nunca un número de Las 2001 Noches me ha costado tanto como me cuesta éste. Ya había elegido poemas de Borges, Pizarnik, Juarróz, y otros grandes pensadores y algún que otro poema mío. Pero, también, es cierto, que estoy navegando hace más de 5 días en un no saber qué hacer con este número. Fijar una posición, fijar una posición, me gritan desde lo profundo de mi alma, voces airadas de dudas y rencor. Fijar una posición, dejar bien claro, quién es, en realidad cómo es, el director de Las 2001 Noches, revista que ya es la más importante en lengua castellana. Fijar una posición que todos los socios de honor puedan enterarse sin renunciar a su honor que yo soy capaz de utilizar todo el espacio de un número para hablar de mis cosas, porque creo, con firmeza, que hablando de mis cosas me acerco mas y más a la poesía. Llenar este número, aparentemente, con cosas mías, el primer número del año 1998, hará posible luego la continuidad de la revista y no sólo eso, también, me ayudará a elegir mejor a los autores de los próximos números y yo creo, aunque también puedo equivocarme, que aclarando todas estas cosas conseguiremos más dinero para seguir. Y seguir es seguir amando la posibilidad de un renglón en la historia de la poesía, eso es todo. |
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Benalmádena-Costa, Octubre de 1997 Estoy a un metro del mar, sentado en una reposera del hotel, en la playa privada. Esta mañana, precisamente, es tan privada que soy el único hombre semidesnudo frente al mar, a un metro de distancia. Me meto hasta las rodillas en el mar y ahí me mojo con Hoy quiero liberarte de la responsabilidad por mi trabajo. No fue que trabajé como una bestia para que vos pudieras vivir como una reina. Fue que trabajé como una bestia para poder soportar que fueras una reina y vivieras conmigo. Algunos, algunas podrán decir: una pequeña reina de su propio corazón, una reina sin reino dirán otros pero frente a la poesía siempre te comportaste como una verdadera reina del mar. Fuiste capaz de acallar el sonido de las olas para que yo escribiera ese silencio. Después, también, tantas veces, fuimos esos dos estúpidos haciendo compras en el supermercado creyendo que el problema de la humanidad era el precio de las alcachofas o el precio al consumidor del tomate de las granjas de cercanías, los putos o los negros, o la crueldad con la que nos había tratado la vida haciendo de nosotros, dos exiliados, dos extranjeros a todo, también a nosotros. Sin embargo, hundimos, con pasión arrebatada, nuestras manos en las entrañas de la vida y algún girón le hemos arrancado, algo de vida hubo para nosotros. También hubo muerte y humillación, dolor y enfermedad y tuvimos que comprobar el horror de la traición por un pedazo de pan y algunos de No sólo asesinaron brutalmente a uno de nuestros hijos, a Pablito, en medio de la calle, casi delante de nuestros propios ojos, sino que todos los días, por la televisión, miles de jóvenes como Pablo morían delante de todo el mundo sin que nadie hiciera nada. Todos exclamábamos, iQué horror! iQué horror! pero nadie podía hacer nada. La policía estaba comprometida en ciertos tráfico a ilegales u otras yerbas. Los estados eran gobernados con el dinero del contrabando de drogas y de armas, hasta nucleares, y todos nos mirábamos unos a otros y exclamábamos, jqué horror!, jqué horror! y cuando no los mataban a los 20 años, los empezaban a violar a los 5,a los 7, a los 9 años. y hay un montón de diversiones organizadas por compañías, se podría decir de turismo, donde niños y niñas de- esa edad y sus mutilaciones, maltratos y vejaciones, son en algunos casos la diversión de jueces, magistrados, uno que otro presidente de algo, locutores de radios y maestros, ¿te das cuenta lo que nos hicieron ver? Los maestros de la escuela, vejaban y maltrataban a los niños, en lugar de educarlos. ¡Qué hijos de puta! y nosotros no podíamos morir, tampoco podíamos cerrar los ojos. Nunca nos poníamos de acuerdo en el precio de las cosas. Para mí las cosas siempre eran baratas. Estar alIado tuyo para mí, hacía poco todo precio. Fuimos de tal manera libres que ahora eres una mujer que está cerca mío, aunque estemos lejos. Eres un verdadero invento. Una mujer que está ahí aunque no esté. Una mujer que me permite estar allí cuando, en realidad, estoy aquí.
Un verdadero invento y no sé quién inventó el amor entre nosotros, pero no nos importa y no creemos demasiado. Lo hacemos, el amor, lo hacemos y cuando no lo hacemos, hacemos otras verdades, fabricamos otros sueños que los de la especie, esos días que nos levantarnos enamorados de los puetes, de las vías férreas, de las autopistas, de todo aquello que separa a los amantes para que luego se vuelvan a encontrar en otros caminos, otras ciudades, otros amantes.
Yo y vos, querida, hemos participado en esa historia Ahora, hoy día, para decirlo de alguna manera, he cumplido 57 años que, en parte, son míos y; en parte, son del mundo.
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Hay veces que todo me lo debo a mí, hay veces que todo se lo debo al mundo, tanto unas como otras veces sólo existen, para mí, por tu presencia. Sin vos volando por el salón de la casa como si fuera un aeropuerto internacional, yo no hubiera podido concebir que el destino de la poesía era volar y, tampoco, sin ese vuelo permanente anunciando el porvenir, hubiera podido concebir la idea de Las 2001 Noches. Tus ideas eran todas maravillosas, se te ocurría cada cosa y yo, que era muy arnbicioso, trabajaba para todas tus ideas. Bueno así, llegarnos hasta aquí. Hoy mismo, en el acto de esta carta que, con amor y pulsión, te escribo, abandono el ejército, (basta de jefes) abandono la fábrica (basta de patrones) y abandono la universidad (basta de maestros). A partir de ahora te amaré en los espacios abiertos del poema, en el mar, en las grandes ciudades extranjeras donde nadie nos conozca. Nunca tanto amor. Vivamos donde vivamos, a partir de ahora no nos adaptaremos a nada. Seremos siempre extranjeros. Eso vengo, en parte, a pedirte en esta carta. Un último viaje, por fin, un viaje verdadero: Construir en los próximos 30 años, vivarnos donde vivamos, digo no importa dónde sea, Madrid o Buenos Aires, vivamos donde vivamos, construir para nosotros dos y si algún otro quisiera, una muerte extranjera. Quiero decirte que ahora que me toca un poco de fama y cierta cuota de reconocimiento, yo no quiero nada de eso, aunque reconozco haberlo ambicionado alguna vez, ahora quiero quedarme tranquilo. Escribiendo cuando a mí se me dé la gana. Trabajando cuando a mí se me dé la gana. Estando juntos cuando a mí se me dé la gana mis versos. Pero esta vez jugando de verdad al vuelo de tus labios, al sonido estremecedor de tus caderas rompiéndose, para mostrar al mundo que este siglo que no se pudo casi nada, nosotros dos pudimos amarnos en libertad. Estuviéramos cerca o lejos, nuestro amor, nuestro famoso, infinito amor, no era otra cosa que una nueva manera de pensar el universo, aunque debo reconocerlo, con mis versos y algunas historias mal contadas entre amigos, le hice creer a toda la humanidad posible, que garchar era lo único que hacíamos. Nuestros culos, tus tetas y mi pija, aparecieron por doquier, sobre mi pija hicieron un simposio en la Facultad de Psicología de Buenos Aires, pero nadie entendía nada. Eran ejemplos de una manera de pensar, esas anécdotas no eran nuestra vida, sin embargo, sería bueno pensar que tanta pasión, tanta carne sexual entre nosotros fue, precisarnente, lo que nos permitió la vida. A veces, tratándose de la sexualidad, éramos capaces de grandes estragos, casi sin darnos cuenta. Después, siempre, alguno de los dos, a los años, encontraba en algún cajón perdido, la carta de algún enamorado, alguna enamorada. No era que hacíamos todo el día el amor. El amor necesitaba, históricamente, que pasara lo nuestro. El mundo necesitaba saber que la «energía» (para llamarla de alguna manera) que produce el placer genital reproductivo en todos susparadigmas, la pasión del acoplamiento de las bestias para la reproducción o sus desviaciones, no se puede sublimar. Porque la sublimación es un mecanismo del sujeto psíquico y no de la especie. Alguien tenía que demostrarle al mundo que habían equivocado el destino de todo un siglo, pensando que la «represión genital» hacía al hombre más civilizado, mejor dotado para el arte, para las construcciones sociales. y yo y vos, amor mío, que, a veces, parecemos tantos, lo que deberíamos mostrar que no estoy seguro de poder hacerlo: El animal no puede ser doblegado por el símbolo. Sabiendo que va a morir lo único que le interesa es acoplarse, amar, (follar, garchar en lenguas más correctas). Por eso que lo único que se puede hacer para poder alguna cosa, es dejar de amarse a sí mismo yeso es lo que las bestias no pueden. Quiero tranquilizarte, diciéndote que, esta vez, no será necesario sostener con nuestros cuerpos estas escrituras; porque estas escrituras ya están sostenidas. |
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Algo hemos logrado, nosotros, al menos somos un escritor. Desde aquí, a un metro del mar, las olas me salpican y yo trato de decirte que estoy pensando, pensando concretamente, nuestros próximos o últimos 30 años y no es que ahora deberemos cambiar porque hemos hecho las cosas mal. Es que las cosas a cierta edad son otras cosas y por eso deben ser hechas de otras maneras. Nuestros hijos son grandes, tienen todo nuestro amor y algunas pesetillas para seguir creciendo, eso-quiere decir que de eso ya somos libres.
Yo por mi parte he trabajado lo suficiente (aunque no haya ganado lo suficiente) como para pasarme 30 años a un metro del mar, escribiéndote. y si consigo mantener algunos Este siglo fue tuyo y lo perdiste como una madre que se deja ganar al ajedrez, siendo campeona de eso, por su hijo. Sólo para que el niño sienta el olor del triunfo, la alegría de vencer a alguien por nada. Ayer perdí todo el dinero que tenía destinado para el juego. Habia aguantado lo que se dice hasta ayer sin perder ni ganar una peseta, pero ayer lo perdí todo. Me acosté pensando que algo me faltaba por aprender, algo, evidentemente, no se había hecho carne en mi pensamiento, todavía debía pagar por mi psicoanálisis. Ahora espero al señor de la toalla, todo me subleva. Cualquier injusticia se hace carne en mí, aunque como vimos en renglones anteriores no todo pensamiento se hace carne en mí. Estoy llegando a las más importantes conclusiones de mi vida. La verdad no sé mucho acerca de las cosas que hago o que, directamente, me pasan: Cuando juego quiero demostrarme a mí mismo que fui un boludo trabajando tanto, cuando en una noche se podía ganar lo mismo que en muchos años trabajando. Entonces, en el juego, perdía. Después, es cierto, en la vida ganaba casi siempre, porque todo lo hacía trabajando, pero cuando jugaba, negaba, yo también, como todo el mundo actual, el trabajo. Hoy que ya sabía cómo se hacían las cosas, se nubló. Nuevamente me toca un retiro espiritual. Dejar que las cosas ocurran tal cual tengan que ocurrir, pero yo no tengo que estar en las cosas. Haber aprendido esto, este mes me costó 2 millones de pesetas. Lo que cuesta vale. Para mí sólo existen Buenos Aires y Madrid. Tengo que poder quedarme en mis cosas, la casa que conseguí comprar, la familia que pude construir, el trabajo que con suficiente eficacia realizo. Pagar 2 millones de pesetas para separar lo real de lo simbólico, nunca es mucho dinero. Amor mío, Málaga era, tal vez, mi última posibilidad de ser joven, fundando un nuevo lugar, pero no me dejaron. Las bestias, por lo menos frente a mí han preferido seguir bestias, como todo el mundo, pero como yo ya no era joven, sino que estaba simulándolo, me lo tendrían que haber puesto más fácil. Pero la vida es así, amada mía, si todo el mundo está empeñado que tengo 57 años, y que eso para la vida que hice, el pensamiento que amé y los versos que escribí, es ser muy grande, tendré que tener 57 años y ser muy grande. Y una persona grande está sentada en algún lugar, en algún tiempo, esperando que alguien quiera saber de qué se trata. Cuando yo era joven, como todos los jóvenes, de cualquier porquería que me encontraba por la calle, hacía vida. A mi edad, cuando me encuentro con una porquería no puedo entender que, todavía, ocurran esas cosas y la dejo porquería. A veces me impresiona el horror de las diferencias temporales. En el mismo momento, en la misma ciudad, un hombre pertenece al futuro y otro al pasado. Querida, querida, me molesta un poco que con todo el dinero que nos hemos gastado este mes, no hayamos solucionado ninguno de los grandes problemas de la humanidad. Si puedo parar con la máquina triste que me quiere matar. porque otros murieron, porque otros fracasaron, podré evaluar positivamente mi situación vital. No es poco lo que he conseguido y ya ha pasado la peor parte. |
Una vez más lo único que deseo es quedarme en lo que pude construir con mi trabajo. El resto no me pertenece. Libros, amores, hijos, una manera de decir. También me doy cuenta que lo ya conquistado no se puede dejar. Es sobre lo que ya tenemos que quiero más: Si ambiciono vivir por lo menos hasta los 80 años, algo tendré que modificar de mi vida actual. Hay algo que no digiero bien, hay algo que me duele haber perdido. Amor, amor, yo quiero vivir y no me importa lo que haya pasado, yo quiero seguir viviendo, aunque reconozco que estos años anteriores, muchas veces, tuve culpa de seguir viviendo. Ahora, sólo quiero vivir, ahora sólo quiero que todo el tiempo que me quede por vivir se llame con mi nombre y apellido. No me gustaría que dijeran: Menassa hacía el amor así y estuvieran hablando de mis amantes más torpes. No me gustaría que dijeran: Menassa hace así con el dinero y estuvieran hablando de algún socio mezquino. Y tampoco me gustaría que dijeran algo del Grupo Cero sin haber leído antes mi escritura. Pero tengo que saber, y por eso te amo, que todas esas cosas que no me gustaría que pasaran, pasarán. Estuve en la suite escribiéndote y ya había llegado a la página diez, ahora espero al señor de la toalla y la colchoneta. Estoy sentado en las escaleras, el sol me da de lleno en la cara. Las otras personas que esperan como yo, están impacientes, un poco por la espera y otro poco porque me ven escribiendo. Ahora te escribo ya sentado en la reposera a un metro del mar. Hace airecito pero el sol está fuerte. Te hablo de estas cosas para que se sepa que un hombre como yo, se tira en una reposera, espera por una toalla para secarse a la salida del mar, se deja besar la punta de sus delicados pies de bailarín, por las olas más generosas que llegan a la orilla. Y, a veces, tengo ganas de cagar y cago y me duele la barriga y, a veces, me tengo que cuidar en las comidas y siete veces en mi vida no tuve erección. Una vez por cada deidad de cada día de la semana. Siempre me sentí inferior al universo, en general y frente a cada planeta en particular. Recuerdo aquellas encrucijadas de mi infancia donde todo lo grande era lo divino. Por eso fue que de adolescente y, a veces, ahora mismo me pasa; cuando una mujer dice que soy un Dios, yo inmediatamente lo relaciono con el tamaño de mi pija. Bueno el tamaño que ella, en realidad, otorgaba con su grandeza y quitaba con su crueldad. Ahora dejo de escribirte y no porque vaya a hacer ninguna revolución o conquistar ninguna amante imposible, te abandono para ponerme crema en la piel, para durar más años. Es decir, me alejo de ti un instante, para tenerte todos los instantes. |
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Así fui escribiendo mis versos, y si no, nada hubiera sido posible. El sol juega conmigo, hace como que está pero no está. Todas las cosas, me digo, están pero no están. Es cuando nos dejamos usar por las palabras que las cosas existen, aún, las imposibles, como el amor, el goce. Abandoné un poco la escritura y miré el mar, un largo rato, porque había sentido que esta carta podría ser un libro y eso me detuvo y descubrí el mar en esa detención. 57 años no es moco de pavo, como queriendo decir, en mi barrio, que 57 años era una cosa respetable. En mi barrio hasta los delincuentes obtenían cierto perdón, cierto prestigio a los 57 años. Sé que ya no vivimos en mi barrio pero, quiero decirte, amada mía, que a mí, eso, no me importa un carajo. Porque mi barrio soy yo y el que no quiera o no pueda tenerme un poco más de respeto, ahora que tengo 57 años, lo mandaré a tomar por culo, en buen porteño a la concha de su madre. Justo en este momento se me ocurrió una frase un poco rara pero igual la pongo, por las dudas: Viva Perón aunque Menem decaiga y en esa frase sentí que había comprendido algo del peronismo, algo de nuestro exilio, algo de la vida en general, también me di cuenta que Menem comienza con las letras de Men-assa y que la partícula separada es capicúa como el nombre de la frase. Espero que me permitas, amada de las tiernas horas donde todos éramos gloriosos porque un destino grande nos esperaba, recordar cuando todos éramos jóvenes y valientes, cada uno a su modo, luchábamos por una patria peronista: Pan para todos, trabajo para los peronistas que éramos todos, educación para todo el mundo también para los niños. Los niños en la Argentina antes de Perón, no existían. A los niños en Argentina, los inventó Perón. Y, eso sí, fundamentalmente por eso éramos muy peronistas: una mujer sería nuestra mente. Una nueva mujer poblaría la historia de mujeres. Su grito de libertad e igualdad, arrancaría al hombre de su letargo. Ella, entregada toda ella al mundo, para nosotros nació con el peronismo, se llame como se llame, esa mujer, nació con el peronismo. Vos también sos esa mujer. Yo había nacido en un barrio periférico, nunca tenía fuerzas suficientes, para imponer mis ideas, siempre prefería inventar una nueva idea. Después, como ya te dije que no tenía fuerzas para imponer las ideas, las dejaba ahí, ahí, donde estuviera, a la benevolencia o malevolencia, de los caminantes del viento. Te amo y te recuerdo, aún en estas tontas digresiones, tan importantes para la humanidad que no termina de enterarse, porque ni yo mismo, hago los esfuerzos necesarios, porque estoy amándote o recordándote todo el tiempo. Y el mundo se hunde, el siglo se termina, pero nosotros no. Nosotros estaremos atados, por mis versos, a las vertientes del hombre que no desaparecen.
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Por eso que cuando yo te digo que habrá alguna luz para los hombres, te hablo del futuro. De nosotros, de nuestra oscuridad ya se habló hace cien años. Nosotros sólo podemos padecerla. Me vuelvo a meter en el mar y pienso que viviendo en España, es para mí todo un récord bañarme en el mar a fin de Octubre y gozo con meterme en el mar y gozo al salir con el sol y el viento, muy parecido a las playas de nuestra juventud, pero debo reconocerlo, siempre me atraviesa un dolor, una incomprensión dolorosa. Como te decía en páginas anteriores: Millones de jóvenes asesinados delante de todo el mundo, millones de jóvenes drogados porque no hay trabajo ni educación para tantos, millones de jóvenes educados mal, por orden de los gobernantes, estupidizados hasta más no poder. Hoy día, cualquiera podría decir con sencillez, menos mal que existe la familia. Y algo de razón tendría. El sol es abrasador. Me muero de contento pensando que estoy en el mar a un metro de distancia. Me vivo de contento pensando que muchísimos colegas de todo el mundo están trabajando y yo aquí tomando el sol. Bueno, me digo, alguna vez me tocaba a mí y si me gusta mucho, que me está gustando, habrá que repetirlo. Hablé con Carmen, están desmontando la sede Málaga, en unas horas más yo seré libre y Málaga será del Grupo Cero. Estoy contento con todos los trabajos realizados y si, a veces, no estoy contento es porque algún trabajo no se ha realizado. La ambición de las olas: hablar como Freud, cantar como Gardel y garchar como nosotros dos, hace unos días, en el baño del hotel, contra el lavabo, mirándote al espejo me metí entre tus nalgas y algo te resististe. No quiero hacer alarde de estas virtudes vegetales, pero mientras te la metía, sentí que murmurabas entre dientes, canciones, melodías lejanas, abiertas notas de cantos insondables y te reías, feliz, enamorada. Mientras te la metía te miraba por el espejo y murmurabas entre dientes: manifestaciones de millones de hambrientos pidiendo pan. Millones de niños infectados pidiendo piedad. Lugares, amada, tiempos del hombre actual, donde las enfermedades que, generalmente se producen por las vías reproductivas ocupan un lugar preponderante en las oficinas del Estado y nadie se ocupa de nuestro amor. Estamos condenados, te lo dije, estamos condenados a demostrar la importancia del trabajo. Para que haya amor entre nosotros tendremos que hacerlo. Y esa es nuestra condena y nuestra dicha. Existir, apenas, cuando el amor brilla para nosotros. El resto todo el resto, es producir el surgimiento de un poema. Muy jóvenes, como Paul Eluard, abrimos nuestros brazos a la pureza, pero nosotros escapamos enseguida cuando nos dimos cuenta que lo puro era ciego. Después vino el exilio y era todo muy divertido. Vos seguías siendo una reina como en Buenos Aires, bueno vos no podías dejar de ser una reina. La diferencia con Buenos Aires, que casi se hace una cuestión entre nosotros era que en Madrid yo, todavía, no tenía trabajo. Pero tampoco fue como creímos en su momento, que tú me pedías algo que yo no tuviera, por envidiosa y cruel. Era que yo, no tenía lo que todo hombre tiene que tener: Un trabajo, billetes de 10.000 pesetas en el bolsillo, y sobre todo confianza en sí mismo, en sus cuentas bancarias. Al principio yo me decía, un hombre así no escribe un verso ni que se cague en Dios. Así, que cuando te ponías así, yo no te pegaba, porque en esa época era un libertario, pero no te daba pelota. Después, cuando me di cuenta que la gente que me rodeaba no tenía ni para darle de comer a sus hijos, comencé a mirar la idea con simpatía. Había una vertiente de la idea que me enloquecía, si yo conseguía trabajar, hacer efectivo mi trabajo, como ella decía que era efectivo mi sexo, ella me amaría dos veces. Me amaría porque ya me amaba, tal vez, por mi grandiosa pija marinera, tal vez, porque yo siempre escuchaba sus gritos de libertad y si, ahora, tengo dinero, me amará por segunda vez por mi dinero o por mi manera de gastarlo aunque ella no esté o el modo de ganarlo o la planta llamada de la moneda que, con tanto amor, regábamos en nuestra juventud. De golpe pensé que aunque yo no lo quiera o no lo ambicione, algún joven, algún hijo nuestro, alguna criatura incansable, puede querer aprender algo de mi escritura y esa posibilidad, guía todo el sentido de mi escritura. |
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Querida, amor mío, amor en general, juncos abiertos en todas direcciones: Hoy es el último día de playa de este viaje, mañana a esta hora estaré viajando hacia Madrid. Espero cosas normales, viajar bien, sin problemas. El saldo; como diría un general victorioso, a quien la victoria le haya costado perder muchos hombres; lamentable. Hemos triunfado, pero también hemos perdido. Pérdidas irreparables, inolvidables, heridas siempre semi-abiertas, a punto de abrirse en cualquier momento pero, también, hemos triunfado. Dentro de cuatro días habrán pasado cuatro años de la trágica, inesperada muerte de Pablo, nuestro hijo Pablo. Esta carta, en realidad, parece un pliego de condiciones: Es necesario después de cuatro años, dejar morir a los muertos para que ellos, a su vez, nos permitan comenzar a vivir, nuevamente: Con libertad, con soltura, llevándonos al mundo por delante, porque seguimos siendo hermosos y valientes, cualidades que no envejecen ni con la muerte. Dar por muerto a Pablo, que está muerto hace cuatro años, permitirá que nosotros, que aún estamos vivos, podamos resucitar. Abandonar las tumbas, esa melancolía errante. Hagámonos sospechosos delante de todo el mundo de querer vivir. De querer plasmar en una vida plena todas nuestras muertes amadas. Una vida mi amor, donde haya sitio para todo el mundo, también para los vivos, para nosotros. Una vida, querida, que será contada con orgullo por hijos y nietos y bisnietos y algún que otro intelectual, enterado del fenómeno. A veces, éramos los puntos cardinales opuestos para poder amamos con mayor libertad. Llegamos a ser aristas de triángulos diferentes, para poder amarnos en esa nueva dimensión. Nuevos decires atravesarán nuestra vida para siempre. Ya nunca más en nuestra familia se olvidarán del mar. Este mar, por ejemplo, desde donde te escribo, esta carta perdida y encontrada, sentado a un metro de las olas. No aguanté más y me metí en el mar, 30 de Octubre, en España y, ahora, estoy contento y quiero que todo el mundo esté contento y me doy cuenta que estoy a punto de cometer el mismo error, una nueva vez y rectifico diciéndolo de la siguiente manera: La felicidad, lo poco de felicidad que nos permite la vida actual, depende del trabajo de cada uno. El que no sea capaz de trabajar por su felicidad no tendrá ninguna felicidad. Y esto es, a la vez, querida mía, una mala noticia: Nuestra felicidad depende de nuestro trabajo y, al mismo tiempo, una esperanza, con mí trabajo, sin esperar la ayuda de Dioses que, en general, no existen y sin esperar la ayuda de ministerios que no existen para mí; es posible algo de felicidad, con mi trabajo. Sin duda es una esperanza. Espero que el siglo que viene los poderosos no utilicen estas frases para dominar, con el asunto del trabajo, con mayor eficacia a un número, siempre, mucho mayor de trabajadores. Escuchad, el mundo es, verdaderamente, de quien lo piensa. Escuchad, amada. Escuchad, amadas. Escuchad, damas en general. Lo nuestro fue posible porque venía en un poema. Un poema, os explico: una manera diferente de concebir el horizonte, el límite, la zozobra, la caída. |
Lo hemos aprendido todo, mi amor, casi todo porque venía en un poema. POEMA: potro alado, yegua volcánica, mujer sostenida en el aire más de dos siglos por la vertiente oceánica de un verbo enamorado, hombre declinando, sin poder caer nunca del todo, sin poder tocar fondo jamás. Y un poema, también, es una pequeña ola, sin corazón, sin vientre, acariciando suavemente a una piedra muerta. Fuimos alcántaras, nueces perdidas, hojas de periódicos olvidadas. Te digo, mi amor, quiero que entiendas, exactamente, lo que te digo, mi amor: Si llegamos a sentimos viejos, estamos perdidos. Uno debe sentirse un hombre de su edad (una mujer, se entiende) y si alguien me confunde con un joven, será para faltarme al respeto con menos trabajo, aunque yo no lo tenga y si alguien me trata como a un viejo, es porque considera que soy descartable, pero yo, tú si quieres, sigo siendo un hombre de mi edad. Juventud y vejez son dos argucias de los sistemas del Estado moderno. Sabemos que un niño de 8 años puede considerarse un experto en matemáticas, llamadas por algunos, superiores, o problemas de la lógica emparentado con la producción de conocimiento y un viejo de 80 años puede dar una conferencia de 1 horas de duración, en pie, o echarse un polvo, tranquilamente, en esta misma playa, desde donde te escribo. Cuál es la diferencia entre un niño y un viejo cuando un río de lava hirviente baja de la montaña, cuáles las diferencias entre un hombre y una mujer, frente a un tifón marino o frente a una borrasca loca y sedienta. Adiós mar, ahora volveré a hacer las maletas y mañana partiré, espero encontrarme contigo, en algún mar perdido, en Diciembre en alguna playa argentina, aquella de mi juventud. Te amo mar y después de haberte descubierto te entrego, para que ella haga su deseo. Amor mío, amor mío, amores, estrellas, lejanas soledades, tierras fértiles, amor mío, amor mío, ¿serás algún amor? Hoy me termino de dar cuenta que la vida misma tiene su oscuridad. Todo fue bien, entonces, podemos comenzar. Hoy me cuesta más escribir que días anteriores. Hace más de una hora que estoy a un metro del mar y, todavía, no he comenzado a escribir, ya me metí dos veces en el mar, pero escribir me cuesta. Pienso, sarcásticamente, lo que cuesta vale, frase que me lleva por un lado, a la publicidad que hace, actualmente el Grupo Cero, tratando de enseñarle a la gente, en general, el valor del psicoanálisis y por otro lado al segundo apellido de Amelia, a la cuesta de San Vicente, a de Lucia Vicente, que sos vos, a «questa» ragazza é molto bella; partiendo la palabra, la C, podría ser la concha de mi madre, y las «huestes» de amores padecidos para desprenderme de tanto amor. Y amor, amor de mis amores, poesía y tus piernas abiertas, siempre abiertas al sonido espectral de los tambores. El valor, terminé pensando, es lo que no se ve, por eso es fácil suprimirlo del pensamiento. El valor de las cosas, el valor del trabajo, eso ya nadie, casi nadie lo tiene en cuenta. De última, mi amor, lo que cuesta vale, equivale a
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decirme ya soy un poeta, todos los esfuerzos, todos los sufrimientos, todo el goce, todo fue necesario. Una mujer desnuda se introduce levemente en el mar. Cuando pasa a mi lado, me mira, sonríe, dice palabras, en un idioma desconocido, a las cuales yo contesto. Sí, muy frío, muy frío... Y ella se mete, como decía, levemente en el mar. Siempre tuve que ver con mujeres extranjeras, hasta vos fuiste para mí una mujer extranjera. Yo había nacido en medio del asfalto, vos habías nacido en medio de la pampa. Yo era un hombre, vos eras una mujer, siempre fuimos extranjeros a todo. Y, después, te lo digo, cuando te escribo, otros nombres me vienen a la mano, pero no los escribo, no tanto por lo que vos o yo podamos sentir o pensar de no ser únicos, que ya lo sabemos sino, precisamente, por lo que puedan sentir las no nombradas. Por eso sólo te nombro a vos y sé, al decirlo, que he caído en la trampa. Tú podrías decir o declarar, según las circunstancias, que todas esas mentiras fueron publicadas sin tu autorización y cualquier otra podría decir que de no ser que algunas hubieran sufrido por no haber estado, ella hubiera estado. Me sobrepongo de mi caída mirando el mar, hay algo infinito aunque no eterno en el mar. Algo me sobrecoge en el mar y lo abandono. Te escribo, ahora, desde la terraza de la suite. El sol es abrasador y, por otro lado, tengo que terminar la carta. Sólo me queda hoy, lo que falta de hoy, ya es la hora de comer, y mañana. Dos días y una misión, terminar la carta pero, también, hacer las maletas, volver a guardar los cien libros que traje para entretenerme, las 1.000 páginas que traje para corregir, las camisas, las corbatas, los calzoncillos sucios, también, de amor, y terminar esta carta y despedirme del Casino. Ahora espero la comida. ¿Quién me ha visto y quién me ve? Voy a almorzar una tortilla de espinacas y una ensalada de endibias. Brutal. Lo que me ha pasado a mí en la vida, mi amor, debe haber sido brutal. Terminé comiendo espinacas como Popeye, quiero ser fuerte, quiero ser fuerte pero, también, soy un viejo boludo. Cualquier pibe de 20 años lo podría decir. He comido, he zanjado cuestiones fundamentales con mi cuerpo. Puedo ahora volver al sol, a la escritura, a esa tierra mansa que, siempre, fue el poema para mí. Esa infinita llanura sin principio, sin fin, sin esperanzas. Esa mujer perfecta sin halagos, sin concesiones, siempre fue mía. Y yo que, en definitiva, era un muchacho, de barrio yo te amaba a vos, en ella, permanentemente. Y siempre éramos millones cuando hacíamos el amor. Hasta la estrellas envidiaban esa titilación incansable. Un mes rascándome los huevos, escribiendo, buceando en lo insondable. Y se lo debo a todo el mundo y sólo me lo debo a mí. Eso es lo gracioso. lo divertido de la vida humana: Todos, cada uno por separado somos el centro del universo. Por eso es, amor mío, que la mayoría de las veces no hay universo. Amor mío, amor mío, oye cómo ruge la mar contra los muros del torreón, oye amor mío, amor mío, el ruido benéfico del goce venidero, por ejemplo de este mismo viernes a la noche, al encontrarnos en el pasillo de la casa o en alguna mirada furtiva y nos daremos cuenta que ya no somos los mismos y que podríamos de desearlo, vivir otras vidas amar otras realidades. Me gusta convencerte de nada pero sólo a vos. Sé, lo he comprendido, cuando pueda convencerte a ti, millones de mujeres y algunos hombres querrán comprar lo que sólo existió para convencerte. Si tú no me denuncias por injurias, hasta seremos ricos de tanto vender lo que no existió nunca y yo te llevaré por los grandes salones y te garcharé a cada momento con los ojos, con las palabras precisas, necesarias, te garcharé en cada momento de cada poema de amor, en cada ceremonia, en los funerales, en las pequeñas catástrofes de todos los días y, también, te follaré, en las tristes hebras desprendidas de los grandes dolores de la vida, aún con nosotros.
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Bella de tierras extranjeras. Bella de mi país, me gustaría asegurarte que a los 80 años, también, leeremos, tranquilamente los periódicos y nos quejaremos, como cuando éramos jóvenes, del precio de las bebidas sin alcohol. Y alguien nos mirará a los ojos y ahí viviremos un pasado, vibrante, que esté ocurriendo hoy. Me despido, beso tus nalgas, cariñosamente, sin intención segunda, pero sí con intención tercera. Hundo mis manos en las constelaciones del sur y arranco estas palabras con luces estelares que entrego, con serenidad, a la carne plena para sombrear tu sexo iluminado. Me doy cuenta, me doy cuenta: Hable de mí, hablé de mí todo el tiempo . 6 DE NOVIEMBRE Querida, querida, llueve en Madrid y estoy muy triste, muy triste. Ya murió Pablo, una vez más, ya murieron como todos los años los muertos por la lluvia, una vez más. Ya el periodismo como todos los días se cebó con los cuerpos despedazados, los rostros sangrantes, los corazones destrozados, una vez más. Yo estoy aquí, vivo, me salvé de los recuerdos, me salvé de las inundaciones y me salvé del periodismo, pero estoy triste muy triste. Sigo en pie, creo que todavía estoy vivo, en esa creencia te amo. Cuando quiero escribir estrellas luminosas, me alejo de Madrid, me alejo de Buenos Aires, me coloco fuera de toda posibilidad y escribo, amor mío, sé que nos esperan grandes días, grandes noches de gloria. Por eso te escribo con intensidad, por eso descuelgo del universo este pedazo de gloria y fabrico, con todo eso, este pequeño ramillete de flores campesinas en plena ciudad, este dolor amado en el corazón de la noche. 3 DE DICIEMBRE DE Un correntino afincado en Mar del Plata hace 21 años, me dice que si no tengo en regla los papeles él no me podrá servir el desayuno (hasta dónde, me dije en voz baja estos son todavía después de 12 años resabios de la dictadura). Primero no le quise decir nada, después, con relativa calma pude decirle: Y por qué no averigua usted si yo, el gran poeta Miguel Menassa, merece o no merece un desayuno, en este día Jueves inolvidable. Y en lo del jueves, tengo que decir la verdad me parezco a César Vallejo, pero después fue todo distinto. El se moría en París con aguacero. Yo me rasco los huevos en Mar del Plata y un sol tibio me acaricia la frente atravesando la ventana.
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A él le dieron duro con un palo y duro. Yo me agarré la pija endurecida con las dos manos y ella me la chupó hasta desmayarse. LAS 2001 NOCHES Estoy en la ventana frente al mar. Llueve, el frío llega hasta mi habitación (que de paso lo digo no se parece en nada a mi suite de Málaga). El mar en este lugar del mundo, es marrón y vive en permanente agitación. Los niños corren por la playa bajo la lluvia como si el sol iluminara brillante. Hoy desayuné con Karina, me di cuenta mientras desayunábamos que ella es una joven y hermosa mujer. Mientras yo me daba cuenta ella se fue a trabajar. A ver libreros, periodistas, a comerse, literalmente la ciudad. A mí me alcanza con ver la garúa detrás de la ventana de la habitación del hotel «solo y triste por las calles» y me bebo de un sorbo una naranja paraguaya y miro detrás de la ventana llover sobre los jóvenes. Que el mar sea marrón le quita infinitud, inmensidad. Cuando joven hace más de 30 años yo me lo imaginaba rubio al mar. Rubio y esbelto con unos ojos abrillantados de locura. En el mar, cerca del mar, hablando del mar o jugando en el Casino de Mar del Plata, desde donde se oyen las olas del mar; escribí mis mejores versos, produje mis más grandes amores. La garúa del tango se ha transformado en una lluvia torrencial a orillas del mar. Insoportable. Enciendo una estufita eléctrica que el conserje me subió a la habitación cuando ayer noche, al borde del congelamiento, reclamé por la calefacción. Hace dos días que tengo inflamada la panza. Hoy me siento mejor. El cuerpo sólo lo padezco. Cuando joven creía tener algún dominio sobre mi cuerpo, nunca, hasta hoy, pude pensar, que el cuerpo ejercía sobre mí, un dominio total. La lluvia torrencial ha espantado a los jóvenes que jugaban al fútbol desafiando la garúa. Dos enamorados caminan torpemente por la arena mojada y ella en lugar de estar aquí, conmigo, en pelotas, tocando la flauta dulce, para entretenerme mientras escribo, está en la calle, corriendo de un lado para otro, debajo de la lluvia, sonriendo, tratando de vender alguna ilusión, un libro. La vida me fue deparando infinitas sorpresas. De golpe aunque me molesta la diverti-culitis (divertirme con el culo), me da hambre y pido un lomito de pan árabe y agua para saciar mi sed de venganza. Sigue lloviendo, eso me da rabia. Toda la historia dependía de que yo, después de 30 años, mojara mi cuerpo en el atlántico sur. Me doy cuenta que en Mar del Plata, el mar, a lo lejos es verde como en todos los mares. Ayer estuve 'después de tanto tiempo' en el Casino de Mar del Plata. Jugué a todo, ruleta, punto y banca y pase inglés. Gané 300 pesos. Argentina me produce sensaciones ambivalentes. Por momentos parece un país en crecimiento, otras veces me parece un imperio que cae irremediablemente. Ni siquiera las olas del mar son las olas de mi juventud. Me doy cuenta, viajaré sin rumbo por el mundo, buscando mi lugar, mi patria y nada encontraré. 5 DE DICIEMBRE Buenos Aires es tan difícil para mí, como lo fue España hace 21 años. Así que nada de nuevos exilios. A Buenos Aires, seguiré viniendo como un potentado que le gusta gastarse su dinero en libros, en poesía, en esas cosas y que eligió Buenos Aires, para, gastarse su dinero, porque en Buenos Aires su mamá bailaba el tango en Pompeya en la crisis del 30. Nadie podrá dudar de mi honestidad. Todo el dinero que gano en Europa lo invierto en Buenos Aires, en poesía. Creo que he inventado un negocio que no existía. Vivir de la poesía, darle de comer a más de cien personas con la poesía. Si no soy un genio, poco le falta. La primera multinacional de la poesía. A la larga viviremos todos de vender el alma que no existe.
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Aquí estoy, aquí estoy en Mar del Plata, la costa atlántica de América del Sur y te recuerdo. El trato que me dan en Buenos Aires no es mejor es, sencillamente, más realista. Soy un escritor importante y así me tratan. LAS
2001 NOCHES Miguel Oscar Menassa Al encontrarnos con Las 2001 Noches, tenemos la sensación de encontrarnos con un libro interminable. El autor, Miguel Oscar Menassa, poeta, médico psicoanalista y pintor, actualmente Director de la Escuela de Poesía y Psicoanálisis Grupo Cero (Madrid-Buenos Aires) a lo largo de las 518 páginas y los más de 350 dibujos que componen el libro, nos arrastra como un torbellino por todo lo que nos pasó, a todos, los últimos 21 años. Un libro que leerlo duele y que no leerlo es imperdonable. En el recorrido de sus páginas, volvemos a vivir el exilio, Las Malvinas, los mundiales de fútbol, la xenofobia europea por los latinoamericanos, la envidia de los españoles por los argentinos cultos, la vida y la muerte (Menassa pierde en estos 21 años, a su padre, a su madre, a una hermana mayor y a uno de sus hijos varones), el goce, el sexo, el dinero. Todos los temas son tratados por Menassa con la misma intensidad, con la misma furia. Además es importante decir que éste no es un libro aislado, Menassa ya ha publicado más de 25 libros, pero es en este libro, donde el invento de Menassa, hacer de la Poesía y el Psicoanálisis juntos, un estilo, alcanza su más alta expresión. Así, entre el dinero y sus problemas, el sexo y sus sorpresas, el amor más puro y sus encadenamientos, la guerra, el asco de la guerra y los asesinatos, Menassa no deja, en ningún pasaje del libro, de transmitirnos el psicoanálisis. Es decir que estamos en presencia de un libro para casi todos. En él un enamorado encuentra consuelo para sus celos. Un exiliado sobrevive en sus páginas. Un hombre común, un hombre de todos los días accede en este libro a cierta sabiduría sobre la vida y la muerte y, por último, la mujer nunca fue dicha como lo consigue este libro: Libre, independiente, llena de amor. Ella, para Menassa, es la que desea, Ella es la que gobierna la dirección de los vientos. Menassa es un enamorado permanente, pero no del amor, como muchos otros poetas, sino que Menassa está enamorado permanentemente de la mujer que, a veces, son todas las mujeres y otras veces, sencillamente, la poesía. Cuando le preguntamos cómo comenzó a escribir este libro, Menassa nos responde: En 1976, cuando todo nuestro mundo se venía abajo, recordé una frase de mi primera juventud «cuando todo está destruido la única posibilidad es poética» y comencé a escribir este libro que, aunque ahora publicado, no dejaré de seguir escribiendo. ¿Usted sabía que estaba escribiendo este libro? M.O.M.: No, mire, ni los grandes amores comienzan siendo grandes amores. Se hacen grandes con los años. Cuando comencé el libro lo hacía como la única manera de seguir vivo, de ser un poco libre. ¿Y ahora que pudo terminarlo y publicarlo... M.O.M.: Bueno, ahora pienso, que es el libro más importante de mi vida y si usted lo lee, también, de la suya. Se dice que este es un libro donde usted pone en cuestión las antiguas maneras del amor. M.O.M.: Si, es verdad, parte del libro está dedicada a cuestionar viejas formas de pensamiento, pero también, el libro critica con precisión, la manera de hacer el amor de los postmodernos. En un sentido son como eyaculadores precoces ya que oponiéndose a los grandes relatos, niegan la posibilidad de relaciones duraderas, que son las únicas relaciones que permiten la transformación de la realidad, aún de la realidad social. Un buen poema unido a otros mil buenos poemas pueden cambiar el mundo definitivamente. ¿Y por qué lo llamó Las 2001 Noches? M.O.M.: En primer término porque mi padre era árabe (cuando |
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vivía) y era muy cariñoso y me contaba historias árabes, de mujeres árabes, de paraísos árabes y cuando alguien le preguntaba ¿pero cuántas historias le vas a contar a este chico? el respondía tranquilamente, más de mil, muchas más de mil. A mi me pareció que 2001 eran más que mil, mucho más que mil y por otra parte, quería dar a entender que en las más de 7.500 noches que llevo de exilio, cada noche, cada amanecer tuve que inventar una historia para no morir, para no ser violado o maltratado, para que me dejaran seguir escribiendo mis versos. ¿Por qué se le ocurrió presentar su libro en Mar del Plata? M.O.M.: Primero lo presenté el 28 de Noviembre en Buenos Aires, en el Hotel Crillón con mucha concurrencia, más de 120 personas compartimos una cena y leímos entre todos partes del libro. Pero Mar del Plata, más allá de todos tus esfuerzos para que fuera posible, presento mi libro en Mar del Plata, porque aquí he pasado los días más felices de mi adolescencia, las noches más encumbradas de mi madurez. Aquí conocí la magnífica sensación de ser un ganador y aquí mismo, fui la tristeza más honda, la pérdida primera. Menassa no sólo se acuesta con la poesía como dice el gran poeta español Leopoldo de Luis, sino que, de vez en cuando, la psicoanaliza. A veces esperamos que Menassa nos sorprenda con algo y nos sorprende pero con otra cosa que lo que esperábamos de él. Y por último decir que aunque parece que habla siempre de sí mismo, no lo consigue casi nunca del todo, ya que el lector queda siempre implicado en sus frases. Si es posible el poema es posible la vida. KARINA PUEYO
7 DE DICIEMBRE En Buenos Aires, me pasa lo mismo que en Madrid, soy un extranjero y encima, parece que eso va con mi personalidad. Extranjero: Extraño, también, a sus cosas. Ella me ama, me ama y me lo dice con furia contenida. Yo ya no doy más, vivo todo el día fingiendo: Hago de cuenta que me arrastro y así, consigo que me dejen volar. Extranjero, extranjero, me gritan por la calle, en el Casino mi gritan extranjero, el playero, la mina de la esquina, todos me gritan extranjero. Yo, a veces, me agarro los huevos con las dos manos y otras veces, me pongo a llorar, directamente. Pero nunca digo nada. Algo de razón llevan. Algo de verdad miente en sus labios. Voy a comer en Buenos Aires y pido un puré de patatas, después voy a Madrid y me peleo con el mozo (que se llama camarero) porque todavía no consiguió el dulce de leche para mis postres. Soy un extranjero. A los hombres les hablo de amor. A las mujeres las mando a trabajar. Pienso que los poetas deberían psicoanalizarse y que los psicoanalistas se tendrían que dejar atravesar por la poesía' Y las dos cosas son sumamente graves: Un poeta enfermo puede llegar a confundir su enfermedad con el mundo y querer transmitir eso, su enfermedad. Un psicoanalista sin poesía puede empobrecer la vida de todo quien lo ame. Familiares, amigos, colegas, pacientes. Ayer en la presentación en Mar del Plata me pasó como me pasaba en Madrid al principio. El público estaba formado por tres mujeres que me acompañaban, 4 ó 5 personas interesadas en algo, un loco, dos imbéciles y tres amantes epistolares de El Indio del Jarama. He triunfado, he triunfado, sólo sobre mí mismo. Hoy, por fin está el sol y, sin embargo, no me dan ganas de bajar al mar. |
Karina, Marcela y Norma, están comprando el pasaje de vuelta. A mí me gustaría quedarme aquí, en esta ventana, frente al mar, esperando el verano, el sol abrasador, la lujuria de las olas atlánticas. He jugado 40 boletas de telekino. Si gano 600.000 pesos podría quedarme a vivir en Buenos Aires aunque, en verdad, si yo fuera un señor de 57 años, no necesitaría ganar ningún dinero en el juego como para poder vivir, de mi trabajo, en Buenos Aires. To be or not to be, Oh Hamlet inmutable, decía Claudio de Alas y luego creo que el boludo se pegó un tiro en la calavera. Me gustaría que todo lo que me pasa sea una fanfarronería, producto de mi megalomanía, como siguen diciendo ciertas amantes de mi juventud, cuando hablan del tamaño de mi pija, pero me doy cuenta que mi escritura lo tocará todo. Nada de lo que se ve, tiene el valor que se le da. Treinta, cuarenta años más como siempre bromeo en mis escritos, son los años que necesito para que los psicoanalistas cuiden la salud mental de los poetas y para que la poesía sea la encargada de transmitir el psicoanálisis. JUEVES, 11 DE Estoy cansado, ayer llegué a sentir que no escribía muy bien que digamos y que bien podría dedicarme a otra cosa. Lo reconozco estoy como deprimido, como todos los intelectuales de Buenos Aires y de Madrid, a mí las cosas se me pegan. Hago esfuerzos por sobresalir, más no consigo nada. Todo es paso a paso, lo entiendo, para mí, así que nada de querer ganar de la mañana a la noche ningún campeonato de nada, mis cosas se arrastran en el tiempo, son cosas de larga duración, no se pueden fabricar de un día para otro. En cuanto al reconocimiento oficial, Clarín, en Buenos Aires, El País, en Madrid, el Ministerio de Salud, la Policía, otros diarios encumbrados, las esposas de Dios, los que se cayeron de¡ Grupo Cero, quiero decirles a mis amigos, del momento, que todo eso a mí, particularmente, no me interesa, aunque a veces lo tome y el Grupo Cero, directamente, no lo necesita, llegó hasta aquí, uno de los grupos psicoanalíticos con más obra publicada, sin ningún reconocimiento oficial. No quiero vanagloriarme pero quiero recordarles a los amigos, que publicamos tres revistas de difusión gratuita, una en Buenos Aires, ONDA CERO, 15.000 ejemplares; una en Madrid, EXTENSIÓN UNIVERSITARIA, 15.000 ejemplares y una revista en BUENOS AIRES Y MADRID, LAS 2001 NOCHES, 45.000, ejemplares mensuales. Esos son nuestros medios de difusión más importantes y no deberíamos sorprendemos que sean ellos los que quieran aparecer en nuestros medios para poder existir, algo, el siglo que viene. Así que pido por favor, que no me rompan más las pelotas con eso del reconocimiento, que por otra parte es una cosa hegeliana y no freudiana. Ahora podrán decir lo que quieran, diarios, amigos renegados, mujeres extraviadas haciendo cosas de hombres y, sobre todo, los que pudiendo haber sido Grupo Cero ahora son una pequeña caca sin discurso. Ahora podrán decir lo que quieran, pero en apenas diez años, para poder hablar tendrán que tener publicadas más páginas y mejor escritas que las que nosotros tengamos publicadas. Y si no pueden eso, irán a parar a la basura, se trate de quien se trate y eso pasará en apenas diez años. 19 DE SEPTIEMBRE DE 1996, BUENOS AIRES Hoy cumplo 56 años. Y nada de tantos años me sorprende más, que festejarlos en Buenos Aires, con ustedes. Tanta comida que no comeré, tantas bebidas que no beberé y aún será posible la emoción, Me parece que el alma está al acecho, no la dejemos entrar y todo seguirá perfecto, las cavilaciones que últimamente me aplanan la cabeza, tienen más que ver con un alma que con una vida de un creador que por algo lo soy y ya es bueno que no me siga haciendo el boludo.
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En los límites siempre un buen abogado podría demostrar que le hago bien a la humanidad. Sin poder definir de qué se trata siento que tengo que ponerme del lado de los de mi clase: jugadores, poetas, garchadores crónicos y así podré encontrar algo de paz para mis próximas cinco décadas. Tengo que aprender a aceptar mi propio psicoanálisis y algunos medicamentos, es decir, la única estética posible para la vejez. Sé que hago lo que hace todo el mundo, pero lo hago mejor o al menos distinto y eso es un estilo, ya pagarán por él. Cuando me siento triturado por el millón de palabras de la lengua castellana, recién ahí es cuando algo me hace efecto, al resto de las drogas, incluyendo la mujer, el hombre, los animales domésticos, y otras cuestiones fuertes, las he dejado de lado por inútiles y esto es válido como escritura aunque esta noche me emborrache o mañana ande metiendo mi pene donde no corresponda. No sé lo que hacer y me desmorono, cuando tuve que partir para España, llamé a esa calamidad SALTO MORTAL, volver a Buenos Aires a mi edad, con las cosas ya realizadas y mi manera actual de pensar, debe llamarse DOBLE SALTO MORTAL DE ESPALDA, es decir, a ciegas y para atrás, como hacen los boludos o los genios, y ustedes saben muy bien que la aparente gran diferencia entre esos dos estados del ser, se reduce, generalmente, al poder de las corrientes de opinión. No puedo decir si estoy contento o no lo estoy, porque a ciertas temperaturas de la vida, lo que se piensa está más allá de toda alegría, de cualquier tristeza. No que no pueda arrollar con mi mirada ciudadana el corazón de una mujer algunos años más joven que yo mismo, no es que no pueda en esta tarde memorable, escribir un poema sencillo y emocionado, no es que no pueda o no deba creer que algunos de mis versos alcanzarán alturas para mí prohibidas, sino que en esta etapa de la vida la poesía nos propone vivir era de los registros establecidos, una palabra no sólo más allá, de la detención metafórico o el siempre vivo desplazamiento metonímico, sino una palabra fuera del alcance de la imagen, y ahora seguramente me vendrán a decir que nunca e quedo tranquilo. 19 DE SEPTIEMBRE DE 1996 Me quité los pantalones y en calzoncillos recorrí uno a uno todos mis recuerdos y no encontré lo que buscaba. En ninguno de mis recuerdos se verificaba el paso del tiempo. Pensé que no me había desnudado lo suficiente como para alcanzar algún grado de verdad y también me quité la camisa (una camisa blanca, regalo de una violinista de Milán) y al mirarme al espejo era evidente que me había crecido la barriga. Un abdomen lustroso desapareciendo detrás de sí mismo como el universo y al ponerme de costado y por el juego de luces me pareció que hasta las tetas me habían crecido un poco, en el rostro arrugas, aquellas de la frente ancha e inteligente de mi juventud, pero también incontables arrugas alrededor de todos los agujero, pero el tiempo no había pasado, yo estaba ahí. Incólume, probablemente deteriorado, menos atlético, casi sin aguante, pero el tiempo no había pasado, yo aún pertenecía a las estrellas. Me pareció absurdo lo que estaba ocurriendo y con ciertos gestos carentes de delicadeza me quité el calzoncillo y lo puse de sombrero en el perchero. Me retiré del espejo diciéndome que la verdad no era algo que pudiese entrar por los ojos y detuve mi paso en inspiración profunda, incliné la cabeza como para poder mirarme de reojo la pija y al extender los brazos volé. Y no era un águila como alguna vez os habrán contado, ni siquiera el motor supersónico de mis versos, esta vez era una mierdita que volaba, un decir indefenso queriendo ser verdad. Me di cuenta que el próximo paso, en el camino de la verdad desnuda, era comenzar a arrancarme pedazos de piel, para dar salida a la verdad, para mostrar el lado más oscuro de la verdad. Tranquilamente me vestí, y mientras lo hacía vi, claramente, que mis manos no mostraban el pasaje del tiempo. Es cierto, algún dolor, alguna falsa pretensión, la consistencia amorosa de sus fibras, los tiernos tentáculos del amor grabados a fuego en el principio activo de mis manos, harían pensar a cualquiera que hoy estamos aquí reunidos para festejar mis 56 años recién cumplidos. Pero nada es tan ilusorio como el mar.
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Y no temáis, la vida la tengo conmigo, la he vivido y voy a morir como cualquier gran hombre después de los noventa años, pero sin embargo, el tiempo no ha pasado, ahí desde el principio de los siglos, por poeta, mis manos, mis pequeñas manos afiebradas, son todas las manos. Y después vi mis labios, inmensos y sarcásticos besando el lado malo de la vida para domesticarlo, para comérmelo en escabeche. Y sonrisas del tiempo hablaban de mí goce, esa ignorancia, esa pequeña ignorancia que siempre me acompañará. ENERO DE 1997 Hoy nos hemos reunido para presentar, «oficialmente», la más reciente publicación de la «Escuela de Poesía y Psicoanálisis Grupo Cero»: «Las 2001 Noches, revista de Poesía, Aforismos, Frescores». Con una tirada de 20.000 ejemplares, se pone en circulación como una publicación totalmente novedosa, comenzando por el modo de financiación económica, consistente en las variadas aportaciones de los socios de honor, cuya lista con nombres y cantidades aparece en cada ejemplar. Esto permite su distribución gratuita, que se realiza en centros culturales, casas regionales, librerías, restaurantes, bares, universidades y otros lugares con avidez de cultura. Buceando un poco bajo el significante que nos representa, Grupo Cero, hay que decir que, en la actualidad, la escritura de Miguel Oscar Menassa es el máximo exponente de uno de nuestros postulados: dejarse llevar por la Poesía. Desde su creación en Buenos Aires, cuando esta ciudad podía equipararse a la Grecia antigua, hasta nuestros días, pasó de todo. Las modificaciones que «Grupo Cero» experimentó en estos 25 años, afectaron al número de integrantes, la pertenencia de los socios, al lugar donde ubicar el centro, hasta la estética con que abordar la realidad, se fue transformando. Las modificaciones sobrepasaron cualquier previsión, si es que la hubo, y esto fue posible porque lo principal permaneció inalterable: la idea, el decir del poeta. Hacer de la combinación «Poesía y Psicoanálisis», un movimiento que intenta producir transformaciones en la cultura en lengua castellana. En las Notas de Dirección, leemos: «Y si no sabes quién es el autor de algunos de mis versos, puedes ponerle tu propio nombre, después deja volar al pájaro que te dio ese vuelo y eso, así de sencillo, es la cultura». «Las 2001 Noches» es el punto de inflexión de tan ambicioso proyecto, el lugar que marca, definitivamente, un hito en la historia de nuestro tiempo. Hay un antes y un después de este momento, también, para Menassa, puesto que, como se sabe de antiguo «un hombre es hijo de sus obras». Y esto no es ninguna exageración. Que Menassa es, en su más íntima esencia, poeta, queda establecido y ratificado con la creación de este periódico. Así, podemos leer en las notas de Dirección: «Solucionado el problema económico en los renglones anteriores, recién ahora, al tener economía, infraestructura, recién ahora podré disfrutar mis versos, bueno, también puedo difundir ideas.» «Para el poeta, sólo una apuesta, saber elegir entre los mejores, los mejores», nos dice, y eso es «Las 2001 Noches», el compromiso de un hombre con sus palabras. Es decir, la ilusión de Menassa es querer hacer llegar hasta nosotros los poemas, las frases que, de alguna manera, han formado su pensamiento. Tomando uno de los aforismos de Nietzsche: «Los poetas carecen de pudor con respecto a sus vivencias: las explotan». juego a rastrear, entre las páginas de este primer número, las palabras fundantes, los versos definitivos, que sirvieron de alimento a la voracidad poética y existencias de Menassa. Y encuentro: La incertidumbre, el permanente abismo a los pies del poeta, de que nos habla Pavese: «Y, sobre todo, recuérdese que hacer poesías es como hacer el amor: nunca se sabrá si la propia alegría es compartida». El tesón, la fidelidad a la idea: «Los grandes poetas son tan raros como los grandes amantes. No bastan las veleidades, las furias y los sueños, se necesita algo más: cojones duros. Que se llaman también mirada olímpica.» |
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La multiplicidad de sentidos en «Unión libre», donde la mirada de Breton hace suya una mujer imposible, traspasando los límites de lo establecido. El lirismo estrepitoso de Santa Teresa, donde la vida es tomada como excusa para mostramos la profunda, inevitable división que condiciona al ser humano, sujeto de la escritura. Me llama la atención, no tanto la elección de César Vallejo para preceder a Menassa al final de la revista, como que sean justamente estos dos poemas: «Cuídate España» y «España, aparta de mi este cáliz». Antes de «El verdadero viaje», conviene saber de dónde se parte y, en este caso, el viaje recomienza en Madrid, lugar desde donde se regala al mundo «Las 2001 Noches».
CARMEN SALAMANCA GALLEGO
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VIERNES, 2 DE ENERO DE 1998, MADRID QUERIDA NORMA: Incumpliendo normas de funcionamiento, te escribo antes de recibir carta tuya. Sé que tengo que cambiar casi todos los fundamentos de mi vida actual, porque mi vida actual es actual y sus fundamentos antiguos o por lo menos no son actuales. Jefe de un discurso quiere decir, de manera fundamental y actual, jefe. Y no quiere decir hombre sensibilizado por la radiación atómica, medio amariconado, de tanto impotente suelto, de tanta mujer desesperada. Un jefe tiene dirección, conceptos, opiniones, aunque le toque ser Jefe de Un Discurso Poético. Ahí tenéis a Bretón cuando Artaud, le fue a preguntar si estaba loco y Bretón le dijo claramente estás loco. Y a la pregunta de Artaud por qué se lo decía, Bretón contestó sencillamente como un jefe, porque estás loco. Y cuando Aragón le preguntó Yo también estoy loco y Bretón le dijo tranquilamente como un jefe, no tú no estás loco, tú tienes ideas políticas diferentes a las mías. Con esas dos medidas sencillas que implican un cambio atroz de mi personalidad todo sería diferente. Si fuera capaz de decirle a todos los que están locos, que están locos y a los que tienen ideas políticas diferentes a las mías con respecto a la transmisión del psicoanálisis, que tenemos ideas políticas diferentes. Si pudiera que no puedo, esas dos medidas tan sencillas, en apariencia, ¿quién sabe quién quedaría a mi lado? Me termino de dar cuenta que no tengo que tocar nada, si algo quiero tocar me tengo que tocar Yo mismo. Sigue siendo el mismo
día pero ya Todo el día como anonadado de mis propias estupideces. Ya tenemos todos 60 años o casi, ya nadie puede cambiar demasiado, y los jóvenes que nos rodean ya tienen nuestros vicios, creo que nos queda una sola posibilidad: Esta vez toca cambiar la realidad. Y eso es por fin una apuesta, ya que en este siglo que agoniza nadie, ni los estados poderosos pudieron cambiar la realidad. El hombre era una mierda el siglo pasado y sigue siendo una mierda. Modificar mi yo, eso decíamos en renglones anteriores y lo único que se me ocurre es ganar más dinero, para tener más dinero para poder repartir entre más personas que yo, Dios y mi mamá. Quiero modificar mi yo mismo y no lo encuentro por ninguna parte pero dejo escapar las palabras como si fueran pompas de jabón que una vez producidas, todavía, necesitan del viento para volar y me detengo en esa sabiduría extraordinaria del siglo muriente y me lo digo en voz alta: Un niño hoy es una boca que debemos alimentar porque mañana esa boca será dos brazos que den de comer a 10 bocas. Fui por la vida montado en esa frase que leí a los 14 años, por casualidad y sin intervención, aparente de cómplice alguno, y atribuí, no sé por qué motivos a Mao, pero esa frase no tenía en cuenta la envidia. Me he visto dándole de comer a una boca que para seguir siendo boca, iba cortando sus brazos a medida que le crecían, para no darle de comer a nadie, para sentirse frente a mí el único niño del mundo. Y bocas feroces que se comían todo lo que había y después lo escupían, para poder tener hambre nuevamente y comerse toda la comida de los otros niños. En esta fantasía no era que no existían otros niños, sino que el personaje central de la película, a los niños que no eran él, los mataba de hambre. Hubo bocas serenas que se cuidaban de todo. Tampoco llegaron muy lejos en ningún tipo de nueva ética. Cuando no comían no permitían que comiera nadie y cuando comían se empecinaban en que tenía que comer todo el mundo. Y hubo bocas y bocas y bocas sedientas y hambrientas y nunca llegamos a ser tantos brazos para alimentar tantas bocas. EL SIGLO XX HABIA FRACASADO |
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